Partida Rol por web

El niño saltó hacia atrás asustado casi cayendose a la fuente. Levantó la vista y pareció relajarse un poco cuando vió que se trataba de Lissey...solo un poco... El chico aún recordaba la jugarreta que la había hecho a Bessey y aunque tampoco se llevaba bien con la chica -en realidad no se llevaba bien con nadie- le había sorprendido.

Eh...hola

El chico desconfiaba bastante de la gente y Lissey no era ninguna excepción aunque era mejor que lo que había pensado en un principio: No era Vicent y su pandilla y eso ya era mejor que nada. Aunque...¿Quién le podía asegurar que no era amiga de Vicent?

Un libro- dijo finalmente. Aquella no era una buena respuesta y Paul lo sabía por lo que no le quedó más remedio que añadir- Sobre la guerra.

Arrugué un poco la nariz ante la respuesta del niño. Yo estaba siendo simpática y él estaba a la defensiva y siendo sarcástico.

- Ya había visto que era un libro - gracias señor obviedades - Por eso te he preguntado si era bueno. ¿De qué guerra trata? ¿Es de historia o es inventado?

Me senté a su lado lo suficientemente alejada como para que no se sintiése vilolento, sobretodo porque se había asustado mucho ante mi presencia, rodeándome las rodillas con los brazos. Y aunque ya estaba sentada, pregunté igualemnte.

- ¿Te importa si me siento a tu lado?

De historia...es de la guerra de Corea-respondió mirando al suelo. Tras unos momentos de silencio Lissey, sentada a su lado preguntó: "¿Te importa si me siento a tu lado?"

¿No ve que estoy intentando leer tranquilamente?

-No

La tensión podría haberse cortado en aquel momento. Los dos niños estaban sentados en silencio el uno al lado del otro sin decirse nada. Paul no era capaz de concentrarse en su libro, pero tampoco de iniciar una conversación y es que aunque para los niños puede ser muy facil comenzar a jugar y a hablar entre ellos había ocasiones en las que se topaban con un chico como Paul. Un chico que no solo le cuesta relacionarse, sino que no quiere hacerlo.

Algunos de estos chicos no tienen razones para comportarse así. Otros, como era el caso de Paul, tenían muy válidas. O al menos era eso lo que pensaba Paul. Los padres del niño cambiaban de ciudad continuamente y eso hacía que no pudiese conservar a sus amigos. Al principio, Paul había intentado hacerse amigo de otros niños y cada vez que se mudaba sentía como algo se rompía en su interior hasta que un día, el niño decidió que una breve amistad no le compensaba ese dolor.

¿Que tal te fueron las notas Lissey? preguntó guardando el libro en la mochila.

Un gesto de cabeza fui mi única respeusta a lo del libro, tras lo cuál se hizo un silencio bastante incómodo. Agaché un poco la cabeza y comencé a juguetear con la hierba a mis pies mientras pensaba.

"Va Lissey, di algo. O piensa algo a lo que jugar. Jugar no requiere habalr. ¿Pero a qué? Nunca le he visto ugar con nadie a nada, no sé qué le gusta... No parece que le guste correr o moverse mucho... Ayayay...¿Qué hago?"

Su pregunta me sacó de mis cavilaciones con un pequeño sobresalto.

- Oh bien, no soy la más lista de la clase, nunca lo he sido, pero aún así me esfuerzo y estudio mucho en casa, - ¿Qué podría hacer, si no, encerrada en ese lugar? - por eso puedo sacar notas bastante buenas. Tú seguro que has sacado notas muy buenas, ¿verdad? Pareces muy listo.

En ese momento, cuando parecía que el niño iba a responder su cara se tornó pálida como el marmol y una voz sonó a espaldas de Lissey.

-Hombre. La chivata y el novato judío. Que boniiiito...¿Saben ya en tu casa que eres la novia del matacristos?

El que hablaba era Vicent, acompañado como siempre de sus amigos Sander y Jay. Vicent era un compañero de clase de Lissey y Paul. Sin embargo, el muchacho era al menos un año y medio mayor que la clase, ya que había repetido el año anterior. También era mucho más musculoso y alto. Vicent provenía de una familia de granjeros, todos altos y fornidos y él, desde pequeño se había visto obligado a trabajar en la granja familiar lo que le había proporcionado una musculatura poco habitual en un muchacho de su edad, aparentando tener 15-16 años en lugar de los 13 que tenía realmente.

Me sobresaltó la voz de Vincent, pero sólo eso. No me asustaba. No era de las niñas que se dejaban acorbardar, y no me asustaban los golpes, no lo suyos.

- ¿Qué quieres Vincent? - dije levantándome y poniendo los brazos en jarras - Y no soy su novia, no soy la novia de nadie. Ni una chivata.- concluí con el entrecejo fruncido.

Me imaginaba que quedarnos cerca de los matones no nos traería nada bueno, así que me giré hacia..¿Paul?, beno, el niño judío.

- Vámonos de aquí.

Alto alto alto- exclamó Vicent agarrando a la niña de los hombros y apretando fuertemente a la niña de los hombros. Lissey sentía la presion de las fuertes manos del muchacho y ahogo un gemido. Aunque estaba acostumbrada a que su padre la pegase, estos golpes solían ser secos y directos. No una presión constante como aquella. Además Vicent estaba acompañado y sus dos amigos ya se habían puesto delante suyo impidiendoles huir

Os dejaré marchar pero antes decidme.¿ Habeís visto al tuberculoso y al empanado de Parker por aquí? Vicent apreto aún más fuertemente a la niña, creando la impresión de que iba a romperla el hombro- más vale que me digas la verdad, chivata-

Me dolía, pero no quería gritar, así que me mordía el labio inferior aunque mi posición encorvada dejaba claro que me estaba haciendo daño auqnue yo intentase disimular.

"¿Parker? Sé que es alguien de la clase, auqnue no le pongo cara. Ay Lissey, por Dios, aprende ya a relacioanr caras y nombres. ¿Y quién es el tuberculoso?"

Sea como fuere, no había visto a nadie desde que había salido de casa esa mañana.

- No... - callé un moemnto para coger aire, pues la voz me estaba saliendo débil y no quería mostrarme así - No, no he visto a nadie hasta que habéis llegado vosotros. - miré todo lo desafiante que pude a Vincent, pues un matón se crecía si su oponente mostraba debilidad pero había posibilidad de que se achantase si no - Vicent, suéltame, nos vamos.

Lancé una mirada furtiva a Paul para advertirle de que en cuanto pudiesemos nos ibamos "cagando leches".

Cuando Lissey buscó con la mirada a Paul no logró encontrarlo. Por un instante la niña pensó que el chico se había ido pero entonces una piedra silbo a unos centimetros del oido de Lissey y se estrelló contra la frente de Vicent. El matón soltó a la niña y se llevó la mano hacía donde le habían golpeado comprobando con asombro que la sangre brotaba entre sus dedos. Paul lo miraba, subido a la bicicleta de Lissey con terror en la mirada y la mano aún alzada.

-¡Corre!¡Sube detras!-gritó asustado. En la bici apenas había espacio para dos, pero era la única forma de huir de los matones que aún parecían confusos por la reacción de Paul.

Aún sorprendida por la situación corrí y como pude me subí a la bicicleta,ayudando a Paul a arrancar(estaba bastante segura ya de que ese era su nombre, y si no, se parecía mucho).

No las tenía todas conmigo, en cuanto a salir de esa bien parados, pero era la única opción sobretodo después de la pedrada que Vincent acababa de llevarse en la cara.

Por un momento me pasó por la cabeza una pregunta que no sabia cómo contestar. ¿Qué reacción tendría Phil si al volver a casa hoy yo estaba llena de magulladuras? No podía imaginarmelo preocupandose, pero tampoco el qué haría.