Partida Rol por web

Asentía a todo lo que decía Danny, he hice un gesto victorioso casi invisible con el brazo cuando me dijo que si podía ir a ver a su yaya.

-Y luego al desván. -intenté meter mis palabras en medio de las suyas hasta que pidió a Martin que preguntase el primero, y mi mirada se giró hacia el directamente.

-Tampoco... Tampoco creo que yo pueda sacar nada así-dijo Chester, ante la mención de buscar en las casas. No, él no iba a poder. Todo había quedado muy atrás, y no le quedaba casi nada.

"Y seguro que nada que pueda dar alguna pista sobre ésto..." pensó el chico, con algo de amargura. Desde luego, parecía que había nacido con mala estrella, y su suerte no iba a cambiar jamás...

Danny cotorrea y casi me cuesta seguirle el hilo de las palabras, pero parece que comprendo todo lo que dice. No es mala idea tratar de preguntar a los padres de Martin ahora y, de todos modos, cuanto más alargue el momento de tener que preguntarle a mi madre, mejor.

Pose mi mano sobre el hombro de Chester.

-Bueno, seguro que hay mil maneras de buscar información sobre esto y tú podrás ayudarnos con ellas-le digo.

No sé muy bien la vida de ninguno de ellos, pero si  Chester considera que él no podrá encontrar nada sus motivos tendrá. Le sonreí amablemente.

Vale, vamos ahora todos juntos. - Dijo Martín, pensando que la propuesta de Danny era bastante mejor que hacerle preguntas a su padre sobre un monstruo devora niños cuando estuviera solo. - Podemos enseñarle también la foto de Paul para ver si recuerda algo de los amigos de mi abuelo.

- Preguntaré, Danny, lo prometo. - le dije levantando la mano cómo hacía en las Girl Scout.

Con la propuesta aceptada de ir a preguntar a los padres de Martin, me sentí extrañamente emocionada.

- Ahora somos como los detectives de las historias... Mola.- pensé en voz alta mientras me acercaba a Martin, decicida a ir con él a buscar información de boca de los señores... ¿Cuál era el apellido de Martin? ¿Grifos? ¿Griffin? Bueno, a los señores padres de Martin.

Chester correspondió a la sonrisa de la niña, sintiéndose algo mejor. Lo cierto es que, a no ser que sus hermanos supieran algo, no le quedaba nadie a quien preguntar. Y dudaba que ellos tuvieran más información que la que tenía él. Quizás la próxima vez que pudiera verles, les preguntaría sobre el abuelo. Pero ahora, iban a ir en grupo a preguntar a los padres de Martin, y Chester se preparó para seguir al resto.

-Cuando digas, Martin. 

Me encojo de hombros mientras miro a mi buen amigo y hago un gesto con la cabeza para que sigamos a Martin.

Siempre me he sentido un poco sola, diferente y fuera de lugar en el pueblo. Mi madre, su vida y sus costumbres han hecho de nosotros el centro de algunas comidillas de cotilleos que detesto con una fuerza algo ilógica en una niña de mi edad. Pero el echo de que Chester me sonría dandome a entender que mis palabras lo han aliviado hace que me sienta tranquila, buena y... feliz. Le sonrío ampliamente y después me coloco junto a Martin.

-Vayamos-les digo sintiendome más parte del grupo a cada minuto que paso con ellos.

Danny estaba preparado para ir en comitiva a hablar con los padres de Martin. Esperó a que éste cogiese fuerzas para decidirse.

Vamos. - Dijo.- Cuanto antes comencemos antes se habrá terminado.- pensó mientras iba en dirección a su casa, poco a poco, conforme se acercaba las piernas le pesaban más. Parecía que fuesen de plomo.

Por suerte sus amigos iban junto a él. Los miro a todos agradeciendo su presencia mientras se preguntaba si alguno de ellos sería más lento que él.

Cuando se acercaron a la casa para hablar con los padres vieron a la madre de Danny y a la madre de Martin charlando mientras se tomaban un café con pastas. Vieron a los niños a través de la ventana e hicieron un gesto que venía a decir si querían algo. Paul parecía nervioso.

No sé si será buena idea—murmuró—ir con una foto y decir si los conocen...no se...

Guarda el diario y saca solo la foto.- Contestó a Nobby con un susurro. A su modo de ver, La foto no tenía peligro, aunque intuía que si sus padre leían aquel diario la cosa podría empezar a complicarse. - Deja que yo hable con mis padres. Está controlado.

Martin hizo un gesto afirmativo con la cabeza mientras chillaba a través del cristal- Mama! ¡Paul a traído una vieja foto! ¿Donde está papa?

Danny estaba de acuerdo con no mostrar el diario. Cómo podían reaccionar los mayores ante aquellos relatos era impredecible, así que mejor no arriesgarse.

En cambio, una foto... ¿qué podía tener de sospechoso una antigua foto en la que salían algunos de sus abuelos?

Danny se acercó a las madres con cara de no haber roto nunca un plato, como si allí no estuviese pasando nada.

¿una foto? A ver...Tu padre está trabajando en el despacho —comentó cogiendo la foto—¡Que monos!¿Quienes son?

Anda—interrumpió Lynda—si esta es la madre de Daniel. TIene esta foto en un album...al pareceres de poco despues de la inundación de Derry.

Por la espalda le doy un empujón con disimulo a Martin y carraspeo...

-Ejjjjpreguntajjjjummmm

-¡También está mi abuelo en esa foto!-me apresuré a decir, de repente me parecía muy importante que lo supieran, sería una de esas cosas que a los niños les parece importantes.

"Mi abuelo tenía amigos.... no siempre fuimos como mi madre se creen" pensé.

-¿Sabían que nuestros abuelos fueron amigos?-les pregunté directamente, como sólo los niños pueden hacerlo, con esa mirada inocente que nos caracteriza.

Anda, que curioso...No, no sabía nada. Ella es la madre de mi marido. ¿Y tú? —respondió Lynda devolviendo la foto y mirando a la madre Martín que se apresuró a responder— No, la verdad que tampoco. Creo que este es mi suegro, hay un retrato suyo de niño en el cementerio pero no se quienes eran sus amigos. Seguro que a tu padre le gusta que le enseñes esta foto.

Eso habíamos pensado.- Contestó Martin a su madre.- Pero claro, si esta trabajando.....- El robusto chiquillo puso cara de corderito degollado a su madre antes de añadir.- ¿Podemos ir al despacho de papa a enseñarsela un momento? Anda mama di que sí. Porfa.

Me mantuve en un segundo plano, dejando a Martin hacer el trabajo con su madre. Yo ahí ni pinchaba ni cortaba, cómo decían los adultos. Siempre me había parecido una expresión de los más graciosa...

Con los brazos cruzados en la espalda empecé a balancearme hacia delante y atrás, usando los talones y las puntas de los pies. No podía estarme quieta, quería saber más.