Partida Rol por web

La caminata fue relativamente tranquila... Galena podía ver como la blanca nieve se acumulada a ambos lados del camino cada vez en más cantidad conforme se acercaba a su destino. Lo cierto es que era una visión espectacular y ella tenía la extraña suerte de poder disfrutarla debido a que no sufría el frío.

Sus pasos la condujeron a coronar una loma desde la cual pudo ver finalmente la estampa de la nevada ciudad de Demetria, se paró un instante a observar lo que tenía ante sus ojos y una suave brisa le acarició la cara haciendo ondear su melena tan banca como aquella nieve que cubría los campos... la Claymore cerró los ojos y tomó una gran bocanada de aquél aire fresco y limpio, por alguna razón aquella sensación le resultaba relajante.

Estuvo así unos instantes y cuando los volvió a abrir reanudó la marcha. Su paso era tranquilo pero firme y la condujo hasta la entrada de la ciudad, había dos guardias, dos guardias que como siempre la observaron con aquella mirada... Galena la conocía muy bien, mezcla de miedo y fascianción ante una "Bruja de Ojos Plateados" como solían llamar a las que eran como ella. Seguramente se preguntarían qué hacía allí.
La guerrera simplemente continuó caminando con serenidad, sin mirarles, aunque sabía que ellos la seguirían con los ojos un buen rato... ¿Habría llegado la otra compañera ya?, tal vez debería comprobarlo, aquella idea se le pasó por la mente mientras se dirigía a la posada... si no había llegado aun, simplemente se sentaría a esperar...

La caminata había sido larga... dos largas semanas andando, pero no dos semanas infructuosas... al igual que la última vez que vino, Andrea llegó tocando una bella canción con su laúd, acompañándola de su voz.

Su habilidad no era tan buena como la de un juglar común, pero su sentimiento al cantar -y sus cuerdas vocales levemente distorsionadas para hacer una voz más melodiosa- suplían un tanto la falta de experiencia.

Sus grebas pisaban el camino empedrado del pueblo que habia visitado unos meses antes, y del que tenia unos recuerdos amargos por un lado, y agridulces por otro. Su figura era menuda y atlética, con el cabello plateado hasta la cintura, con el rostro, muy pálido, enmarcado en él, y en el que destacaban dos vivarachos ojos plateados, más propios de una humana que de una Cazadora, por lo expresivo del rostro.

Entró al pueblo saludando con la cabeza y con una sonrisa a quien se encontrase de camino, y cuando sintió a una compañera en la posada, fue yendo hacia allí, terminando su canción justo antes de entrar. Una taberna era un buen lugar, normalmente había gente, y Andrea se sentía a gusto rodeada de humanos...

Mmm... un yoki como el mío. Si esta misión se parece a la anterior... habrá que triplicar las precauciones. No quiero pasar por lo mismo de nuevo.

Entró al piso de abajo y saludó al tabernero, sonriendo.
¡Buenos días...!
Miró alrededor. Si su compañera no estaba allí, preguntaría por ella al buen hombre.

Galena llevaba ya esperando en aquella posada una hora aunque francamente el tiempo no le importaba gran cosa... se había sentado en una de las sillas de las esquinas del local y allí había permanecido inmóvil como una estatua de alaabstro, con los brazos cruzados sobre el pecho y ambas piernas estiradas descansando una sobre la otra, mantenía los ojos cerrados como si estuviese inmersa en otros pensamientos.

Esos mismos pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de un laúd que llegaba de fuera, ¿un trobador?, no... una trobadora, escuchó la puerta abrirse  justo unos instantes después de que la melodía se detuviera, al parecer aquél lugar iba a recibir a su primer cliente "humano" del día...  un segundo, ¿era un aura de yoki lo que detectaba?, entonces no era una troabdora humana, ¿qué demonios acababa de entrar?.

Abrió los ojos para mirar hacia la barra al escuchar saludar a la mujer... y se encontró con algo que ni en mil años habría imaginado.

Quien había saludado al posadero con el instrumento aún en la mano no era una humana, ¡era otra Claymore!, ¿una compañera con un laúd? ¿una compañera cantando con un laud?.
Pese a que el rostro de la guerrera continuaba sereno sus ojos plateados se abrieron con aire de sorpresa, y sus cejas se enarcaron a la vez. No cambió la postura y se la quedó mirando durante unos instantes preguntándose si su vista no la engañaba.

"¿Pero qué rayos?..."

Le daba igual si la otra se había percatado de su prsencia o no, simplemente la curiosidad la llevo a quedarse observando a aquella peculiar recién llegada en silencio, quizá fuera la compañera de la que le había hablado Rubel...

Andrea sintió a su compañera, y al girarse la miró y sonrió, con un asentimiento.

Volvió a mirar al tabernero y se despidió con un gesto de la mano, mientras guardaba el laúd, colgado debajo del claymore, junto a otro pequeño bulto que portaba con ella, y se dirigió a la compañera.

Su paso era largo y su rostro sereno, no perdió la sonrisilla, aunque veía algo seria a su compañera.

Bueeno... Dioses, que sea mejor que la última... aunque no es dificil, tampoco... Bueno, al menos no se ha reído, solo se la ve sorprendida, ya es buena señal... espero.

Hizo una reverencia no muy exagerada y la miró.
Buenos días, soy Andrea, número treinta. ¿llego muy tarde?

Hizo ademán de sentarse, si a Galena no le importaba.

En cuanto la recién llegada se dió la vuelta para saludarla, Galena sacudió la cabeza desvaneciendo el gesto de sorpresa. Su rostro volvió a adoptar el gesto tranquilo de siempre y la observó sin decir nada mientras se acercaba ¿sonriendole? en su interior aun burbujeaba una chispa de curiosidad.

No hizo gesto alguno de impedirle que se sentase cuando se percató de que su intención era esa... y de pronto la otra Claymore habló.

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Galena aun tardó unos segundos en reaccionar al hecho de que le estaban hablando. Aunque no constestó al instante.

—No... importa—respondió sin saber muy bién qué palabras escoger—digo...

Guardó silencio volviendo mentalmente sobre sus pasos, aun con los brazos cruzados desvió la vista ligeramente a un lado como si el hecho de tener que presentarse le resultara un poco incómodo pero ya que la otra guerrera lo había hecho, su deber era hacerlo también.

—Soy Galena...—contestó finalmente—la número 28.

No dijo nada más, durante unos segundos su cara y por tanto su mirada permaneceron ligeramente desviadas a un lado, luego, cuando el silencio comenzaba a ser ya incómodo, sus ojos cambiaron de dirección para mirar el rostro de Andrea. Aunque no sabía muy bien qué demonios decir... si es que  tenía que decir algo, no estaba acostumbrada a tratar con las demas y despues de todo, Rubel había dicho que una vez reunidas recibirían instrucciones, ¿sabría su nueva compañera algo?...

Un placer...

Andrea se sentó y trató de no incomodar a Galena, suponiendo que preferiría el silencio.... pero resultó que el silencio era aún más incómodo, para ambas, de manera que prefirió iniciar alguna conversación, antes de parecer un par de bobas sin nada que decir.

Mmmm... tal vez será mejor comenzar... con algo relativo al trabajo, sí, eso es tema común, estará bien para romper el hielo

Tomó bastante aire y apoyó un brazo en la mesa, con pose relajada.

Bien... de vuelta a Demetria, y de vuelta a una misión de vigilancia... imagino que me tocará ser los 'ojos' del equipo, esa es mi especialidad. ¿Tienes más datos que eso? Hizo una breve pausa Me dijeron que 'esperásemos' instrucciones, pero quizá tú sepas algo, o también hayas estado por aquí antes...

Andrea estaba acostumbrada a hablar, a hablar mucho, y sabía que eso podía llegar a avasallar o incluso a molestar a otras cazadoras, por eso sopesó detenidamente el efecto que tenía su charla en Galena, si se la veía molesta o dispuesta a hablar también. Para ello se fijó en algunos gestos, si se veía inquietud en sus dedos o en su mirada, o si apartaba la vista de ella.

Fijarse en sus ojos hizo que irremediablemetne mirase esa cicatriz que tenía en la frente y empañaba su por otra parte bello rostro. Eso detalle la llevó a mirar otros, como el símbolo de la número veintiocho...

Por su parte, Andrea se desentendía de las típicas 'formas' de las "Claymore", ella no estaba rígida y seria, ni trataba de parecer exageradamente formal o intimidante, se comportaba con una naturalidad... "humana". Incluso puso una pierna por encima de la rodilla de la otra, relajadamente.

Galena escuchaba a Andrea tranquilamente sin apartar sus ojos plateados de ella, se mostraba serena o al menos Andrea no lograba detectar atisbo de incomodidad o irritación en ella. Aunque lo cierto era que el hecho de encontrarse con alguien tan... hablador sorprendía un poco a la número 28. Cayó en la cuenta de que no le resultaba molesto, de hecho prefería escuchar a tener que hablar.
No pretendía parecer dura, ni marcial, ni si quiera intimidante... es que simplemente estaba cómoda de brazos cruzados sentada de aquella forma en su silla, se reclinó un poco hacia atrás en el respaldo sacando datos de las palabras de la otra Claymore que por su parte parecía bastante más suelta en aquello de la charla que ella... al menos no se aburrirían.

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"¿De vuelta?... ¿ella ya ha estado aquí?" pensó.

Así que su especialidad era la detección de yoki... algo tremendamente útil sin duda, aunque...

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...estupendo, ahora ya estaban las dos igual.

—No...—murmuró levantando ligeramente uno de los brazos cruzados para rascarse una ceja con el dedo, cerró los ojos con expresión pensativa aunque la verdad era que no había mucho que pensar, Rubel le había dicho exactamente lo mismo; "que esperasen instrucciones" así que supuso que tarde o temprano acabaría apareciendo alguno de los mensajeros con los datos de la misión—sé lo mismo que tú.

Cuando devolvió el brazo a su postura inicial y abrió de nuevo los ojos se percató de que Andrea la observaba con curiosidad.

"¿Por qué me mira así?".

Aquello la desconcertaba, ni que nunca hubiera visto otra Claymore... ¿o quizá se estaba fijando en algún detalle?.
Sin preocuparse de que la otra guerrera se diera cuenta o no, los ojos de Galena se posaron objetivos sobre el bulto que llevaba tapado a la espalda junto a su enorme arma durante un instante y luego sobre el anecdótico instrumento musical. Si que llevaba cosas aquella chica... un laúd, una espada, y a saber qué era eso otro... al fijarse en la empuñadura del claymore cayó en la cuenta de otra cosa y su mirada se posó esta vez sobre el emblema de Andrea para reconocer el símbolo de la número 30... al menos no parecía problematica y eso estaba bien para empezar.

—Ah, y... no. Nunca había estado aquí antes...—terminó cayendo en la cuenta de que le habían hecho dos preguntas.

—No... sé lo mismo que tú.

Andrea suspiró con resignación. Solo les quedaba esperar... o puede que no... al fin y al cabo ella ya sabia donde estaba el piso franco de Demetria, aunque si no habian venido a buscarlas, sería porque no habia nadie allí, si no serían ellos quienes les esperarian a las dos, y no al revés.

Mmmf... el día que le pase algo a algún agente, dos cazadoras se quedarán de brazos cruzados, sin saber por donde comenzar...

Hizo una breve pausa y sonrió cuando se percató de que Galena miraba su laúd.
Sí, es extraño, no?... pero me encanta tocar, anima el espíritu, a mi, y a quien quiera disfrutarlo. Amplió su sonrisa. Por cierto... mientras llega y no llega el agente, deberíamos hacer algunas compras. Es poco... pero nos vendrá muy bien, créeme...
La expresión de Andrea se ensombreció un poco al recordar.

La última vez que estuve aquí eché en falta algunas cosas que echamos en falta, partí demasiado precipitadamente con mi compañera, así que si no tienes inconveniente, podríamos aprovechar el tiempo... las montañas son duras incluso para nosotras. Aunque no pasemos frío, hay bastantes otras cosas peligrosas.

Sonrió de nuevo a Galena, esperando que compartiese su idea, no como su anterior compañera...
Si las cosas se han puesto a peor, habrá que llevar buen equipo, comida para reponernos, y quizá... si, quizá unas capas que nos camuflen mejor, estas hombreras tan redondeadas reflejan perfectamente el sol, y quizá nos venga bien otro tipo de material. Cualquier cosa que nos ayude será bienvenida.
Seguro que algún aldeano puede orientarnos en lo quea material de montaña se refiere

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 —Nos dijeron claramente que esperásemos aquí al mensajero, pero puedes comprar lo que quieras después...

Andrea asintió
Siempre con la mirada perdida... ¿Andará pensando en algo, o evita mi mirada?

Mis órdenes fueron esperar en Demetria, no en su taberna... los agentes siempre nos encuentran deprisa, pero como quieras...

 —Ya has estado aquí... ¿Tienes recuerdos de este lugar?.

Andrea ladeó la cabeza, y ahora fue ella la que perdió la mirada hacia las montañas, a través del cristal empañado y con rastros de escarcha en los bordes. Así estuvo unos cuantos segundos, hasta que suspiró y volvió la vista a Galena.

Sí, sí los tengo... inolvidables, créeme. Hubieron tres guerreras muertas, la número once casi muere también... y entre la número veintiséis y yo matamos unos cuantos yoma, más la docena que mató el primer equipo... y también ayudamos a acabar con un Kakuseisha. La última parte de la frase provoca una mueca en Andrea, y hace que desvíe la mirada, frunciendo un poco el ceño. Estuve a punto de morir... dos veces, y no fue contra el Kakuseisha.

Volvió a mirar a Galena No es una tierra que haya que tomar a la ligera, las ventiscas y los osos gigantes son un peligro en sí mismas, por no hablar de los aludes y el riesgo de despeñarse... Alegró un poco el rostro. Pero bueno, ya he salido una vez viva de aquí, seguro que volvemos a conseguirlo, ¿Verdad? ¿Cuál es tu especialidad?

Achicó sus ojos en una expresión animada.

Galena escuchó hasta el final la respuesta de Andrea, pero conforme ésta iba hablando y reaccionando con gestos y expresiones a cada cosa que relataba, la mirada de la número 28 pareía ensombrecerse, finalmente agachó la cabeza observando la puntera de sus botas con aire ausente. Cuantas cosas, cuantas cosas era capaz de recordar aquella Claymore con tan sólo mirar a su alrededor; pena, alegría, rabia, miedo... incluso a otras compañeras.

—Me das envidia—dijo de pronto.

Su voz había sido a penas un murmullo pero no tenía matiz alguno, ni de reproche, ni de enfado, ni de... nada, simplemente nada. Se quedó tal cual estaba en un repentino silencio, había escuchado la última pregunta, pero en ese momento, aun no contestó...

Aquella respuesta desarmó a Andrea, que, con su expresividad habitual, enarcó ambas cejas con gran sorpresa.

¿Envidiarme...? Es la veintiocho... tiene que haber vivido tanto o más que yo, ¿Qué podría envidiar de mi? Además, si yo soy los ojos, ella es el músculo de esta misión, no veo qué podría enviar de una cazadora enclenque como yo... y desde luego esas experiencias no fueron... agradables.

No veo qué podrías envidiar... en serio. Ha sido de las misiones más duras que he cumplido, y sólo de pensar que haya la misma cantidad de enemigos, u otro kakuseisha me hiela la sangre. La última vez teníamos otras claymore a las que apoyábamos... esta vez puede que estemos solas....

La guerrera continuó con la vista baja examinando la puntera de sus botas sin decir nada mientras Andrea hablaba. Aunque no estaba viendo su cara pudo sentir un deje de desconcierto en su voz.

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Sin levantar la vista todavía, Galena tamborileó con los dedos en su propio brazo, ¿cómo explicar lo que sentía en aquella situación?, en realidad no era culpa de la otra Claymore pero... era demasiado difícil y ni tenía ganas ni sabría muy bién cómo hacerlo. Al cabo de un instante, emitió un suave suspiro.

—Envidio que puedas hablar de ellas... sólo eso.

Su barbilla continuaba pegada al pecho pero sus pupilas plateadas viajaron a la parte superior de sus ojos para mirar a Andrea.

Me detengo unos pasos antes de entrar en la posada, mirando a mi alrededor y fugazmente a quien camina conmigo, finalmente doy los ultimos pasos hasta entrar y quedarme cerca de la puerta. Parece que no habrá que esperar...

Observo desde cierta distancia a las dos claymores enviadas, sin emvargo alguien se me adelanta, era de esperar... A pesar de que la idea de estar perdiendo el tiempo con una sarta de monstruos que juegan a ser humanos no me agrada en absoluto, esperaría a que hiciesen las debidas presentaciones.

Mi expresión es seria y paciente bajo mi capucha....

Ummm...... ¿Y porqué ella no iba a poder hablar? ¿Qué secreto oculta eso?

Bueno... ¿Y porqué no ibas a poder hablar? Tienes más rango que yo, seguro que tendrías mucho que contar... Sonrió No creo que vaya a ser todo secreto, ¿no?

Andrea se giró hacia el Tabernero

Por favor, buen hombre... ¡Un par de bollos por aquí!
Se giró hacia Galena
Tú quieres? Sonrió amablemente a la veintiocho. La verdad es que Andrea llevaba sin comer algo caliente mucho tiempo, y aparte de tener hambre, le apetecía.

Había reconocido el yoki de Andrea nada mas entrar en Demetria, aunque es posible que ella no, dado que el mio a ha cambiado mucho. Camino al lado de Orsay en silencio y con la cabeza agachada, la verdad es que es increible la resistecia de estos hombres, apenas hemos parado desde que salimos de la Organización, y lo cierto es que tampoco habíamos hablado mucho, me dejó claras las cosas nada mas salir. "Mi trabajo es hacer llegar las ordenes, no hacer de niñera..."

Al entrar en la posada no puedo evitar sonreir y saludar energicamente a Andrea, tenía muchas ganas de verla.

-¡Hola Andrea! y ....

A la otra no la conocía, es mas a la unicas que conozco son a Teresa y a Andrea.

-Hola a ti tambien, soy Nana, numero 5.

Digo con una sonrisa de oreja a oreja y con un orgullo patente. Aun soy algo mas baja que ellas y mi apariencia no ha cambiado demasiado desde que vi a Andrea en la Organización.

-¡Orsay dice que iré con vosotras! ¿no es genial?

Ups... quizá no debería hablar tanto, o Orsay se enfadará.

Andrea sintió el enorme Yoki entrar en la posada, justo cuando se giraba para hablar con el posadero. Volvió a mirar y sonrió enormemente, abriendo la boca en una expresión de enorme felicidad.
Siguiendo sus impulsos, se levantó arrastrando la silla, y andó a paso rápido hacia ella, abriendo los brazos.

¡¡Nana...!!
El abrazo fue fortísimo y maternal, levantando un poco a la menuda Nana del suelo, y apretándola contra su hombro, acariciándola la espalda.

Está bien... está bien, pasó las pruebas, está viva... está bien...! Está fantástica..!

La volvió a dejar en el suelo y la miró con una radiante sonrisa a los ojos.

¡Número cinco...! Estoy.. estoy tan contenta, tan orgullosa de tí...! ¡Sabía que llegarías lejos, Nana! ¡Eres magnífica! ¡Y me alegro de tenerte a mi lado! ¡Me alegro muchísimo!

Andrea apretó los labios conteniendo una lágrima de alivio y alegría, que terminó por escaparse mientras palmeaba las hombreras de Nana.
La alegría que se dibujaba en su rostro no podía si no contagiarse a todo aquél que tuviera una chispa de humanidad

Mereció la pena... mi encierro, mi reputación, la mancha que cargo... mereció la pena... mil veces la repetiría si sobreviviese... Vaya si mereció la pena...

No pudiendo contenerse, la dio otro fuerte abrazo, esta vez más breve, y tragó saliva para evitar desplegar la emoción que realmente sentía. De ser por ella, la alzaría y gritaría de felicidad... "Su niña" estaba a salvo, y era una gran guerrera. No podía ser más feliz.

Galena sintió entrar por la puerta una masa de yoki que se salía bastante del límite "normal", levantó la cabeza rápidamente... y no dió crédito a lo que sus ojos y orejas le estaban mostrando. ¡Otra Claymore más!, creía haber entendido que sólo sería una su compañera... pero al parecer esta llegaba junto al esperado mensajero...

Un momento, ¿"Numero 5" había dicho?... ¿Una niña?... ¿La Número 5 de la Organización era aquella pequeña niña que la saludaba con una sonrisa y a la cual pertenecía a quél descomunal yoki?.

No se movió un ápice pero sus ojos plateados la miraban abiertos con un claro aire de sorpresa parecido a cuando descubrió el laud, más aun cuando Andrea se levantó ofreciendo un espectáculo tan... efusivo. La número 28 enarcó una ceja y miró al emisario desconocido que se embozaba en aquella holgada capa negra.

"¿A quién demonios me habéis traido aquí...?" pensó.

Había dicho que se llamaba Nana, y al parecer Andrea la conocía... ¿de qué?. Se la veía realmente contenta de verla...
Galena no dijo nada, sus mirada pasó lentamente del emisario a Nana y de Nana a Andrea para terminar una vez más en el emisario... esperando a que dijese lo que tenía que decir.

Por el amor de Dios....

-Partireis por la ruta que lleva a las siguentes tres ciudades del norte, eliminareis cualquier presencia yoma y registrareis cualquier movimiento extraño o peculiar de estos, en caso de encontrar algun kakuseisha acabad con el tambien, para eso irá con vosotros la numero 5.

Me doy la vuelta y comienzo a caminar.

-Cuando llegueis a la tercera ciudad esperar, se enviará a un mensajero para que reporteis la información.

Mi silueta se perdió a tras el umbral de la posada....

Andrea rodea a la chica con el brazo a la altura de los hombros, y asiente a Orsay, sonriente.

Entendido, así lo haremos.

Hizo una reverencia a Orsay mientras se iba y volvió a mirar a Nana. Andrea no cabia en sí de alegría. Acarició la cabeza de la pequeña, y miró a Galena.

Ella es Galena, número veintiocho... Galena... te presento a la mejor guerrera de la Organización! Andrea sonrió felicísima y miró al tabernero de nuevo

Por favor! unos bollos para hoy, y algo de carne seca para los días que nos quedan! De vuelta a mirar a sus compañeras, tan contenta que no sabia por donde seguir, comenzó a hablar, de pie mientras esperaba lo que habia pedido

Bueno, Nana.. cuéntame! ¿Cómo te ha ido? ¿Has hecho ya muchas misiones? ¿Has enfrentado Devoradores antes? Tienes que ser increíblemente hábil para que te asignen el cinco!! Pretendió hacer una pausa para que respondiese, pero no pudo evitar seguir
Y enseguida iremos a comprar algo de tela blanca para cubrir las hombreras y los faldones, que no reflejen en la nieve, así no nos verán los reflejos, mm? Más o menos tengo una idea de cómo moverme en las montañas, ya trabajé aquí justo antes de ir a ver tu 'graduación'... Guiñó un ojo, transmitiéndole calma respecto a aquello que pasó...