Partida Rol por web

Parece que Lissey termina de limpiar su bici y que Jack no tiene problema en colarse en el garage de sus padres a rescatar la lona... pero, yo prefiero no hacerlo. La idea de volver allí hoy, me aterroriza, y sin lona, no volveremos. Además, ni siquiera sé qué hora será.

"Igual ya debería volver a casa" pienso mientras miro mi muñeca, pero no llevo reloj así que suspiro y sigo allí plantada esperando que a alguno se le ocurra algo.

-No es buena idea colarnos en tu garaje-dijo Chester, mientras cogía el relevo de la manguera y limpiaba la bici. Era una bicicleta pensada para un adulto, así que tenía más superficie que limpiar. Pero con la manguera aquello no sería problema. El chico procuró ser rápido, dada la anterior discusión sobre el agua, con el objetivo de no gastar demasiada. Cuando terminó, cerró la llave de paso y esperó, a ver si algún otro quería limpiar su bici. 

Danny miró con tristeza la suciedad de su bici. Estaba muy orgulloso de mantenerla siempre limpia y bien cuidada pero con todo lo que había pasado ultimamente sus padres no se fijarían demasiado en que no estaba como de costumbre. Por lo que tras coger la manguera que le tendía Chester le dio un limpiado rápido para quitar la suciedad mayor. Cuando Jack volviese a casa ya se ocuparía de limpiarla y dejarla reluciente.

Entonces ¿Qué hacemos? Paul estará a salvo de los matones en su casa y la lona no podemos conseguirla hasta que vuelvan los padres de Jack, que será el domingo. Por cierto Martin... ¿podías retrasar un día la fiesta de tu cumple? Así podrá venir Paul...si quieres que venga claro.

Danny se dio cuenta de pronto que había invitado a otra persona a una fiesta que no era la suya y quiso que la tierra lo tragase, pero ya estaba hecho además le parecía apropiado...

No es posible- contestó el robusto niño, que no pensaba retrasar la entrega de regalos solo para que pudiese asistir Nobby.- En mi casa los cumpleaños siempre se celebran el día que corresponde, sin importar del día de la semana que sea. Es algo que mi madre se toma muy en serio. - explicó luego Martin siguiendo los consejos que su padre le daba acerca de como dar negativas tanto en el negocio de coches en particular como en la vida en general "Hijo, una pequeña mentira piadosa es el mejor modo de decirle a alguien que no. Así no se sentirá ofendido y podrás seguir manteniendo la amistad.

Me hice cruces al escuchar lo que dijo Danny, y le miré de reojo:

¿A quién se le ocurre, decir a alguien que retrase su celebración de cumpleaños, para que venga el niño raro al que nadie acaba de tragar?, me lo hace a mi, y no vuelvo al cine con el en mi vida.

-El cumpleaños se celebra el día del cumpleaños, retrasarlo o adelantarlo trae mala suerte. -le dije mientras movía mi dedo índice en forma de reprimenda.

Parece que la situación se normaliza y que nos desviamos del tema de la lona.

-Yo le preguntaré hoy mismo a mi madre-le explico tratando de intentar mantener una conversación con ellos-. ¿Sabéis que hora es?-les pregunto algo tensa.

No quiero enfadar a mi madre, si me vuelve a hacer lo de ayer creo que no podría soportarlo.

—Tienes razón—dijo Danny a Jack palmeandose la frente en un gesto de olvido.— Solo nos faltaría añadir mala suerte a todo lo que esta pasando. Mañana domingo vienen tus padres Jack, ya la cogeremos y si eso nosponemos a cortarla o lo que haga falta.

Danny suponía que unos niños de familia religiosa como Chester y Emily tendrían problemas a la hora de quedar un domingo, además que era un día para pasar en familia. Luego contestando a la pregunta de Emily miró su reloj Timex y respondió pues son... son las siete. Creo que ya va siendo hora de que Jack y yo nos vayamos. ¿Qué os parece si los días que no tengamos nada que hacer quedamos en el refugio para ir arreglandolo?

A mi me parecía una buena idea lo de Paul,sin embargo no dije nada. Si la madre de Martin no le dejaba no había nada que hacer, y si encima daba mala suerte...

- ¡Suena divertido! - dije ante la propuesta de Danny - Emily, si quieres, te paso a recoger para que tu madre te deje salir. Y me vestiré más... como a ella le gusta. Pero creo que tenemos que irnos ahora, ¿no? Es casi hora de cenar.

-La idea me parece genial-comento a lo que dice Danny.

Las siete ya... el día ha pasado volando.

-Claro, Lissey, eso estaría muy bien-le digo a la rubia con cara risueña-. Sí, es hora de irse-corroboro tristemente pues no me apetece tener un enfrentamiento con mi madre de nuevo.

Luego analizo las palabras de Danny.

-MAñana no sé si podré salir, lo intentaré de nuevo, pero no conteis con ello-les digo.

Corrí hacia la bici y me senté en la parte de detrás a la espera de Danny:

-Estoy famélico, mañana seguimos. -luego ordené- Ambrosio, llévame a casa y consigue cena para los dos, jajajaj -estallé en carcajadas-

De reojo siempre miraba a Emily un poco preocupado, nuca teníamos claro si vendría o no, aunque, normalmente acababa viniendo tarde.

-Sí, seguir trabajando en el refugio es buena idea-dijo Chester, animado. Aunque lo de quedar en domingo podría ser problemático, quizás habría una posibilidad-supongo que sí podría pasarme en domingo... Aunque sólo por la tarde, por la mañana debo ir a misa con los sacerdotes-dijo el chico, mientras se aproximaba también a su bici. Ya era una buena hora para salir... Y, con el recorrido que tenía por delante, más valía darse prisa, o todo se volvería oscuro.

"Y no quiero volver a escuchar cosas raras en ése puente..."

- Como ordene su excelencia. -le contestó a Jack en tono muy formal, mientras agarraba el manillar y montaba en el asiento.

Pues entonces, nos vemos mañana los que podáis. -les dijo a todos, despidiéndose contento ante la perspectiva de seguir trabajando en la cabaña junto a sus amigos. Arrancó dando un primer pedaleo con todas sus fuerzas y continuó hasta que la bici se estabilizó y comenzó a ganar velocidad. Empezaba a notar en sus piernas el peso añadido que suponía llevar de paquete a su amigo.

- ¡Agárrate, señor marqués! Y procura no moverte mucho, que ya empiezo a estar hasta el gorro de pasearte por todo Derry.

En realidad no estaba enfadado ni le molestaba pasear a Jack, pero hacía como si lo estuviese.

¡Ah!, y luego me recuerdas que te dé una colleja por el paseíto extra hasta tu casa, que ya sabías que la lona no la íbamos a poder cojer...

Danny y Jack se marchan montados en la bici del primero. Mis ojos los miran alejarse y luego enfocan a Lissey.

-Deberáimos irnos también-le comento con voz apagada.

Estos son mis amigos y me gustaría poder hacer con ellos cosas de niños, a pesar del miedo irracional que me recuerda lo de las velas, y el miedo a Vicent.

Miro a todos los presentes con una sensación de paz dentro de mi.

"Hoy le pediré permiso a mamá... sin mentiras..." pienso mientras silenciosamente lo prometo.

-¡¡Arrrre!! - grité divertido mientras palmeaba su flanco con una mano y me agarraba la sillín por la parte de debajo con la otra.

Mi poco peso era algo que seguramente mi amigo del alma Danny agradecería.

-¡Hasta mañana! -les grité a todos mientras movía una mano en el aire como si tuviese el lazo den un cowboy.

Mientras se alejaba yo le decía en voz mas baja:

-Si es que no se enteran Danny, mira que yo avisé, y encima se tomaron a mal lo del agua -seguia comentando, pero ya no escuchaban...

Chester se despidió con la mano de los chicos que se alejaban. Era momento de volver a casa, así que él mismo montó en la bici para empezar el largo camino al orfanato. 

-Bueno, yo también me pongo en marcha. Tened cuidado con Vincent y sus matones-dijo, mientras empezaba a pedalear. 

"Espero no cruzarme con ellos... ¿Por qué son tan malos? Seguro que amenazó a Martin con la navaja..."

- ¡Pues decidido! ¡Hasta mañana!

Me despedí de todos agitando la mano con energía y después empecé a caminar con Emily a un lado y mi bici en el otro. Lo prometido es deuda y no iba a llevar a Emily en bici para que su madre se enfadase...

Caminé al lado de Lissey después de agitar la mano para despedirme del resto. Anduve un rato en silencio.

-Oye... gracias-le digo amablemente-. Ya sabes, por molestarte en ir andando-comento con una sonrisa.

Mire mis zapatos andar y la forma de mi sombra que se poyecta en el suelo debido al ángulo del sol.

-Quiero ir a la fiesta de cumpleaños-le digo rompiendo el silencio-. Quiero ser sincera con mi madre... pero sé que ella no querrá porque es un chico... y no quiero mentirle-le explico inocentemente como si ella supiera lo que se estaba pasando por mi cabeza.

Quedo callada en un silencio vago esperando que me diga algo ahora que he sacado algo que me reconcomía.

- ¡No importa! Tengo piernas para andar, o eso dice siempre mi abuela. - le contesté sonriente.

Ir en bici era más rápido, sí, pero no me importaba caminar si no iba sola e íbamos hablando. Escuché cómo me "confesaba su miedo" y pensé por unos momentos antes de contestar.

- Bueno... si no quieres mentir supongo que tampoco cuenta esconder verdades... hmmm -cavilé unos segundos más intentando dar con una solución, pero era un problema bastante complicado. - ¿Qué piensa tu madre de los padres de Martin? Tal vez cómo son bastante ricos le interesa que seáis amigos... Mi hermano dice que los adultos son unos lameculos con la gente rica porque así pueden pedirles favores.

No sabía como sería en ese sentido la madre de Emily, pero me daba la sensación de que el dinero no era lo más importante para esa señora.

- Dile que es un chico de la clase y que va a invitar a casi todo el mundo, aunque no le digas que probablemente no vaya casi nadie... - si no me equivocaba en lo que respectaba a Martin y su familia eso era posiblemente verdad: su madre haría una fiesta bastante grande y querría a muchos niños de invitados para su hijo. Otra cosa era que ellos quisieran ir... Martin no era el niño más popular precisamente.- Dile que sería feo declinar una invitación de cumpleaños, que eso es verdad, y que además te gustaría ir alguna vez a un cumpleaños. 

Al decir eso último pensé en que si pudiera rebobinar el tiempo, lo haría. Si no recordaba mal nunca había visto a Emily en las fiestas de las otras niñas de la clase, ni en la de los niños a las que había ido. Y si no me equivocaba la mayoría de veces era porque no la invitaban...

- Perdón, no quería decir eso...

Escucho a Lissey con los ojos clavados en el suelo mientras recuerdo todos los mandamientos de la Blibia.

"Honraras a tu padre y a tu madre" pero mi padre ya no estaba y eso me hace un nudo enorme en el estómago.

Sólo me quedaba mi madre, pero no pensaba hacer nada que pueda deshonrarla.

-Tranquila-le digo cuando me pide disculpas-.Mi madre no ve muy bien que salga con chicos. Tendría que omitir de quién es el cumpleaños, y eso es imposible... y no quiero mentirla-le digo.

Sigo con los ojos fijos en el suelo.

"Y no quiero que se repita lo de ayer" pienso tristemente mientras acaricio la piel de mi brazo. Aún lo tengo sensible a causa del calor del agua de ayer.

- ¿Entonces no se enfada cuándo estás en el cole con todos? Al fin y al cabo va a ser más o menos lo mismo...pero mucha menos gente. Dile que venga ella también. - La idea me salió sin pensarlo y casi al instante me arrepentí. A parte de que su madre daba miedo a ningún niño le gusta a ir a un cumpleaños con su madre... Pero a lo mejor así sí que le dejaban. - Puede charlar con los padres de Martin y comer tarta, y así puede ver que no haces cosas... - ¿Cómo es esa palabra? - indecentes. - No estaba segura del significado de esa palabra, pero sabía que era algo malo y que lo decían mucho las señoras mayores, sobretodo refieriéndose a cosas que hacían niños y niñas mayores juntos. - ¿Eso es lo que le preocupa a tu madre? ¿Por eso no te deja ir con niños?