Partida Rol por web

Apretaba la mano de mi madre cada vez que esta lo hacia, escuche como Veronika comentaba acerca de la muerte de nuestra tía y asentía ante las palabras de mi hermana.

Hasta que estallo, estallo como lo hacia cuando algo le molestaba en demasía, pero esta vez si tenia razón de hacerlo.
Solté la mano de mi madre despacio y también comencé a caminar hacia la cama de Veronika para subirme, esa noche ninguno de los dos querría dormir solo.

-"Veronika tiene razón madre, no sabíamos a que veníamos o que debíamos de hacer, solo hicimos lo que se esperaba de un digno Basarab...jamás habíamos pensado que nuestras palabras traerían muerte"- lo cual no era del todo malo, que las palabras pudiesen traer muerte era algo incluso preciado para un noble, pero no cuando condenaba a su propia familia, mucho menos cuando la familia era lo mas importante... 

- Sólo era una conjetura, en realidad no sé nada sobre esas criaturas - miré de nuevo el cadáver en busca de algún indicio pero no era más eso, un cadáver.- Si no fuera por vuestra reconocida fama, Caballero Zuyla, habría asegurado que los vampyr no son más que leyendas de pueblerinos supersticiosos... Por supuesto, vos dais fe de que son muy reales - no pude evitar fijarme en aquellas cicatrices que tenía en la cabeza, cuando le había hecho aquella pregunta se las había tocado como de manera instintiva.- Disculpad mi atrevimiento pero... ¿Os hizo un vampyr esas cicatrices?

DURIUS:

- Tan sólo percibes el sordo rumor de la sangre.

- Y entonces te das cuenta de que estás hambriento.

- Tirada de Templanza, oculta y secreta.

CABALLERO ZUYA DRAVESCU:

- Las cicatrices te las hicieron los salvajes magyares una vez que te capturaron y casi te arrancaron la cabellera entre otras torturas.

- Revisa la escena de Relatos, especialmente el de Tiberiu Bratovich y los de los miembros de la familia Dravescu.

Se dirigía a sus aposentos, sí. Pero finalmente, y pensando en que la distancia y el tiempo habrían de impedirle encontrar allí lo que esperaba, dado que la mujer debería ya haberse ido hacía un largo tiempo atrás, Iacobus torció el rumbo y marchó cuesta abajo a los barrancones de soldados. Le daba igual lo que sucediera con los soldados Basarab, ¿es que acaso con tanta gente habrían de tener oportunidad alguna? Pero quizás fuese un espectáculo digno de ser visto. En fin. El tiempo y la noche arrastrarían más diversiones, o no, pero dejar pasar las horas simplemente no traería nada.

Zuyla había dejado ya el cuerpo de Giorgina sobre uno de los bancos de la capilla, y mantenía una inusitada conversación sobre vampyrs con el maestro Maserrak, cunando de pronto, sin previo aviso, su tez se tornó pálida, adoptó sin quererlo una mueca de dolor, y sus músculos le fallaron al unísono, de tal modo que, de no haber sido por una rápida reacción, hubiera caído de bruces al suelo.

En su lugar, logró apoyar una mano rápidamente sobre el respaldo de un banco, lo que le permitió escurrirse hacia el suelo con cierta dignidad, quedando postrado de rodillas, obviamente a punto de vomitar...

IAKOV:

- Llegas a tiempo de ver como Valru y Flaviu son los primeros en entrar.

- Zort se queda fuera con el vano pretexto de vigilar, una falsa excusa que no lograr cubrir su manifiesta cobardía.

- El Capitán y el Sargento parecen paralizados como pasmarotes, sin decidirse a entrar ni a actuar.

- De dentro te llega el sonido de una tabla al partirse, y luego unos gruñidos animales. Te parece que Valru ha cometido una torpeza y ha perdido el control.

- Tu escudero, en cambio, es mucho más sigiloso y efectivo, logrando cumplir su objetivo de capturar a un guardia. Pero estando los guardias del Castillo dormidos y más lejos, tu escudero podría vérselas en solitario contra otros cuatro guardias sin apoyo de ninguna clase...

Niego, llevándome las manos al rostro-ese era un asunto en el que pensé que no debía entrometerme. Un asunto de la familia de vuestro padre. ¡Eran ellos los que debían enseñaros! Yo sólo soy una mujer, y simplemente procuro manteneros vivos... ¡No es tan fácil!-respiro hondo. Hundo los dedos en mis cabellos, conteniendo el desconsuelo-Descansad, ya es muy tarde-y antes de que pudieran rechistar, huyo de la habitación, apresurándome hacia la puerta. ¿Cómo explicarle a mis hijos que había fallado en algo semejante? Giorgina había pagado por mi error, y ahora era culpable de su muerte por no haberles enseñado.

Veronika no dijo nada cuando su madre se marchó, pero tampoco miró a su hermano. Solo jugaba con los pliegues de la falda de su muñeca de madera. Esa era su forma de dejarlos allí, solos, de nuevo. Ni siquiera sabían si podían quedarse juntos en las alcobas. Suspiró mientras sorbía un poco la nariz.

¿Pero qué mierda...?

Iacobus no tarda en sacar la espada. No tiene urgencia, en realidad, pero al ver al Capitán y al Sargento detenidos en su sitio como si estuvieran petrificados, la pregunta sobre qué está sucediendo acude a su mente y a su rostro con premura. ¿Acaso les falta un soplido para orinarse en sus pantalones y cotas de malla? Joder, ni las máscaras ya son lo que eran.

- ¿Qué hacéis allí quietos, vosotros dos? - grita, algo que no se sabe muy bien si es un reproche o una pregunta irónica que esconde una carcajada. Espada en mano, dispuesto a todo, el caballero de los Cárpatos entra en acción a los barracones.

DURIUS:

- Generalmente en las tiradas de Virtud nunca se puede gastar un FV, salvo ocasiones muy contadas.

- El ansia de sangre te posee. Debes elegir una víctima en este mismo momento.

- El Caballero de los Cárpatos entra a la carrera y desenvainando su espada en el Barracón de Guardias del Castillo.

- En la puerta deja a los débiles y cobardes: Zort, el Capitán, y el Sargento.

- El Caballero de los Cárpatos entra en el Barracón y ve que su escudero está reduciendo con efectividad al segundo guardia de la Casa Basarab, obligándole a rendirse.

- Más cerca de la puerta, Valru ataca ruidosamente al primer guardia, que apenas tiene tiempo de defenderse y forcejear. Valru le agarra del cuello y le muerde, mientras el guardia se retuerce y lucha cada vez más débilmente, hasta caer inerte como una marioneta rota.

- Pese a la oscuridad reinante, tanto Iacobus como Flaviu ven ésto perfectamente.

- Los demás guardias se despiertan sobresaltados.

- Los más cercanos son los otros cuatro pertenecientes a la Casa Basarab, que se arman rápidamente con dagas o cuchillos.

- Iacobus y Flaviu ven los ojos amarillos de Valru, que brillan en la oscuridad como los de una bestia. Además, el normalmente pacífico Mayordomo de Durius sisea y gruñe como un animal salvaje.

VALRU:

- Tirada oculta y secreta de Valor.

Apenas mi madre se fue solo mire con un poco de lastima y enojo a la misma.

Suspire y mordí un poco mi labio inferior antes de sentarme sobre la cama de Veronika y tomar su mano al escuchar el sonido que su nariz hacia.

-"Si quieres llorar puedes hacerlo, solo estoy yo aquí y nadie sabrá que has llorado...además eres una mujer,  esta bien llorar de vez en cuando..."- 

La niña miró con gesto enfadado a su hermano tras que este le dijese que podría llorar...pero !!¿por quien la tomaba!!? No quiero llorar...no... tu también has tenido la culpa!! estaba tan enfadada que le echaría la culpa a todo lo que pudiese y más. 

Retiró su mano de la de él y miró hacía el lado contrario. 

Me enfadé también yo al escuchar la respuesta de mi hermana:

-"Así que también es mi culpa? Entonces nunca mas te defenderé, si eso es lo quieres"-

Tras decir esto me baje de la cama y comencé a caminar hacia mi cuarto, haciéndolo lentamente y casi pateando el suelo del disgusto...