Partida Rol por web

Las garras del yoma pasan cerca de mi piel, he conseguido esquivarlo y continuo avanzando hacia el otro yoma, ya me ocuparé de este más tarde. Ummm, hacía tiempo que no peleaba sin liberar yoki jijijiji. También es divertido.

Observo el ataque de Catalina, es bastante preciso pero le falta mucha fuerza. Como se nota que no la ha entrenado Ophelia jajaja. Golpea al yoma, y casi al mismo tiempo este recibe otro golpe por mi parte, aunque bastante más poderoso que el de la número 26.

Quedo hombro con hombro con Catalina, la miro de reojo, y le dedico una bonita sonrisa, se que le gustará. Jijijiji.

El yoma esquivó el ataque de Catalina son una facilidad pasmosa, pero se encontró de lleno con el claymore de Lilith, el cual asestó un golpe mortal, el yoma cae al suelo, no está muerto, pero no tardaría en morir desangrado.

El yoma restante ya sea por debilidad o miedo, lanza un ataque que pasa lejos de la piel de Lilith, dando la oportunidad a ambas claymores de terminar aquella batalla, o almenos los que se habían colado hasta su parte.

Sin previo aviso, despues de uno de los tremendos golpes al otro lado del ayuntamiento comienzan a caer piedras del techo y la estructura vuelve a tambalearse, aquello era como poco, inquietante.

- Flora. - Dijo sin más cuando la sangre del Yoma se alzaba al encontrar sus músculos la superficie pulida y afilada del claymore de Lilith. Estaba trabajando en equipo, y eso era lo importante. Además no tenía la necesidad de hablar para ello, en verdad había un abismo entre la número treinta y la veinticuatro, sin contar con que Lilith se trataba de una guerrera completamente ofensiva con una velocidad inquietante.

  Los ojos de Catalina miraron al Yoma, pero no podían evitar contemplar los desperfectos y golpes continuos que se estaban causando a la estructura del ayuntamiento.

 Asintió a Lilith cuando esta le sonrió y se lanzó en un ataque directo contra el Yoma, ella lo remataría. A fin de cuentas...Catalina era del tipo defensivo.

Lanzo un poderoso golpe ascendente al yoma, con tal fuerza que la espada levanta trocitos del débil tejado del ayuntamiento. ¡Mueeeeeeeerete de una vez!. Desvío un segundo la mirada cuando Catalina nombra a Flora. Supongo que estará bien, aunque seguro que Catalina es más perceptiva.

-¡Ya vamos Flora-taichoooo!-Digo alegremente con vocecilla infantil.

Espero que quede algo del Kakuseisha para cuando lleguemos. Odio a estos yomas, siempre molestando para que nos cansemos antes de enfrentarnos a sus "jefes".

Tanto al numero 24 como la numero 26 alcanzaron su objetivo y el yoma cayó muerto al suelo, sin embargo apenas pudieron tomar aliento las dos claymore cuando un terrible estruendo indico el impacto de algo contra la pared del ayuntamiento y ambas pudieron ver como algo atraveesó el edificio de lado a lado, rompiendo las paredes y haciendo que el edificio termine de derrumbarse, apenas tendrían tiempo de salir allí para no quedar enterradas.

El cuerpo en cuestión que había atravesado el edificio a esa velocidad era el de la numero siete, que rodó varios metros mas para quedar tendida en medio de la calle contraria al ayuntamiento. Sin embargo su cuerpo tembloroso, no tardó en moverse....

Boca abajo, ambos brazos se apoyan la piedra para intentar levantarse, su pelo cuelga hacia abajo impidiendo ver su rostro, poco a poco sus piernas se van incorporando hasta que su figura se hiergue tras expulas una bocanada de sangre, su claymore permanece en su espalda y su mano derecha está en su vientre hasta que por fin se puede apreciar su rostro.

-Debeis... partir a Selna rapidamente... teneis que contar lo sucedido aqui... Selna... no puede caer...

Comienzan a oirse pasos de gigante que se acercan tras la nube de polvo, junto con una nueva oleada de yomas, aquello no eran carroñeros, sino un ejercito invasor, por alguna razón todos los yomas de la región habían decidido reunirse en aquel punto junto con algunos kakuseishas, algo muy por encima de aquel equipo, y Flora lo sabía.

-¡Correr! ¡Ahora! ¡Es una orden!

Incluso saliendo en ese preciso intante, nuevos yomas voladores aparecieron en el firmamento, las probabilidades de escapar con vida eran cada vez mas bajas.

Me cuadro frente a Flora, con la mano en la empuñadura del claymore, y mi sonrisilla infantil se tuerce en un gesto de desaprobación. No pienso hacer lo mismo que con Ophelia, no soy claymore para estar siempre huyendo y llorando... soy... ¡SOY CLAYMORE PARA MATAAAR!.

Miro a la número 7 con una determinación impropia de mi número, pese a que me ha dado una orden directa, no soy el tipo de persona que tolera demasiado bien las órdenes, y ya me han castigado varias veces por eso, no pasaba nada por que lo hiciera una vez más.

-Una sola de nosotras es suficiente para llegar a Selna y dar la alerta. No te abandonaré, Flora-taicho.

Me coloco junto a Flora, y alzo la espada con la hoja delante de mi rostro. El tiempo de huir se acabó, no dejaré que Flora muera sola, a mi... no me gustaría morir sola. Aprieto los dedos sobre la empuñadura de la espada, y permanezco unos segundos en silencio mirándo el brazo de Ophelia. Eras la guerrera más valiente que he conocido Onee-chan, tu jamás huias.

Me giro para mirar a Catalina, y le dedico una dulce sonrisa, ella era un chica obediente, haría lo que decía Flora, incluso yo tenía un número más alto que el suyo y debía obedecerme. Seguro que ella tenía un motivo para seguir viviendo, debía correr y hacerlo, mi motivo, mi existencia, era derramar la sangre de los yomas, y no me iría de aquí.

-Me ha gustado conocerte, Catalina. Deberías sonreir más.

Le guiño el ojo y le saco la lengua amistosamente.

   Catalina enfundó su claymore y miró de reojo a Flora, devolviendole una mirada dura, como la suya, sin sentimiento. ...¿tan pronto acepta morir?...Puede que morir luchando sea la respuesta a una vida dura, puede que...la número siete viva sólo para luchar. Lilith...Lilith también vive sólo para luchar.

  La veintiseis negó para si. Sus pupilas no temblaron, ni se desplazaron un ápice, contemplando a Flora, devolviendole la mirada. Apenas si se tenía en pie. Mis labios, igualmente inmoviles guardaron silencio.

  El golpe sencillo del metal contra el metal anunció que el claymore estaba en una posición correcta, los Yoma voladores levantaban el vuelo y serían una dificil prueba para Catalina de permanecer a solas. Pero aquel no era el único motivo, no significaba mera estrategia, significaba la vida de dos claymore poderosas donde las hubiese, y eso la número veintiseis no lo podía consentir. La orden de la número siete era irrefutable, sin embargo, lo de la número veinticuatro no era una orden, sólo una estupidez.

  Avancé dos únicos pasos para sujetar el brazo de Lilith con firmeza con su siniestra, una firmeza mezclada con la sutileza de alguien como Catalina, un tacto frio pero seguro, controlado. El autocontrol de la número veintiseis era de lo poco que podía sentirse orgullosa, si esque existía algo por lo que estarlo. Se veía a si misma aceptando la muerte. Habiendo perdido todo. Tiró de ella con suavidad para encararla, y su diestra se levantó rápida, irrefrenable contra la mejilla de Lilith para golpearla con todas sus fuerzas. Sus labios, aún así, no se movieron, sin embargo sus ojos reprendían a Lilih con la severidad de una madre. Sin culparla, como si tuviese algún control sobre ella, como si simplemente tuviese derecho a hacer aquello.

  Catalina no podría llegar a Serenna sin la ayuda de Lilith, y si llegaba, no podría defender la ciudad sola si algún enemigo la seguía hasta allí. Con una de ellas bastaba para frenar el avance, un gran sacrificio por el sacrificio de muchos otros. Morir ahora, no tendría sentido ninguno. Lilith tenía que seguir luchando, puede que no hubiese pensado en que sólo viva podrá luchar o lamentar. No es momento para descansar...

  ...Abre los ojos....

 Entonces, la inexpresión en el rostro de Catalina se transformó cuando frunció levemente el ceño. Tiró con suavidad de su brazo. Debía venir con ella.

... ¿Pero que...?. Miro directamente a los ojos de Catalina después de su golpe, con los mios abiertos como platos, completamente sorprendida. ¿Por que no se va sin más?. Noto como tira de mi brazo, la verdad es que no es muy fuerte, tendría problemas si algunos yomas voladores la siguen. ¿Es por eso?...

Niego con la cabeza, y poco a poco voy bajando mi claymore, con la mirada perdida en la de Catalina, con mi espada aún goteando sangre, como si el metal se esforzara por repeler algo tan asqueroso, algo que estaba dentro de todas nosotras.

¿No lo entiendes, verdad?. Al final todas vamos a morir, tarde o temprano. Ophelia, la única persona que me había amado desde que me convertí en guerrera había muerto, y Flora estaba apunto de hacerlo. ¿Que posibilidades teníamos nosotras? ¿Por que no quedarse a luchar ahora y reunirnos con nuestros seres amados? Seguro que me llevaría a muchos de estos yomas por delante. Eramos herramientas, nada más que eso, Ermita ni siquiera parpadeó cuando le dije que Ophelia había muerto, les damos igual. ¿Por que querría seguir siéndole útil a esa organización de mierda?.

Tuerzo la cabeza para mirar a Flora, no lo entiendo... Todos los que me rodean acaban muriendo... si voy con Catalina, seguro que ella también acaba muerta. Yo... quiero ser dueña de mi destino.

-Flora, si mueres no te lo perdonaré. ¿Me oyes?. ¡Te odiaré con todas mis fuerzas!

Agacho la cabeza, y me giro para mirar nuevamente a Catalina. Si me quedo es probable que todas acabemos muertas, me da igual Selna, por mi que se mueran todos esos humanos hipócritas, pero si puedo salvar a una de nosotras, lo haré.

-En marcha, Catalina.

Vivir ahora para morir cualquier otro dia, que cruel y estúpido destino.

Apenas Lilith y catalina habían emprendido la carrera cuando la silueta de aquella mole volvió a presentarse ante la numero siete y entre la niebla de batalla comenzaron a aparecer decenas de siluetas humanoides todos yomas.

Flora miró de reojo a las dos claymore que se alejan, y tan solo emitió una ligera sonrisa ante las palabras de Lilith, luego miró al frente como lo hiciera la difunta numero seis, sin temor, con determinación, con el mayor y mas arraigado sentido del deber y honor, pero tampoco carente de del mas profundo cariño hacia compañeras que apenas había conocido, pero aunque la numero siete jamas lo expresó, consideraba a todas ellas sus propias hermanas y siempre hizo lo posible por protegerlas, su obediencia a la Organización era tan solo una fachada, las verdaderas razones que empujaban a luchar a la bella guerrera era la oportunidad de protejer a aquellos que la importan, al igual que otras razones impulsan a las demas guerreras e impiden que se hundan en la desesperación. Flora moriria haciendo aquello para lo que fue creada y a la vez deacuerdo a sus deseos y a sus principios.

Los yomas alados volaron rapidamente para dar caza a las claymore que intentaban escapar, tres de ellos no tardarían en alcanzarlas, si tornaban la vista atras lo ultimo que podrían ver es toda la fuerza de la numero siete desplegada junto a su mortal cortavientos, cubriendo todo de polvo.

Cada rapida zancada de las claymore restantes parece pesar mas de lo normal, y aunque los motivos por los que esa decisión podría pesar sobre su conciencia podrían ser muy distintos, aquello no había sido facil para ninguna de ellas.

El arco de la salida Norte de Sarta estaba ya cerca pero rapidamente algo llamó la atención de ambas, al frente a lo lejos, del bosque destruido sale una columna de polvo, almenos era una columna vista de frente, desde un lateral era una estela de algo monstruosamente rapido, algo que se dirige hacia Sarta a una velocidad inimaginable, justo de frente a ambas claymore, el momento del cruce serñia el arco destruido....

Aquella silueta borrosa por la velocidad y cuya estela se veia desde tan lejos era una compañera, pasó como si un flash de luz se tratase por el medio de ambas claymore, justo en ese momento pudieron reconocerla, aquel pelo completamente blanco y largo junto a un rostro impoluto que apenas llegaron a ver.... era Galatea, la cual no se detubo en absoluto ante ambas guerreras, al fin y al cabo estaban haciendo lo correcto, salir de allí, lo que segurmaente se dirigia a garantizar para Flora tambien, los yomas alados que perseguian a Lilith y a Catalina se fueron estrellando uno a uno contra el suelo, hasta que la silueta de galatea se introdujo en al nube de polvo y en decimas de segundo salió con su compañera en brazos dando un brinco de docenas de metros. Algo mas que la velocidad hicieron que el despertado fuera incapaz de seguirlas, el caso es que pronto estaban incluso mas lejos que Catalina y Lilith, quizá aquello hiciera correr con mas confianza a las unicas que aun corrían peligro. Seranna no estaba muy lejos y allí seguramente podrían reunirse todas las heroinas....

Flora... ¡la cortavientos!. Sin parar de correr me giro para mirar a aquella guerrera con gran admiración, había escuchado hablar de ese movimiento, de hecho decían que era el máximo exponente de mi propia técnica de velocidad, sin duda era impresionante, un movimiento a la altura de la espada ondulante de Ophelia. ¿Así que eras tú, eh?.

Justo en ese instante Galatea pasa corriendo a nuestro lado. Jo-der... Era una sorpresa que la "empollona", como la llamaba Ophelia, se moviera así de rápido, y eso que la Organización la usaba todo el rato para espiar de aquí para allá. Sea como fuere, ha conseguido sacar de ahí a Flora, una suerte que Ophelia no tuvo.

Acelero el paso, podría liberar poder en mis piernas para ganar velocidad, pero no quiero dejar atrás a Catalina. ¡Vamos! ¡Vamos! Estoy impaciente por llegar a Seranna. Miro de reojo a la número 26, y le dedico una sonrisa sincera. Al final estabamos todas bien.

Vivir hoy... ¡para matar mañana!.

   La número tres...era simplemente impresionante. Y era una impresión que no sorprendía a Catalina, pues le resultaba más que familiar. La número veintiseis apretó la carrera aunque Lilith era bastante más rápida mantenía un ritmo que pudiese seguir. Parece que sólo era descorazonada con los Yoma, y era más madura de lo que cabía esperar dada su actitud algo que no incumbía a Catalina, que sólo observaba con expresión vacia cada uno de sus movimientos, como una simple testigo a la carrera, sin mirar atrás.

  ...Quizás sea demasiado pronto...quizás...tan solo...sea demasiado pronto...

 La conciencia de Catalina estaba tranquila ante la orden de flora, más habiendo visto que Galatea estaba cerca, sin embargo no podía sentir que se avecinaba un nuevo fracaso. ¿Realmente importaba...? Ya no estaba tan segura de que lo hiciera. Ahora...tenía otras razones por las que luchar.