Partida Rol por web

- Yo eso tampoco lo pienso hacer. -le dijo rotundamente a Jack. Además, lo que había visto brillar, brillaba como la plata, pero no podía estar seguro de que lo fuera. Cada vez estaba más convencido de que tendría que intentar otra "charla" con su abuela.- Pero ni loco pienso entrar en esa casa a robarles el candelabro.

Buscaré por casa a ver qué puede haber...-le dijo a Lissey- y le preguntaré otra vez a yaya, a ver si le saco algo más concreto. Quizás recordándole lo del tirachinas...

Por cierto, lo buscaré y lo traeré, que creo que ya me acuerdo de donde está.

Se incorporó. Ya se encontraba mejor y la ropa se le había aireado algo, así que quizás era hora ya de volver a casa.

-Pues si queréis la verdad, no veo matando a ese bicho lanzándole una cadena de cuello, pendientes o anillos, incluso aunque fuesen cucharillas de café. Haremos un horrible ridículo y el bicho aun se reirá de nosotros. Y montar una fundición con un molde para hacer bolas de plata derretida tampoco lo tengo muy claro. En cambio -volví a señalarles con los índices- conseguir una sierra para cortar metal es fácil, cualquiera puede tener una por casa.

Martin escuchó atentamente la conversación que se desarrollaba a su alrededor, comprobando lo horrorizados que se mostraban algunos de sus amigos por la mención de la sustracción del candelabro.

Podría funcionar.- habló al fin.- Mis padres dicen que los judíos son muy vengativos, todo eso del ojo por ojo y diente por diente es cosa de ellos. Seguro que la plata de los Jones cargada con todo su odio y sus ganas de venganza será mucho más efectiva contra eso que los pendientes de mi abuela.

Mi padre tiene una sierra de esas en su caja de herramientas.- le dijo especialmente a Jack.- Si consigues que los padres de Nooby te “pesen” el candelabro yo puedo cortarlo en mi garaje.

- También hay cuchillos y tenedores... - murmuré entre dientes al ver que mi idea no parecía tan buena cómo yo creía. Aunque si lo que importaba era que fuese plata, ¿importaba qué fuese? Yo no era la experta en monstruos, así que no dije nada.

Cuándo Martin pareció apoyar la idea de Jack, le miré sorprendida. No es que se llevasen bien, con lo que era una sorpresa escuchar eso. Tal vez tenía razón y el candelabro era la mejor opción, pero yo no quería robar y romper nada de los Jones.

- Si lo prestan... o tal vez lo venden...

Observo a Lissey de arriba a abajo, ahora que parecía que mi cuajaba:

-Hay que romperlo Lissey, si te lo prestan y lo traes roto no creo que te devuelvan el dinero. Pero si quieres intentar convencerles de que un monstruo que vive en las cloacas mató a sus dos hijos en un pequeño espacio de tiempo porque sus abuelos no pudieron acabar con el, adelante. Pero déjame mirar como lo explicas porque eso promete, y mucho. -sonreí exageradamente como el gato de Alicia- La otra opción es cogerlo "prestado" y supongo que el recluta Danny se presentará voluntario para esa misión para poder salvar a su princesa encantada -le di varios codazos a Danny luego le dije- Di que si, que lo sustraerás.
 

- Pues no, yo no pienso ir. -se mantuvo tozudo pues le seguía pareciendo mal robar un candelabro. Aparte de que no se imaginaba cómo podrían hacerlo.- Ni voluntario ni nada, si lo quieres robar, lo robas tú, que para eso ha sido idea tuya.

Quedaba aún un rato para irse a casa, así que Danny esperó a ver qué decidían hacer sus amigos. Si se iban a casa de Paul, él se iría a la suya. A ver si encontraba un momento para volver a hablar con su abuela a solas.

- Y... suponiendo que consigamos ese trozo de plata... -tragó saliva sólo de pensar en lo que iba a decir.- ¿Tendremos que entrar en esas alcantarillas, no? -señaló en dirección a la boca de cloaca que había en los barrens.- ¿Creéis que ya estamos preparados para ir en cuanto lo tengamos?

- Jack, eres un idiota. - le dije habiéndome quedado ya sin ganas de discutir con él, utilizando un insulto que para mis estándares era MUY gordo para que me dejase en paz.

Yo quería matar al monstruo pero no estaba dispuesta a robar nada. La idea de dispararle cubertería no me parecía tan mala: los cuchillos y tenedores pincharían, serían como flechas... ¿Y qué mas daba lanzarle un trozo de candelabro que unos pendiendes gordos de señora? ¿No vendrían a ser lo mismo? No sabía, pero tampoco estaba segura de querer decir nada y que la responsabilidad cayese sobre mí. Que decidiese el grupo. 

Miré a Danny cuándo "cambió de tema" (no exactamente, pero un poco).

- Pues no sé, podríamos practicar puntería primero... ¿tenemos otra opción?

Poco a poco las sombras se iban alarrgando, señal de que era hora de retirarse o, al menos de pensar en irse a casa. La decisión sobre atacar con algo d plata estaba clara, aunque no estaba tan claro el objeto con el que iban a atacar...Nada que no pudiese consultar con la almohada, por el momento tocaba yr a casa y airear bien als ropas para que nadie sospechase del aroma a humo.

Estaba medio enfurruñado, nadie daba señales de querer perpetarr mis planes y así que les dije:

-Vale, lo que os de la gana, y ahora ¿quién me va a llevar a casa? -moví los dedos de la mano que estaban en el cabestrillo- yo no he traído mi bici como comprenderéis ni tampoco me voy a ir solo.

A ver como me lo monto esta noche para no bañarme con lo que huelo...

Ya te llevo yo.- Se ofreció Martin al que la idea del candelabro lleno de odio y resentimiento judío le seguía pareciendo buena idea, por mucho que sus amigos no lo vieran así.- Pesas tan poco que será como no llevar a nadie.

Tenemos que buscar una escusa común por si hiciera falta. Si mis padres se dan cuenta del humo les diré que hicimos una hoguera para tostar unas mazorcas.- Les propone a sus amigos.- Y si me preguntan de donde las sacamos contestaré no tengo ni idea, que las habríais traído alguno de vosotros. Y que cuando llegué el último ya estaba la hoguera encendida y las mazorcas en el fuego, así que no es posible que sepa ni quien las trajo ni quien encendió el fuego. Vosotros podéis hacer lo mismo. ¿Qué os parece?

- Me parece una excusa muy buena, Martin. Creo que puede colar. -convino Danny.- ¿Mañana, cómo quedamos? Yo me traigo el tirachinas, por si tenemos que practicar.

Y, viendo que Martin se ofrecía a llevar a Jack, se acercó a su bicicleta y la puso en pie, dispuesto a marcharse en cuanto hubiesen establecido la forma de quedar al día siguiente.

Chester también había ido a por su bici mientras tanto. Confiaba en que el camino de vuelva bastara para airear su ropa y que no se notara ningún olor extraño... Ventajas de tener que pedalear un buen rato. Sin embargo, no podía estar seguro, y procuró memorizar aquella excusa. 

-Vosotros diréis como quedamos. 

Salté:

-Y lo mas importante es quién me va atraer a mi -volví a mover la mano del atillo. Comenzaba a gustarme estar inválido para poder tener taxistas-
 

La idea de Martin sería buena... Si no fuera porque Phil me había prohibido ir con niños.

- No digáis que yo estaba con vosotros, porfa. - les pedí antes de girarme hacia Jack para una segunda "petición", que era más bien una amenaza, ya que intenté poner mirada asesina. - ¿Vale?

Después fui a por mi bici, esperando que con tanto rato hablando el olor se hubiese ido lo suficiente cómo para poder meterme en la bañera antes de que Phil se percatase. 

"Aunque si encuentro un charco por el camino, me "caeré" en él. Por si acaso."

- Podríamos quedar después de comer, y así por la mañana podemos intentar buscar cosas de plata que puedan hacer daño al monstruo...

-Bien, ¿después de comer entonces? Yo aún tengo un trecho por delante, así que procurad decidiros rápido, por favor-dijo el chico, mientras echaba un vistazo a la altura del sol. Confiaba en no tener que pedalear de noche con "Éso" suelto. 

- Después de comer, entonces; aquí, en el refugio.  -y al lado de la salida de las alcantarillas.

Y tú Jack, ¿podrás venir? ¿no te sacaban el yeso mañana? -preguntó, sin recordar seguro si era así.- Bueno, si te lo sacan pronto, ya podrás venir con TU bici. ¿Qué bien, no?

¿Vamos?

Casi todos tenían que ir en la misma dirección, así que mejor salir de allí juntos, por si acaso.

-Si si, jejejeje, -me puse la mano en la nuca- ya no me acordaba que mañana puedo ser una persona normal sin privilegios, jejeje. Entonces ya vendré por mis propios pies. Vámonos entonces.

Los niños no tardaron en disgregarse cada uno hacía su hogar. Cada uno por un camino no tardaron demasiado en llegar, justo cuando las últimas luces del día comenzaban a desaparecer. El calor era, como correspondía a esa época del año, extremo y el aire olía a tormenta. Se acercaba algo gordo e incluso la ciudad lo sabía.

- ¡Hola familia! -saludó Danny al llegar a su casa, mientras miraba disimuladamente a ver dónde estaba su abuela y si podría tener una charla a solas con ella.