Partida Rol por web

Miraba a una y a otra incredula, ¿a que vienen todo esos juicios?, ¿porque hablan de protegerme? cuando he sido yo la que ha sido enviada para pretegerlas a ellas, ¡¿Quien se han creido que soy?!

-¡Basta ya!

Dige en un tono que quizá me salio mas fuerte de lo que había preveído, y desde luego lo siguiente que iba a decir no era lo que sentía, ni exactamente lo que pensaba, pero me daba gual que me tomasen por una cria caprichosa con tal de que dejaran de preocuparse y de una discusión que no hace sino retrasarnos.

-Para empezar, he sido yo la enviada a protegeros, ¿creeis que por no tener experiencia en combate no puedo? ¿he entrenado duro y e pasado por lo que he pasado para que al llegar aqui me trateis como si fuera una niña a la que hay que cuidar?, pues para vuestra información, Orsay me dijo que estaba mas que preparada y capaz para matar incontables yomas e incluso para enfrentarme sola a un "kaku".

Asi que dado que yo soy la de menos numero, se hará lo que yo diga, porque asi es como lo han decidido los sabios...

Quizá se me notase mas de lo que quería el rostro de rabia y a la vez tristeza, pero no permitiría que me tratasen como a una niña.

-Partiremos ahora mismo, y avanzaremos tambien por la noche, nuestros cuerpos pueden regular la temperatura incluso en las condiciones mas duras ¿no? si vamos por la ruta prevista no hay riesgo de desprendimientos ni de perdernos aunque sea de noche. Asi que andando, como bien habeis dicho el tiempo significan vidas salvadas, y no me quedaré aqui mientras se que se estan destruyendo familias, ¡Familias enteras devoradas! ¡A cada minuto que pasa!...

Mi tono se descontroló por unos segundos...

-¡¡Y SI ES SOLO POR SALVAR UNA PERSONA MAS SE ASUMIRÁN TODOS LOS RIESGOS QUE SEAN NECESARIOS!!

Sin mas comienzo a andar, directa a la salida de Demetria, sin mirar atras, estan obligadas a seguirme, y si no quieres serían reportadas e iria yo sola....

Galena no reaccionó un ápice ante la explosión de indignación por parte de la niña, cuando ésta hubo terminado miró de reojo hacia atrás, tras todo aquél tira y afloja al que se había visto arrastrada había logrado por fín que fuese la "líder" del grupo la que hablase... aunque esa líder en cuestión fuese una chiquilla, pero las normas eran las normas. No pudo evitar sentir curiosidad por ver la cara de Andrea ante aquella reacción.

"Ya era hora"

Sin decir absolutamente nada, cogió la blanca capa que tenía bajo el brazo y se la echó sobre los hombros con un revoloteo, había dicho que seguiría lo que Nana decidiese en aquél momento y así lo haría. La nivea tela la cubrió dejando sólo visible de su cuello para arriba y un poco de la empuñadura del claymore, cayó en la cuenta de que tenía una capucha... bueno, quizá no venía mal para según qué cosas... pero de momento la dejaría sin poner.

—Es lo más sensato que he oído en toda la tarde...—murmuró mientras se giraba y echaba a andar detrás de Nana.

Su paso era ligeramente rápido, tal vez por las ganas de salir de allí de una vez, o de terminar con aquel diálogo que no llevaba a ninguna parte. Pasó junto a Andrea aunque no la miró, como un fantasma silencioso con la inmaculada melena flotando ligeramente pasó de largo tras las pisadas de la número 5. El gesto del rostro de Galena era extraño, como la primera vez que la había visto, mortalmente tranquilo como si permaneciese ajena a lo que le rodease, no transmitía nada... pero su mirada continuaba sombría.

En cuestión de segundos lo único que pudo observar Andrea fueron las espaldas de sus dos compañeras.

Andrea no temió el enfado de Nana, y le aguantó la mirada con firmeza.

Incluso apareció una triste sonrisa en sus labios.

Supongo... que está bien así. Miró a Galena y después a Nana, mientras aún hablaba y gritaba.
Todas estamos condenadas a equivocarnos por nosotras mismas antes de aprender las lecciones de la vida, y parece inútil intentar cambiar eso. Al menos... tiene todo el espíritu que quiero que tenga. Me siento... me siento poco firme tras sus últimas palabras. Ese es el espíritu que hay que tener, y sin embargo... es un ideal que no funciona tan bien como pensar un poco más las cosas.

Es muy poderosa, el problema es que.. quizá se lo crea demasiado. Eso... no es bueno. Si Orsay cree que puede matar a un Kakuseisha, tal vez haya olvidado que aunque él nos vea como monsturos, no deja de ser una niña. Y puede que tenga miedo. Tal vez debería haberle transmitido un poco más de sensatez, y menos orgullo.
A protegernos... ¿Y para qué venimos nosotras, entonces? ¿Para que nos proteja? Qué manera de hincharle el ego...

 -¡¡Y SI ES SOLO POR SALVAR UNA PERSONA MAS SE ASUMIRÁN TODOS LOS RIESGOS QUE SEAN NECESARIOS!!

Andrea sonrió ampliamente, incluso hinchó el pecho con orgullo. Miró a Nana y la siguió a su lado, sin perderla el paso. Después de mirar a Galena, que también seguía a Nana, habló un poco más

Eso es justo lo que hubiera dicho yo, Nana, hasta hace no mucho. Puso la mano en su hombro y le sonrió sinceramente La diferencia es que tú tienes el poder para mantener esas palabras, y yo tengo que elegir el mal menor más a menudo.
Dio dos palmaditas
Procura que te dure... ¿Sí?
Caminó un poco más, apartando la mano del hombro de Nana
¿Sabes...? Me recuerdas a mí misma cuando lo del Yoma de tu pueblo... Hubiera muerto por todos y cada uno de tus vecinos, y por tus padres, pero esto es distinto Levantó la vista al cielo, suspiró y volvió a mirarla No pretendo ser tu madre, pero has de saber que solo quiero lo mejor para los humanos y para tí, ¿Mmm?

Aunque te consolaré por ella si te equivocas, si te aterrorizas o si lloras, ya que por mi debilidad, tu madre no puede hacerlo.

Una última cosa, Nana La miró de nuevo Piensa... Si estuvieras aquí para protegernos, y pudieras matar un Kakuseisha tú sola... ¿Para qué estamos nosotras? Se señaló a sí misma y a Galena en un rápido movimiento con el dedo Porque hay algo que necesitarás de nosotras llegado el momento, y se llama veteranía, cariño... veteranía. Sonrió

Y hasta donde sé... los Devoradores son Yoma antiguos que han evolucionado a una forma superior... y son tan peligrosos como los Ka-ku-sei-shas, que son... Claymores que han superado su límite y se han convertido en poderosas monstruos devoradores de tripas. Una 'evolución diferente', a causa de nuestra naturaleza parcialmente yoma.
Y no tienen nada que ver con ningún yoma corriente. Nada. Aunque por lo visto, para el caso son de un poder similar. El kakuseisha que enfrenté tenía unos largos y duros tentáculos con los que empalaba a Undine, la número once y la... estuvo a punto... a punto de matarla. Además su dureza y su fuerza no se las puede subestimar. Mi papel aquella vez fue ir dictando los movimientos que haría, gracias a mi percepción del yoki.

Entre los Yoma corrientes hay algunos muy rápidos, otros que se regeneran deprisa, e incluso los hay también voladores. Todo eso, Nana, y los comportamientos que suelen tener, eso es la veteranía. La veteranía no nos hará mejores que tú como guerreras... pero la veteranía mejorará tu astucia cuando llegue el momento de cazar a todos esos monstruos.

Y esas, entre otras, son las cosas que te quedan por aprender. Quizá por eso no estás haciendo la misión a solas.

Terminó con una amplísima sonrisa de complicidad. Todo el discurso había sido en un tono amable y explicativo, instructor, pero amigable. En ningún momento pretendió ofender a "su pequeña", tan solo advertirla de lo que estaba por llegar.

Sigo con una expresión a medio camino entre el enfado y el orgullo. Ahora entiendo porque Orsay llamó a los kakus "nuestros errores" y no me dijo mas de ellos...

-Pues estais conmigo, porque si aparece un bicho de esos que tu dices, puede que lo mate, pero acabaría agotada, porque si tan veteranas sois sabreis que nuestros cuerpos tienen un limite al usar su poder, ademas, como has dicho tu especialidad es detectar yoki, y ultimamente me dijo Orsay que los yomas estan organizados y han tendido muchas emboscadas a nuestras compañeras, yo no soy tan buena detectando yoki y podrían emboscarme muy facilmente si voy sola.

Digo con seguridad incluso a riesgo de parecer algo que no soy, intentando mantener una actitud confiada, aunque en el fondo no lo fuese tanto, pero que demonios, soy la numero 5.

Tras dos horas de caminata el sol ya nos estaba abandonando y comenzó a nevar, al principio de forma lenta pero copiosa, por el momento no entorpecería nuestro paso. Mis pasos siguen al frente del grupo, sin dejar que vean mi rostro cuando hablo.

-Ju, como nieve mucho nos costará mas avanzar... veamos

Saco el mapa que me había dado.

-Mmmm.... mmmm..... *suspiro. Nos queda aun mas de la mitad.

Guardo el mapa y sigo caminando con al sensación de ser observada, pero no percivo yoki a mi alrededor salvo el de Galena y Andrea, seguramente sea la noche que cada vez se hace mas cerrada y la luz de la luna llena queda parcialmente tapada por la nevada, son las condiciones propicias para.... sentirse observada escalofriante....

Andrea suspiró.

No he visto cosa más aterradora que un kakuseisha... el terror que infunde no tiene nada que ver con un Yoma... solo espero que se foguee un mínimo antes...

Tras la respuesta de Nana, Andrea no siguió la conversación en un buen rato. La niña no parecía haber reflexionado mucho sobre sus palabras... tampoco podía esperar que lo hiciese, al fin y al cabo tenía la mentalidad de una niña... madura para su edad, pero una niña al fin y al cabo.

Durante el trayecto fue atenta a cualquier yoki en los alrededores, y además de a las expresiones o gestos de Galena, al paso de Nana. Si iba bien o la nieve se le hacia demasiado alta.

Tras dos horas, pareció decepcionada por el lento avance del grupo, avance normal, por otra parte, en estas tierras. Andrea se habia cubierto con la capa y la capucha, y aprovechó la parada de Nana para hacer un rastreo más exhaustivo de la zona...

La vez que estuve aquí nevó cada noche, y hubo más de una ventisca. Con ventisca apenas puede leerse yoki... por no hablar que el viento trae la nieve golpeándote, y que pronto alcanza una buena altura como para hundirte hasta las rodillas Miró a las montañas, mientras rastreaba, de paso incluso algo más, aunque eso fue en las montañas.
Con suerte en los caminos será más benévolo.

Dejó que Nana decidiese. Si había aceptado el rol de líder, ella sería una buena subordinada, principalmente para no molestar a "su niña", pero también, claro está, porque alguien que andase fastidiando en un grupo era bastante malo.

Galena no había dicho absolutamente nada desde que habían salido de Demetria, caminaba detrás de Nana con la vista hacia adelante y aquella mirada ausente. Aunque no sabía por qué sentía los ojos de Andrea posarse sobre ella de vez en cuando no dió señales de ello ni comentó nada cuando la número 5 se detuvo a mirar el mapa. Tampoco se había echado la capucha y las ocasionales rachas de viento hacían ondear su melena antinaturalmente blanca que, junto a la pálida capa que cubría su cuerpo la hacían parecer una fantamagórica aparición.

Había dicho que protegería a Nana pero no como a una niña... si no como a su capitana, protegerla como a una niña le resultaba casi absurdo, aquella "niña" en cuestión le sacaba más de una decena de rangos y le triplicaba en yoki. Parecía increíble pero aquél menudo cuerpo tenía más potencia en su interior que más de la mitad de Claymores que había bajo ella...

De pronto Andrea dijo algo.

Cita :

Como respuesta, la número 28 se echó la capucha sobre la cabeza tapándola y dejando su rostro aparcialmente cubierto, con un poco de suerte, aquel dato jugaría en contra de los yomas de bajo calibre y no sería por sus rasgos físicos por lo que las identificarían como Cazadoras.

—¿Cuál es la primera ciudad?.

Tras tanto tiempo sin pronunciar palabra, su voz sono como una de las ráfagas heladas que surcaban el aire de la montaña, si se dirigía a Nana o a Andrea no podía saberse a ciencia cierta puesto que no miraba a ningun aen concreto, seguía mirando hacia adelante... con una respuesta le valía.

Saco el mapa de nuevo y lo acerco y lo alejo intentando leer el nombre de la cuidad...

-Estooo....mmm, Delenmh... Delenia. Bueno, aunque nieve asi, no creo que se acumule mucho antes de que lleguemos, y si se avecina una ventisca pues podremos esperar allí a que pase, ¿no os par...?

De pronto el sonido de algo que se mueve entre los arbustos, capta mi atención, y seguramente tambien al de Andrea y Galena... me quedo estatica mientras intento distinguir alguna silueta sigo sin percivir yoki... De pronto otro sonido mas o menos igual llama la antencion al lado opuesto del camino, pero esta vez, si se distinguió una silueta ¡Mierda!

-¡Lobos! ¡Son lobos!...

Si tenía experiencia en algo era en lidiar con lobos en mi pueblo y está claro que un lobo solitario no ataca a un grupo de tres personas, por lo que seguramente se trate de una manada.

-¡Correr! ¡Correr!...

Emprendo la carrera mirando a un lado y a otro... dos...cuatro... cinco...siete...nueve, en efecto, una manada, y no pienso liarme a espadazos con lobos...

-Correr, mientras no nos rodeen no atacaran, no pondran en peligro a ningun miembro de la manada atacando solos...

Pronto se distinguen claramente las siluetas a derecha e izquierda corriendo a la par, solo espero que no nos hagan correr hacia una emboscada... les dejariamos atras sin dificultad si emprendiamos la carrera en serio.

Andrea estaba calmada e iba a responder a Nana, cuando Nana grita...

 -¡Lobos! ¡Son lobos!...

Andrea perdió inmediatamente cualquier rastro de buen humor que pudiese quedar en su expresión, apareciendo la viva imagen del pánico al ver asomar a uno de aquellos canes... los Reyes de sus Pesadillas.
Castañeteó y desenvainó deprisa. Sus piernas teblequeaban y tragó saliva inconscientemente.
Pasaron un par de latidos en los que miró a los lobos. La adrenalina que nació del Miedo aceleró sus pensamientos y sus reflejos, y pudo observar con demasiado detalle aquellas miradas monstruosas y esos colmillos afilados. Por alguna razón, por una razón que se repetía siempre, se habia quedado clavada en el suelo ante esas fieras... era algo que su subconsciente no podía superar, por más que lo intentase.

Pasados esos dos latidos, reaccionó.
No puedo... quedarme aqui... ¡No puedo..! ¡Me matarán! Me... me comerán hasta... los huesos...!

Andrea empezó a correr tan deprisa como le permitían sus piernas en dirección que indicaba Nana. Aunque la niña la habia sorprendido con su conocimiento de los Lobos, no era momento de felicitarla, si es que hubiese tenido la cabeza totalmente fría. Solo pensaba en correr, claymore en mano, hacia donde Nana indicaba, tanto, tan rápido, tan deprisa como podía, con los copos golpeándola según corría... no, golpeando ella los copos a medida que caían.

-Correr, mientras no nos rodeen no atacaran, no pondran en peligro a ningun miembro de la manada atacando solos...

Andrea aún no tenía tiempo de sentirse débil e inútil, ni patética, no se daba cuenta del espectáculo que seguramente estaba dando. Con suerte, las demás también correrían lo suficiente como para no fijarse en que en realidad corría aterrorizada.

¡Malditas sean estas montañas...!

¡MALDITAS SEAN ESTAS MONTAÑAS!!

Cita :

"¿Lobos?"

A penas había escuchado la advertencia cuando una centella pasó a su lado corriendo a toda velocidad y levantando una nube de nieve pulverizada, era Andrea.
Y aquella que iba justo delante suyo era Nana.

—¡Eh!—gritó por encima de la ventisca para llamarlas a ambas—¡¿Qué demonios...?!.

Apretó los dientes con gesto frustrado.

"¡Maldita sea!"

Era imposible que la escuchasen una vez emprendida semejante galopada, y no pensaba quedarse allí con cara de idiota tratando de descifrar qué ocurría. Aquello era irreal, corrían que se las llevaba el diablo, ¿qué rayos les había agarrado de repente a aquellas dos?.

"No le tiene miedo a un Kakuseshia y estamos corriendo de... ¿un puñado de animales?".

Emprendió la carrera tras ellas, inclinada hacia adelante para cortar el viento, su mano derecha voló a agarrar la empuñadura de su claymore pero no lo desenvainó. Su carrera no era producto del pánico pero no pensaba separarse de su capitana... pese a aquello miraba en todo momento el camino que surgía como materializado de la nada ante ella, mirando dónde ponía los pies, mirando a los lados... se sentía inmersa en una extraña broma.

—¡Qué estáis haciendo!—gritó por encima de la ensordecedora ventisca que rugía producto de la velocidad—¡Mirad por dónde vais! ¡No corráis a lo loco por la nieve!.

No le gustaba nada la idea de que aquellas bestias las estuviesen siguiendo por ambos lados, aunque por otra parte, si alguna vez había oído algo de lobos... no lo recordaba. Tan sólo esperaba que sus dos compañeras no estuviesen "yendo hacia ninguna parte"...

Cita :

"Genial, ¿y si estamos corriendo hacia más lobos o hacia algo peor... qué?".

Algo dentro de ella estaba alerta, tenía un mal presentimiento...

Cada vez nevaba con mas intensidad, y en plena oscuridad no supe distinguir bien el camino, es mas, si nos habíamos desviado, no me había percatado en que momento, el caso es que tras dos minutos de carrera a mucha mas veocidad que los lobos, estos cesaron su persecución, y cuando me quise dar cuenta estabamos... ¿donde estabamos? Calma, no pasa nada, seguiremos nuestras huellas hasta el camino de nuevo... me giro y miro al suelo, y para mi desgracia y la de todas, la nieve cubria casi en cuestion de segundos las huellas y cada vez hacía mas viento, aunque entre los arboles donde nos encontrabamos no se notaba tanto.

-Estooo... bien, ya se han ido... creo...

En definitiva, no se que hubiera sido peor si liarnos a mandoblazos con una manada de lobos, o perdernos en mitad del bosque en una noche semejante.

-Ehmmm, ¿alguna sabe como volver?

Digo con una mano rascandome al cabeza. La visivilidad es de, un metro aproximadamente a nuestro alrededor ¿estaba tan oscuro en el camino? :S

Aunque no habían sido los más peligrosos, habían sido dos de los peores minutos de su vida, corriendo por la nieve a toda velocidad, huyendo de sus terrores de la infancia. Cuando al fin Nana se paró, Andrea hizo lo mismo, controlando sus impulsos. Tampoco es que viese a nadie, con tantísima nieve como caía, de modo que no podía oír nada, ni ver lobo alguno.

Guardó su claymore, y su corazón empezaba a latir con más normalidad, cuando Nana habló.

-Ehmmm, ¿alguna sabe como volver?

Ojalá, Nana... ojalá
Andrea miró alrededor, tratando de orientarse. Conocía bien ese viento... era el principio de una ventisca. Cuando habló, lo hizo casi a gritos, para que su voz se oyese por encima del vendaval.

No hemos corrido mucho, así que no debemos estar demasiado lejos. Aparte de eso... esto está convirtiéndose en ventisca, tenemos... -Rectificó- "deberíamos", encontrar YA un refugio, y orientarenos mañana Miró a la número cinco Con este tiempo apenas avanzaremos, y lo único que haremos será agotarnos en lugar de descansar.
Hallar una cueva sería lo ideal, pero tal vez no encontremos ese lujo y tengamos que conformarnos con algún sitio mínimamente resguardado entre los árboles.

Estas son las noches de Demetria... Suspiró, aunque el ruido del viento lo ahogó Hay que acostumbrarse

Se puso la capucha, que con la carrera se le había caído, y se quitó de encima la nieve que contenía, no le sorprendió, más bien previó que la capucha estaria llena de nieve. También se quitó escarcha de la cara con gesto impaciente, mientras esperaba la decisión de Nana

Ahora comienzan las responsabilidades, pequeña... aquí te dejo mi consejo... guíanos a donde quieras.
Por aquí no hay humanos en peligro de yoma, y las tres somos bastante duras, así que... puedes permitirte un error. Mientras no nos lleves a un alud...

La expresión de Andrea reflejaba la seriedad y la urgencia de la situación, si bien trataba que no pareciese que reprochaba nada a la número cinco. Cosa que por supuesto no hacía, tan solo intentaba ser competente y neutral para que Nana asumiese completamente el cargo. De nada servia un lider abriese camino a plena luz del día con un grito enardecido, si luego no era responsable cuando las cosas estaban peor, y otros tenian que decidir por él.
Por eso, dejó que siguiera siendo la líder, a pesar de lo que pudiera pasar. Salvo despeñarse o un alud, la ventisca en sí difícilmente iba a matarlas, de modo que no preveía que fuese a pasar nada grave bajo el mando de Nana... al menos esta noche.

La número 28 llegó andando en ese instante, había dejado de correr cuando, unos metros atrás, había visto que Nana hacía lo propio. Su rostro para variar era inexpresivo aunque sus pensamientos eran muy diferentes. Había pasado justo lo que había predicho en la ciudad; viajar denoche con poca visibilidad, conllevaba el riesgo de perderse... Su mano soltó la empuñadura del claymore cuando se detuvo junto a las otras dos Cazadoras.

—¿Por qué hemos huído exactamente?—la pregunta no iba con malicia ni con segundas, era una simple pregunta por rara que pareciese.

Podían haber asustado a aquellos lobos con una simple mirada... ¡eran Claymores, maldición!. Se cruzó de brazos con gesto pensativo sin esperar a que la contestasen, la situación pintaba bastante problemática. No entendía el por qué de la expresión ¿aterrada? de Andrea... ni de por que Nana se sorprendía de haberse perdido tras haber corrido aciegas sin mirar por dónde iba.

"... ¿Alguien escuchó algo de lo dije?".

Era obvio que con la carrera o no habían oído su llamada, o no habían querido oírla.
Una furiosa y repentina ráfaga de viento le arrebató la capucha haciendo que tanto esta como su melena ondeasen en la ventisca hacia un lado, tuvo que cerrar un ojo durante unos segundos para que los largos mechones no se le metieran dentro a unque no hizo ademan de moverse hasta que el golpe de viento se detuvo. Al parecer Andrea tenía razón: se aproximaba una ventisca nocturna.

Levantó la cabeza y miró hacia arriba, no podía ver ni la luna, luego miró hacia atrás girando la cabeza, nada... no se veía prácticamente nada en aquella maldita oscuridad, solo nieve. Recordaba que el camino por el que iban quedaba cerca de la falda de una montaña, quizá con volver hacia atrás en línea recta... no, no estaba segura de si eso funcionaría. Lo que sí sabía es que la idea de encontrar una cueva o un refugio era buena.

—Si caminamos a ciegas, nos perderemos más—dijo sin volver la cabeza—no es mala sugerencia la de encontrar un refugio.

Finalmente volvió a girar el rostro para mirar a Nana con aquella inexplicable tranquilidad.

—¿Qué decides, capitana?.

Miro a ambas con cara enfurruñada, aunque seguramente ni se percaten en aquella oscuridad.

-Vale vale, ya os he oido, buscaremos una cueva.

Comienzo a caminar en al dirección en la que recuerdo había una montaña, almenos eso si lo recuerdo, en terreno rocoso habrá mas posibilidades de encontrar una cueva.

Tras otra media hora de caminata cada vez mas pesada por al nieve, en efecto encontramos la pared de roca de la falda de la montaña y por consiguiente no tardamos en divisar un pequeño cobertizo natural.

-¡Ahí!....

Digo bien alto para que mi voz se oyede por encime de el cada vez mas intenso viento y la espesa nevada, al entrar ya solo se oye el silbido de fondo y el goteo en el interior del hueco.

Tras un silencio que se hacía cada vez mas incomodo me decido a hablar con cierto tono de justificación.

-Ha mi me han entrenado para matar yomas, no para matar lobos, si puedo evitar de algun modo ir matando manadas de lobos pues lo evito. Pero no pasa nada, mañana a la luz del sol encontraremos de nuevo el camino y llegaremos a Delenia.

Desenfundo el claymore, lo clavo en el suelo y me siento a descansar y aunque permanecería despierta, cierré los ojos, en un gesto lo mas orgulloso posible. Huele raro aqui este refugio debe de haber sido utilizafo por algun animal recientemente. Miro a mi alrededor, la cueva era pequeña y se veia el fondo perfectamente. Bueno, sea lo que sea ya no está...

Andrea siguió a Nana, y pronto tuvieron cobijo, aquello era una gran suerte, sin duda.

Mientras se quitaba la nieve, escuchó a Nana, su pequeña charla arrancó una sonrisa de Andrea, que suspiró y siguió a lo suyo

Tú que puedes, pequeña... tú que puedes... Yo ni siquiera puedo enfrentarles.

Cuando terminó, se quedó justo a la entrada de la cueva, pensando unos segundos.

Aquí huele a animal... debe ser una guarida, y usada hace muy poco, es posible que el regrese después de cazar, o cuando la ventisca arrecie demasiado para él... mm... No puedo evitar acordarme de aquél oso... pero al menos ahora estamos con Nana...

Habló mirando hacia afuera, apoyada cómodamente contra la pared, junto a la salida, con la espada clavada en el suelo, muy a mano.

Parece que huele a animal aquí... es posible que regresen durante la noche, y quizá pronto, porque dudo que puedan cazar con esta nevada...
Descansad, yo montaré guardia.

Se cruzó de brazos y tomó una bocanada de aire helado.
Buenas noches...
Miró a Nana y la sonrió con cariño, la mirase o no. Desde donde estaba, siguió vigilando.

Pronto comenzó a tararear una dulce y alegre melodía, que resonaba en la cueva, haciendo que el tarareo combatiese el ruido de la nevada... y quizá alguna otra cosa.

Cita :

Galena no miró a Nana pero si la escuchó, no tenía sentido ahora tratar de razonar que hubiera valido más la pena detenerse a espantar unos cuantos lobos que arriesgarse a perderse en medio de la nada... lo hecho, hecho estaba. Encontrarían el camino por la mañana decía, sólo esperaba que el optimismo de la pequeña se hiciera realidad.

Cita :

En ese instante, la número 28 llegó a la entrada de la cueva y se detuvo antes de cruzar el umbral, reacia a entrar. Puso una mano sobre las piedras cubiertas de nieve que lo formaban.

"Corremos de unos animales para seguramente tener que pelearnos con otro... esto es irreal".

 Giró la cabeza para mirar hacia atrás, no le gustaba el aspecto de esa cueva, no le gustaba tener que meterse en ella... pero cuando sus ojos plateados contemplaron tan solo infinito blanco en medio de la oscuridad frunció ligeramente el ceño con decepción. Al parecer no tenían más remedio.

—Cht...

Su mano se arrastró hacia abajo por la fría superficie rocosa hasta que terminó cayendo a un costado de su cuerpo. Cruzó sin motivación ni gana alguna la entrada y se dirigió justo a la pared de en frente... fue entonces cuando sacudió sus hombros y su capucha allá en dodne se había acumulado la nieve, entre su pelo había también perdidos varios copos pero como eran del mismo color a penas se notaba.

Desenvainó su claymore y con un movimiento seco lo clavó en el suelo, luego frente a esa misma pared, se sentó utilizándolo de respaldo y se cruzó de brazos silenciosamente aunque no cerró los ojos pese a que Andrea había manifestado que ella montaría guardia. De hecho, su mirada estaba fija en la entrada de la gruta.

Cuando Andrea comenzó a tararear, la miró durante un instante y luego volvió a dirigir su vista hacia el exterior.

Andrea tarareaba su canción, suya letra era más bien triste. Hablaba de Leticia, una compañera rescatada, de la amistad entre dos incomprendidas, y más adelante, de una dolorosa despedida, de un 'hasta la vista en el cielo' y de cómo hay que seguir adelante aferrándose a los buenos recuerdos, de cómo hay que recordar a los que quedan atrás, y nunca olvidar sus obras, sin dejar que el dolor se nos lleve.

Dado que la noche parecía tranquila, se adentró un paso en la cueva, sin mirar a ninguna de las dos otras guerreras. Parecía algo preocupada quizá, o un poco triste. Se sentó de espalda a la pared, con el claymore a mano y echó a un lado la capa, sacando el laúd. Unas notas dentro de la cueva no serían oídas afuera, con el aullido del viento, y todo eso... y para relajar a Andrea, vendrían muy bien.

Cogió el laúd con cierta habilidad, y parece que improvisase algo, con los ojos cerrados y balanceándose suavemente a medida que tocaba.

El repiqueteo de las cuerdas del laúd de la claymore sonaba bien, y sonaba animado.. ¿Tal vez una parte de algún tema? O quizá una simple práctica.
Mmmmh... parece que suena bien...
Andrea sonrió para sí misma, aún con los ojos cerrados, hasta que terminó el repiqueteo de cuerdas.
Con el laúd en el regazo, miró afuera, centrándose en sentir yoki, y vigilando un poco. Se recostó otro poco más, y mientras se acomodaba, miró a Nana, que parecía dormir, y a Galena... que la miraba, despierta.

ummf... Creo que la he despertado. Qué metedura de pata.

Perdona, no pensé que molestase... descansa, descansa, ya vigilo yo... disculpa

Sonrió a Galena con una sonrisita inocente de disculpa, y terminó de acomodarse, sentada con el laúd y el pequeño bulto a un lado, y el claymore sobre las piernas.

A Galena le llamó la atención el hecho de que el tarareo de pronto se hubiese convertido en música, Andrea estaba tocando de nuevo aquél extraño instrumento, cosa que no dejaba de desconcertarla.
Giró la cabeza y la observó en tranquilo silencio mientras tocaba, su cara volvía a ser triste sin embargo la música no lo era, no terminaba de entenderlo. Aquel sonido resultaba agradable pero era un misterio el cómo tal artilugio había llegado a manos de una Claymore...

Cita :

La número 28 parpadeó como si aquella frase la hubiese sacado bruscamente de sus pensamientos. Apartó rápidamente la vista hacia un lado.

—No me molestas—murmuró.

Luego terminó de girar la cara para volver a mirar la puerta y se quedó un rato callada pensando en lo que acababa de escuchar, no podía evitar que una brizna de curiosidad cosquilleara en su interior. Al cabo de unos segundos de silencio habló como si se dirigiese a las piedras de la entrada más que a Andrea ya que no la miraba

—Esa... historia que acabas de cantar—titubeó contrariada ante el hecho de verse iniciando un diálogo—¿es real?.

Su voz sonaba serena, sin indiscrección alguna como si simplemente le hubiese preguntado que qué tal tiempo hacía.

Andrea suspiró cuando Galena le aseguró que no molestaba, lo que la tranquilizó más aún.
La pregunta que vino a continuación, aunque pareciera que podría doler, fue incluso... un alivio para Andrea. No se podía hablar de esa historia con cualquiera.

Miró a Galena para responderla. Aunque no parecía especialmente triste, sus ojos no decían eso. El brillo vivaracho de sus ojos se había apagado.

Sí, es real... *Suspiró* En una ocasión fui a Leto... cerca del pueblo de Nana, casualmente, a averiguar qué habia pasado con Leticia, la número treinta y cinco, ya que no se sabia nada de ella ni del yoma desde hacia días.
Siguió mirando a Galena, aunque echó una mirada fugaz a Nana.
Tras investigar, descubrí que se habia colado en un barco, donde se habian colado a su vez los yoma. Zarpé con otro barco, siguiendo algunas pistas que encontré en la casa del primer pescador, y encontramos su barco, a la deriva. Salvamos a los humanos y a Leticia, a la que traje de vuelta a Leto.

La verdad... es que solo pasamos una noche y una mañana juntas, pero fue como estar en familia, como cuando eramos humanas. Con la agradecida esposa del marinero, que estaba convaleciente, y con ella, como si fueramos hermanas... fue maravilloso, era tan inocente y tan... infantil...
Demasiado infantil...
Andrea miró a Nana un instante y después a Galena de nuevo.
Leticia debía tener unos dieciocho años, más o menos... pero su mente se quedó 'clavada' en los catorce... de hecho, en el día de su transformación, justo el dia antes de cumplir catorce. Para ella, siempre cumplía catorce años el día siguiente, y su mentalidad era la de una niña

Arrugó los labios y cogió aire, no pudiendo aguantar ahora la mirada a nadie.
Tras despedirme de ella, fui a Sarca, donde... Nana quedó huérfana, y murieron otros dos pastores, antes de que diera caza al yoma más condenadamente esquivo que recuerdo... y bueno... cuando Rubel vino a darme la siguiente misión... me dio la Carta negra... de Leticia.

Dejó unos segundos antes de hablar, en los que recordó algo que dolió en sus recuerdos.
Me reuní con ella en unos acantilados... su inocencia infantil no pudo resistir al... yoma que llevamos dentro. Estaba transformándose, le quedaba poco tiempo... me envió su carta negra para que yo le...
Se mordió los labios un momento, cogiendo aire y perlándose sus ojos.

Para que yo le diese muerte... antes de que se transformase en una Kakuseisha. Y eso fue lo que hice... maté a Leticia. -Parpadeó y lagrimeó- Después del fracaso de Sarca y aquello... me enviaron aquí, a Demetria. Fue la peor época de los últimos años, si no la peor de mi vida.

Miró a Nana, muy, muy triste, habiéndose quitado las dos lágrimas
Y sabes...? Temo por Nana... tiene un Yoki muchísimo más fuerte que Leticia, pero es aún más niña... Ya le hizo el amago de descontrolársele en su Prueba, y aún ha crecido más su Yoki desde aquella vez...
Rezo para que no le pase nada, para que pueda controlarlo, rezo a los dioses para que aprenda rápido, para que sea fuerte, para que sea la protectora de la humanidad que yo no puedo ser...

Bajó la mirada hacia el laúd de nuevo
No pude hacer nada por Leticia, pero por Nana aún puedo hacer mucho...

Aunque el recuerdo dolía, compartirlo aliviaba, y tener la oportunidad de 'enmendarlo' en Nana de algún modo era una oportunidad que no dejaria pasar...

"Cielo santo, esta chica habla por las dos..."

No la interrumpió en ningún momento, no le molestaba que charlase, le agradaba más escuchar que tener que hablar, era sólo que la cantidad de palabras que era capaz de pronunciar la otra Claymore en tan poco tiempo la... asombraba.

Durante la charla sus ojos permanecían fijos en la entrada pero escuchaba a la número 30 con atención. Cada cosa que rememoraba parecía inspirarle algo diferente... pudo sentir en la voz de Andrea cariño, tristeza, miedo, añoranza, frustración... que afortunada era.
Galena se mordió el labio inferior durante unos instantes.

Cuando el relato terminó guardó silencio, pasados los segundos, cerró los ojos y soltó un suspiro.

—Es un recuerdo triste—calificó con aquel tono monocorde—pero un recuerdo al fin y al cabo, no te desprendas de él.

A priori aquello sonaba extraño, como si no viniese a cuento. Los ojos plateados de la Claymore volvieron a abrirse mirando a Andrea de reojo.

—¿Tienes miedo por Nana?—murmuró cambiando de tema. Su voz, al carecer de matiz alguno, sonaba algo tétrica con el suave eco de la cueva—¿A caso te has parado a pensar en por quién te estás preocupando?. Es la número 5 por algo.

Permaneció un rato así, observándola de soslayo y sometiéndola a unintenso escrutinio. Después volvió a dirigir su atención a la puerta.

Cita :

—Sí, deberías empezar por confiar en ella, es tu capitana.

No dijo nada más, simplemente siguió mirando la nieve y el viento que se arremolinaban en el exterior.

"O podrías preguntarle, debe de estar escuchándote...".

No pensaba dormise, o al menos, no aún...

Sin embargo, Nana había caído dormida hace largo rato, posiblemente contra su voluntad, pero hacía ya demasiados dias que no dormía, apenas se oye su respiración con el silbido del viento de fondo.

Fueron pasando las horas y a medida que se aproximaba el amanecer el viento iba tomando su velocidad normal hasta quedar en una suave y gélida brisa que arrastraba ya muy escasos copos, el sol no ha salido aun, pero la claridad comienza a anunciar su inminente aparición, claridad que no revela sino un escaso y tetrico paisaje dominado por la bruma, los pocos arboles que hay cerca de la caberna son dificiles de apreciar en su totalidad.

Mis ojos se abren de repente junto con una pequeña combulsión, diablos, me he quedado dormida. Miro a mis compañeras, ambas estan despiertas.

-Vaya... me dormí...

Me siento extraña, como si me hubiese tenido al peor de mis pesadillas y mi cuerpo aun sintiese el miedo, me levanto, desclavo el claymore y con algun esparabán que otro lo enfundo.

-Parece que hay niebla ... bueno, mejor que ir totalmente a oscuras... pongamonos en mar...

Un escalofrío recorre mi cuerpo y mi mirada se dirije de golpe hacia el tétrico bosque, este olor, esta sensación... aqui estan.

-Yoma...

Digo con el ceño fruncido y la mirada fija en el bosque, camino hasta la entrada de la cueva y desde esa posición diviso una silueta, fuente de yoki, pero que demonios...eso es ¿un yoma?

El brillo de sus ojos se aprecia a traves de la bruma y sus movimientos son cautelosos, como los de un lobo acechando a su presa, no era un yoma común, jamas había visto nada parecido... Finalmente pasa de estar agazapao a erguirse a unos 20 metros pudiendole ver claramente... algo no va bien...

Ni siquiera yo me di cuenta, pero un tintineo casi imperceptible salió de mi cintura, fruto del tembleque, miro de reojo a Galena y a Andrea, esperando que alguna de ellas me confirmara que aquello era un yoma, o un devorador, o un kakuseisha, o lo que sea....