Envuelto en un abrigo de escamas negras y con la marca de nuestra supremacía territorial en el pecho, otro siervo descendió los caminos montañosos hacia la sala del Consejo. Esta vez, no iba como emisario de industria, sino como portador de una verdad indiscutible: el territorio bajo nuestras garras es extenso, y nuestras construcciones lo dominan sin disputa.
-Reclama para Fiera la recompensa de “Garra de Hierro” -le ordené, mientras ajustaba su capa- Diles que cada piedra colocada en nuestro dominio lleva su rugido impreso. Diles que pronto, hasta sus tronos retumbarán con nuestro ascenso.
Los dragones sabrán que no somos simples recolectores. Somos conquistadores. Y la recompensa no es un favor… es un reconocimiento tardío.
Con aquellos primeros movimientos aquel Dragón puso en marcha el juego de estrategia y engaño que esperaba poder ganar para así vencer a sus otros tres dragones con los que estaba compitiendo con aquel territorio. Ciertamente los recursos eran bastante escasos, pero quizás pudiera hacer algo o bien ahora o bien en breves antes de su siesta inevitable.
+23 (Decretos Territorio) +2 (Refugiado) +3(Granjera) +4 (Líder de la Industria) +4 (Garra de Hierro)