Partida Rol por web

Casi dejo a Jack atrás para ir al encuentro del resto cuándo oí la voz de Martin. Suspiré aliviada y deje en paz a Jack. Pero qué cobardica...

- ¡VAAAAALEEEE! - grité a los chicos antes de sentarme de nuevo junto a Jack -  Vale, no vamos. Parece que están bien. Pero oye, ¿Por qué tienes tanto miedo? No he entendido nada de tu historia, si te digo la verdad.

Cerré los ojos con fuerza y negué enérgicamente con la cabeza. No quería hablar ni recordar lo que había visto.

Los chicos se pusieron en camino de nuevo hacia donde estaban esperando Lissey y Jack. Este último estaba todavía en estado de shock. Danny, Martin y Chester, por su parte, venían con la expresión de haber visto un cadaver.

- Martin tiene razón, tenemos que ir a la policía. -les dijo cuando pudo reaccionar.

Volvieron apresuradamente a donde esperaban Lissey y Jack; Danny se tropezó y resbaló varias veces por la chatarra, producto de la prisa que le producía el miedo a que algo apareciese de repente a sus espaldas y les alcanzase.

- Están muertos... -dijo jadeando cuando llegó.- -El niño y la niña rara que decía Jack son Emily y Paul... y ¡están muertos...! -el repetirlo en voz alta hizo que de nuevo un miedo atroz le atenazase y que las lágrimas pugnasen por aflorar en sus ojos.- ¿Qué hacemos? Tenemos que decírselo a la poli, pero aún con todo... ¡oh, Dios...!

Para Danny estaba claro que la venganza por lo que habían hecho sus abuelos había comenzado, y dudaba que la policía pudiese protegerlos de 'eso'.

Cuándo Danny volvió y soltó la bomba me quedé blanca como el papel. ¿Qué decía? ¿Emily y Paul muertos? No me lo creía, era imposible.

- No puede ser, estás mintiendo. - le dije con la decisión de alguien que se niega a aceptar algo. - Emily y Paul están vivos, te equivocas.

Miré al resto. Sí, se equivocaban. Emily no estaba muerta, era mi nueva amiga. Había conseguido que su madre le dejase jugar conmigo, que le dejase salir de casa. No podía morirse ahora. Seguro que sólo dormía. Tenía que comprobarlo, sí, eso era. Empecé a caminar hacia el montón de chatarra, pero tras tres pasos aceleré el ritmo hasta correr lo más rápido que podía.

No estaban muertos. Imposible. Los chicos que equivocaban y yo se lo demostraría ahora.

-¡No, Lissey!-dijo Chester, que se había mantenido callado, intentando pensar en todo aquello. No sabía muy bien qué se suponía que debían hacer ahora, aparte de llamar a la policía, claro. Pero ahora debía ir tras Lissey, intentar alcanzarla. No creía que fuera buena idea quedarse sólo, y él mismo había tenido un mal presentimiento esta misma mañana... Aunque jamás habría esperado que fuera éso. 

Indignado desde el suelo les decía sin parar:

-¡Os lo he dicho, la niña y el niño raros, os lo he dicho, os lo he dicho! ¡miran al cielo y no se mueven!

Me puse en la posición de los niños muertos para que se hiciese una idea Lissey.

No vayas Lissey.- Dijo Martin interponiendose en el camino de la chica.- Danny y Jack tienen razón. No hace falta que los veas, lo hemos comprobado nosotros. Lo que tenemos que ir es a avisar a la policía.- Volvió a repetir el niño aunque ahora ante todos.

Me choqué con Martin y casi me caigo de culo al suelo. ¿¡Por qué no me dejaban ir?!

- ¡Es mentira, Emily está bien y va a venir a jugar conmigo! ¡Es mi amiga! - les grité a los chicos antes de romper a llorar como la niña que era - ¡Sois unos mentirosos! ¡Emily no está muerta! - dije entre berridos y sollozos, dando pataletas - ¡Emily no!

Finalmente dejé de gritar para concentrarme exclusivamente en el lloro mientras enterraba mi cara entre mis brazos, sin fuerzas para pelearme con nadie. Llorar consume la energia y la atención de mala manera.

Me agarro a Lissey y me pongo a llorar con ella como un descosido.

-¡BUAAAA, NO PUEDE SER, BUAAAA!

- Yo también lo creo. -apoyó a Martin en su idea de ir a la poli. Danny tenía ganas de largarse de allí.- Tendrán que avisar a sus padres.

Y luego estaba lo de la señal que Paul había dibujado en el suelo ¿qué lugar habría querido indicar?

Y después... tendríamos que hablar sobre todo esto y pensar qué hacemos... -porque si no, nos va a ir cazando como a moscas, pensó, sintiendo escalofríos.

Jack explotó en lloros, lo que le podía venir bien para liberarse del estado de shock en que estaba hacía un rato. Ver a Lissey llorando amargamente por la pérdida de Emily le encogió el corazón, aún más de lo que lo tenía, pero no supo qué hacer ni qué decir para consolarla. Ni pàra convencerla de que no, que no eran unos mentirosos y que los cadáveres de sus dos amigos estaban a tan solo unos pasos de distancia.

Chester nunca había sido demasiado hablador, y en aquellas circunstancias esa cualidad se acrecentaba aún más. No sabía que decir, nunca había tenido que consolar a nadie. Tras unos segundos de duda, decidió que lo mejor sería dejar eso a los chicos, e intentar llegar a una estación de policía con la bici para avisarles de todo.

-Voy a coger la bici y avisar a la policía. El resto quedaos aquí, ¿vale?-dijo Chester, en un tono apesadumbrado, mientras se alejaba de ellos en busca de la bici. Era lo primero que debían hacer, aunque sólo fuera para que los padres de ambos niños supieran qué había sido de ellos...

- ¿Vamos a esperarle adentro del 'refugio'? No sé por qué, pero me parece que allí estaremos más seguros. -propuso cuando Chester marchó.
 

Yo continuaba llorando en el uelo como si no hubiese nada a mi alrededor, una mezcla de no aceptar lo que ocurría y de precisamente aceptarlo y ya echar de menos a Emily. Y Paul. No habíamos hablado tanto, pero consideraba a todos mi nuevos amigos. 

Cómo alguien no me moviese iba a quedarme ahí llorando hasta que no me quedasen lágrimas. lo sabía, y no me importaba. No quería hacer otra cosa en ese momento.

Al ver que Lissey no se movía del sitio y ni tan siquiera parecía haberle oído, Danny cogió ánimos y se acercó a ella.

- Lissey... no podemos quedarnos aquí... quizás "lo" que les haya hecho eso a Emily y Paul esté todavía por aquí. -bueno, no era un gran consuelo el que le había salido al chico, pero al menos era sincero. Danny no podía desprenderse de esa sensación de peligro que le acuciaba y recordaba que alguien había dicho que había soñado algo de que en el agujero estaban a salvo. Y ya estaba bastante convencido de que todos esos sueños y todas las cosas raras que les ocurrían eran de verdad.- Deberíamos escondernos hasta que llegue la poli.

Le miró desde detrás de sus gafas y le sonrió tímidamente.

Mientras Danny ayudaba a Lissey a entrar en el refugio, a Martin se le ocurrió que la fama de la familia de Chester no le hacía el mejor candidato para ir a avisar a la policía.

¡Espera Chester! ¡Voy contigo!- Le gritó al chico cuando ya casi abandonaba los Barrens. Un niño solo alertando de otros niños muertos podía ser considerado una broma de mal gusto, pero si iban dos las posibilidades de que les hiciesen caso aumentaban.

Lo más rápido que pudo se subió a su bici y siguió a su amigo.

El miedo dio alas a Chester y Martin que no tardaron en llegar a la comisaría de policía. Un paseo que normalmente hubiese sido cubierto en media hora lo realizaron en 15 minutos, lo que para Martin era realmente una proeza. Al llegar, casi sin aliento, se encontraron con un policía. Debido al tamaño del pueblo y a su turbulento pasado, los policías conocían a Chester de modo que fueron no tuvo que hacer demasiados aspavientos para que le hiciesen caso, pese a ser un niño.

Chester... te veo nervioso ¿Estás bien?

-No, señor agente... Estábamos jugando con otros amigos... Pero faltaban algunos por llegar. Uno de los que faltaba llegó corriendo asustado, diciendo cosas raras. Fuimos a investigar, y encontramos a los dos amigos que nos faltaban. Están muertos-dijo el chico, explicándose como pudo, mientras rompía a llorar. Quizás antes se hubiera contenido por el shock, pero ahora, relatando el hecho ante la policía, no pudo evitar que el dique se rompiera, siendo totalmente consciente de que Paul y Emily no iban a volver. 

Parecía que Chester era bastante conocido en la comisaría, porque incluso los policías le llamaban por su nombre, pensaba Martin rojo como un tomate mientras recuperaba poco a poco el aliento pudiendo solo asentir mientras su amigo hablaba. Conforme pasaban los minutos, al chico, le quedaba más y más claro que el monstruo que atacó a sus abuelos les estaba dando caza y o se organizaban o acabarían como Emily y Paul en poco tiempo.

Cuando Chester empezó a llorar, Martin comenzó a hablar, la policía tenía que actuar lo antes posible, por lo menos para que las familias de sus amigos se enterasen de donde estaban sus hijos. Así que había que darles la mayor cantidad de datos posibles. - Están en los Barrens. Los dos. Paul, el hijo de los Jones y Emily, la hija de la ... señora White.- Siguiendo los buenos consejos de su padre, Martin esquivó la palabra beata para referirse a la madre de Emily.

Estiré el brazo de manera mecánica ante las palabras de Danny. No las había escuchado de manera activa, pero mi subconsciente al parecer sí y le pedía a Danny que arrastrase a la cosa llorona que tenía delante, que si no lo hacía no se movería por horas pero que si lo hacía sería dócil como un corderito.