Partida Rol por web

No, mamá, no. ¡Estaba allí! - exclamó Martin, lanzando la lata de arándanos encima de la mesa. - ¡El chocolate no hace estas cosas!

El chocolate no pero las indigestiones sí... y cálmate dde una vez Martín-dijo frunciendo el ceño la mujer -o se lo diré a tu padre. 

Martin tenía clara una  cosa. Sí había bronca con su padre se quedaba sin cámara. Podía ser el niño mimado de la casa, pero conocía bien el caracter de su padre. Especialmente en los últimos días que venía del trabajo muy malhumorado. Además... lo que había visto y oído...

Martin-su madre se agachó para ponerse a su altura- No hay nada en las alcantarillas. No tienes porque asustarte... Pueden ser simplemente un niño gastandote una broma, tu imaginación, una radio barata con un transmisor...No te preocupes.

Ahora ve a tu cuarto...y descansa... te avisaré para la cena ¿de acuerdo?

Eh, sí, sí. - dijo Martin que apenas había escuchado nada más desde la inclusión de su padre a modo de amenaza en dicha conversación.

Él sabía lo que había visto y subió a paso rápido a su habitación, metiéndose en la cama y tapándose con el edredón, el método mundialmente conocido para protegerse de los peligros.

El día y la noche pasaron rapidamente, acompañados de la deliciosa cena que Anne había preparado. La mujer parecía radiante ya que el pavo había quedado perfecto y, en opinión de la madre de Martin, lo que definía a una mujer como tal era su capacidad de preparar un delicioso asado que hiciese olvidar las penas a todos. Y Anne sabia cocinar.

El padre de Martin, Charlie, parecía muy satisfecho, tanto con el trabajo de su mujer como con el logro de su hija mayor, y regó la conversación de bromas sobre lo divertido que iba a ser el verano. Incluso permitió que Martin probase un sorbo de la copa de vino. En ningún momento hubo referencia alguna a temas escabrosos como las alcantarillas, o las voces subterraneas.

*****

La mañana siguiente amaneció con una gran sorpresa para el niño. Desagradable en cierto modo, aunque no demasiado molesta para un niño normal y con amigos: aprovechando que sus hermanas se iban de casa durante casi medio verano, iban a reformar la casa, por lo que Martin debía pasarse fuera de casa más horas de lo normal. Sabiendo que eso podría molestar al niño, Charlie le hizo sentarse frente a él y comenzó a utilizar las habilidades para el negocio que le habían llevado a lo más alto del negocio de la venta de coches de la zona. Finalmente llegaron a un acuerdo: Martin tendría un aumento de la paga y la ansiada cámara de fotos por su cumpleaños, siempre y cuando no estorbase demasiado por casa.

Eso si-dijo mirandole muy seriamente-aqui antes de que oscurezca, y estate siempre en sitios donde haya mucha gente viendote...y si ves a un desconocido que te ofrece algo...sal corriendo y no te acerques.

Si un desconocido le ofrecía algo, ya vería si no podía cogerle y luego gritar hasta espantarle para quedárselo...

¡Trato hecho, papá! - había exclamado Martin dándole la mano a su padre, como si fuesen adultos cerrando un negocio.

Por fin iba a tener la cámara aunque, claro, eso significaba tener que coger su bici y salir de casa todo el día. Así que empezó a pedalear en dirección al centro sin saber muy bien qué hacer para matar el rato...