Partida Rol por web

Sus amigos se habían marchado. ¿Eran sus amigos? Algo sería porque habían venido cuando su hermano había muerto. Y sólo pensar en ellos le animaba. Podrían ser insoportables a veces, pero sin ellos probablemente la soledad, el vacío... sería peor.

Pensó en Walter. Otra vez y no se dio cuenta que estaba llorando. Más por cómo se sentirían sus padres que por él mismo.

Dejó el candelabro y acudió a ver a sus padres. Ahora, más que nunca. Necesitaba un abrazo.

Recuerdos...lo peor de todo son los recuerdos.

Paul entró en la habitación para abrazar a sus padres en busca de consuelo, consuelo que de poco le sirvió ya que su madre estaba llorando, y su padre parecía haberse convertido en una estatua de piedra. Las vagas condolencias de los familiares se apagaron y fueron abandonando la habitación, incluyendo al rabino Lidorovich, que le dio algunas palabras de ánimo.

El niño no comprendía porque tenían que pasarse siete días alejado del mundo, cuando el lo que necesitaba era alejarse de aquel ambiente viciado. No tardó mucho en ir a la cama e intentar leer un libro pero las imagenes de su hermano no dejaban de aparecer en su cabeza. Rescordaba como el año apsado, cuando se murió su abuelo por equivocarse con la medicación, había pasado aquellos siete días con su hermano y se habían consolado mutuamente, habían jugado... También recordó sus últimas navidades y como se habían turnado para encender las velas del menorá. No de aquel macabro menorá de siete brazos, sí no del del nueve. El ayudado por su padre, y Walt por su madre...

Recordó el día que dijeron que iban a trasladarse a Derry, un traslado más, pero aquel tenía de especial que iban a vivir en la casa donde su abuelo había vivido en su juventud, antes de morir. El abuelo había abandonado el pueblo con 30 años y no había vuelto. Lo más curioso es que casí no recordaba nada de los años en el pueblo, tan solo algo de malestar. Aquel día Walt había llorado mucho y el le había regalado uno de sus muñecos favoritos. También recordó con amargura, que el estaba en la fuente esperando a Walt cuando todo ocurrió...

Paul acudió a una esquina de su cuarto, allí se sentó en el suelo y comenzó a llorar. No sabía cuanto había tenido que llorar, no sabía cuanto tardó en serenarse allí, pero no quería recordar más, ¿Cómo podía dejar de recordar? No había ninguna manera. Ninguna forma. Pensó en sus amigos y cómo estando con ellos le ayudaría a pensar en otras cosas. Pero no podía hacer nada. Hasta esto le estaba negado.

Volvió a la cama y trató de conciliar el sueño, metió la cabeza debajo de la almohada, e intentó no pensar en nada. La nada tardó en llegar, pero era una nada acompañada de la desesperación más absoluta, estaba seguro que todos los demás no tardarían en morir, su madre, su padre... todos.

Aquella primera noche del velatorio fue extraña....muy extraña. Paul se había quedado dormido, agotado de tanto llorar y con los peores pensamientos que se pudiese imaginar en su cabeza pero ¿que otra cosa se podía esperar? Al fin y al cabo, había perdido a su hermano pequeño. Era la casa, estaba seguro. Antes de mudarse había muerto aquel abuelo suyo al que no conocían y seguro que era su espìritu vagando por allí lo que traía el mal. El niño se encogió en la cama sin darse cuenta y comenzó la que había sido, la noche más extraña y larga de su vida:

Paul se vio a si mismo flotando en un limbo oscuro y sin forma. No había paredes y sin embargo había una partes por las que no podía avanzar. Como si fuese una especie de cúpula invisible. Los primeros momentos, de absoluto pánico los paso tratando de salir de allí chocando contra las paredes de un lado hacía otro. Finalmente y tras darse un fuerte golpetazo que le hizo sangrar la nariz, decidió seguir aqulla invisible barrera. No tardó en darse cuenta de que aquello, en realidad, era una habitación heptagonal, sin paredes ni puertas pero con los angulos bien marcados en su barrera invisible ¿Cuanto seria de alta? ¿Podría romperse? Aquellas preguntas venían a la mente de Paul y se desvanecían. Lo que parecía estar claro es que estaba encerrado.

¿Es que no acabarían nunca los sufrimientos? Ahora no le dejaban soñar tranquilo. Sufría pesadillas. Todo era horrible. 

Pensó en todos los que iban a morir, porque sabía que todo no acabaría en Walt, no acabaría con la muerte de su hermano pequeño, sino que otros niños sufrirían su misma suerte. Pero eso no podía continuar así, sorbió unos mocos mentales, se enjuagó las lágrimas, ya tenía once años, ya era mayor, ya podía tratar de hacer lo que fuera. Las cosas eran increíblemente extrañas, pero todas las cosas en la vida, y en el sueño, tenían normas, Paul lo había comprobado. Tanto en la escuela como en casa. Normas que se podían descubrir.

Siete paredes, siete brazos en el candelabro, siete de nosotros, ¿A qué sabrán las paredes? ¿Habrá una que sabrá a mí? 

Paul chupó, una a una, las siete paredes de su prisión invisible, tenía que averiguar todo lo que pudiera. Si descubría la suya, igual podría atravesarla.

Una a una fue tocando aquellas invisibles paredes. No hizo mas que poner la mano encima de la primera para acercarse a lamerla cuando sufrió un terrible shock. Vio los Barrens... pero estaban cubiertos de sangre, mas que cubiertos, inundados. Y una bestia nadaba a través de la sangre persiguiendo a una sombra que cada vez se iba haciendo más y más nítida: era Chester. El niño corría aterrorizado, con los pies chapoteando en el rojo liquido y con expresión de querer vomitar. Estaba gritando, pero ninguna voz brotaba de sus labios. En aquel momento Chester tropezó con una piedra y cayo rodando ladera abajo en una especie de agujero. Ahora veía a la criatura y era espantosa: como un híbrido entre serpiente y tigre...¿o quizas no? Lo unico que tenía claro es que reptaba y tenía grandes colmillos, además de unos plateados ojos inyectados en sangre y unas alas que utilizaba a modo de remos. La criatura se abalanzó sobre Chester...y rebotó. Furiosa comenzó a dar vueltas en el enorme socavón que había en el suelo, intentando entrar y su boca parecía moverse, como hablando, aunque Paul pensó que siseaba...

Paul dio un saltó asustado hacia atrás pero había decidido ver cada una de las paredes y eso haría. Además ¿de que otro modo podía salir de alli? La segunda pared le llevó a un flash tan terrible como el primero en el que Jack corría y...lloraba. ¡Jack estaba llorando! El niño estaba desnudo, tumbado en la bañera en lo que parecía haber sido un agradable baño... pero una putrefacta mano tiraba de él, arrastrandolo y intentando meterlo por el sumidero. Como evidentemente, era imposible meter al niño por allí, la mano se estiró más, dejando ver un brazo con restos de vendaje que agarraba del epcho al niño y le apretaba.

La tercera pared le llevo a la mente de Danny ¿o era a su realidad? ¿estaría pasando en aquel mismo instante? Danny dormía placidamente y una figura encorvada, esquelética y con la mirada totalmente perdida parecía acercar su anciana mano a él...mientras la mano se iba acercando y convirtiendose en una garra. En ese momento, Danny abrió los ojos e intentó esquivar la mano rodando y cayendo al suelo mientras la figura se acercaba y la visión se desvanecia...

Respirando profundamente Paul se tomó un tiempo antes de tocar la cuarta pared. La visión que tuvo aquí fue practicamente igual que la primera, con la salvedad de que la figura que huía del monstruo era el niño gordo que lo había visitado, el  hijo del que alquilaba la tienda a sus padres. Tambien había otra diferencia y era que los Barrens no estaba lleno de sangre...estaba lleno de arañas. Al igual que en la visión de Chester, el circulo socabado parecía protegerlo de la bestia.

Solo quedaban tres paredes y Paul no sabía si tocarlas o no. Finalmente, se atrevió a ir a por la siguiente. Al fín y al cabo quería saber lo que pasaba con sus amigos y o bien era el turno de Lissey, la niña a la que había librado de los matones o bien era de la niña de la Biblia... Finalmente, resultó ser Lissey. En su visión, la niña tenía un fuerte color azulado y había alguien encima, apretandola con fuerza el cuello mientras ella pataleaba. El ser que tenía encima parecía un hombre de mediana edad y estaba desnudo, dejando al descubierto una espalda con un par de cicatrices. Cuando el hombre giró con un gruñido y haciendo un grotesco movimiento hacia delante la cabeza, pudo ver unos ojos plateados que se desvanecieron en la oscuridad

La sexta pared...la niña de la Biblia no podís ser de otra forma pero...¿Que terroríficas experiencias la aguardaban? Cuando toco la pared, no vio nada terrible pero si algo perturbador. Lissey estaba frente a él, mirandolo fijamente con un largo camisón blanco con bordados... La niña en cambio no parecía verlo. Con un movimiento rápido la niña se giro dejando por unos segundos al descubierto el muslo, un muslo donde tenía una mancha de nacimiento que parecía una cruz. Cuando consiguió borrarse aquella fugaz -y para que negarlo, agradable- imagen se fijo en que la niña estaba mirando una tortuga amarilla... como las anteriores veces, la visión comenzó a desaparecer...

Ya solo le quedaba una pared. La última. La suya. Con miedo, Paul se acercó y la toco...

Nada más hacer esto, Paul se despertó sudoroso en su habitación. La luz se filtraba por la ventana ya que la noche había pasado... ¿Había sido todo un sueño?

Abrió los ojos. Estaba en la cama. Bocarriba. Sudando. Se incorporó y sintió como su cuerpo pesaba. Como algo surgido de lo más profundo de aquel sueño tiraba de él. Era una fuerza invisible y oscura que no le dejaba escapar. Se levantó y caminó con esfuerzo hacia el baño. El Paul del espejo estaba pálido. Abrió el grifo del agua fría. Metió las manos debajo del chorro y se mojó la cara y luego volvió a reunirse consigo mismo en la explanada de aquel espejo. Sin embargo su reflejo  tenía la cara cubierta de sangre. Era como una máscara roja en la que solo se veían sus ojos estrechos. Las gotas resbalaban hacia abajo y caían sobre su pijama formando circulitos de un rojo más oscuro. Paul dió un paso atrás. Estaba muerto de miedo. El corazón apretó el acelerador. La cabeza le dolia. Cerró los ojos y en la oscuridad tras los párpados vió de nuevo como la sangre inundaba Los Barrens, vio los colmillos de la bestia nadadora, la mano arrugada agarrando a Jack, los ojos plateados sobre la espalda cicatrizada y también la marca en el muslo de Lissey. Abrió los ojos y todo estaba igual que antes. No había rastro de la sangre. Ni de la criatura. Solo le quedaba el susto y su corazón a toda leche.

Tengo que avisar a los chicos. Están en peligro. salió del baño corriendo. Fue al armario y se vistió con la ropa que su madre le había dejado preparada. Pensó en sus padres. En el desayuno de todos los días en la cocina. Vió el fantasma del recuerdo de Walter sentado en la mesa tomando cereales y zumo. Lo echó de menos. Se puso el jersey de color marrón y secó las lágrimas antes de bajar.

Cuando los pasos del muchacho resonaron en la silenciosa habitación con destino a la puerta una voz llamo desde el salón. Era su madre...Estaba sola en el salón con la televisión encendida y el canal situado en un programa matinal, pero su madre no parecía estar haciendole mucho caso. Simplemente parecía que lo había puesto para amortiguar el silencio.

¿Paul? ¿Qué haces?  No puedes salir de casa... No hasta el viernes

Amm. Sí. Eh. Si. Lo había olvidado. Era cierto. Paul lo había olvidado. Su cabeza estaba demasiado ocupada en recomponer las piezas del rompecabezas de su sueño. De darle un sentido a todo aquello. De encontrar algun detalle que se le hubiera pasado.

Bueno subiré a mi habitacion. Paul se dio media vuelta y cogió la guia telefonica. Subió las escaleras a media carrera. Llegó a la planta de arriba. Su habitacion estaba al fondo. Podía ver al puerta desde allí. Estaba a medio cerrar. Se quedó quieto. Recordaba haberla cerrado al salir. Lo recordaba perfectamente. Entonces sintió una presencia. Una fuerza invisible que le observaba desde dentro de la habitación.  Caminó por el pasillo mientras le observaban. Se detuvo justo delante de la entrada. El corazón empezó a correr otra vez. Su mano blanca y huesuda empujó la puerta hasta abrirla del todo. Avanzó un pie hacia delante y luego el otro. Todo estaba en su sitio y sin embargo notó que aquella habitacion había cambiado para siempre.

Antes de que subiese su madre articulo unas palabras entrecortadas y torpes. La mujer parecía estar al borde del ataque de lágrimas, cosa completamente lógica.

 Paul...le atraparán y pagará por ello. Le llevarán a Shawshank... Lástima que no sigamos en Texas...le freirían en la silla.—La mujer pronunció las ultimas palabras con odio y siguió a su tarea de no mirar ni escuchar la televisión encendida. Mientras tanto, el niño terminó de subir las escaleras con el libro bajo el brazo. Miró la habitación de su hermano...y se fue a su habitación donde con un cuaderno fue escribiendo todos los números y direcciones de sus amigos, excepto el de Emily. Paul se imaginó que probablemente no tuviesen teléfono ya que la niña parecía no tener muchos recursos y no había ningún White en la guía de Derry.

Mientras escribía se puso a pensar que no era el único de su familia que había fallecido en aquel pueblo. Su abuelo Marcus también había muerto allí: le había dado un infarto en el cuarto de baño. Demasiada muerte acumulada. El pensar en su abuelo le hizo recordar el viejo baúl del desván que había encontrado con su hermano Walter al explorar la casa cuando se mudaron.

El baul. El baul del desvan. La imagen del baul le habia estado rondando la cabeza mientras habia estado apuntando las direcciones de los chicos en su libreta. El baul del desvan. Pensó que seria una buena idea echarle un vistazo. Una excelente forma de hacer que el tiempo pasara un poco más deprisa entre aquellas paredes. Paul salió de su cuarto y cerró la puerta. Se aseguró bien de hacerlo. De que quedaba totalmente cerrada. Luego subió al desvan en busca del baul.

Buscando en el baúl, Paul encontró muchas cosas interesantes. Unos gruesos libros de muchos temas, un par de juguetes antiguos, que parecían haber pertenecido a su padre, entre los que destacaban un camión, hecho probablemente a mano por su abuelo y un oso de peluche que parecía haber sufrido muchas atrocidades a lo largo de su vida...o mejor dicho, de su no-vida ya que el oso no era un ser vivo, propiamente dicho.

Sumergiéndose en el viejo baúl de su abuelo encontró muchas cosas que llamaron su infantil atención, haciéndole recordar con cariño a su abuelo. Había sido un hombre muy duro, y se había negado a abandonar Derry salvo unos breves viajes a visitarlo. Sus padres no entendían el apego al pueblo, puesto que estaban en un estado donde a los judíos no se les tenía especial aprecio, pero había sido particularmente insistente sobre ese tema. "Jamás olvidar" decía siempre. Y lo que se había convertido años después en una consigna de lo que los malvados alemanes habían hecho a su pueblo, era lo que retenía a su abuelo en aquel pueblo: el negarse a cortar sus raíces.

Mientras buscaba, de uno de los libros resbaló una vieja foto, lo  cual sorprendió al niño ya que en la época en la que su abuelo era niño, las fotografías eran raras. Cuando vio la foto casi se le paró el corazón. En la foto aparecían dos niñas y cinco niños. Siete niños en total...

Sintió una fuerza que se reunía y conspiraba en su interior. Eran los nervios que empezaban a sacarle el aire de los pulmones. Respirar empezó a costarle mas esfuerzo de lo normal. Dos niñas. Cinco niños. Siete en total. Jadeaba. Miró aquella foto con más detenimiento. ¿Que le había sucedido a su abuelo? ¿Estaba realacionado con sus sueños? ¿Que ocurría en el pueblo? Las piezas de un terrible puzzle empezaban a encajar.  Estaba convencido de que una fuerza desconocida actuaba en Derry. Una fuerza que acechaba a sus habitantes, que les perseguia hasta darles muerte de una forma u otra. ¿Habia sido Walter tambien victima de aquel mal insondable? Paul se guardó la foto y salió del desván. Estaba sudando y al borde de un ataque de ansiedad.

Las piernas del niño estaban temblorosas y le costaba tenerse en pie. Momentos antes de salir del desván se dio cuenta de que había un libro escrito con letra infantil al principio y mas adulta posteriormente. Parecía claramente un diario.

¿Un diario? pensó mientras pasaba las hojas. El cambio de letra le hizo pensar que debia ser el de su abuelo. Cerró el libro y bajó rapidamente hasta su habitacion. Llegó al pasillo. Luego a su cuarto. La puerta estaba tal y como la habia dejado. Se quedó en la entrada mirando el interior. Todo estaba igual. Entró y cerró. Se sentó delante de la mesa en la que solia hacer los deberes. En uno de los cajones de aquel viejo pupitre guardaba hojas y un par de lapices. Los sacó y empezó a leer aquel diario...

la primera fecha del diario indicaba que era de casí 85 años atrás. El abuelo de Paul había muerto hacia ya cinco años, a la edad de 90 años por lo que en aquella fecha rondaría los 11 años. Entonces Derry era muy próspero, aunque casi desconocido para el resto del mundo, a no ser que conociesen muy bien el estado de Maine. Y aún así era poco probable que fuese conocido. Dentro del diario había dos partes distinguibles: unas escritas en papeles sueltos y otras en papel más "serio". En concreto, la primera hoja del diario estaba manchada de tinta en muchos sitios y contenía un fragmento no demasiado largo. La letra era infantil y temblorosa y había un par de gotas que dividían la letra en la que estaban en medio, como s agluien hubiese llorado tiempo después de que la tinta se secase.

14 Diciembre de 1874

Creo que lo hemos vencido. Todo ha pasado... aunque aún tengo miedo. Mucho miedo. Oí un rugido cuando salimos de allí y creo que no estaba muerto. No lo sé. En todo caso ya no puede hacernos nada y estamos todos bien. ¡Incluso hemos salido en los periodicos! Nos dedicaron un artículo y nos sacaron una foto a todos juntos encima de las palabras "supervivientes de la riada". Contamos a todo el mundo que nos habiamos quedado encerrados en una de esas alcantarillas que estan construyendo cuando el agua nos arrastró al exterior. Como somos niños nos creyeron. Menos mal. Margaret está muy nerviosa y no quiere volver a juntarse con nosotros...pero lo hará. Estoy seguro.

19 Diciembre de 1874

Ayer quedamos todos juntos de nuevo. Richie está mejorando de su pierna (al final no se la rompió) y Sallie parece haber recuperado el color de la piel. Charles parece no querer hablar del tema, es el que mas presión tuvo y se comportó como un héroe guiándonos por allí abajo.

[La letra experimenta una increible mejora]

24 marzo 1879

Los padres de Charles se van a Dallas y los de Peter a New York. Dicen que allí hay mas trabajo. Después de que Sally se fuese solo quedamos Margaret, Billy, Ben y yo. Cada día hablamos menos de lo que pasó. Seguimos teniendo miedo, aunque la última carta que recibimos de Sally, despues de que la preguntasemos por el color de los ojos de "eso" (ninguno nos acordamos) nos escribió diciendo que no sabía a que nos referiamos. Sally nunca mentía. Parece que se ha olvidado.

31 agosto 1882

Ya solo quedo yo en la ciudad. Empecé a salir una temporada con Margaret pero ella no podía soportar la tensión de recordar lo vivido y se fue de la ciudad. Como los demás se han olvidado de nosotros ella piensa que también lo hará. [fragmento ilegible] He oído que trabaja como costurera, en algún lugar de Albany. Espero sinceramente que haya podido olvidar y que la vaya bien. De los  demás no se prácticamente nada. Quizas sea mejor olvidarlo todo, aunque las pesadillas me acosen.

[El papel cambia a uno de mejor calidad]

3 febrero de 1902

Me parece mentira que este volviendo a escribir esto pero en una pelea de bar han muerto 7 personas. No escribiría esto ni me horrorizaría tanto (a pesar de las perdidas humanas) si no fuese porque en las últimas semanas han ido desapareciendo niños. Parece que eso que matamos cuando eramos niños no está muerto... le debimos dejar herido. Ahora, 28 años después ha vuelto a matar. He intentado localizar al resto y solo he contactado con Sally y Charles. No se acordaban de nada pero de pronto parecieron volver a recordar poco a poco, un vestigio... me prometieron que localizaran al resto y que [fragmento ilegible]. Si es como la vez anterior, aún queda algo gordo...como la fundición que inauguraron hace 5 años...he soñado con su incendio y tengo la impresión de que si no lo paramos morirá mucha gente.

10 febrero de 1902

Ya estamos todos aquí. Me costó mucho hacer que recordasen pero he comprobado que debo dejar que recuerden solos. Forcé a Marge a recordar y tuvo una crisis terrible. Se quedó unos instantes paralizada totalmente, creimos que había muero. Ya no tenemos 11 años ¿Podremos sobrevivir?

13 febrero de 1902

Todos han tenido un encuentro. Él les ha avisado de que debían irse de Derry. Creo que eso nos ha unido más. Nos quedaremos y trataremos de matarlo para siempre. Si, ahora algunos estamos gordos, otros calvos y todos con arrugas pero no dejaremos que el hecho de tener casí cuarenta años nos impida hacer lo que debemos hacer.

[Recortes de periodicos sobre una inundación que ha tenido en vilo a los bombreos durante principios del mes de marzo de 1902]

4 de Marzo de 1902

Estoy en el hospital, pero vencimos. Marge y los demás van a venir a vivir aquí con sus familias. Lo han prometido. Han dicho que tarde o temprano lo harán

14 de Marzo de 1905

Sally está embarazada de su marido (es un milagro que no abortase durante la huida) y me ha dicho que lo va a llamar Phil como su padre. Está muy feliz. Es su primer hijo.  Marge tambien va a ser madre y yo me he casado con una mujer que se traslado a la ciudad hace un par de años. Es bellisima y una mujer magnifica. Además está dispuesta a cambiar de religión por mí.

29 de febrero de 1920 [letra temblorosa]

Ha pasado ya mucho tiempo desde que escribi la última entrada en mi diario y estoy aterrorizado. He vuelto a tener pesadillas y esta vez incluye a mi pequeño. Acabo de darme cuenta de que si las cosas siguen como antes, esa cosa volverá dentro de 10 años. Entonces mi pequeño tendra tan solo 18 años y no se si será capaz de enfrentarse a la venganza que le perseguirá. Será demasiado mayor para ser inocente y creer nuestras historias. Pero demasiado joven para comprender que el mundo no es tan sencillo como creemos. Y nosotros..."el circulo" tendremos 67 años. Cuando vuelva a ocurrir tenemos que acabar con eso para SIEMPRE.

[cuadernito donde están añadidas las demás hojas]

Las fechas coincidían. Cada 28 años exactos esa cosa reaparecía en Derry y arrastraba a la muerte a la gente del pueblo. Su abuelo creyó haber acabado con aquella criatura la ultima vez pero no fue así. ¿Acaso era indestructible? Paul estaba seguro de que no habia una forma de acabar con el de forma definitiva aunque si habia una de hacer que desapareciera por una temporada... Lo que parecia claro es que estaba directamente relacionado con el agua y las cloacas.  Miró los recortes de las inundaciones de 1902. Ese era su refugio. Su guarida. Ahora debía avisar a los demás y explicarselo todo. Por alguna razón habian sido elegidos para esa misión. Eran siete. Dos niñas. Cinco niños. Igual que su abuelo y "el circulo". No podía ser una casualidad. No...