Partida Rol por web

Por eso dicen eso de "dog eat dog", aunque en este caso sea "dog eat bicht" dijo Darcy sonriendo con dulzura. La animadora más cachonda de la hermandad no podía desaprovechar la oportunidad de meter la pullita a aquellas dos zorras. Espero que no sacrifiquen a las perras. Quiero decir, a las menos peludas...es decir A Kim y Kayne.

Acto seguido, Darcy buscó algo con lo que hacer tropezar a las gemelas para que fuesen devoradas por los canes. Entonces localizó uno de los bastidores de las cortinas que se habían caído al paso e los chicos que huían aterrados, cual obreros de una metalurgia con una esquirla en el pelo y lolanzó contra sus espinillas. Las de las piernas, claro.

El tema de que el tío hubiera desaparecido tras arremeterle con el sofá, me deja totalmente agilipollada durante toda la escena.

Se acabó al música.

¿Dónde está ese tío?

Huele a quemado.

¿Pero dónde está?

Las gemelas bajan por las escaleras.

Pero, ¿y el tío?

Y sus propios perros se ponen en su contra.

¿¿¿PERO EL TÍO DÓNDE SE HA METIDO???

Las gemelas bajan con sus perros (tan adorables como malcriados, no me olvido de la mordedura), y tal como bajan empiezan a gimotear y se vuelven contra ellas. ¿Será que los animales son leales a Channel?

"Ay, madre..."

Miro hacia Beth instintivamente pero no sé por qué.

"Ay, ¿qué estudiaba Beth? ¿Derecho? No, eso lo estudio yo. ¿Una cosa de esas frikis? No, quita quita, no le quedarían bien unas gafas de culo de vaso. ¡Ah, claro, medicina!"

- ¡Beth! ¿Tienes las cosas esas que se pinchan (no, no hablo de drogas) para cuando un perro de esos que echa espuma por la boca te muerde? No recuerdo cómo se llama.

Los hombres seguían aplastándose contra la puerta, las chicas todavía estaban conmigo, pero habían gastado sus reservas de azúcar en liquidar al friki holográfico. 

—Bueno, HOTs, ahora tenemos que encontrar una manera de salir de aquí. Hay perras rabiosas y multitud de muertos —sin duda a los fallecidos anteriores se iban a sumar los dos chicos que habían fallecido "misteriosamente". Eso era porque Chad no me había hecho caso. Si no seguro que levantaba a los muertos. O eso decía él.

—¡Vamos, chicas, pensad!

Tras intentar mover el sofá y ver que no iba a ser posible sin sudar, desistimos. No le quito el ojo a las jodias gemelas y mucho menos a sus perros. Pero, de repente, los chuchos pulgosos (todo lo que cabe en un bolso como chihuahuas o caniches, es chucho sarnoso) se vuelven contra ellas.

"Si es que es normal, se lo habrán montado con el perro y ellas les han pegado la rabia por via sexual" es mi gran reflexión del momento, mientras ellas hablan en su idioma raruno de gemelas confirmando mis sospechas.
-¡Ja! ¡Lo sabía!- murmullo entre dientes, como si descubrir que el perro se lo chupa les da mucho cariño y les hace compañía fuera un descubrimiento a la altura de la estafa de Madoff.

Mientras yo hago la intelectual, Darcy les ha lanzado una cosa de esas de cortinas como si fuera una deportista guay olímpica. Si tuviera un cartel con números le pondría un 9. Pero no puedo entretenerme en dibujarlo porque nuestra amada lideresa insiste en que busquemos una solución para salir de aquí. "¿Pensar? ¿en serio? ¿no pagamos también personas para que hagan eso por nosotros?" Todo esto me parece un atraso. Es rudimentario. Como si tuvieramos que pensar para sobrevivir o algo.

Busco en mi cerebro pero las últimas colecciones de otoño y el último disco de Enrique Iglesias es casi lo único que me viene a la cabeza.

-Pues no sé... ¿porqué no probamos lo del refrán ese de "Cuando Anna Wintour cierra una puerta, Carolina Herrera abre una ventana? Quizás podríamos salir por ahí- le digo por lo bajo a las chicas, porque como nos oigan los tíos las taponan también...

El intento de Darcy de tirar a las gemelas fue infructuoso, parece que se las sabían todas y la esquivaron con facilidad. Aquello no cesó tampoco el empeño de Kim se acercase y meara los zapatos de Luzbel. Ahí se agacho y le echó un buen chorrazo amarillo cerveza, mientras le gruñía al mismo tiempo por si acaso.

-Grrrrrrrrrrrrrrrrrrr-

Mientras el macho del dúo se acercó a Mary Ann, la cuál hablaba de ventanas que se abrían. Ella no había conseguido ligar aquella noche, por lo que su ventana abierta vino en forma de perro de 50kg que se enganchaba a su pierna y la montaba. El cabrón hasta jadeaba como si aquello fuera lo que llevaba deseando toda la noche.

Una risa terrorífica vino de alguna parte del salón.

-Mirad lo que he hecho a los guarros de vuestros perros-

Dijo como si aquello fuera un festival del humor o algo. Aunque no podían verlo, era la misma voz que las había amenazado.

Por la puerta no se podía salir, porque estaba cerrada y porque había un tapón de músculo. Machos asustados, pero sudorosos y desprendiendo testosterona. Todos apelotonados en un cielo de masculinidad en el que cualquier fémina desearía perderse y no ser encontrada nunca más.

El humo y el fuego seguían propagándose y de ahí no parecía que fueran a salir pronto. Al menos no por la vía fácil.

"¡Ay no! ¡Ay no!" pienso con horror cuando veo que la fiera viene hacia mí  "¿Pero no le estaba gruñendo a las gemelas hace un momento? ¿¿Porqué viene ahora??"

Estoy tan aterrada que no me muevo del sitio -¡Por favor, Dios, que si me mata me muerda sólo donde se pueda ocultar con ropa!- Solo faltaba que además de morir joven no dejara un hermoso cadaver.

Pero el ¡¡PUTO CHUCHO DE MIERDA!! diabólico perro hace algo ¡¡MIL VECES PEOR!! Es taaaaaan humillante que me quiero morir. Si no fuese que me da pavor que me muerda, le atizaba una patada incluso sabiendo que es poco elegante.

Estoy tan preocupada rogando para que no se corra en mi camisón de seda (porque la mancha no saldría y porque es terriblemente humillante) que ni me entero que la voz del friki ha vuelto.

- ¡Beth! ¿Tienes las cosas esas que se pinchan (no, no hablo de drogas) para cuando un perro de esos que echa espuma por la boca te muerde? No recuerdo cómo se llama.

- ¿Vacunas contra la rabia? Aquí no, pero seguro que en la facultad hay...

Cunde el caos, como no podía ser de otra manera.

Entre los pensamientos de "quien fuese puerta" al ver a tanto maromo apoyado contra ella intentando tirarla abajo, perros gruñendo, perros en celo, la voz del tío este, que me hace buscarle por el salón a ver si le veo para acercarme a él y meterle tal bofetón en la cara que se la iba a dejar del revés y con los labios rojos sin necesidad de maquillaje (y luego, si veo que me he pasado, para pedirle perdón me lo trinco, pero no es momento ahora de pensar en labios sangrando), el humo que desprende la ropa de Channel ardiendo...

¡ARDIENDO! ¡EL INCENDIO!

- Vamos Jess, hay que salir de aquí.

Agarro a Jess del brazo y la hago seguirme hasta una de las ventanas, la más cercana, y comienzo a intentar abrirla.

Kimber salió a duras penas de entre la marabunta de tipos ciclados y muertos de miedo (Vaya, como ella misma hacía unos segunfdos), solo para ver como a Mary Ann se la estaba follando un perro enorme, o al menos lo intentaba.

Entonces vio a Beth, la única que parecía tener una idea medio decente. ¡Claro, las ventanas!, ¿Como no se le había ocurrido a nadie?, seguramente porque estarían pensando en rabos y alcohol...

...Había que ponerse a ello.

-Darcy, la Goth revenida tiene razón, ¡Las ventanas!, por ahí!-

Beth me aclara la duda, vacunas contra la rabia. Supongo que será eso, sí. Observo con horror cómo uno de los perros está violando a Mary Ann... bueno, está violando su pierna, pero lo mismo da. Supongo que luego podría denunciarlo y pedirle la acusación a mi padre.

Tardo en darme cuenta de que las llamas se están extendiendo, y lo hago cuando Beth me lleva a rastras hasta la ventana, con la idea de escapar por allí. Veo que intenta abrirla y procedo a ayudarla.

La vacaburra parecía hacer algo con una pértiga o no sé qué. Luzbel no le prestaba atención, obviamente. Estaba más pendiente de que los perros le dejaran sitio para pasar. Seguramente era una de las demostraciones de anormalidad, lo que fuera para llamar la atención. Algo de clavarse el palo en el coño para disfrazarse de chupachús o algo de eso. Ternera al espeto, más bien. Pero se le escapó de las manos y el palo cayó al lado de las gemelas, sin más.

– ¡Mira lo que haces, foca! –se agachó y cogió el palo. Algo que llevaba demasiadas horas sin hacer y empezaba a necesitar. A ser posible antes de que acabara esa mierda de noche.

Luego vio que Kanye se ponía cachondo y se le salía la barra de labios de la funda. ¡El también necesitaba lo mismo! Si es que estaban bien criados esos perritos, conocían sus horarios. ¡Pobre Kanye! ¡Eso era lo que le pasaba! Demasiadas horas sin montar, claro. Había olisqueado el sucio chumino de alguna de esas, de tufo fuerte y concentrado, y estaba revolucionado. Como un reclamo de montería.

– Animalito. Desahógate, pero luego te lavas la pija. No quiero que vuelvas con enfermedades a casa.

Pero Kim la perra, la perra de cuatro patas, se tomó en serio la actitud de las gemelas y simplemente se acojonó. Tanto que se meó de miedo y sumisión, salpicando los zapatos de Luzbel.

– ¡Serás hijaputa! ¡Mis Manolos! –dijo dando unos saltitos para evitar mancharse–.

Algo pasaba a su alrededor pero ella estaba atenta a lo importante, salvar los zapatos. Entonces Channel dijo algo de los perros, a saber qué, con su típica voz de travelo adicto al crack. Luzbel estaba consiguiendo cada vez mayores niveles de ignorar al resto. Porque la nobleza ni mira ni escucha a las clases inferiores. Pero empezaba a estar hasta el coño ya.

– Vámonos de una puta vez, hermana –dijo, dando unos golpecitos en el suelo con el palo, como si fuera una reina con un cetro, y caminó hacia el pasillo.

Me tengo que reír cuando la bola de sebo erra su intento de ¿que? ¿hacernos las zancadilla con un puto palo? Por favor... En vez de concentrarse en simplemente luchar por sobrevivir. Pero era normal, podía más la envídia que el instinto de supervivencia en este caso. Por ello, había preferido en malgastar su tiempo atacándonos que cooperando con sus cerdas para salir del horno en que se iba a convertir esto dentro de poco. Pobres. Yo no temía a la muerte, algo dentro de mi me decía que en caso de perecer hoy, seríamos elevadas a un estado de vida superior. Que algo nos esperaba al otro lado. 

Se me para la risa cuando Kim jode los zapatos a mi hermana. Si fuera Kim humana, ya estaría muerta, pero no puedo hacer daño a esta Kim.

- Que puto asco, vamos y te lo cambias antes de que huela... - aun estoy arrugando la nariz cuando sigo a mi hermana por el pasillo.