Partida Rol por web

Danny vio cómo Chester comenzaba a salir de la tubería y avanzó un poco, hasta ver con mayor claridad el panorama que les esperaba fuera.

No quería bajar, sus nervios le atenazaban, pero sus compañeros empujaban por detrás, y encajonados como estaban en la tubería tampoco iban a conseguir nada. Así que se decidió, pero no logró ser tan discreto como Chester.

Cayó en el suelo, consciente de que el monstruo se giraría hacia él y rápidamente cargó el tirachinas con una bola de plata, preparado para disparar. Desde su posición cuatro metros por debajo, observó el abdomen del monstruo intentando no cerrar los ojos por el horror de la visión y, procurando templar sus nervios, buscó dónde sería el mejor sitio para dispararle.

AL parecer queríamos bajar todos aun no se por qué ni nada, pero no tuve mas opción que seguirlos, hasta que como siempre Danny hizo ruidos raros.

Le llamé la atención con mi mirada y decidí bajar yo también..

Los chicos empezarona  bajar, y a pesar del mosntruo que vi cuándo llegué a la boca del túnel, sabía qué tenía que hacer. Quedarme en el túnel no conseguía nada, y Jack y Martin estaban tras de mí. Tragué saliva, nerviosa, y empecé a bajar. Sin embargo, al igual que Danny apneas unos segundos antes, yo también resbalé y caí al suelo.

Miré hacia arriba,a hroa capaz de ver al monstruo entero, y la sangre pareció abandonar todo mi cuerpo. Sólopodía pensar una cosa.

"Voy a morir."

Chester bajó con agilidad al suelo, procurando poner los pies sobre una roca, para evitar el ruido del chapoteo. Desde allí observó al monstruo. Era la cosa más horrible y asquerosa que el niño había visto. Chester había tenido que sacarse muchas veces arañas de los zapatos, y nunca le habían dado asco... pero aquello era distinto. El niño, se acercó con cuidado a una de aquellos montones de basura. El mínimo ruido y la araña podría verlos. Cuando se aseguró de que aquello no se había dado cuenta de su presencia, hizo una señal para que el resto bajasen.

Danny bajó de un salto, sin fijarse en el agua que había en el suelo, con lo que su caída hizo un fuerte ruido de salpicadura, al igual que Lissey, que bajó un momento después ocasionando el mismo o mayor ruido. La araña pareció tensarse por un momento, pero no dio muestras de haberse dado cuenta de la presencia de los niños. Tras mirar nerviosos de un lado para otro en busca de un lugar donde esconderse, vieron que Chester lo había hecho tras un montón de bolsas de basura, probablemente procedentes de lo que la gente tiraba al río. No era el único montón de basura, pero sin duda era el más cercano.

Martin se asomó dispuesto a saltar pero la visión de la araña lo paralizó lo suficiente como para pensarse dos veces el hacer o no el movimiento. Desde su posición pudo observar como aquel no era el único tubo que llevaba a aquella sala. Había otros, a diferentes alturas, que vertían un montón de agua apestosa a aquella área. 

Danny dio gracias a Dios de que el monstruo no diese muestras de haberse enterado del ruidoso chapoteo que habían prvocado Lissey y él. Vio que Chester había elegido un buen lugar para esconderse y le hizo señas a Lissey para que le siguiera hasta allí.

Al mirarla vio a Martin aterrorizado en la tubería y a su amigo Jack que asomaba la cabeza detrás del trasero del chico de los Griffiths. Cruzó los dedos para que fuesen capaces de bajar sin que el terror por las arañas del uno o la inconsciencia del otro les delatase.

Mi hermano a veces decùia una frase que yo no entendía del todo. "Que se te pongan los cojones de corbata." Bueno, si hubiese tenido cojones, en ese momento la habría entendido. 

Estaba absolutamente segura que el enorme y montruoso bicho iba a girarse ante el ruido y nos iba a comer, o desmembrar, o no sabía qué. Tenía suerte que hacía rato que no bebía nada, o la posibilidad de mearme encima en el momento en que se girase hacia a mí era muy real.

Pero no ocurri´nada de eso. De hecho, pareció no vernos. Miré entonces a danny que había corrido para esconderse tras Chester y le seguí intentnado ser lo más silenciosa que pudiese. Al llegar a su lado mi coraz´n latía tan rápido como el de un colibrí y estaba al borde de hiperventilar, pero seguía viva.

Viva.

Conforme fueron llegando a la abertura los otros niños fueron bajando uno a uno, tratándose de esconder entre los escombros una vez llegaban al suelo. Todos excepto Martin, el chico estaba completamente paralizado. La visión de la gigantesca araña le dejó inmóvil. Las manos le sudaban con un sudor tremendamente frío y no paraban de temblarle. 

En lugar de bajar, se limitó a susurrarle a Jack.- Baja tú primero.- mientras trataba de apartarse a un lado para dejar hueco a su enclenque compañero.

Doy un paso hacia atrás y le pongo la palma de mi mano ne la espalda:

-Antes que me perseguía a saber que no me dejasteis pasar, así que ahora soy yo el que no quiere.

Le empujo levemente:

-Pasa tu primero que a mi me da la risa.

¡Estate quieto idiota!- Susurró Martin a Jack.-¡Antes no se podía!

Como siguieran hablando así la araña no tardaría en descubrirles. Puesto que Jack tampoco se atrevía a dar el primer paso, el rollizo niño reunió todo el valor que pudo y cuando la araña no miraba se dejó caer de la tubería.

Una vez en el suelo, intentó escabullirse hacia uno de los montones de escombros, pero la cierto es que los pequeños cuerpecitos de sus amigos eran más fáciles de esconder que el suyo.

Martin cayó al agua, salpicando con un fuerte sonido. Una vez más, y como obra de un ser superior, la araña pareció no haber oído ni visto nada, de modo que Martin puso pies en polvorosa y se escondió como pudo entre uno de los montones de escombros. El muchacho se apoyó ligeramente en uno y descubrió que era blando y olía mal. Pero al menos aquella cosa no parecía haberlo descubierto. Temblando de miedo, miró a su alrededor esperando encontrarse con algo aún más terrible. Pero tan solo oyó un sonido macabro, como el de una pequeña risa.

Danny permaneció unos instantes oculto tras el montón de basura, con el pulso acelerado, dando gracias por continuar vivo y sin atreverse a mirar a ningún sitio. Después, muy lentamente, fue asomando su cabeza para observar la araña, la cuál miraba en la dirección contraria y parecía no haberse dado cuenta de nada.

Extrañado por eso, el muchacho comenzó a pensar en qué debían hacer ahora. ¿Era la araña una de las encarnaciones de 'eso' o era simplemente una monstruosa mascota del payaso?

Reflexionó sobre lo ocurrido momentos antes: habían sido atacados por la espalda y la tortuga salvadora había ido en esa dirección, como si ése fuera el verdadero peligro, y no la araña que tenían delante.

¿Qué hacían? ¿Se volcaban en atacar a la araña gigante con toda su munición o no era ella su verdadero objetivo? Mientras pensaba en todo esto vio que otra de las cañerías de la sala tampoco vertía agua. ¿Quizás continuase el camino por allí?

- ¿Qué hacemos? ¿Atacamos? -susurró a sus dos compañeros de bolsa de basura, a ver qué opinaban.

Al percatarme de que aquel animal debía ser sordo y ciego ya que no hizo demasiado caso los ruidosos de mis amigos decidí bajar para colocarme con ellos.

Volví a meterme los proyectiles dentro de la boca y agarré el tirachinas con los dientes para tener las manos libres mientras descendía.

Comprobé que tenía el mechero en un bolsillo y lo otro en el otro y comencé mi bajada suicida...

Parecía increíble que la arañota enorme y monstruoso pudiese estar tan sorda. Y ciega. Sobretodo ciega. ¿Cuántos ojos tenían las arañas? ¿Y no veían en casi todas las direcciones a la vez?

Estábamos todos escondidos entre la basura, y por las caras que veía estábamos todos a punto de mearnos encima. Danny nos preguntó qué debíamos hacer, si deberíamos atacar, y antes de pensar en porqué lo deía, negué vigorosamente con la cabeza.

- Si atacamos nos verá seguro, y esto no es "eso". - estaba casi segura aunque no sabía por qué. - Creo que es algun tipo de gaurdían y "eso" está escondido ... y observando. - tenía esa sensación, auqnue no sabía explicar porqué. Sin embargo, no podíamos tentar mucho más a la suerte. Nos podía ver en cualquier momento y terminar con nosotros, el montruo de 8 patas. - Aunque tal vez sí deberíamos atacar... - recordé las telarañas, el rastro viscoso, y cómo se encendía... -  Tal vez si le prendemos fuego...

El chico apretó los dientes con una expresión de disgusto cada vez que uno de sus compañeros hacía ruido. Aquella cosa les había escuchado. Estaba segurísimo de que lo había hecho. Entonces, ¿por qué no iba a por ellos? Algo no acababa de estar bien en todo aquello. ¿Una trampa, quizás?

Además, el resto, haciendo ruido, se habían acercado a su escondite. Ya ni siquiera él estaba oculto. O, como poco, no lo estaría por mucho. Cuando Lissey habló, Chester la miró extrañado.

-¿Cómo que no es "eso"?-susurró lo más bajo que pudo. 

Aparentemente oculto tras un montón de escombros, Martin trató de recuperar la respiración. Estaba nervioso y el merodear de la araña gigante solo hacía que aumentar sus miedos.

Escuchó a Lissey y se decidió a lanzar una nueva mirada al monstruo y creyó verlo claro. La araña daba miedo, y mucho, eso estaba claro, pero no era el payaso, como mucho sería la mascota que protegía la entrada a la casa del payaso.

Volvió a meter la cabeza tras los escombros e intentó escuchar desde donde provenían los sonidos parecidos a una pequeña risa que acababa de oír.

Danny se alegró de que Lissey tuviese tan claro que la araña no era 'eso' pues así se disiparon algo sus dudas.

- La tortuga fue a salvarnos de lo que venía por detrás nuestro... -le contestó en susurros a Chester, como si eso fuese una grandísima justificación, que no lo era.

El caso es que algo tenían que hacer, y desde luego era muy, muy extraño que la araña no diese señales de haberse enterado de que ninguno de los niños habían bajado hasta sus dominios. Prenderle fuego era una idea y una posibilidad, ahora que el dueño del mechero se había decidido a bajar de la cañería.

Los miré a todos, parecá que me creían, y yo no sabá decirles porqué tenía esa sensación. Siese arañote acababa siendo "eso", sería mi culpa. danny parecía tener algún tipo de explicación mejor que mi intuición.

- No sé... "Eso" es listo, y le gusta asustarnos, y nos hace daño siempre que puede... Pero la araña no. Y no... no se ríe. - ninguno de mis argumentos tená sentido, lo sabía.

Si la arãna era "eso"... Sólo había una explicación a porqué no había atacado aún: nos quería a todos juntos, para hacerlo de un solo golpe. Se me erizó el vello de la nuca y miré a Jack, el que estaba más rezagado. Cada vez tenia más claro que debíamos prenderle fuego a la arãna -"eso" o no- y salir de ese agujero.

A pesar de lo que había dicho Lissey sobre que la araña no se reía, había algo que no terminaba e convencer a Chester.Demasiada tranquilidad.  Él mismo había a la araña dar visto un pequeño respingo cuando Danny y Lissey cayeron. Pero aunque Martin había hecho más ruido aún, aquella cosa no había hecho un solo movimiento. Es más. Parecía profundamente interesada en uno de los montones de escombros que había delante suyo. Entonces Chester cayó en cuenta. La araña los había visto y estaba esperando a que el último miembro del grupo, Jack, corriese a esconderse. Rezando porque Jack se mantuviese escondido, Chester lanzó una discreta mirada a la tubería. Sintió que la sangre se helaba al ver a su amigo bajar por la tubería. Se estaba moviendo en silencio sí...pero la araña ya sabía de donde salían.

A juzgar por lo pálido que se puso de repente, y la discreta mirada que lanzó hacia la tubería por la que bajaba Jack, Chester parecía haberse dado cuenta de algo. Algo malo.

-Sabe donde estamos... Sólo estaba esperando a que bajara también Jack...-dijo el chico con un hilo de voz. 

Jack cayó finalmente al suelo con bastante agilidad, y rápido como una centella corrió a esconderse con los muchachos.