Partida Rol por web

- ¡No, no! - exclamé dando unos pasos atrás, sobresaltada. Su buen humor no me había preparado para tan cambio brusco. - Son sólo unos arañazos... Fui al parque y me encontré con la hija de la señora tan religiosa, vive un par de casas más allí. - dije señalando con mi brazo, aunque mi sentido de la orientación dentro de casa no era muy bueno, no sabía dónde estaba la derecha y la izquierda de la calle. - Jugando con la bici se me ocurrió que podía llevarla...y nos caímos en la ladera. A la bici se le pinchó una rueda y se desequilibró. Ella se peló los codos, yo caí de frente... Pero no pasa nada, sólo fue un accidente jugando. - pensé en la realidad, cuándo había intentado embestir a Vicent, ¿qué se me había metido en la cabeza? - Pero aprendido la lección de no hacer eso nunca más. - añadí al final, no del todo segura en mi interior si me refería a suicidarme contra Vicent o era el final de la mentira para intentar complacerle más.

Miré la olla e intenté cambiar de tema hacia su cena. Suponía que las alabanzas le pondrían de buen humor.

- Huele muy bien...¿Decías que podremos visitar a Ryan? - dije realmente ilusionada.

¿La hija de Claire White? —Phil frunció el ceño. Había sido muy amigo de la pareja hasta que las obsesiones de Claire les alejaron, estas obsesiones se incrementaron especialmente desde la muerte de su marido. Sin embargo había visto a la niña por la ventana alguna vez y fisicamente era el vivo reflejo de su padre. ¿Montó en la bici? La caerá una buena bronca.. esa mujer...

Si, es posible que el mes que viene podamos ver a tu hermano. Aún esta con el preoperatorio pero los médicos son optimistas. Pero tendras que llevar los sobres que te de. Mañana mismo, tienes que llevar sobre las 9 un sobre con manuscritos. Es a la hora que sale el correo urgente. Tu cena, que yo voy a cambiarte la rueda....¿Sabes que te quiero no cariño?

"Sí, Claire White...puede..." -pensé mientras asentía. No estaba segura, pero con mi descripción Phil tenía que ahber entendido a quién me refería. Ahora debía acordarme del nombre, por si acaso. El hecho de que Phil frunciese el ceño me asustó hasta que habló. Me había creído, estaba de suerte.

Cuándo empezó a hablar de Ryan se me iluminó la cara (no me veía pero estaba segura de ello). ¡Ver a Ryan de nuevo! ¡No tendría que pasar el verano aquí sola y sin verle! Eran las mejores noticias que me podrían haber dado en el día de hoy.

- ¡Sí,sí! Llevaré los sobres siempre, no te preocupes. Me pondré el despertador muy pronto.

Me estaba sentando en la mesa, sin haberme percatado de lo sorprendente que era que Phil se mostrase optimista y encima me fuese a arreglar la bici sin echarme bronca. Estaba demasiado feliz en esos momentos para darme cuenta de los pequeños detalles... Pero no de los grandes. Cuando Phil hizo esa pregunta retórica antes de salir, me quedé congelada y sin saber qué hacer. 

​"No la fastidies Lissey, no..."

Con una sonrisa tímida miré a Phil y asentí para después coger los cubiertos y servirme algo de cena. No podía hablar, no quería decir nada, así que era mejor callar y asentir. Cómo había escuchado a veces a los mayores decir "el silencio otorga", que me dijeron quería decir que si alguien no dice nada es como decir sí en silencio.

Tras una de las cenas más extrañas de su vida, donde Phil parecía animado e incluso hasta contó un par de chistes de polacos, Lissey se fue a la cama con una mala sensación. La cena había estado ciertamente deliciosa pero esa alegría sobría de su padre le daba mala espina. Habían sido cinco años de moratones que esconder y de noches llorando en silencio con la cabeza en la almohada. No era capaz de deducir que pasaba por la cabeza de su progenitor y no quería saberlo. Cuantos más días estuviese así mejor. Menos días conflictivos antes de poder irse de casa. Y luego estaba la mentira: por una parte sabía que estaba mal mentir a su padre... y que era peligroso, nunca se sabía como podría reaccionar después de un día tan bueno. Pero además sentía que la gustaba. Sentía una amarga alegría al verse capaz de engañar al borracho de su padre, al hombre que hacía que su madre tuviese que utilizar maquillaje para cubrir los moratones. Al hombre al que odiaba. No tardó mucho en dormirse con un sueño tranquilo, a pesar de lo que había pasado el día anterior. El cansancio, y el alivio de que no hubiese habido bronca ayudaban mucho a ello.

Sabado

La mañana  hizo su aparición con unos tenues rayos de luz que dieron directamente en los ojos a Lissey, justo a la par que el despertador sonaba fuertemente. Era hora de desayunar y hacer el encargo para Phil.

Cogí el despertador a la vez que daba un respingo en la cama. Estos cacharros eran tan ruidosos... no me acostumbraría nunca. Apagué el vibrante reloj que tenía entre las manos y lo volví a depositar en la mesita. 

Me senté en la cama para evitar dormirme de nuevo (las sábanas por la mañana tienen un efecto imán muy fuerte) y me desperecé. La noche había sido de lo más extraña. Primero el humor de Phil, luego esa sensación de...¿poder? que me había embriagado y todo había concluído con un sueño reparador, sin pesadillas. ¿Tendría algo que ver con lo que había pasado con las velas?

No estaba segura de si ese pensamiento me asustaba o por el contrario me excitaba, pero no tenía tiempo que perder. Me quité el camisón del pijama y me puse unos vaqueros cortos y una camiseta sin mangas. Al verme en el reflejo del espejo del tocador me lo repensé. Las rascadas de la bici no importaban, pero los moratones de Phil de hacía dos días sí. Se veía claramente que no eran de ayer ni de una caída de bici. Incluso me atrevería a decir que veía las marcas de los dedos. Me quité rápidamente la camiseta y me puse una blusa de manga larga veraniega. No era tan deportiva, tal vez incluso un poco repipí, pero evitaba preguntas. 

Fui al cuarto de baño del piso superior y me lavé la cara antes de bajar. Al llegar al último peldaño de la escalera mis piernas dudaron sobre dar el último paso. ¿Estaría Phil de tan buen humor como ayer?

- Buenos días... - dije sin levantar demasiado la voz dando el último paso de la escalera.

Lissey no pudo oir respuesta alguna y dedujo que su padre aún continuaba durmiendo. La niña miró el reloj del pasillo, eran las ocho de la mañana y el sobre tenía que estar mandado antes de las nueve... ¿pero donde estaría? Por inercia, la niña entró en la cocina para desayunar y vio el sobre junto a una botella medio vacia de brandy. Todavía tenía tiempo de desayunar, hacer unos bocadillos para comer e ir a entregar el sobre antes de ir con los demás.

No encontrarme con Phil de buena mañana era algo bueno, sin duda. Aunque el hecho de que la botella de brandy estuviese sobre la mesa podía ser una mala señal. Sin embargo, ya me preocuparía de eso luego.

Desayuné unos cereales con leche con rapidez y me cepillé el pelo y los dientes antes de salir. Con la mochila a la espalda me aseguré de meter el sobre con cuidado y cerrar bien todas las cremalleras. Justo antes de salir, di media vuelta y escribí una nota para Phil.

Después de enviar el sobre voy a ver si puedo ir a jugar con la hija de los White.

                                                                                        Lissey

Esta vez estaba casi segura de que ese era el apellido. Cuándo Phil lo dijo ayer utilicé un truco que me dijo una vez un profesor: Si te cuesta acordarte del nombre de algo, asócialo con una imagen que te lo recuerde. En este caso había sido simple, ya que no era difícil recordar el blanco. De hecho, si no me acordaba y me quedaba en blanco... Ahí tenía la solución.

Tras dejar la nota pegada en la nevera salí de casa y cogí mi bicicleta, que supuestamente Phil había arreglado ayer noche, y me dirigí a la oficina de correos con prisa. Tenía tiempo de sobras, pero prefería llegar antes que tarde, con algo tan importante como esto.

Lissey llegó a su casa jadeando. EL rodeo no había sido muy largo pero el día había sido intenso. La niña aparcó la bicicleta en el garaje y entró en su casa sin saber si iba a encontrarse al Phil neutral o al Phil malo. Lo que tenía claro es que no iba a encontrarse al Phil bueno. Finalmente, tras dudar unos segundos cruzó el umbral de la puerta. Todo parecía normal, la cena estaba hecha y Phil estaba viendo una serie policíaca en la tele. Era la serie que todos los niños del cole veían a escondidas de sus madres por el vocabulario soez que tenían los personajes. Su propio hermano estaba enganchado a la serie, aunque Phil nunca le había prohibido verla.

- Hola, ya he llegado... - dije sin levantar demasiado la voz. No quería que Phil se enfadase conmigo si estaba tranquilamente viendo la tele, pero si no le decía que había llegado podía ser la excusa perfecta para echarme bronca...

"O peor."

Al cruzar el pasillo el reflejo en el espejo de entrada me sobresaltó. No recordaba la camisa manchada con sangre seca, y aunque estaba bastante segura de que Phil no lo vería, debía cambiarme. Aceleré el paso para ir directamente al baño y darme una duchar rápida antes de cenar. Phil seguramente ya había cenado y por eso estaba viendo la tele... No dejaría que su cena se enfriase sólo por mí. 

"Y cuándo termine cenaré y me iré a la habitación...¡Oh no! Debo decirle lo de Emily... Después de cenar, sí, será lo mejor. La serie ya habrá terminado entonces y no le molestaré..."

Phil dio un gruñido a modo de saludo y continuó viendo la televisión. Mientras tanto, Lissey se dio una ducha caliente, dejando de lado la ropa sucia y relajándose con el agua caliente. Su padre habia repetido muchas veces que el poder tener agua caliente era una bendición para todos. Mientras el agua golpeaba fuertemente la espalda de la chiquilla resbalando por su juvenil cuerpo,  la niña cerró los ojos deseando que su hermano estuviese allí. Vamos. No en la ducha. En casa. En casa y feliz. Cómo antes de que su padre... Igual daba.

Liss terminó de ducharse y tras ponerse el pijama bajó a comer la cena antes de ir al salón para hablar con su padre. Quizas los anuncios fuesen una buena oportunidad. Podía sentarse y ver la serie hasta que pusieran anuncios. Entonces Phil estaría relajado y de buen humor... o eso esperaba.

Me senté en el sofá, relativamente alejada de Phil, mirando con nerviosismo la televisión y esperando los anuncios. Mis piernas se balanceaban al borde del sofá y tenía que contenerme para no hacer ruiditos nerviosos (eso enfadaría a Phil). cuándo por fin los anuncios aparecieron, respiré hondo y le miré, aunque no directamente a los ojos.

- Esto... ¿Puedo hacerte una pregunta? Es sobre Emily y su madre... Es que Emily me cae muy bien pero su madre casi no le deja salir... Pensaba que tal vez podíamos tomar un café o un té con su madre, y así pues... confía en que Emily no hará cosas malas conmigo... Emily me ha dicho que le caes bien a su madre, y... bueno... eso...

No había sido mi mejor discurso, ni por asomo, pero lo que había parecido tan fácil en mi mente cuándo se lo propuse a Emily se convirtió en una batalla, aquí, en el sofá de casa.

¿Emily? ¿Su madre?— Phil arrugó el entrecejo, no caía en la niña aunque atando cabos finalmente pareció entender a lo que s hija se refería. Solo había una niña en el pueblo a la cual no la dejasen salir. Aquella enfermiza y pálida cria que parecía siempre estar triste— ¡¡¡¿La Beata?!!! Esa mujer está loca— respondió Phil y, ironías de la vida, añadió— Está arruinando la vida de su hija...

Una vez más utilizaban lo de "beata" y una vez más no sabía que quería decir. ¿Se lo debería preguntar a Emily? Tal vez se enfadaba...lo buscaría en el diccionario. 

Cuándo dijo que la madre de Emily le estaba aurruinando la vida tuve un encntronazo de pensamientos y sentimientos: Por un lado creía que tenía cierta razón: no le dejaba hacer nada y era una niña, los niños tienen que jugar y hacer amigos. Por otro lado me parecía increíble que se atreviese a decir eso cuándo el llevaba años arruinando la vida de mamá, la de Ryan y la mía. ¿Se podía ser tan ciego? ¿O acaso lo había dicho a propósito? 

Sea como fuere, tenía que intentar convencerle de lo del café si quería llevarme a Emily al cumpleaños de Martin, así que asentí y continué hablando.

- Bueno, creo que está un poco más normal ahora... Fíjate que Emily me ha dicho que le caes muy bien, sabrá que eres un héroe de la guerra. - no pensaba lo que decía pero eran palabras fáciles que había oído repetir año tras año cuándo se acercaba el 4 de Julio, además de casi cada día después de que volviese de la guerra - Creo que la señora está un poco sola, pero no está loca... - "aunque da mucho miedo" - Sería bueno para Emily que su madre confiase en los vecinos como nosotros: ella quiere jugar y hacer amigos, pero su madre está siempre preocupada por con quién va, si van a ser malas personas y esas cosas... Y yo no soy traviesa, y Emily y yo queremos ser amigas... Por eso...bueno ¿Quiere tomar un café con ella, un día?

Aquel comentario sobre el heroismo no parecióagradar demasiado a Phil ya que le traía malos recuerdos pero tras escuchar a su hija, comenzó a sonreir. Levemente eso si.

Bueno—dijo finalmente— Es verdad que esa pobre cría está sola. Además te vendrá bien tener amigas como ella en lugar de esas chicas maleducadas con las que salías. Además, yo era muy amigo de su padre.

En aquel momento algo muy raro paso pues llamaron a la vez a la puerta y al telefono. Phil se quedó un segundo confuso antes de reaccionar. Contesta al telefono Liss...voy a ver quien llama

El hecho de que dijese que Brandy era una maleducada ponía una piedra en mi "superplanperfectoinfalible", pero parecía que por el resto le estaba convenciendo.

De repente el teléfono y la puerta "sonaron" a la vez. Qué coincidencia. Sería ley de "Blurphy" o algo así, no sabía el nombre. Asentí a las órdenes de Phil y me levanté del sofá para coger el teléfono.

- Hola, casa de los Crauff. ¿Con quién hablo? - "sé educada" - Por favor.

-¿Lissey?-la voz de Emily sonaba en el telefono-. Soy Emily.... mi madre va hacia allí.—explicó la niña justo en el momento en el que...

Hola. Buenas noches. Espero no molestarte Philip pero tengo que hablar contigo...oh...ahi está tu pequeña...no deberías dejarla ir en bicicleta.

- Emily, ¡ho... - detuve mi respuesta cuándo vi aparecer a su madre en la puerta del porche - Tu madre está en mi casa. ¿Qué ha pasado? Phil estaba de acuerdo en tomar un café con ella...- le dije bajito por el auricular del teléfono mientras miraba de reojo a la madre de Emily y a Phil.

¿Porqué estaba aquí a estas horas? ¿Tan emocionada estaba con lo del café? ¿O estaba enfadada? ¿Y porqué decía lo de la bici? Hoy no me había visto en bici...

Saludé con un gesto de la mano a la madre de Emily al ver que me miraba, pero no colgué el teléfono. Tal vez así podía mantener a Emily al corriente.

Con el telefono en la mano, Lissey asistió a una de las conversaciones mas surrealistas que podía haberse imaginado, con el agravante de que una de las dos partes era su padre. Phil hablaba con la madre de Emily como si ya la conociese de mucho tiempo atras y, recordanco las normas de educación la invitó a pasar al salón. Claro que Claire White era una mujer...especial.

Phil, ¿Cómo se te ocurre? ¿Pasar? Por favor... tu mujer no está y eso provocaría rumores. No puedes permitirte eso teniendo una niña pequeña y yo tampoco. Además, no te entretendré mucho. La velocidad al hablar de aquella mujer era ciertamente asombrosa; probablemente pudiese erntraren el Guinnes de los Records como mujer que mas silabas emite por segundo

Phil suspiró,probablemente recordando los motivos que le habían empujado a alejarse de aquella mujer Deacuerdo Claire...¿Qué querías?

Bueno,estoy aquí por mi hija, como sabes la quiero mucho por eso no la dejo ir en bici ni vestir ropa inadecuada y...

Claire, si vienes a decirme como edu....mira, ya lo hemos hablado. Nosotros dejamos que Lissey monte en bici.  No tiene nada de malo y las ropas que usa son las que usa cualquier chica de su edad

Que lo usen muchos no significa que sea bueno

No creo que vinieses a hablarme de la camiseta de mi hija

No ciertamente. Emily me ha sugerido que tomemos tu y yo un té. Por supuesto en el porche... Se la ha antojado quedar mas con Lissey.

Si, ya me dijo mi hija algo.

Mañana a las 4 tomaremos el té.Espero que estes por allí con tu hija y según como se porte dejaré a la mía ir con ella o no.

No puedes protegerla siempre

Mientras pueda lo haré. Hastamañana