Partida Rol por web

Finalmente los niños se reunieron en el refugio, con todo el material y conocimientos que habían ido acumulando a lo largo de los días. De modo que Martin llevó todo lo que había descubierto en los libros de la biblioteca y Danny llevo la fotografía del albúm (dentro de un albúm en miniatura) y por supuesto,lo que había encontrado Paul.  La reunión tuvo lugar por la tarde, por loq eu los niños tuvieron tiempo de oír las noticias sobre Emily y Paul en la radio. No se hablaba mucho, lo cual era extraño, simplemente se decía que había que tener a los niños más vigilados, pues el asesino probablemente andase suelto. Poco a poco, los niños fueron haciendo su aparición. El primero fue Chester, seguido de Martin que llegaron a la par, lo cual no dejaba de ser curioso ya que habían tenido "sueños compartidos"; después llegó Danny, seguido de cerca por Jack y, finalmente llegó Lissey, con cara de perro apaleado y vistiendo una ligera camiseta de manga larga, a pesar del calor.

El silencio se hizo el dueño del refugio durante unos instantes....

No sabía porqué había venido. Era cómo si no aprendiese la lección. No debía estar ahí, sólo estaba consiguiendo problemas o desgracias. O ambas juntas. Y ahí estaba de nuevo. Tenía que ser tonta, tan tonta como Phil decía.

No pude evitar mirar a Jack con un inmenso odio. Estúpido, tonto e idiota de Jack. Si no hubiese sido tan imbécil por teléfono, pero noooo, al señorito Jack le divertía hacer el tonto y fastidiar a todo el mundo. No entendía como Danny podía seguir soportándolo después de tanto tiempo. 

No quise acercarme mucho al grupo ni sentarme. Me quedé depié, con los brazos cruzados sobre el pecho, mirando a todo el mundo. El silencio no me gustaba nada. El silencio era señal de que cosas malas iban a pasar.

- ¿Qué hacemos? - dije finalmente en un tono sombrío.

Chester había sido el primero de todos en llegar al lugar, y había esperado allí con toda la paciencia de que fue capaz. Martin llegó prácticamente a la vez, pero lo cierto es que el chico no estaba de muchos ánimos para charlar... Dos de sus nuevos amigos habían muerto, tenían que parar a aquella cosa antes de que fuera demasiado tarde. Desde que fue aquel día a los Barrens, no se había separado de los dos objetos que había cogido antes de ir a la cita. Quizás no sirvieran de nada contra el monstruo, pero le hacían sentirse algo más seguro.

Poco a poco los niños fueron llegando, pero el ambiente no mejoraba demasiado. Todos estaban dolidos, y tenían motivos para ello. Tras un tenso silencio, fue Lissey la que hizo la pregunta clave. Y Chester, sin despegar los ojos del suelo, dio la única respuesta que podía:

-Matar al monstruo. Averiguar todo lo que podamos, y acabar con él. 

Continuaba sentado en el medio de mi cabaña y me fijé que otra persona mas estaba enfadada conmigo, esta vez la chica.

Tampoco supe comprender el por qué, pero bueno, daba igual debía estra en esos días que papá le decía a mamá. Chester tenía un plan de como matar a algo o a alguien, y parecía entretenido o como mínimo divertido:

-Eso, vamos a matar a un monstruo, como en la película que vimos yo y Danny. El fuego es la clave.

Danny saludó a los que ya estaban cuando llegó -Chester y Martin- y se sentó en el rincón del refugio que comenzaba a ser su favorito. Luego llegaron Jack y Lissey. Nadie dijo nada. Nadie se atrevía a nombrar a los amigos con los que ya no volverían a estar más.

- Yo creo que tenemos que contarnos todo lo que hayamos averiguado. -intervino cuando se inició la conversación.- Todos deberíamos saberlo todo de todos, sin que nadie esconda nada. A lo mejor así a alguien de nosotros se le ocurre algo importante.

Miró a ver si estaban de acuerdo.

- Empiezo yo, si queréis. -quisieran o no, empezó.- Anoche hablé con mi abuela y le conté que habíamos leído los papeles del abuelo de Paul, y que sabíamos lo del monstruo. Estuvo desvariando como siempre, pero por unos momentos pareció recuperar su lucidez. Estaba asustada. Me dijo que lo habían matado y que habían cerrado las salidas para siempre. También me dijo que era un auténtico laberinto, supongo que se refiere a las alcantarillas. Ella siempre habla de las luces y de las alcantarillas; es su tema favorito.

Cuando le dije que aún estaba vivo y le pregunté cómo le habían matado, pareció dudar. Dijo algo sobre unas balas de plata, pero en esos momentos volvió a perder el oremus y acabó por quedarse dormida. Yo, de esto de las balas no me fiaría mucho.

A mí me parece que tendremos que acabar yendo allí, pero antes tendríamos que tener claro cómo matarlo o dejarlo encerrado para siempre.

Aún tenía más cosas que poner en común, como lo de la terrorífica foto que llevaba guardada en un sobre, pero lo dejó para más adelante.

Escuché la respuesta de Chester sin immutarme, pues sabía que esa era la única respuesta válida a mi pregunta. Emily y Paul... Y nosotros seríamos los siguientes si no hacíamos nada. Así que no había opción. Además, Emily y Paul se merecían que les vengásemos aunque creía que eso era algo que no se hacía según ellos. Pero yo no había leído tanto la Biblia ni lo que fuese que leía Paul (me había explicado alguna vez la diferencia, pero nunca prestaba demasiada atención en esos temas).

Ignoré a Jack. Siempre haciendo como que todo va bien. Y además estaba segura de que la disculpa era de Danny, no de Jack. Jack era tonto.

Danny empezó a contar cosas de su abuela y cuándo comentó las bolas de plata me vino a la cabeza la escalofriante imagen de los ojos de Phil. Esta mañana eran plateados,sin duda alguna, aunque eso pareciese imposible. No sabía si tenía algo que ver, si era casualidad, una señal o una advertencia.

- Yo sólo descubrí que Sally es mi abuela. La del diario del abuelo de Paul. - dije en voz baja y monótona, sin alegría alguna. Estaba cansada de pretender ser feliz...

Martin llegó casi a la misma vez que Chester, se sentó en la cabaña dispuesto a escuchar lo que sus amigos tenían que contarles.

Yo lo escuché hablar dentro de las alcantarillas, susurraba y hablaba a Warter, el hermano de Paul. Incluso lo vi salir de ellas.- Confiesa.- Era como una especie de plástico verde amarillento.

También estuvo en mi casa el día de mi cumpleaños, solo que esa vez era como el payaso que contrató mi padre. So...Solo que tenía los dientes podridos y llenos de gusanos. Me atacó cuando fuí al baño, intentó cogerme pero pude salir corriendo.- Hasta ese momento no le había contado eso a nadie y se le notaba que no le gustaba tener que hacerlo, pero había que acabar con ese monstruo y solo compartiendo la información podrían conseguirlo.

Pero eso no es todo. Resulta que la semana antes de mi cumpleaños encontré en la tienda de comics una buena oferta y me llevé a casa un montón de comics viejos pero muy bien cuidados. Uno de los comics era un poco raro, se llamaba "El libro de Chud", en la portada salían un montón de ojos amarillos dibujados, como los que creí ver en las alcantarillas e incluso olía a humedad. Pero como tenía otro montón de comics donde elegir no le hice mucho caso. Hasta anteanoche. No tenía sueño y me decidí a leerlo. Resulta que Chud era un mito de los indios que vivieron en Maine antes que nosotros, pero en el cómic no ponía nada más.

Por eso fui a la biblioteca, a buscar cualquier cosa que nos ayude a vencerlo. No encontré gran cosa.- Niega algo disgustado mientras saca una libreta con las notas que apuntó en la bibllioteca para que sus amigos la lean.- La mayoría de cosas no parecen servir de mucho, pero hay otras que igual si que pueden servirnos.- Dice mientras mete la mano en su bolsillo para tocar la ramita de Ajenjo que había conseguido la misma tarde de la muerte de Paul y Emily.- Como por ejemplo lo de la cabaña para sudar.

-Yo... Creo que vi algo similar. Estaba ayudando en la capilla a los sacerdotes, que había que pintar y barnizar... Y entonces Jesús me habló. Decía cosas muy raras, y parecía malo. Casi se descuelga. Y empezó a brotar sangre de todos lados-añadió el chico, con un escalofrío al recordarlo-pero luego no había nada. También me pareció escuchar risas salir de las alcantarillas al cruzar el puente una vez. Y... Tuve una sensación de que había pasado algo muy malo el día que Emily y Paul... Ya sabéis. Por eso traje conmigo ésto-dijo, sacando de su mochila una biblia y una botella de plástico rellena de agua-la biblia, y agua bendita. 

Señalé a Chester y dije en voz mas alta:

-¡Qué grande eres Chester!, si es un vampiro ya está perdido, lo rociamos con agua bendita y que arda hasta convertirse en polvo.

Les escuchaba y dije:

-A mi lo único raro que me ha pasado además del mendigo que apedreé fue la foto que sacó Danny. Igual contra mi no tiene nada y sólo lo tiene contra vosotros.

- A ver, Martin... -Danny le pidió la libreta de notas y la leyó con mucha atención.- Sí que es verdad que hay alguna cosa que puede ser interesante. Podríamos coger ramitas de ajenjo y llevarlas con nosotros. Aquí pone que los indios las usaban para auyentar a los espíritus. ¿Sabéis donde hay?

Otra cosa que pone es que los indios se enfrentaron a un monstruo y lo retaron a un duelo de contar chistes: el primero que riese, perdía. Jack podría intentarlo, llegado el caso. Siempre ha sido muy gracioso... -había algo de rentintín en las palabras de Danny.

Y lo de las cabañas de sudar... -que había nombrado Martin.- ¿Creéis que podemos intentarlo? Nos podemos encerrar aquí, y quemar hierbas, como los indios. A lo mejor tenemos una visión que nos ayude. Necesitamos saber cómo derrotarlo, y a lo mejor... -el muchacho no tenía ninguna esperanza en que lo hicieran mediante un concurso de chistes, si su campeón iba a ser Jack.

Cuando cada uno comenzó a contar las cosas raras que les habían pasado, Danny contó las suyas:

- Yo soñé una vez con que un payaso de ojos amarillos -o plateados, mo lo tengo muy claro- me pedía ayuda desde una alcantarilla. Tuve más pesadillas parecidas con esos ojos, hasta que un día... mi abuela tenía esos mismos ojos y comenzó a perseguirme por casa. Me encerré en mi cuarto y cuando volvieron mis padres, mi abuela ya estaba "normal" otra vez. 

En cuanto a la foto que dice Jack... Mirad.

La sacó con cuidado del sobre que tenía dentro de la carpeta con los papeles de Paul, y la dejó caer en el suelo, procurando tocarla lo menos posible.

En ella se veía su abuela con el abuelo de Paul, en una feria, con un payaso estilo Bozo en el fondo de la imagen, subido a un monociclo.

En el jardín de la vieja señora Knight hay una planta.- Contesta el robusto niño recordando donde había cogido él la suya.

Miró la foto que Danny había dejado en el suelo.- Ese payaso es el que me atacó en mi casa.- Dice señalando la foto, aunque lo cierto era que imitadores de Bozo había muchísimos.- ¿Qué os ha pasado con esa foto?

No había acabado de preguntar Martin cuando de pronto el payaso, que montaba en un monociclo comenzó a moverse. Una música alegre salió de la fotografía mientras el escondite se llenaba de olor a algodón de azucar y a maiz con mantequilla.

Agarré un palo y le di a la foto para que se cayese al suelo:

-Eso es lo que hace te intenta como absorber, mira -le enseñé mi herida en el dedo- no se si el payaso vampiro me mordió. -tuve una idea- ¿y si la rociamos con agua bendita? o mejor, ¿y si la quemamos?

Saqué le mechero que no había devuelto a Danny.

El chico retrocedió asustado al ver aquello, apretando con fuerza la botella... Hasta que se dio cuenta de que seguía teniendo el "arma" en la mano, y aquello le dio mayor confianza. Se acercó con paso decidido a la foto, desenroscando el tapón, con el ceño fruncido. 

-Jack tiene razón... Empecemos acabando con esta foto-dijo, con un tono que le pareció muy serio y solemne, mientras dejaba caer unas pocas gotas de agua sobre la foto. 

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH

Un grito desgarrador surgió de la foto mientras el payaso del monociclo se estremecía y caía al suelo, disoviéndose en lo que parecía moco y pus. Chester retiró la botella. La foto no se movía. El payaso no estaba allí.

Con el palo aun en la mano hice un movimiento rápido y clavé la foto en el levantándola del suelo:

-¡Diuuuuj, que asquito!

Me giré y empecé a mirar a todos, a ver a quien tenía mas cara de asco para acercarle la foto pringosa ayudado de mi palo...

En aquel momento apareció de nuevo la cara del payaso que, agarró con fuerza el palo que, en principio parecía no haberse hundido. ¿¿CREÉIS QUE PODEÍS VENCERME??¿CREÉIS QUE TENÉIS ESE PODER? ¡¡¡IDIOTAS!!! Devoraré el corazón del Ryan. Haré que otro recluso acabe con Joshep. El tito Jack vomitará sus intestinos. Linda acabará con Lily* a martillazos. La repeinada de Anne será violada por cinco vagabundos hasta que muera. ¡¡ESO HARÉ SI ME PERSEGUÍS!!

"Esa cosa", "Eso tiró con más fuerza del palo, pero no consiguió epujar al niño. Es más, en un momento dado, cuando una de sus manos salió de la foto se vio realmente herida. Soy el puto Pennywise y no podéis matarme.

Tiré el palo otra vez al medio y busqué un papel o algo que ardiese para tirárselo encima:

-Pues el agua bendita no ha funcionado, no es un vampiro, pero ha dicho algo de Puto Pennywise, habrá que mirarlo en  una enciclopedia.. Por cierto, ¿quién es Ryan? ¿Y Joseph y la repeinada Anne?, y lo mas importante... ¿qué es violar? -fruncí el ceño- Tito Jack no vomita intestinos, vaya tontería, para eso tendría que comer alguno y eso es asqueroso.

Tiré lo que encontré ardiendo sobre la foto...

Me estremecí y solté un grito cuándo la foto empezó a moverse. ¿Cómo se iba a mover una foto? ¿Y cómo iba a hacer música y ...olor? Es por eso que cuándo Jack y Chester dijeron de destruirla asentí con vigor. (Por una vez Jack había dicho "algo" con sentido).

El grito del payaso hizo que yo gritase de nuevo, asustada, aunque su grito era tan fuerte que el mío no se oía. Y entonces, ya no estaba. ¿Lo habíamos matado, así, tan fácil? Mi inocencia me hizo ilusionarme por un segundo, hasta que Jack empezó a golpear la foto con el palo yla mano del payaso lo agarró.

Di dos pasos hacia atrás, alejándome de esa mano horrible, pero cuándo mencionó a Ryan el valor vino a mí.

- ¡No vas a hacerle nada a Ryan maldito payaso! ¡No te lo permitiré nunca!

- ¡Quémala, Jack! ¡Quémala! -no hacía falta que insistiese, pues Jack ya lo estaba haciendo. Era el deseo de verla arder y que desapareciese aquel horrible payaso de allí lo que le hacía repetir aquello.

El muchacho vio salir la mano herida de la foto, y se preguntó si el agua bendita no habría hecho su efecto. ¿O habría sido el palo? De algún modo, tenía la impresión de que habían conseguido hacerle daño.

Danny temblaba en esos instantes, mientras esperaba si el fuego hacía efecto, y se arrepentía de haber sacado la foto del sobre. Pero es que él estaba absolutamente convencido de que dentro de su refugio estaban a salvo de "eso" y no se imaginaba que el monstruo pudiese atacarles estando allí dentro.

Ahora sabía que no era así, y que no había refugios que valiesen. Tendrían que acabar con él, alguna forma habría. Antes de que fuese capaz de cumplir sus terribles amenazas.