Partida Rol por web

Caminamos durante varias horas, mi concentración es mas para detectar nuevos objetivos, pero por el momento nada, tan solo nos acompaña in silencio obligado.

Nuestros pasos se cruzan con un arroyo que va justo en dirección contraria a la nuestra, eso quiere decir que el terreno elevado esta delante de nosotras, es decir, las montañas, lugar que ofrece un refugio natural despues de atravesar el extenso bosque, si había mas yomas es muy probable que se escondieran ahí.

Pronto mis pasos toman la dirección contraria al arroyo, siguiendo su cauce, tras unos minutos el bosque aprece abrirse un poco, hasta que a lo lejos se ve la luz del sol nitida, mientras nos acercamos los reflejos del agua indican que habíamos llegado al origen del arroyo, un pequeño lago, pero mis sentidos no tardan el alertarme de algo. Rapidamente extiendo el brazo y hago señales para que se agachen, haciendo yo lo propio.

Todas las allí presentes, desde nuestra cobertura de maleza, podíamos apreciar actividad al otro lado del lago, en la falda de la montaña, varias cavernas, algunas naturales, otras no y varias figuras humanoides portando cosas de un lado a otro.

-Son yomas, cuatro a la derecha y cinco a la izquierda y.... hay un kakuseisha... mierda...

No pude evitar fruncir el ceño....

-Creo que podríamos con él, pero no con un grupo tan numeroso de yomas a la vez, hay que encontrar el modo de separarlos, una distracción quizá...

Fue la primera idea que me vino a la cabeza, pero estaba pensando alguna otra, ya que la que se llevara a los yomas quedaría sola y las otras dos tambien solas contra un enemigo demasiado poderoso como ir solo dos.... Piensa, piensa....

Tras meditar unos segunos mis labios se mueven sin variar un apice mi rostro.

-Capitana, yo soy la unica que puedo acercarme sin ser detectada, intentaré distraerles, es muy probable que los yomas vayan antes que el kakuseisha, yo sola puedo encargarme de ellos con un poco de suerte, ustedes dos enfrentarían al transformado mientras yo termino con el resto de yomas. Esperar a mi selñal y atacar.

Mi yoki comienza a desaparecer hasta el punto de que incluso Cynthia tendría serios problemas para detectarlo.

-¿De acuerdo?

En cuanto diera la orden aprtiria hacia la derecha para preparar mi distracción.

Era arriesgado, pero ella estaba en lo cierto, es la unica capaz de acercarse mas sin ser detectada.

-De acuerdo Elena, tomate tu tiempo para preparar tu emboscada, tantos yomas a la vez puede ser peligroso.

Confío en sus habilidades, algo me dice que será capaz.

-Alice, daremos un rodeo al lago y esperaremos la señal, luego tendremos que atacar con todo, por lo que puedo percivir ese kakuseisha está a nuestro alcance, pero debemos hacerlo juntas. Bien, en marcha.

Camino agachada esperando que Alice me siga, Elena había ido en la otra dirección, Dioses, asistirnos....

Una vez alcanzada una posición apurando al maximo su rango de percepción espero la señal, mi vista se desbía unos segundos hacia Alice y afirmo con compañerismo y confianza, desenfundo mi claymore y aguardo.

Escucho atenta el plan que han ideado, confiando en que la mayor experiencia que poseen les ofrezcan una mayor ventaja estrategica, por lo que me preparo para seguir sus instrucciones.

Desenfundo mis claymores y las envuelvo con mi capa para evitar que reflejen la luz y delatar nuestra presencia, y arrastrandome con la ayuda de mis codos, sigo los pasos de Cynthia por el pedregoso camino, manteniendo la mirada baja, hasta el lugar en el que decide esperar a la ejecución de la parte de Elena.

Mi cubro tras unos materiales para desenvolver los claymores, dejandolos aún cubiertos, pero ahora me encuentro preparada para lanzarme al ataque y aniquilarlos a todos ellos...

El silencio era absoluto, todos mis sentidos estaban puestos en los yomas y en el kakuseisha para percibir cualquier cambio en su posición, tanto si el plan funcionaba como si no, tendríamos que actuar deprisa. De pronto algo llamó atención de ambas. Al otro lado del lago, sin previo aviso, cuatro arboles cayeron derribados tras un corte limpio en su tronco, haciendo un sonido audible a varios cientos de metros. Era la señal de Elena.

Me concentro aun mas en determinar las posiciones de los yomas... alzo la mano con la vista fija en el lugar en cuestión.

-¡Espera!......

Los nueve yomas se detubieron en sus sitios y de pronto todos a la vez se movieron hacia la posición de Elena, quedando el kakuseisha solo. ¡Ha funcionado!

-¡Ahora!

Mis ojos se tornan dorados y mis piernas hacen las veces de resortes para salir disparada hacia delante, corriendo tan rapido como puedo, aunque Alice no fuese capaz de alcanzarme, no la dejaría atras si se cncentra en correr como Dios manda.

Recorridos unos cuatrocientos metros en pocos segundos claymore en mano, la figura del kakuseisha, junto con la imagen de el lugar donde se encontraba se alzaron ante nosotras.

Era una forja, una enorme forja, y el Kakuseisha, que medía aproximadamente tres metros y medio tenía una forma humanoide, cubierta totalmente por una extraña y gruesa armdura, como si el metal estubiese fundido con su piel, una mole que a cada paso temblaba el suelo... Por todos los Dioses.....

Sin embargo la impresión no detendría mi espada, en plena carrera el yoki se arremolina a mi alrededor y concentrandose en mis musculos realizando un ataque directo a su pierna derecha con la intención de desequilibrarle.

El impacto de la hoja de mi claymore contra el metal de su pierna fue brutal, saltando chispas y haciendo temblar al lago, sin embargo, mi claymore no había traspasado ni siquiera su capa mas externa. Pero que...

Aquella bestia emitió un bramido, mas ke de furia o enfado, de superioridad, cercano a la carcajada. Alzó la maza de metal macizo que portaba, era lo suficientemente grande como para aplastarme de un solo golpe, pero... la cantidad de yoki que fluye por sus musculos apra moverse hace que su lectura sea terriblemente sencilla, antes de que la maza empiece a caer, simplemente me hago a un lado para esquivarla sin ninguna dificultad. Es lento, pero resistente.

-Alice, cuidado, su piel externa es muy dura.

Me encuentro en una constante alerta, hasta el momento en que da la orden Cynthia de atacar; en ese momento, mis musculos se tensan y me propulsan tras ella tratando de seguirla a por nuestro objetivo, aunque lentamente va cogiendo una cierta ventaja sobre mis pasos, no llega a ser nada alarmante, táctica de ataque, sirviendo el ataque de Cynthia como una distracción y para hacerle centrar su atención en ella, para posteriormente saltar con mis claymores fieramente sobre el.

Cynthia ya había llegado, pero su mayor velocidad me había ofrecido una práctica visión de nuestro oponente, sus toscos movientos encerraban una potencia descomunal, así que debía tener cuidado de percibirlos, ya que con tan solo uno de ellos podría dejarme fuera de combate.

Los débiles ataques de Cynthia no había podído hacer nada contra aquella chatarra andante, ni siquiera había logrado arañarle, así que si pretendíamos acabar con él, parecía que estaba en mis manos.

Mis piernas me impulsaban, y mis brazos se balanzeaban a mis lados sugetando los claymores; a medida que me encontraba más cerca de esa mole, mi rostro se tornó una figura macabra, si llegar a esbozar una sonrisa esta vez ante el rival que me veía proxima a enfrentarme. Alzando mi claymors, flexionando mis musculos, viendose claramente un mayor volumen en ellos, apunto hacia él y mi me abalanzo con todas mis fuerzas.

Los poderosos ataques de Alice alcanzaron al Kakuseisha, simplemente este no tiene la velocidad suficiente para esquivarlos, tampoco le es necesario, los claymore de la numero 45 no chocaron contra carne, sino contra metal puro y duro, saltando numerosas chispas.

Alice puede estar segura de que ha estado cerca de atravesar su caparazón externo, una armadura que parece variar a voluntad.

El despertado por su parte intentó de nuevo aplastar a Cynthia, pero eso iba a ser extremadamente dificil por no decir imposible, pues antes de que el kakuseisha moviera el brazo, Cynthia ya se había apartado de la trayectoria con una gracilidad digna de su numero.

Los ataques de la numero 45 habían sido demoledores, pero aun asi insificientes apra atravesar su piel, esquivar su martillo para mi sería un juego de niños, y la ayudaría a ella a esquivarlo. El verdadero problema es atravesar su piel, tiene que tener algun punto debil...

Me concentro en el sistema de su armadura, en como el flujo de yoki fluye por ella modificandola y adaptandola para cubrir su partes vitales. Pero aquella impenetrable defensa tiene un defecto, entre mas metal adjuntado, menos puede moverse a pesar de su fuerza, por lo que no porta metal suficiente para cubrir todo su cuerpo. Tiene que haber un sitio donde su capa sea mas fina...

En poco segundos el primer punto debil se presenta ante mi vision del flujo de energia yoma...

-¡Alice! ¡Su hombro derecho, ataca con todo ahí, ¡ahora!

Yo hago lo propio, mi espada atraviesa la fina capa metalica cortando la gruesa piel del kakuseisha... no será suficiente....

Mis claymors revotan contra el metal que recubre a aquel despertado, dejandome sorprendida de que se pudiera concebir tal abominación, pero cuándo aún me encontraba perpleja por como rechazó mi ataque, sin inmutarse, observo como Cynthia, jaleada por un aire de valor increible, parecía saber con certeza dónde era vulnerable, entre aquella capa de metal, y al observar como su ataque, ahora en ese punto, si había sido certezo, pudiendo alcanzarlo, salté sobre su hombro clavando ambas claymors en él.

Aunque solo uno de los mandoblazos de Alice alcanzaron su objetivo, fue suficiente para terminar de seccionar la articulacion y hacer que su brazo cayese como un peso muerto al suelo.

-¡¡¡AAAARGG!!! ¡Malditos insectos!

Por desgracia el brazo que sostiene la maza seguía entero y se alzó de nuevo para intentar aplastar esta vez a la numero 45, la voz de Cynthia solo aun antes de que el brazo comenzase a levantarse.

-¡Cuidado Alice, va por ti! Hay que desarmarlo, ataca a su mano, ahí su aramdura tiene que ser mas fina...

El monumental martillo cayó pesadamente, si para entonces restaba algo debajo, cualquier cosa, seria aplastado.

A pesa de ser avisada con antelación por Cynthia de que hiba a ser atacada por aquella monstruosa mola, y de su lentos movimientos, es tal su tamaño, que aunque intento apartarme de su trayectoria, me resulta imposible, quedando atrapada como Damocles, pero en este caso entre la maza y el suelo.

En estos momentos, bajo la maza de aquella montaña andante, sentí como podría estar en serios problemas en esta ocasión, y como me percataba del desequilibrio de poder y la vulneravilidad que sentía ante semejante desproporción, llegan tan solo a poder decir en un suspiro.

-Ayuda.

Esperaba que Cynthia se percatara de la situación en la que me encontraba, siendo rebasada en fuerza y poder, luchando con todas mis fuerzas para intentar parar el objeto con el que podria ser aplastada facilmente cualquiera de nosotras.

En un movimiento tan rapido como me es posible me coloco en el angulo correcto y dirigo mi laymore directo a sus dedos con la intención de que soltase su mazo, sin embargo, cuando el enorme martillo cayó sobre Alice, no solo no la aplastó, sino que salió despedido tras chocar contra las espadas de la número 45 ...increible... Cuando mi espada alcanzó sus dedos y los cercenó, el kakuseisha ya estaba desarmado, ahora ya no podría volver a armarse, no si actuamos deprisa.

Sin embargo hay un problema, no consigo detectar mas puntos debiles en su cuerpo y si no acababamos con el aprobechando que no tenía un brazo y había perdido sus dedos, se regeneraría y tendríamos graves problemas.

Mientras el monstruo grita de dolor y rabia mi voz suena lo justo para que Alice la oiga.

-Alice, es casi imposible atrabesar la capa metalica que le cubre, pero se me ha ocurrido una idea, si conseguimos imprimir la suficiente fuerza a nuestra espada le atravesaremos, yo le distraeré y tu subiras a esas rocas (digo refiriendome a la pared vertical de la montaña que esta a nuestra izquierda)

Cuando estés arriba hazmelo saber y salta, ataca a su cabeza con todas tus fuerzas y yo trataré de retenerle, si todo va bien creo que podras atravesar esa maldita coraza metálica. Vamos, date prisa, yo le entretendré.

Allá vamos. El kakuseisha atacó esta vez con el puño cerrado que restaba ahora sin dedos, pero ni en sus mas remotos sueños sería capaz de alcanzarme...

Aún sin haber tenido practicamente tiempo para reaccionar tras esperar el ser aplastada bajo la fuerza del martillo del descomunal kakusheisa, encontrandome "tan solo" el peso muerto de la caida por la ayuda de Cynthia, y sin tiempo para reaccionar por ello, me encuentro ante la orden que ofrecía la única oportunidad de seguir con vida y como es obvio la seguí.

Rapidamente me dirijo a las rocas, arrojando los claymors para que me sirvan d puntos de apoyo y sujeción en la escalada, sujetandolos y clavandolos cada vez más alto, hasta llegar tras unos cuantos impulsos a la cumbre.

Desde ese punto, silvo para que Cynthia se percate de que ya he llegado, y la indico que intente posicionar a aquella mole lo más quieta posible, para poder caer sobre él desde esta altura.

Comienzo a liberar mas y mas poder para moverme mucho ams rapido y golpear con mas fuerza a aquella tremenda mole, uno tras otro sus tremendos puñetazos destrozan la roca del suelo, pero largo a crecido su confianza si cree que puede alcanzarme. Mi claymore impacta una y otra vez contra él, el sonido de los fuertes impactos de metal contra metal son audibles a kilómetros.

Finalmente oigo el silbido de Alice momento en el que doy rienda suelta a mi poder y comienzo a girar sobre el monstruo golpeandole una y otra vez, de forma que el imbecil no hace sino girar sobre si mismo, sin variar su posición...

-¡AHORA! ¡ALICE!

Grito con fuerza para que Alice se lance. Dioses asistirnos.....

Finalmente de un brinco llego a lo alto de als rocas, al lado de mi compañera, aunque parezca extraño estoy al tanto del plan y de las circustancias, pero en poco podría ayudar tras matar a todos aquellos yomas, mi cuerpo está cubierto de heridas y sangre, al hablar escupo sangre, pero mi mirada intenta inspirar confianza.

-Concentra toda tu fuerza en un solo claymore, intenta clavarlo en el centro de la cabeza y te será mas facil atravesar la capa externa.

Realizo el salto junto a ella, libero el poco yoki que resta en mi cuerpo para cogerla de la mano y empujarla con todas mis fuerzas hacia abajo, imprimiendo mucha mas fuerza en su salto.

-¡MACHACALO!

Acaba con el....

Miro atenta como Cynthia ejerce su estrategia para mantener al kakusheisa lo más inmovil posible, e incluso me sorprende la precisión de sus movimientos, aunque tan precisión la haya acostado la perdida de potencia en sus golpes...

Sorprendida, en el momento en que me disponía a saltar contra el kakusheisa, me percato de que Elena se encuentra junto a mi, y aunque no pudiera ser de mucha más ayuda tras acabar con los otros yomas, esperaba que el apoyo que me ofrecía en este momento fuera el necesario para acabar con el despertado ya, o el acabaría con nosotros.

-Esta bien, asi la haré.

Saltamos las dos a su cabeza, utilizando el claymor como un ariete para atravesar su gruesa capa protectora. El apoyo de Elena, me aporta la voluntad que me permita atacarle con exito.

Alice puso toda su voluntad en aquel ataque y su espada termino por encontrar su objetivo, el choque de la punta del claymore contra el metal del kakuseisha produjo una onda de sonido que hizo templar el suelo al chocar con al roca.

El claymore de Alice había conseguido atravesar la capa externa y mas dura, pero se detuvo demasiado pronto apenas había entrado unos centimetros, suficiente para que el kakuseisha emitiera un bramido de dolor y alzara la mano para golpear a la claymore que había aterrizado en su cabeza. Alice salió despedida a varios metros y observó como la enorme bestia aun se mantenía en pie. Fuen entonces cuando se hoyó la voz de Cynthia con una tranquilidad pasmosa.

-Eh monstruo...

El gigante miró a la numero 14 con furia...

-Te olvidas de alguien...

Dicho esto se afiló una sonrisa en el rostro de la rastreadora y los ojos del kakuseisha se abrieron en una expresion de preocupación. Justo en ese momento aterrizó Elena realizando exactamente el mismo ataque que Alice y afortunadamente, supo encajar el claymore en el hueco que ya había abierto en el metal Alice, como consecuencia la espada de Elena entro como un cuchillo en la mantequilla, hasta que el mango detubo la entrada. En el rostro ensangrentado de Elena hay una expresion tranquila, de un salto desclavó el mandoble y aterrizo a unos metros del transformado, este se derrumbó cual montaña, muerto.

-Uno menos.

Dijo de forma pícara Cynthia, acto seguido se acerco a socorrer a Elena, la cual estaba herida y había utilizado todo su poder en aquel ultimo ataque.

-Aguanta....

Elena estaba a punto de desmayarse, la numero 14 la cojió a caballito y se acercó a la numero 45, la cual había demostrado estar a al altura.

-Buen trabajo, Alice, parece que el equipo funciona.

Dijo acompañando de un guiño.

-Vamos a investigar las cuevas para ver que estaban tramando.

Con unos lentos movimientos, me levanto del suelo; mientras tanto, mi rostro torna a su semblante natural, ocultandose así las monstruosas facciones que había adquirido en el arduo enfrentamiento que nos había acontecido.

Al ergirme en pie, dejo caer en punta uno de los claymor al suelo, alzando el restante por encima de mi cabeza, y embocandolo en la funda de mi espalda, dejandolo deslizarse hasta llegar a la empuñadura. Alzando el otro, realizo la misma operación, quedando ambos cruzados a mi espalda.

Este despertado ha sido mucho más dificil que los anteriores, nos ha llevado a todas al limite de nuestras fuerzas pero ellas no pueden percibir que me encuentro al límite de mis fuerzas.

Con mi paso más decidido me dirijo hacia ellas y las pregunto:

¿Como os encontrais? y concretamente enfocando a Elena digo, Elena, ¿que tal estas? ¿te encuentras con fuerzas para acompañarnos sola? Hago una brebisima pausa y extendiendo mi mano a ella prosigo Si necesitas ayuda, yo te llevare.

-Estoy bien, solo necesito un descanso...

Contestó Elena desde la espalda de Cynthia.

Las tres claymore se adentraron en la cueva, donde pronto pudieron comprobar la indole de lo que habían descubierto. La cueva tenía un pasillo estrecho, pero no porque fuera estrecha, sino porque a derecha e izquierda hay cajas apiladas, como en un almacen, tal y como lo hiciera un humano en un cuartel. Las cajas estaban llenas de armas, pero no armas corrientes como espadas, escudos o lanzas. Estas armas eran mucho mas grandes y mucho mas pesadas era imposible que ni el arma mas discreta ahí forjada pudiera portarla un humano, incluso la forma de algunas de ellas no se adaptan a un humanoide, aparentemente inservibles.

-Que demonios...

Dijo Cynthia mientras seguía caminando despacio a la luz de las antorchas que ilumnaban la istancia. Unos metros mas alante llegaron al final de la cueva, una sala bastante amplia, pero en la que no hay cajas con armas, sino armaduras, armaduras igual de imposibles para un humano de formas que bien podrían cuadrar en el cuerpo de un elefante, o de cualquier criatura de forma no humana, o de forma humana pero gigantesca.

-Yomas forjando armaduras a gran escala, es la primera vez que veo algo asi...

Cynthia no era de las claymores mas viejas ni mucho menos, pero tampoco de las nuevas, y en su experiencia nunca había visto un yoma que portara armadura alguna, si bien alguna vez se los había encontrado con alguna espada o con un martillo como el kakuseisha recien muerto, su uso comun era algo inaudito. Sin embargo los pensamientos de la numero 14 iban mas allá.

-Aquí hay suficiente material como para armar un ejercito, pero un ejercito de ¿que? ni siquiera un yoma podría con algunas de estas armaduras... Alice, coje una con al que puedas, nos la llevaremos de muestra, los sabios deben ser informados de esto enseguida, tengo un mal presentimiento.