Es hora de que construllamos una granja para abastecernos.
Construllo la granja. No si al final tenía que hacerlo.
-Hemos obtenido esto de lo que hemos hecho:
GRANJA
+1 Alimento
Con aquellos primeros movimientos aquel Dragón puso en marcha el juego de estrategia y engaño que esperaba poder ganar para así vencer a sus otros tres dragones con los que estaba compitiendo con aquel territorio. Ciertamente los recursos eran bastante escasos, pero quizás pudiera hacer algo o bien ahora o bien en breves antes de su siesta inevitable.
-Hemos atraido a una "Granjera" por la "Granja":
Con aquellos primeros movimientos aquel Dragón puso en marcha el juego de estrategia y engaño que esperaba poder ganar para así vencer a sus otros tres dragones con los que estaba compitiendo con aquel territorio. Ciertamente los recursos eran bastante escasos, pero quizás pudiera hacer algo o bien ahora o bien en breves antes de su siesta inevitable.
-Hemos atraido a un "Profesor"
-2 Alimento
Mercenario | 3 | Productora | Común (2) | 3 Alimento | Activa 1 Construcción de Producción de tu Territorio. | Joyería |
Grúa | 3 | Apoyo | Especial (1) | 1 Roca | Descarta para construir algo por 3 materiales menos. |
Con aquellos primeros movimientos aquel Dragón puso en marcha el juego de estrategia y engaño que esperaba poder ganar para así vencer a sus otros tres dragones con los que estaba compitiendo con aquel territorio. Ciertamente los recursos eran bastante escasos, pero quizás pudiera hacer algo o bien ahora o bien en breves antes de su siesta inevitable.
-Hemos obtenido esto de lo que hemos hecho:
CARNAVAL
Carnaval | Productora | Especial (1) | 2 Madera / 1 Roca | Descarta 2 Decretos y toma 2 Decretos al azar |
Descarto mis dos decretos para obtener dos decretos.
Profesor | Productora | Común (2) | 2 Alimento | Saca 2 Decretos, quedate con uno y dale el otro a otro Dragón. | Escuela |
Historiador | Apoyo | Especial (1) | 2 Alimento | Toma un Decreto cuando se juega una Construcción o un Subordinado. | Torreón |
Con aquellos primeros movimientos aquel Dragón puso en marcha el juego de estrategia y engaño que esperaba poder ganar para así vencer a sus otros tres dragones con los que estaba compitiendo con aquel territorio. Ciertamente los recursos eran bastante escasos, pero quizás pudiera hacer algo o bien ahora o bien en breves antes de su siesta inevitable.
-Hemos atraido a un "Historiador" por el "Torreon":
Con aquellos primeros movimientos aquel Dragón puso en marcha el juego de estrategia y engaño que esperaba poder ganar para así vencer a sus otros tres dragones con los que estaba compitiendo con aquel territorio. Ciertamente los recursos eran bastante escasos, pero quizás pudiera hacer algo o bien ahora o bien en breves antes de su siesta inevitable.
En algún rincón recóndito del corazón de Beariz, donde los árboles ya no dejan pasar la luz y el aire sabe a ceniza antigua, Kurai, el dragón negro, descendiente de la oscuridad y señor de la noche, se recuesta para su última siesta de Otoño.
Durante semanas, sus alas como tormentas extendidas habían cubierto la Frontera Verde, su sombra oscureciendo aldeas y cumbres por igual. Desde lo alto de riscos olvidados, sus ojos de fuego observaron la expansión de su dominio. Uno a uno, sus esbirros construyeron pilares de basalto, pozos encantados, torres huecas de eco eterno y puentes de raíces muertas que conectan lugares que no deberían ser conectados. Un trabajo minucioso, invisible para los ingenuos, pero que ya enlaza toda Beariz en una red de obediencia invisible.
Ahora, al caer la última hoja rojiza del año, cuando incluso los ciervos se atreven a salir solo al alba, Kurai se acomoda en su guarida recién completada. Una caverna viva, que respira y late, tallada en las entrañas de la montaña más vieja de la Frontera Verde. Allí, entre vapores cálidos y piedras negras que brillan como estrellas apagadas, Kurai se enrosca sobre sí mismo.
Sus alas lo cubren como un velo funerario. Su respiración es honda, pesada, antigua. Cada exhalación suya es una advertencia que se filtra en los sueños de los animales, en los susurros de los árboles, en las grietas de las aldeas.
Él no habla. No necesita proclamar nada. Su sueño es su decreto. Su descanso, su conquista. Y Beariz… Beariz siente el peso del silencio. No hay cantos esta noche. Ni festivales. Solo el rumor del río, más lento. Y el crujido lejano de los árboles inclinándose. Porque Kurai duerme. Y cuando despierte, la Frontera Verde ya no será una tierra de transición. Será el corazón de su imperio.