Partida Rol por web

Madre... Marcus era un amigo de su infancia. La yaya le echa mucho de menos, murió hace cinco años.—explicó el hombre a los chicos. Hace cosa de 30 años, yo no era mas que un chaval, la abuela se quedó ciega unos meses. Los médicos lo achacaron a que fue expuesta a una luz muy fuerte, como si mirase el fuego o al sol aunque ella no recuerda que fue.

Si lo recuerdo...fue eso—murmuró para luego añadir— no, no fue eso

La yaya de Danny no me daba buen rollo, además de que en cierta manera me repugnaban lo sonidos que hacía mientras comía aquella cosa triturada como papilla.

No se para que están las dentaduras postizas... -pensaba en la mesa.

Se me quitó el hambre al escuchar a  su yaya, y entonces, decidí seguirle la corriente, a ver si por lo menos, ya que me había estropeado el apetito, me pegaba unas risas esta noche con Danny haciendo alusión a cuando ella delira:

-¿Y entonces que pasó yaya?

- Mi abuela siempre habla de luces y de alcantarillas... es como una fijación. -le susurró. Después vio que su amigo le preguntó a su abuela. Generalmente ella era incapaz de seguir una conversación coherente, pero quizás con Jack fuese distinto.

La anciana seguía en su mundo y un ambiente de incomodidad pareció reinar la mesa.  El padre de Danny era demasiado educado para reprender a Jack aunque su madre era capaz de lanzarle una buena bronca o incluso un castigo. Era muy estricta. Sin embargo, Lynda estaba ocupada dando de comer al bebe y nadie dijo nada ni parecieron oir el comentario del niño. Unicamente un encogimiento de hombros por parte de la yaya y una palabra.

Ya da igual...todo está bien

Una vez terminaron de cenar, Lynda recogió los platos mientras su marido llevaba a su madre a la habitación y después de recordarles que se cepillaran los dientes y se fuesen pronto a la cama para madrugar e ir a misa comenzó a fregar los platos.

Danny se lavaba los dientes mientras trazaba mentalmente los planes para el día siguiente. Primero ir a misa y luego esperar a que llegasen los padres de Jack para poder coger la lona.

Observo a Danny como miraba las musarañas,  le comento con voz apenada:

-Danny, ¿por qué  o nos lo montamos mañana para no ir a misa?, yo no quiero ir...

Realmente, no quería ir, en mi casa no era costumbre, y sólo recordaba alguna boda, lo cual era de lo mas coñazo, y mas a mi edad.

- ¿¿¿Tú no vas a misa los domingos??? -le miró con los ojos asombrados y el cepillo dentro de la boca. Nunca acababa de conocerse a una persona, aunque fuese tu amigo del alma. Cuando vio que Jack hablaba en serio y no era otra de sus bromas, contestó.- Mira: creo que es más fácil que mi abuela diga cinco frases seguidas con sentido a que mi madre no me haga ir a misa un domingo. Y ya has visto con tus propios ojos cómo está mi abuela... -se rió.

Con mi padre es diferente, él pasa más, aunque va todos los domingos con nosotros, por no disgustar a mi madre. Bueno, como yo. Quizás si les decimos que tú no vas y que tenemos que esperar a tus padres...

El chaval no tenía ni la más mínima esperanza de que aquello ni ninguna otra cosa por el estilo funcionase, pero bueno.

Mi imente maquinaba, incluso se podían escuchar las ruedas dentadas girando en mi cerebro:

-¿Tu yaya va?

- Depende. Hay veces viene con nosotros y la llevamos en la silla de ruedas. Pero otras se queda sola en casa si no está muy mal. Alguna vez se queda papá con ella, si está pasando una mala temporada.

me senté mientras simulaba acariciar a un gato encima de mis piernas:

-¿Y tu yaya como está?, ¿la llevaran esta vez? -el otro frente para mi maquiavélico plan era- ¿y si uno de los dos se pone "enfermo"?, antes dijiste que si la momia está enferma no va allí.

- Yaya ahora está pasando una buena racha, pero igual la dejan aquí sola o igual se la llevan. No tengo claro de qué depende para que la lleven con ellos o no.

Y, si uno de nosotros dos "se pone enfermo", a lo mejor no nos hacen ir a misa, pero luego no nos dejarán tampoco salir a jugar, ¿no? -a ver que idea se le pasaba a Jack por la cabeza, que para eso se las pintaba solo.

Me rasqué la coronilla mientras pensaba:

Jope, si ahora está en un momento lúcido, no quiero ver cuando la momia esté en baja forma...

-Entonces, si lo he entendido bien, si TE PONES enfermo, nos podríamos quedar aquí los dos, y bueno, debe haber virus que se vayan en unas horas, como cuando te da diarrea, sueltas lo que hay que soltar, y ya no tienes mas. Mmmm -seguí maquinando- Daaannyyyyy, ¿no tendrás chocolate por ahí, no?, o mejor aún, ¿dónde tienes el cajón de arena del gato?

- Yo paso de hacer ver que me pongo enfermo; si quieres, te pones tú. -se negó, imaginándose la que le podía caer si sus padres se daban cuenta- Pero no te voy a dejar que enguarres nada ni con chocolate ni con las cacas de Jhonson...

Mira, mejor nos vamos a dormir -dijo, dejando el cepillo en el vaso.- y mañana por la mañana ya veremos de qué humor están mis padres. Y, a malas, tampoco pasa nada por ir a misa. La hacen temprano y aún nos quedaría toda la mañana por delante.

Siempre he admirado a Danny, por una razón, es un genio en la ignorancia, y sin darse cuenta, no es la primera vez que me da una solución a los planes que yo mismo maquinaba:

Asentía mientras le escuchaba despacio una y otra vez, pero mi cerebro desconectó y realmente ya no le escuchaba, o escuchaba lo que me interesaba:

enfermo te pones tú.  vamos a dormir por la mañana. Y, a malas, tampoco pasa nada. nos quedaría toda la mañana por delante.

Me dirigí hacia la cama con una sonrisa propia de Maquiavelo...

La noche pasó rápida y tranquila y el día no tardó en llegar. Quien sabe cuando, la madre de Danny había abierto las cortinas para que los niños se despertasen y, efectivamente. Aún era temprano cuando se despertaron con los ruidos típicos de la mañana, entre ellos los movimientos que indicaban que estaban preparando la silla de ruedas para la abuela.

-Mmmmmm, auuuuh!

Sin mirar dejo caer mi brazo con fuerza sobre la cama de Danny intentando golpearle por el estómago y despertarle cariñosamente.

Al ver como se encoje del gope, me río:

-jajajajajajajaja.

Luego le digo:

-Danny, ves a tu madre y dile que respiro raro, como si tuviese uno de mis ataques de asma...

Después de levantarse de golpe y devolverle la "caricia" a su amigo con un potente almohadazo en los morros y una alegre risotada que denotaba que no estaba molesto, escuchó la proposición que le hacía.

- ¿Estás seguro? -le preguntó, en tono bajito, temeroso de que la idea que tuviese Jack en mente les pudiese meter en un lío. - Mira que nos puede salir el tiro por la culata. Si mi madre se piensa que estás malo, no nos hará ir a misa, pero tampoco nos dejará salir de casa.

Esperó a ver si Jack reconsideraba su plan estratégico y, si no lo hacía, llamaría a su madre diciéndole que parecía que se estaba ahogando.

Doy dos golpes sonoros a los lados del cuello de Danny y le comento:

-Jajaja, suenas como cuando se golpea a un filete, jajajajjaja.

Luego proseguí:

-Ay, pequeño Danny, cuanto has de aprender. Recuerdoq ue con tu edad no era tan quejica y mas divertido. Los ataques de asma duran poco, un poco de gas mágico y se acaba. Lo justo para que se vayan, y cuando vuelvan esté al 100%

Levanté las dos cejas a la vez y volví a darle otro golpe para que sonase:

-Jajajajaja, me encanta.

Antes de que los niños pudiesen seguir maquinando, Lynda apareció en el marco de la puerta.Para ella no existía la idea de la necesidad de privacidad de los niños.

¿Que haceís que todavía no estaís listos? Venga,vamos. Levantaos. Jack, tu madre me ha dado la ropa de los domingos...por alguna razón creía que se te olvidaría meterla