Partida Rol por web

Al mismo tiempo que los militares se van con el resto del grupo, a través de los prismáticos veis como el horizonte se oscurece, como si una manta negra cubriera el suelo y lentamente se acercara hacia vuestra posición. Los militares se dirigen en dirección a Ateca, la misma dirección que a vosotros os han señalado como "segura", aunque a ninguno de los tres os acaba de hacer mucha gracia tanta amabilidad después de semejante derroche de demostración de fuerza.

Aun así, no mentían, el sitio no es seguro, y huir en dirección a Zaragoza tampoco. Tenéis el tiempo justo de guardar las últimas cajas y subir a los coches antes de abandonar la zona.

Cosa que habían hecho. Si algo sabía hacer el grupo de los caravaneros era preparar las cosas rápido e irse.

Marta arrancó el vehículo una vez los militares se habían perdido, y lo más rápido posible pusieron ruta en dirección al castillo donde habían planeado pasar la noche antes de todo aquello. No se fiaban del teniente ni de la oferta genial, pero quizá mereciera la pena darle una oportunidad;... mientras tanto, se llevaban esencialmente lo puesto y algunas cosas más que con las que habían empezado, a cambio de un Cassius.

-Oh, Dios... -dijo, viendo por los prismáticos lo que venía- ¡Vámonos! ¡YA!

El rostro de marta se torno livido como el hielo cuando vio aparecer aquella mancha negra en el horizante Madre mia que demonios es eso, deben ser cientos de zombies, que horror, tiro las ultimas cajas corriendo a las dos vehiculos que tenian. Joder correr como nunca lo habeis hecho grito mientras subia al vehiculo de exposito, le parecia una buena idea dividirse entre los dos vehiculos.

Avancemos unos kilometros alejandonos de aqui y decidamos donde vamos pidio marta gritando por la ventanilla del coche mientras ya salían levantando polvo en su huida.

La mosntruosa plaga de zombies era imposible de rodear era toda una orda De donde habran salido todos esos zombies, ¿se estaran juntando asi en todos los sitios? se preguntaba marta para si. Chicos son demasiados para rodearlos y buscar caminos alternativos, sigamos a los militares hasta alteca, y esperemos alli los tres dias explorandolo . Sin duda la parecia la opcion mas razonable y deseaba tanto que su sueño de vivir en paz se cumpliera, el volver a ver a jose y vivir sin mirar por encima del hombro para ver donde acechaban algun no muerto.

Gasera tragó saliva viendo aquello. Trató de mirar las rutas alternativas. Nada. TODO ZOMBIS.

-...¿chicos? -dijo- Hacia Ateca. Cagando leches.

Qué bien se lo habían montado los militares, tuvo que reconocer. Los muy hijos de puta.

Bajó, cerró la tapa y se sentó, sacudiendo la cabeza. Tenía uno que admitir cuándo rendirse, y por desgracia aquello había sido una ocasión. Bueno... no siempre puedes tener un "plan b".

La horda de no muertos avanzaba como una legión. Tragaba saliva mientras miraba por el retrovisor. Un segundo para mirar primero el asiento del copiloto donde Marta esperaba y dije con voz baja, como esperando no delatar nuestra posición antes de hacer lo que estaba a punto de hacer.- Agárrate y reza porque no sepan correr...

Agarré la palanca de cambios y tras pisar con fuerza los pedales, arranqué el todoterreno, ande un poco marcha atrás para redirigirme y tras dos segundos frenados comencé a andar hacia delante, acelerando más y más a cada paso, mientras ahora con voz elevado por los nervios le dije a Marta.- ¿Por dónde mierda queda Áteca?...

Encontrar Ateca no fue difícil, descartada la opción de volver a la autovía, y encaminarse hacia Zaragoza, la única opción que quedaba era la nacional. Aun así, en el trayecto no podéis evitar fijaros en el detalle de que los vehículos que encontráis han sido apartados a ambos lados de la carretera, dejando libre el paso central, lo que facilita vuestra huida. Como respondiendo a la pregunta de Javier, en cuanto dejáis atrás el último edificio de Terrer, un cartel a la derecha de la carretera reza "Ateca 7".

El viaje es más rápido de lo que esperabais. La carretera a pesar de estar en mal estado, no tiene obstáculos. Al llegar a Ateca se os hace evidente que los militares al menos en parte no mentían. Este pueblo tiene muestras evidentes de haber sido visitado (y probablemente saqueado). Los vehículos aparecen apartados a ambos lados de las calles, dejando libre el paso central. Algunos de ellos tienen el capó abierto, tal vez en un intento desesperado de arreglarlos, o porque alguien ha estado buscando piezas para otro coche igual. Los establecimientos interesantes (bares, restaurantes, supermercados) tienen muestras evidentes de haber sido registrados. En las calles no se ve ni un sólo caminante, ni cadáveres en el suelo.

Su mirada circulo con desanimo por aquel pequeño y saqueado pueblo Poco encontraremos aquí, aunque parece seguro para esperar, siempre que aquella masa de zombies no termine llegando aquí Recordó con un sudor frió la acelerada huida, el coche derrapando alejándose a gran velocidad de aquel enjambre de muerte.

Mirar tienen un pequeño rio, no creo que haya pesca pero podremos aprovechar para lavarnos dijo a Javier señalando el tranquilo cauce que discurria por el puente de acceso al pueblo

Toca el claxon, avisa a esos dos quizás aquel edificio sea un lugar seguro donde pasar la noche , parece un antiguo hotel que ironía pensó para si misma hablamos de antiguo de algo que hace menos de un año era un hotel, pero que ahora no era mas que un eco del pasado, un eco de una civilización extinta.

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Toca el claxon.

Gasera prefirió el método de retirar la tapa de arriba, asomar medio cuerpo y hacer gestos con las manos de que iban allí. Técnicamente los zombis no los oirían si tocaba el claxon allí. Técnicamente. No iba a arriesgarse por un "tecnicamente". Esperó a que se acercaran y luego se prepararon para aparcar. Fue fácil... efectivamente, no habían mentido en que el pueblo estuviera limpio.

-Bueno -dijo un más que evidentemente disgustado Gasera- Ya estamos aquí. Tenemos para elegir.

Aunque estaba deshabitado y limpio, torció las calles cercanas para echar un vistazo, porque los hábitos son difíciles de matar. Limpio. Limpio. Limpio.

-¡HIJOS DE PUTA! -estalló, metiéndole una patada a un pitoste de hierro cercano- ¡Sabían perfectamente de dónde y cuántos vendrían! ¡Lo tienen calculado! -gruñó, y sacudió la cabeza, resignado- Esa gente tiene muchos más recursos de los que hemos visto en nuestra vida. Espero que estos cuatro vuelvan...

Al fin habían llegado, esa mañana se le había hecho demasiado larga y ahora que habían llegado, ya tenía bastante sueño.
El hotel ese no parece una mala idea, es defendible y alto, pero ¿no nos quedará un poco grande a nostros cinco?. Digo, tal vez no este del todo despejado y terminemos con más caminantes de los que podemos lidiar.
La realidad es que no quería discutir mucho
Aunque bueno, si esos matones despejaron tanto, lo más probable es que el hotel también lo este. Pero sea donde sea apuremos nos que necesito dormir pronto, les prometo después vigilar toda la noche.

Asiento ante las palabras de Gasera y digo mirando alrededor.- Si... parece que sabían del pueblo tanto como si hiciera solo unos días que lo habían dejado aquí, como sabían de la hueste de caminantes que nos pisó los talones.

Marta se preocupaba por el agua y el otro Gabriel de la zona de descanso. Sopesé un poco lo que podríamos encontrar y dije.- Creo que lo más sensato sería encontrar una zona para dormir que rubiera vigilancia de alto como ese hotel, y luego investigar zonas que pudieran haber pasado por alto. Se supone que la farmacia, el supermercado y demás estarán saqueados como estos coches pero no debemos de olvidar que estamos en zona de montaña... Alguien en su casa debe de tener alguna reserva por tener fincas en la montaña, así como alguna arma que nos sea de utilidad...

Por último miro a Gabriel y le digo.- Aunque el hotel sea grande lo mejor será utilizar solo una habitación o dos conectadas, y que tengan cercanas las zonas de salida... puede que hayan saqueado el pueblo pero hayan usado las grandes edificaciones como lugar de reclusión de esos comesesos... no hay que estar tranquilo y menos si ellos no han recomendado la zona a sabiendas de que no encontraríamos nada... y esperan que estemos tres días por aquí...

Tal como suponíais, el hotel había sido saqueado, y casi todo lo de valor había desaparecido... Alimentos, medicinas, herramientas, etc. También habían retirado parte de los colchones y ropa de cama. En la cocina no se habían llevado apenas nada, y os sorprendió gratamente que habían dejado algunas bombonas de butano a las que todavía les quedaba algo de gas. Aunque parezca una tontería, el pensar en comer algo caliente y en calentaros era de agradecer. Además había mantas de sobra y camas que podríais utilizar.

El hotel se encuentra en un punto elevado, desde el que podéis ver bastante lejos en el horizonte. Tras subir a la azotea, podéis ver algunos caminantes sueltos que vienen desde Terrer. Da la sensación de que a su paso por el pueblo la horda se ha disgregado. Tenéis la sensación de que aunque ya no sean una amenaza tan inminente, los pocos caminantes que si lleguen a Ateca harán que debáis caminar con cuidado, al igual que estaría cualquier pueblo.

Tras comprobar que el hotel es seguro y montar vuestro campamento provisional, empezáis a inspeccionar el pueblo. A primera vista los militares han saqueado todo lo que tiene valor; restaurantes, bares, supermercados, farmacias... incluso alguna tienda de ropa o de deportes. Pero lo que no han tocado son las casas. Las puertas permanecen cerradas, con lo que haya dentro, provisiones o muertos vivientes...

A nadie le sorprendió ver que el hotel había sido igual de metódicamente despojado que el de su visita anterior, salvo quizá a Javier que no lo había visto antes. Estaba completamente limpio, y aunque en las cocinas no quedaba nada remotamente comestible aparte de un par de estropajos, se encontraron conque quedaba butano. Como mínimo, comerían caliente y tendrían ducha al gusto, y eso era un GRAN mínimo.

-Claro que lo saben, es lo que están anunciando: que todo este dominio es suyo y más le vale a nadie olvidarlo -contestó- Y también sabían a dónde íbamos, y cómo no íbamos a poder ir. Lo que tienen aquí montado es...

Increíble, en resumen. Quizá incluso habían estado a resguardo y seguros desde el día uno, y no en una de las bases militares aisladas formadas después del fin de la civilización. El Teniente García seguía dándole un mal rollo acojonante, y el hecho de que fuera listo, bien preparado y/o tuviera a gente muy lista trabajando para él no le consolaba demasiado... pero igual que sus compañeros, como alguien que había pelado semanas por un par de paquetes de galletas maría y dos cajas de cholec estaba posiblemente dispuesto a tolerar todo eso por una mínima garantía de estabilidad. Como era rutina, subieron al tejado y se repartieron el territorio a reconocer con prismáticos.

-Tch -dijo, viendo a los zombis que le señalaron- Sí. Tenía que pasar. De todas formas podemos organizarnos con esos cuantos...

Volvió a coger la mochila con las cosas y salió por la puerta con el resto a reconocer el pueblo. Le extrañó un tanto que en un año ninguna de las casas hubiera sido tocada, ¿tan bien provistos estaban? ¿Era una especie de "pueblo de recepción" desde el que poder inspeccionar tranquilamente a los candidatos? Él estaba seguro de aquello último, claro, era por lo que no había querido ir, pero resulta que le habían ido tres pasos de distancia por delante en eso. Pasaron tras recorrer unas cuantas calles e hizo girar en sus manos lo que parecía una horca con trozos de metal.

-Okay, como no conoces el ritmo te explico, Javier... rompemos, exploración en grupo, y si hay podridos se les atrae hacia la sala grande o afuera si son varios. Si es uno fuera de los pasillos. Todo controlado -dijo con lo que sonaba como rutina, y lo era: el sistema podía ser absolutamente inútil contra hordas, pero para aquella clase de exploración funcionaba como la seda- ¿Cuál es tu historia? Sólo sabemos que te has encontrado con un cuchillo en el cuello, y, eh... todos hemos estado ahí a estas alturas -dijo, con un ligero toque de humor.