Partida Rol por web

claymore(2)

Frontera del Norte

Cargando editor
07/01/2010, 15:41
Catalina

  Catalina era una figura formada por hielo y ni el sol que habría de venir podría derretirla, su mirada encaró la de Andrea, sus ojos no temblaban, sus pupilas nisiquiera cambiaban su tamaño, un indicador humano de cuando se miente o cuando se oculta algo, Catalina ni mentía, ni parecía sentir nada, aunque Andrea haría bien en seguir sospechando no tenía bases para concluir nada...salvo que el interior de la veintiseis era demasiado confuso y caótico para todos los que se encontraban a su alrededor.

 - Tenía mis motivos. - Sonrió de forma fugaz cuando la treinta la golpeó con el dedo en el hombro y alzó ligeramente el mentón de forma casi orgullosa, sin embargo, bajandolo lentamente y siempre mirando a sus ojos, con lo que podría entenderse como sinceridad se disculpó. - Lo lamento.

 No dio ninguna explicación entre otras cosas porque su mente ahora estaba en otro lugar, estaba en Gohan y en los habitantes de aquella maravillosa ciudad, no era un secreto que a Catalina se le iluminaba la mirada cuando oía hablar de ella o de ellos, y si encima dentro de la conversación aparecía el nombre de Galatea, su hermana y mentora, lograba hasta sonreir de forma un poco más permanente.

 - Raynor y James, con Lilith y Galatea respectivamente. Eran soldados de Gohan hace un tiempo, nos conocimos en la lucha por limpiar de yomas Gohan. - "limpiar de yomas..." Aunque al pensar en ello no podía sino recordarla a "ella". ¿Estaría orgullosa? ¿No eran simples palabras de ánimo...?

 - Después de conocernos decidieron abandonar su puesto como guardias de Gohan, y se han comportado como mercenarios en lucha de estas aberraciones, trabajando por dinero o por algo que llevarse a la boca, sus motivos son humildes y nobles, pero han sobrevivido hasta ahora. Se puede decir que confio tanto en ellos como lo hago en vosotras ahora.

 James...recuerda lo que prometiste...

 Con un semblante más severo y serio Catalina ladeó la cabeza.

 - ¿Es suficiente? - Las comisuras de su labio se curvaron en una sonrisa curiosa...

- Tiradas (1)

Tirada: 5d10
Motivo: Manipulación + Subterfugio
Dificultad: 6+
Resultados: 4, 5, 8, 10, 10
Exitos: 3

Cargando editor
08/01/2010, 12:21
Andrea

Andrea fue escuchando a Catalina, y asintiendo a medida que hablaba.

Cazadores de yoma... qué loable por su parte... ¿Así que por eso les vi? Pues deben ser... importantes en algún sentido, si después de tanto horror... la vista se centró en ellos.

Cuando Catalina acabó de hablar y preguntó si era suficiente, Andrea asintió, con aquellas imágenes pasando por sus pensamientos. ¿Estaria bien Vincent? ¿Eran esas imágenes presente o futuro?

Sí, suficiente... Suspiró largamente. Pues que los Dioses estén con ellos, y les vaya bien. Con suerte, los yoma se están matando entre sí y no...

Su voz se apagó lentamente, al tiempo que su mirada se caía. Estuvo un par de segundos así, y sin respirar.
Cogió aire y parpadeó un par de veces, levantando la mirada y la barbilla.

...y no atacarán las ciudades por ahora.

De nuevo parpadeó, y para entonces era absurdo intentar disimular que se le estaban saltando algunas lágrimas. Se secó con el dorso de la mano y murmuró.

¿Intento parecer fuerte...? ¿A quien quiero engañar...? No lo soy... Es el fin del mundo y no hago más que verlo y verlo y verlo... desde todos los malditos ángulos... Acabo de tener otra visión mientras se hacía el conejo...

Miró a Catalina a los ojos.

Y hasta ahora... ninguna me ha dado esperanzas... Nana no tenia intención de salvar su vida ni la de nadie, si no de luchar, y... Sacudió la cabeza y suspiró. Ya no lloraba, si no que aferraba con fuerza el medallón. Las visiones dolían, pero hasta ahora, además de hacerle daño, estaban consiguiendo endurecerla... ¿Lo harían, o acabarían por quebrarla?

 

Cargando editor
08/01/2010, 16:19
Catalina

- No es el fin del mundo. - Habló con autoridad. El mundo seguiría allí aunque todo pereciera, era egoísta en pensar que cuando las cosas que tomamos por buenas desaparecen, cuando la moralidad deja de existir entonces todo acaba. Quizás fuese el final de una etapa...quizás fuese el final de la organización. Nosotros somos parte, queremos o no de dicha empresa, quizás sólo debamos aceptar lo que merecemos. - Si estamos vivas es por un motivo. Si tienes visiones de un futuro inamovible, es por un buen motivo.

  Con la mirada recorrió las manos de Andrea que sostenían el amuleto.

 Muchas veces nos aferramos a objetos materiales con el fin de recordar...ésto significa que sin ello, podríamos olvidar...¿Acaso tu fe flaquea, Andrea?

 - Muchos han muerto. Humanos y hermanas, mensajeros, posiblemente la gente del consejo lo haya hecho. Si el Abisal del Norte se encuentra allí, Riful acabará con la mayor parte de la resistencia que exista en el cuartel general.

  Has de respetar la decisión de todas esas personas. - Terminó diciendo. No sonreía pero la miraba fijamente buscando sus ojos. - Es honorable haber muerto luchando, encarando lo que consideraban maligno en este mundo. Se han sacrificado por otros. Tienes el don de poder narrar con tus canciones sus actos de coraje, de valentía, de honor. Como si hubieses estado allí...en cada momento.

  Todos tratamos de parecer fuertes, pero muy pocos lo son. Igual que los que han muerto y los que han de morir, tendrás que tomar tus propias decisiones. Éstas, determinarán lo larga y dura que será tu vida.

  Ladeó ligeramente el rostro, aún observandola en silencio durante unos instantes.

 - No tienes poder, ni nadie jamás lo tendrá para salvar a todos los que están en peligro. Sólo los Dioses podrían hacer tal cosa y si no lo hacen...ah...entonces es porque hay un buen motivo que nosotras no alcanzamos a ver. Y por eso mismo, no debemos frustrarnos por las cosas que ocurren. Está bien que lloremos nuestras pérdidas, pero también que las aceptemos.

 Necesitamos algo por lo que luchar...te entiendo. Si no puedes salvar esas almas, ¿entonces? ¿Qué demonios haces aquí? Puedes entender tus visiones como una forma de torturarte...o puedes creer que aunque hayas visto una aparente muerte, hay algo más detrás de todo eso. Tu, mejor que nadie deberías poder entender el futuro.

  Puede que haya vida detrás de toda esa muerte y destrucción, que no has sabido ver, si hay vida...entonces, hay esperanza. Puede que no puedas ver todo lo que hay detrás de lo que ves, el significado real de unos sucesos que es obvio hay que tomar por importantes.

 Es..el momento.

 Coloco mi diestra sobre sus manos, que envuelven el símbolo de su fe.

- Intento que vayamos al cuartel porque tus visiones nos dicen donde debemos estar. Alice, Lilith, Galena, incluso yo, nos hubiesemos quedado luchando junto a Teresa. Muchas otras más fuertes que nosotras han perecido, e Ishley no parece un abisal que suela fallar cuando quiere matar a alguien. Sólo puedo entender que nos haya perdonado la vida por algún motivo. Galena y tu le conociais, no creo que sea un regalo. No creo en lo que dice Galena, no creo que Ishley no tuviese un plan. Creo que Ishley y Riful tienen un enemigo común que no pueden desdeñar a la ligera, los restos de la organización.

  Si Riful ha hecho arder el cuartel general es probable que no haya supervivientes, si en tus visiones has visto cuerpos inertes, puede que sólo sean cuerpos desfallecidos por los que aún podemos hacer algo. Recuerda a Undine, recuerda a Verónica. Si nosotros, la número cuarenta y cinco, la número treinta, la veintiocho, la veintiseis y la veinticuatro, hemos logrado sobrevivir, ¿por qué no otras? ¿Por qué no otras más fuertes, como Galatea?

  No sólo debemos tener fe en los dioses...debemos tener fe en la gente que apreciamos. Y aún cuando hayan perecido o estén desaparecidos, debemos luchar por su recuerdo, porque es lo único que nos queda para no convertirnos en monstruos. Ha de ser nuestra forma de pagar por nuestros pecados.

 Hablaba así para que Andrea la entendiese, aunque no habituada a hacerlo tan a menudo temía que no captase el verdadero mensaje, no por su incapacidad, sino por la de Catalina.

 - En el cuartel hay algo que aún no puedo imaginar...pero además sé que habrá dolor, mucho dolor. Pero conocer nuestro camino significa eso, no dejarnos avasayar con ese dolor y ver más allá, en construir un futuro, en hacer que no sea el fin de nuestro mundo. Creo que comprendo a Ishley....

 Guardó unos segundos de silencio, aquello podría ser peor que blasfemar contra los dioses de Andrea.

 - Creo que Lilith comprende la forma de pensar de Riful...creo que encontraremos respuestas en tus sueños. En tus pesadillas. Creo en ti. Creo en tu fuerza. Creo que podrás superar tu carga y sacrificarte por un bien mayor.

  Cada una de nosotras tiene un papel predeterminado en la historia. Hagamosle honor con el mentón en alza, la mirada en el horizonte y el corazón por estandarte. Aún es momento de luchar...Andrea, nada ha acabado, no ha hecho más que empezar...

  La Batalla final se aproxima...y puede, que seamos nosotras, esta vez, las que no volvamos a ver un nuevo amanecer.

 Pero eso...ya no importa.

 Acaricio su mejilla y llevo mis labios hasta su frente, depositando un delicado beso en ella. No le concedía palabras de ánimo, pero tampoco la mentía. Había esperanzas si no se rendían, sería duro, pero no era imposible.

 

Cargando editor
08/01/2010, 22:32
Andrea

Andrea cerró los ojos mientras Catalina hablaba.

Es honorable... pero ahora los humanos no necesitan defensores honorables... solo defensores. Defensores capaces de garantizarles la supervivencia... De nada les servirán canciones que hablen del honor y el valor de las Cazadoras, si los yoma les amenazan.

 No tienes poder, ni nadie jamás [...] que es obvio hay que tomar por importantes.

Ya... ya sé que no puedo aspirar a salvar a todo el mundo... no me he vuelto loca, conozco perfectamente mis limitaciones... y son tres yoma a la vez, si los Dioses me acomañan.
Suspiró y miró la mano de Catalina cuando cogió las suyas.

No es ninguna tortura... la tortura es no comprenderlo.

Catalina siguió hablando, aunque Andrea no levantó la mirada de las manos. La escuchaba, pero pensaba en sus propias cosas.

No puedo fallarles... si me lo confiaron a mi, por algo sería, y pase lo que pase, debo seguir adelante... por pocas expectativas que haya... quizá... quizá piensen que si me muestran toda la desolación de golpe...
Miró a Catalina.
Podré hacer como ella... seguir adelante... no hundirme como estoy haciendo.

Ahora hablaba de si Ishley les había perdonado la vida.
Creo que más bien centró sus ataques más efectivos en las más poderosas.... es por eso que nosotras, inofensivas, seguimos vivas. Eso... y que los dioses han tenido clemencia con nosotras.

La mención de que encontrarían dolor en el cuartel sacó un asentimiento triste de la treinta, pero lo que hizo que finalmente mirara a Catalina fue la mención de Ishley y que le comprendía, pero no era a Andrea a quien habia ofendido.
Eso no va a sentarle nada bien a Galena...

Catalina habló un poco más y finalmente le dio un beso en la frente. Andrea cerró los ojos y tomó aire.

Menos mal que no haces caso de los llantos de esta niña caprichosa... aunque los desee... no son ánimos lo que necesito, sino fortaleza. No puedo depender de los demás.

Abrió los ojos y se colgó el medallón al cuello, miró a Catalina, y dijo algunas palabras antes de levantarse.

Quisiera llegar a ser como tú. Espero que la... situación me de tiempo.

Una vez de pie, se despidió con la mano y fue a paso ligero a sentarse junto a Galena, acariciándola una rodilla, con la intención de calmar su ánimo si es que lo tenía alterado por alguno de los comentarios de Catalina.... y si no, a descansar. Necesitaba recuperar fuerzas para ser mínimamente útil.

Cargando editor
10/01/2010, 15:20
Galena

Podría decirse que era una suerte que Galena no hubiera escuchado algunas de las declaraciones de Catalina. La gemela había al menos logrado descansar un rato. No era un descanso relajado, tampoco uno profundo, era un sueño ligero y algo inquieto... pero descanso al fin y al cabo.

Es por eso que en cuanto Andrea la tocó soltó un pequeño respingo y abrió los ojos parpadeando aunque enseguida reconoció el yoki de la oteadora y observó cómo se sentaba.
La mirada de la número 28 continuaba teniendo aquél extraño aire sombrío y frío como la escarcha pero al menos tras el respiro que se había concedido ya no destilaba aquella expresión tan irracional ni tan agresiva (o al menos cuando miraba a una de las suyas) ya que se le había aclarado la cabeza... un poco.

Sus ojos se posaron sobre la mano de Andrea que, como siempre, trataba de animar a todo el mundo aunque Galena sabía que teniendo en cuenta al lugar al que se dirigían, ni la propia oteadora quizá pudiera encontrar ánimo en nada. Aunque tampoco pensaba que fuera lo que debía de estar buscando en esos momentos, nunca lo buscaba, siempre tenía la manía de tragárselo todo. Como en Delenia, como en Pieta...

Me tendrás siempre a tu lado, amiga...

Y de nuevo aquellas palabras que sólo le habían dicho una vez.

"Amiga"

La ventiocho emitió un suave suspiro, como forzando a su inestable estado de ánimo a mantenerse inmóvil aunque fuese por un momento y giró la cabeza mirando esta vez a la treinta con aquella falta de brillo en los ojos y aquella sombra que la envolvía pero que no conseguiría a doblegar a la tozuda gemela. Lo que hizo fue extraño viniendo de ella y más aun en un momento como aquél, pero el caso es que lo hizo. Su voz era un murmullo ya que hablaba bajo, pero era la voz de siempre.

¿Pasa... algo?

 

Cargando editor
11/01/2010, 02:39
Catalina

  Cabía intuir que Andrea seguiría nerviosa un tiempo, puede que no fuese esa clase de nerviosismo que hace a una persona ir de un lado a otro, todas estabamos un poco nerviosas, sino esa incertidumbre que llegar a sumergir todo en su interior y obliga a la mente a retraerse, a temer, el temor a lo desconocido. En Andrea debía de ser algo diferente...tener la certeza y la incertidumbre, unidas,en tu contra. El Don de la precognición muchas veces había sido tomado por un castigo, y si no se había enloquecido ya era porque su fe era férrea.

  ¿Estará esperando Ishley? ...sólo esperaba que Riful no, que su ansia de destrucción y conquista, de acabar de una vez por todas el juego que tanto la divertía la hubiese llevadoa avanzar rápido.

  Con la espalda reposando en el claymore termino de comer la comida que la treinta se ha encargado de dorar al fuego, no le importaba aquel sabor a quemado, a carbonilla, pues para ella era como saborear la gloria. No molestaría a Alice, ni a Lilith, aunque no negaría una buenas noches a esta última. Era momento de descansar, aunque aún faltaba mucho para que Catalina cayese dormida.

Cargando editor
11/01/2010, 14:56
Andrea

Andrea quedó sentada, acariciando calmadamente la rodilla de Galena, y había cerrado los ojos cuando ésta la miró y preguntó.

La oteadora cogió aire y lo soltó antes de mirar a la veintiocho para responder.

Que si pasa algo... Pues sí, claro que pasa... Pasa que tengo la cabeza hecha un maldito lío...

Sonrió y mintió descaradamente.
Nada... quería charlar un poco con Catalina, que teníamos muchas cosas que contar, pero al final ha salido "el tema"...

Dio dos palmaditas en la rodilla, y de nuevo se recostó en el claymore clavado inclinado, mirando al techo. Había agotado todo el yoki que era prudente agotar, y llevaban un día de caminata, que, con las energías cargadas, sería lo de menos, pero habiendo repuesto tantas heridas y un brazo, resultaba muy gravoso.

¿Qué tal tú...? Preguntó para evitar más preguntas. No le convenía pensar mucho, de todas formas

Cargando editor
12/01/2010, 22:56
Galena

Galena bajó la mirada tras la pregunta de Andrea y sus ojos parecieron ensombrecerse todavía más, aquello era algo que se contestaba por sí solo.

.......

Al cabo de un instante tras el cual parecía que definitivamente se iba a quedar así, volvió a levantar un poco la vista para mirarla de reojo.
Ella no era ninguna experta en relaciones sociales, ni enempatía, ni si quiera comprendía muchas de las emociones que había visto a lo largo del viaje por el norte. Pero había algo que sí conocía de memoria y era la expresión normal de la oteadora que, por supuesto, distaba mucho de parecerse a lo que estaba viendo.

"... Supongo que no soy la persona más indicada con la que compartir nada"

Su compañera siempre solía contárselo todo, aunque ahora tenía la intuición de que le pasaba algo, pero no sabía exactamente el qué. Al igual que tampoco tenía muy claro cómo se soportaba aquel dolor tan agudo que ella misma sentía en el pecho, aquella lanza invisible clavada que le hacía daño pero que no se podía ver ni sangraba.

La propia Galena no tenía la moral como para darle fortaleza a nadie, aunque bueno, en condiciones normales ya era algo que le resultaba prácticamente una misión imposible... aunque en el caso de Andrea ya lo había conseguido alguna vez, espera, ¿cómo había hecho la última vez? 

Volvió a mirar al suelo delante de ella, y descruzó muy despaci el brazo derecho, pasándolo por detrás de la espalda de Andrea y tirando un poco para que se acercase, como si quisiera (o necesitara) que se apoyara en ella o algo así.

Nunca me he ido.

Fue lo único que dijo, y seguía con la vista fija en un punto indeterminado del suelo, como si realmente esperase a algo o quisiera dar a entender algo. Al cabo de unos segundos, la miró de nuevo. Siempre había estado al lado de Andrea cuando le había hecho falta y aquella no iba a ser una escepción, por muy malas que fueran las cosas, por mucho que la realidad doliese, ahora mismo era el único lazo amigo que le quedaba y no pensaba abandonarlo.

 

Cargando editor
13/01/2010, 11:45
Andrea

Andrea suspiró agradecida, al sentirse arropada por Galena. Siguió acariciando la rodilla de la veintiocho, suspirando.

Estaba por cerrar los ojos para descansar, cuando Galena habló. Poco, como siempre, pero aquellas cuatro palabritas sacaron una sonrisita y dos palmaditas en la rodilla.

Lo sé... La miró y tomó aire, acomodando la cabeza en el plano del claymore. Deberias descansar... lo necesitas, a todas nos hace falta. De nuevo miró al techo. Ha sido un día horrible, y mañana también será duro.

Cerró los ojos.
Que descanses amiga...

Dio un apretoncito, y acarició un poquito más la rodilla mientras se dormía y no se dormía... aunque iba a tardar muy poco en hacerlo.

Cargando editor
14/01/2010, 23:11
Galena

Galena levantó una ceja, al parecer había "acertado" con el gesto y era un milagro teniendo en cuenta que la poca intuición social que de por sí tenía estaba más que destrozada por su inestable estado de ánimo.

Dejó el brazo sobre la espalda de Andrea y ladeó la cabeza mirando de soslayo la entrada d ela cueva

"Descansar..." entornó ligeramente aquellos ojos plateados tan fríos que casi parecía acero más que plata en los que el único brillo visible era el del reflejo del sol que asomaba un poco entre las montañas. Su rostro se había tornado de nuevo algo agresivo, como si estuviera retando al astro a quedarse quieto "... no descansaré tranquila hasta que ese hijo de perra sea historia..."

Vencerás... sé que lo harás...

Sus dedos se cerraron ligeramente sobre el costado de Andrea y apartó la vista de la salida del sol para clavarla con una determinación casi rabiosa en la pared de en frente suyo, en el interior de la cueva . Cuatro... sólo habían quedado cuatro, o bueno, cinco... Verónica aún estaba viva.

Nunca debí levantar mi espada contra tí...

Sólo tenía una certeza, sólo una... pero aún no era el momento. Por lo pronto le haría caso a Andrea o al menos lo intentaría, cerró los ojos mirando de descansar un poco más ya que era lo que estaba haciendo antes de que la treinta se sentara a su lado, o al menos de relajarse... aunque ninguna de las dos cosas parecía fácil.

En esta ocasión, la expresión que su cara, más que inquieta... era ceñuda.

 

Cargando editor
17/01/2010, 23:59
Catalina

 

 Despertaron, todas estaban en pie, o lo estarían pronto. Habían descansado o almenos sus cuerpos lo habían hecho, pues las mentes tenían mucho que pensar, aparentemente en blanco, como el blanco del uniforme, ahora más que ajado, pero con la voluntad del claymore, un arma que no se puede mellar, que sólo conoce el camino hacia donde las manos de la guerra lo blanda, que no teme encontrarse con nada, por duro que esto sea. Con el mismo espíritu que sus claymores tendrían que avanzar ahora, hacia la verdad y las mentiras del pasado, y no había dudas ya, de que habría de llegar una, sino varias, decisiones, y como a cada uno de los golpes de nuestros claymores, entonces, y sólo quizás entonces...parte de nosotras moriría.

  - Vamos, aún queda bastante por caminar y no podemos permitirnos mucho más tiempo.

 Lilith pensaba que ibamos en busca de Riful, en parte, no era del todo incorrecto, ahora ibamos en busca de lo que Riful hubiese dejado a su paso, aún había posibilidades de que estuviese cerca, y otear el horizonte o escrupulosamente las cercanías no arrojaría ninguna luz sobre su posición, mas tendrían la certeza de que no sabía de ella mientras conservasen la vida. Catalina no temía que Riful se hubiese ido ya, creía tener la certeza de que ya lo había hecho, y también la esperanza de que aquel al que condenaban como asesino, aquel que no tanto se diferenciaba de la veintiseis, aquel...que tenía sus manos, como ella, manchada con la sangre de cientos de muertos, aquel...aguantase unos días más, y les diese aunque sólo fueran unas horas. Resultaba irónico, irónico que todo hubiese llegado al principio del final.

 El paso de Catalina no se hizo esperar, separó sus manos que apretaban la empuñadura de su claymore, a su espalda con fuerza, y mirando al frente, se dirigió hacia el cuartel de la organización, o puede, si Andrea llevaba razón, que sólo a lo que quedara de él.

Cargando editor
18/01/2010, 13:38
Galena

Galena permanecía de pie en la entrada de la cueva con el claymore que había extraido del suelo en la mano, su claymore de empuñadura roja, el de empuñadura azul continuaba envainado...

El sol que había comenzado su viaje hace poco por la bóveda celeste arrancaba destellos anaranjados de la afilada hoja, los brazales y las hombreras de la ventiocho. Se reflejaba también en sus ojos plateados pero era incapaz de calentarlos lo más mínimo, su mirada continuaba impasible y parecía haber vuelto a recuperar aquella inquietante agresividad gélida como el hielo... aunque tras el breve descanso ahora también había doblado en determinación.
 


 

Cerró los ojos y emitió un lento suspiro.

Os quiero mucho, sois mis únicas amigas...

Levantó lentamente el brazo con el que sostenía la espada comenzando a trazar un lento arco que reflejaba los brillos del amanecer.

Recordar que pase lo que pase, sois humanas, recordarlo, y estaré siempre ahí, a vuestro lado.

Llegando al punto más alto del arco, justo antes de ser envainada, a la hoja del mandoble relucía anaranjada como si se hubiera incendiado con la luz del Astro Rey, de la punta al emblema.

Vencerás, sé que lo harás...

Envainó entonces con un seco chasquido metálico y abrió los ojos de golpe mirando ceñuda al camino justo en el momento en el que Catalina hablaba, aunque por un momento y antes de ponerse en marcha, desvió ligeramente la vista de nuevo al Sol.

"Mírame..."

 

Cargando editor
18/01/2010, 22:47
Andrea

Andrea se despertó bastante descansada. La cercanía de algunas de sus pocas amistades ayudaba a que se pudiera relajar.

Al levantarse, miró el laúd de Jonathan, y suspiró con los ojos cerrados antes de colgárselo a la espalda. En cuanto al medallón, lo colgó del cuello, de forma que curiosamente tapaba el emblema del pecho, que de todas formas estaba salpicado de sangre seca.

Después sacó el claymore de donde lo habia clavado, y lo envainó sin demasiada ceremonia. Aunque no estaba particularmente triste, tampoco sonreía. Sabía lo que iban a ver, no tenía la incertidumbre que podrían albergar algunas de sus compañeras.
La única eseranza que albergaba era la mitad de lo que la hacía caminar y querer ir. Aunque esperanzada, procuraba no hacerse ilusiones para no desilusionarse, si no prepararse para lo peor.

Echó a andar con las demás.
Prepararse para lo peor no era pesimismo, si no una forma de protegerse de la tristeza y aprovechar cualquier brizna de esperanza que pudiera presentar aquél paisaje desolador que había visto. Era una forma de asegurarse que no iba a hundirse... o de tener menos posibilidades de hacerlo.

En cualquier caso, iba tranquila, con la mirada por debajo de la altura de los ojos, y rezando para sus adentros, en silencio. ¿Habría recibido Vincent su carta...?