Partida Rol por web

Señalé a la niña mientras abría los ojos de par en par y me apartaba mientras buscaba un palo.

-Esa niña está fuera de control, hay que frenarla como sea... -también grité- ¡Niña, no seas borrica y pisa el neumático con la suela, eso lo frenará!...

Mientas la bici aceleraba me di cuenta de que con las prisas había tomado una MUY MALA decisión. Con la bandeja de plata y a esa velocidad en unac uesta, no iba a poder parar y ellos no se parecían dar cuenta.

- ¡CORREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEED! - grité con todas mis fuerzas mientras mi culo rebotaba en el asiento de la bici. - ¡QUE NO CONTROLOOOOOOOOOOOOOO!

El chico rápidamente cogió el fundidor y echó a correr, procurando apartarse del lugar donde Lissey iba a chocar. O, al menos, donde suponía que lo haría. No se le ocurría ningún modo de ayudarla, así que al menos intentaría salvar el aparato, para que pudieran seguir usándolo... Eso, siempre y cuando Lissey no se abriera la cabeza, claro. 

¡Leches, leches, leches!- La bicicleta se dirigía sin control justo hacia donde ellos estaban sentados. Lo más rápidamente que pudo Martin levanto sus posaderas del suelo donde estaba sentado intentando hacer un molde de barro y trató de apartarse del camino de la bicicleta.

Danny también se apartó del sitio donde se preveía que la niña iba a estamparse, empujado por el instinto de supervivencia.

De todos modos, no se separó mucho del sitio, por si acaso, en el último instante, veía alguna posibilidad de ayudar a frenar el bólido en que Lissey había convertido su bicicleta.

- ¿Pero qué haces, Lissey? -gritó a la niña, que se aproximaba irremediablemente al impacto.- ¡Frena! ¡Frena....!

Lissey pisó en vano el pie en el suelo. No consiguió gran cosa salvo reducir la velocidad y hacer que la bicicleta girase sobre sí misma haciendo que tanto el aparato metálico como ella misma se descontrolasen aún más. Finalmente, la rueda de atrás dio contra una piedra y Lissey salió volando contra el pobre Chester que trataba de calcular donde caería la niña para proteger el fundidor. Tarea inútil. Segundos después Liss y Chester eran una extraña bola informe de brazos y piernas que trataban de levantarse. Afortunadamente, el fundidor estaba intacto a poco menos de medio metro. En el último momento Chester lo había soltado para protegerse lo que había salvado el carísimo aparato.  La bicicleta estaba tirada a tres o cuatro metros, con las ruedas aún girando...

Chester debió suponerlo. Si iba a chocarse contra alguno de ellos, tenía que ser él. Además, llevaba el fundidor, muy caro y, probablemente, frágil. Su intento de evitar a la niña y la bicicleta no sirvió de nada. Por suerte, en el último momento soltó el aparato que llevaba entre sus brazos, desentendiéndose de su seguridad priorizando la propia. Paradójicamente, eso salvó al aparato, pero no al niño.

Desde el suelo, sólo atinó a decir.

-Au...

Al ver la frenada sin control doy dos pasos hacia atrás, y cuando la bola humana se levanta una sonrisa de oreja a oreja asoma en mis labios, hasta que no aguanto mas y exploto...

-JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA -me reía señalando a ambos- JAJAJAJAJA, aish que me parto -dije con las dos manos ne el abdomen doblándome-

Luego miré a Danny y le comenté:

-Ya tardas...

Una vez pasado el peligro y sin que el muchacho hubiese podido hacer nada por evitar el trompazo, Danny se acercó a los dos caídos.

- ¿Estás...? ¿Estáis bien? -corrigió su pregunta, maldiciendo a Jack que ya había conseguido ponerle nervioso con su comentario y notaba que se le ponían rojas las orejas.

De algun modo y pese a tener la bicicleta descontrolada conseguí frenar lo suficiente para no matarme ( o matar a nadie). O tal vez fue la piedra que decidió salvarnos mandándome por los aires. Sin embargo el pobre Chester no pudo apartarse y le arrollé sin poder evitarlo. No vi muy bien que le pasaba a él, pues en cuanto chocamos salí rodando y solo veia hierba, piebras, cielo y mis propias extremidades girando por todas partes. Noté el golpe, las rascadas... Pero podría haber sido mucho peor. Entonces vi a Danny acercandose preocupado mientras alguien reía en el fondo. Estaba segura de que Jack. Era un idiota.

- Auu... - Dije mientras sollozaba un poco, pues a pesar de poder haber sido mucho peor, seguía siendo dolorosa - No podía parar... Lo siento Chester - me disculpé mirando a la victima de mi pequeño vuelo.

-Ya... Creo que no ha sido mucho...-dijo el chico, observando que sólo tenía un chichón y un par de heridas producidas al raspar contra el suelo. Se levantó poco a poco, aunque de pronto abrió mucho los ojos y dijo:

-¡El fundidor!

Tras esas palabras, se lanzó rápidamente a por el aparato, suspirando aliviado cuando comprobó que aún funcionaba. 

Por un momento se preocupo al ver el tremendo golpe, pero cuando comprobó que todos estaban bien, Martin se permitió una ligera sonrisa. Se habría reído como Jack si no fuera por la nochecita que le había dado el payaso y las pocas ganas que tenía de reirse, aunque tenía que recococer que el tortazo que se había pegado Lissey era de esos que podías ver una y otra vez sin parar de reirte.

¿Estamos todos bien?- Preguntó para comprobarlo.-¿Seguro? Perfecto, porque tenemos cosas que hacer. Jack, deja de hacer el tonto y ayúdame a coger lecha para hacer un fuego. Dani, Chester, Lissey poneos con los moldes. Hay que tenerlos lo antes posible.- El vendedor de coches que Martin llevaba dentro había acabado por salir y estaba decidido a organizar a su equipo de trabajo.
 

Danny ayudó a Lissey a levantarse y después recogió la bici y la puso en pie, echándole un vistazo. No sabía si era cierto o fruto de su subconsciente, pero la risita tonta de Jack le atormentó durante todo el proceso.

- Creo que la rueda de atras te ha quedado un poco abollada. Yo creo que tendrás que cambiar la llanta y... -la voz imperiosa de Martin le cortó el rollo patatero que iba a empezar a soltar.

¡A sus órdenes, mi capitán! -dijo, contento. Y se puso manos a la obra otra vez con los moldes. Vio que Lissey traía consigo una bandeja de plata, así que por materia prima no iba a quedar. Ahora estaba por ver si eran lo suficiente mañosos para hacer los moldes y fabricar las balas de plata.

Con la caída y demás por unos momentos había olvidado el porqué había venido con tantas prisas. Noté que el vello de los brazos se me erizaba y noté un escalofrío de los pies a la cabeza. Me abracé con fuerza frotándome los brazos, como si eso fuera a cambiar algo.

- Chicos... - mi voz salió poco convencida, débil y lastimosa - Ha pasado algo... antes de venir... - me sorbí la nariz  un poco llorosa ante de seguir hablando - Cuándo ...en casa, fui a coger la bandeja - dije enseñando mi hallazgo, una bandeja de plata que seguro nos iba a dar para muchas armas o balas o lo que fuera que hiciésemos - y todo iba bien... y entonces Ph... - si decía Phil no me entenderían - mi padre, dormía en el sofá pero me agarró del tobillo cuando me iba.

Respiré hondo para no ponerme a sollozar. Sabía que no estaba siendo la mejor narradora de historias, pero entre el terror y el accidente, suficiente era.

- Y le miré, pero no era él... Tenía los ojos rojos... Era el monstruo. - dije con un hilo de voz - Le dije que no le temía y tiré de mi tobillo.... Y me soltó, pero estaba sonriendo, y daba miedo... Y empezó a hacer cosas raras...así - intenté imitar las convulsiones con los brazos y piernas, retorciéndome de maneras rarísimas como había hecho el monstruo. No tenía vocabulario para eso y era más fácil imitarlo - Y grité y corrí y cogí la bici y vine aquí... Iba tan deprisa que no pude parar y por eso perdí el control.. Y no sé si eso sigue en mi casa y...y...y...

Empecé a sollozar un poquito de nuevo y me limpié los ojos y la nariz con la manga. 

- No quiero volver a casa sola...¿Y si está ahí? Tenemos que acabar con él hoy...

¿Y si la próxima vez me agarraba del cuello y en lugar de soltarme apretaba más, y más, hasta que no pudiese respirar? No quería ni imaginarlo...

El chico escuchó la historia de Lissey mientras ponía a punto el fundidor. Desde luego, en su caso había ido más lejos que en el de todos ellos, y no le extrañaba que la chica estuviese asustada. 

-Sí... Creo que no nos queda más remedio que acabar con él hoy. 

El robusto niño siguió recogiendo trozos de maderas con la intención de hacer un fuego para fundir la plata mientras escuchaba la historia de Lissey.

Te sorprenderá saber que habíamos llegado a la misma conclusión.- Contestó Martin.- A ninguno de nosotros le apetece volver a casa esta noche si antes no hemos acabado con esa cosa.

-¿Pero es que aquí nadie piensa con coherencia? -dije escandalizado- Seguro que tu padre, que es tu padre, si lo es -carraspeé- estaba comiendo algo tumbado en el sofá y se atragantó, entonces se le pusieron los ojos rojos mientras se ahogaba y por eso te cogió, para que le ayudases, y claro, como eres mala hija te fuiste corriendo y lo dejaste con convulsiones de que se estaba ahogando. -finalmente acabé con un movimiento de mano- Ya se sabe, cría cuervos y dejarán que te ahogues con un trozo de chocolate.

Tras la oportuna aclaración de los hechos por parte de Jack, Danny confirmó lo dicho por Martin.

- Sí, yo tampoco quiero volver, mi abuela volvía a estar poseída por 'eso' y mis padres... bueno, no se comportaban como siempre. -dijo mientras se peleaba con el barro, intentando darle forma.

Por eso hemos decidido fundir la plata y meterla en moldes de barro para fabricar bolas. La idea de los moldes ha sido de Jack.

Luego... entraremos en esas alcantarillas y coseremos al monstruo ése a bolazos. -le enseñó el tirachinas que había traido, se sacudió las manos, cogió una china y la lanzó decidido con toda la puntería de que fue capaz contra el tronco de un árbol cercano.

Martin estaba siendo muy brusco, ¿qué le había hecho yo? Si yo era simpática con él... Pero poco importó su reacción cuando Jack habló. Avancé unos pasos con rapidez hacia Jack, con las manos en apretados puños a ambos lados de mi cuerpo, realmente enfadada.

- ¡Sus pupilas eran rojas pedazo de idiota? ¿Crees que o se ddiferenciar a alguien que se ahoga con el monstruo dentro de mi padre? ¡Y habría estado tosiend no sonriendo sin hacer ni un solo ruido! ¿Por qué seguimos con este idiota? - grité girándome , mirando al resto. Volví a girarme hacia Jack. Qué ganas tenía de pegarle, pero no lo iba a ahacer. Tenía que guardaar mi raia para el monstruo...

Me giré dándole la espalda y fui hacia los chicos.

 - ¿Esto es para la plata?¿Cómo funciona? ¿Cómo hago un molde? - Martin había dicho que hiciese moldes, pero ni siquiera sabía paraqué.

-Para mi, si no dice nada es porque se está ahogando y a saber que mueca estaba haciendo que te pareció una sonrisa -luego hice una petición- en alguno de los moldes quiero que hagáis una rayita para rellenarla y tener como un alambre, necesitaré algunas por si viene el padre de Lissey...