Partida Rol por web

- Si, papá. -contestó obediente. Rápidamente se puso manos a la obra, extendió el mantel, puso los platos, vasos y cubiertos, y levantó la tapa de la cazuela para ver qué se guisaba.

- Tranquilo campeón, ahora vendrá mamá y te cambiará. -jugueteó con su hermano para entretenerlo, haciéndole carotas y ruiditos hasta hacerlo sonreir. Volvía a estar eufórico ante la perspectiva del día siguiente, y no podía evitar que se notase.- A ver si baja ya...

La mujer tardó unoc minutos mas en bajar, pero cuando lo hizo vio a su hijo mayor entretener al pequeño y jugar con él, la mesa puesta y el niño preparado para cenar y no pudo evitar sentirse muy orgullosa de su hijo. Acercandose a la cuna, Lynda se dirigió a su hiujo mientras cogía al bebe y comprobaba si necesitaba ser cambiado.

—Papá me dijo que querías pedirme algo

- Sí, verás...

Danny le volvió a contar a su madre cómo Jack y él se habían hecho un nuevo grupo de amigos. Le habló de Chester, de Martin, de Paul, de Emiliy y de Lissey y se le volvió a olvidar el comentar el asunto de la persecución de los matones y la bici de Lissey.

Luego le explicó que la propia Lissey había tenido la idea de quedar al día siguiente a las diez y de llevarse unos bocadilllos para comer por ahí.

- ¿Podré ir, mamá? Por favor, papá me ha dicho que por él, sí. -había que ver la cara exagerada de buen chico que sabía poner Danny en este tipo de circunstancias.

Asi que quieres salir con tus nuevos amigos... Bueno, no veo ningún inconveniente. Jack es un poco calavera pero parece un buen chico y a esas niñas Emily y Lissey las conozco. Emily es muy buena y muy devota.

Lynda era la única persona del pueblo que no llamaba a la madre de la niña "La Beata": aunque reconocía que en ocasiones exageraba demasiado, no la parecían bien las críticas hacia las personas y menos aún calificar a alguien de Beato o Santo. Aquello estaba demasiado cerca de la herejía para agradar a la religiosa mujer.

Lissey es la hija de Crauff ¿no cariño? Fue un heroe de guerra y parece un buen padre, sus hijos han salido los dos muy simpáticos—comentó la mujer a su marido— Aunque esos Martin y Chester...no se...no parecen llevar buena sangre.—dijo torciendo el gesto en referencia a sus padres. No había que olvidar que eran el hijo de un usurero y de un asesino respectivamente— Y ese Paul...me parece bien que hayaís ido a consolarlo. Si, Papa me lo contó. Por mí puedes ir, pero no te fies demasiado de Chester y Martin

Bueno cielo, ¿no dice la Biblia no juzgueís sí no quereís ser juzgados?— contraatacó el padre desde la puerta. La fervosidad religiosa de él no era excesiva. Su idea de Dios era más masculina, pero aún así quería a su mujer como era. Incluyendo sus manías religiosas— Seguro que son buenos chicos y que si hay algo raro, Danny será lo suficientemente listo como para alejarse de ellos

- Sí, sí, ¡claro! ¡Gracias mamá! -el niño se lanzó a su cuello y le dio un beso en la cara.- ¿Cenamos? Tengo un hambre... y luego, luego tengo que hacerme los bocadillos para mañana y... ¡y preparar la mochila con los bocadillos y el agua! -no cabía en sí de alegría. 

Luego se iría a la cama. Que se pudiese dormir o no, eso ya sería otro asunto.

Ya te prepararé yo los bocadillos por la mañana, así estaran más frescos. —respondió la madre del muchacho.—Ponte a leer o ver la tele, o ve a la cama si estas cansado.

Cuando ya estaban terminando de cenar, comenzó a sonar el telefono con fuerza. ¿Una llamada a la hora de la cena? Desde luego, aquello no era nada habitual.

- ¡Ya lo cojo yo! -se levantó de la mesa, raudo y veloz, siguiendo con su táctica de hijo solícito en agradecimiento de lo bien que se portaban sus padres con él.

¿Hola? ¿Eres Danny?—La voz que sonaba le resultaba familiar y de fondo se oía a su amigo Jack, por tanto dedujo que era su madre. La voz sonaba ligeramente angustiada y muy nerviosa—Podrías ponerme con alguno de tus padres ¿por favor?

- Sí, señora Sick. Un momento por favor. -Y, tapando el teléfono con la mano, se lo pasó a su madre.- Es la mamá de Jack.

A ver, traelo —respondió la madre cogiendo el teléfono— Buenas noches señora Sick, no... no estabamos acostados aún, terminabamos de cenar. ¿Que? Oh Dios mío... No, no claro... Por supuesto que no hay problema.

La expresión de Lynda era de desconcierto antes de continuar hablando

En medio hora, de acuerdo. No hay problema...Veran como todo se soluciona y no llega la sangre al río.

Danny pegó el oído pero, al margen de las palabras de su madre sólo podía escuchar un ligero murmullo provinente del otro lado de la línea telefónica.

Cuando su madre colgó, el chico no perdió un instante:

- ¿Qué pasa mamá? ¿Ha pasado algo? -algo en el tono de su madre le sugería que así había sido.

Nada grave hijo, pero...eh...tu amigo Jack, va a pasar el fin de semana con nosotros. Sus padres tienen que ir a... hacer unas gestiones. Tu padre y yo prepararemos una cama, junto a la tuya—añadió con una mirada que decía claramente "tenemos que hablar"

- ¿Jack? ¡Yupi! -saltó de alegría al recibir la noticia, sin pararse a pensar qué pudiesen ser aquellas... "gestiones"- ¿Y va a venir ahora? ¿A dormir aquí, de verdad? ¿Y cuánto tardará?

Yo os ayudo a preparar la cama. -dijo, cuando se hubo tranquilizado un poco.

Ehhhhh mejor recoge la mesa ¿de acuerdo? Ya subiras luego, campeón—Daniel intercambió una mirada con su esposa y subieron als escaleras hacia el cuarto de Danny

- Vale, papá. -Obedientemente, se puso a recoger la mesa.- Pero... Jack... ¿cuánto va a tardar en venir? -insistió.

Una media hora, y ahora vamos. Haz caso a tu madre

No tardaron mucho en llegar a casa de los Parker. Mientras Joseph conducía iba hablando con su hijo y dejandole muy claro como tendría que comportarse en casa de su amigo si no quería quedarse castigado en casa todo el verano:

—En primer lugar, te portaras bien jovencito. Y con eso me refiero a que no te comportaras como un crío de cuatro años. Ya tienes una edad. Y no me vale con que me hagas promesas que no vayas a cumplir, se muy bien como funciona eso. Trataras con respeto a los Parker y les obedeceras no cómo si fuesemos nosotros... MÁS que si fuesemos nosotros.

Joseph estaba dejando bien claro el comportamiento que su hijo debía cumplir. Sabía lo tarambana que podía llegar a ser, y no quería ocasionar problemas a los Parker.

Apoyado aún sobre mi mano, le iba diciendo: -Si papá... -De forma sistemática.

Sabía perfectamente como me tenía que portar en casa de "extraños", bueno, en este caso en casa de Danny, el cual no era un extraño, ¿o si?, últimamente me había traicionado por sistema delante de los nuevos, supongo que era para hacerse el mayor, o el interesante. Sea como fuere, era un buen momento para vlver con el, y bueno, espero que po la nche no hiciese mucho ruido.

Aun recuerdo la noche en la que se tomó algo que no le sentó bien y se tiraba... bueno, esa historia la contaré otro día delante de todos.