Partida Rol por web

VIDA EN EL CASTILLO:

- Desde que en invierno del Año pasado el Duque anunciara las dobles bodas para abril de este año, la nobleza del castillo se ha ido relacionando poco a poco, por medio de reuniones sociales, rezos en la capilla del castillo, comidas y cenas en el Salón Principal, asistencia a clases de lectura de los niños del castillo en la Sala de Estudio con el Maestro Maserrak, y otras actividades.

- De este modo han tenido ocasión de irse conociendo algo más.

- Con el tiempo, casi toda la vida social principal del Castillo se vuelve aún más nocturna, aunque ya lo era. El Secretario y el Chambelán sólo aparecen de noche en el Salón Principal. Dicen que el Chambelán ya no vive en su torre en el Ala Oeste, sino en la habitación del difunto Mayordomo Valru de Bistritz.

- El Chambelán ha estado dando órdenes frenéticamente para organizar los esponsales, sobretodo en los últimos meses desde la partida del Duque. De día han sido los Dravescu, especialmente Zort, quienes se han ocupado de liderar a los sirvientes y de todos los detalles de que había que ocuparse.

- Las Damas Szantovich han tenido ocasión de hablar con sus respectivos pretendientes, siempre acompañadas de discretos sirvientes o guardias, tal y como dictan las normas de la decencia y de la cortesía.

- Ha habido una frágil paz en el castillo, en la que no ha habido violencia por parte de nadie. Sin embargo, los pocos encuentros casuales entre el Primer Caballero de la Corte y el Segundo Caballero de la Corte han sido bastante tensos. 

Madre nos llevo a nuestro cuarto y nos miro, se mostro cariñosa también mientras nos hablaba, pero se podía sentir su voz un poco temblorosa, todos la estábamos pasando mal en ese lugar, incluso Veronika no era la misma y yo intentaba ser fuerte como mi padre ya que era el único hombre Basarab en esas tierras, aunque seguía siendo un niño y madre dijo algo de jugar:

-"Enséñanos ese juego, hace mucho que nos jugamos y si lo hacemos de seguro sonreirás, no es así?"- dije mirando a los ojos y acariciando su rostro con el dorso de mi dedo índice... 

Zort rumiaba varias ideas en su cabeza. La misteriosa ausencia de Otto durante el día le preocupaba. No solo porque era él mismo quien debía ocuparse de las tareas de los sirvientes en su lugar, si no que temía lo que aquella nocturnidad podría significar. Necesitaban información. Pero ahora tenían otra tarea.

- Eso mismo me proponía para hoy hijo. Creo que sería oportuno que fueramos nosotros quienes nos encargáramos. Los Basarab aún son poderosos. Mas con el apoyo de la Iglesia. Vamos hacia allí!

Bien dicho padre exclamó Zuyla contento ante la energía demostrada por el anciano Zort Dravescu. No obstante supongo que deberemos avisar antes a alguien. ¿Tal vez al Chambelán?

Sonrió levemente ante las palabras de Schaar hacia su hijo, su amado Tiberiu. 

- Gracias... - le susurró al joven caballero - acostaré a Tiberiu antes, ahora hablamos.

Miró a su hijo con gesto serio, pasó una mano por su rostro y le dejó un beso en la mejilla.

- Deberías descansar, vamos, cariño, aún es de noche y deberías prepararte para mañana. - suspiré - Mañana podrás jugar con los pequeños Basarab y aprender algo más para ser un gran caballero.

No le apetecía irse a dormir. Todavía no tenía sueño, pero su madre le había regañado por la despedida del Duque y la verdad era que él no entendía por qué. Al Duque parecía haberle gustado mucho y se suponía que Dubieta debería sentirse orgullosa por ello, al fin y al cabo a él era al único al que le había sonreído. Aun así…

- Vale- asintió resignado a la petición de su madre.- Pero yo solo- pidió. Así al menos podía alargar un poco más el tiempo en el que permanecería despierto si se demoraba adrede en los preparativos para irse a la cama.- Mamá, ¿por qué tienes que casarte con ese viejo tan raro?

Miró a su pequeño con tristeza, realmente ese tema no le agradaba nada en absoluto y aún mantenía una leve esperanza en su corazón, esperanza de que ocurriese algo que impidiese el enlace o que lo hiciese durar poco tiempo.

- Mi pequeño... yo me voy a casar porque el Duque lo eligió así... aunque el Senescal sea un hombre mayor, es muy buen hombre y sabrá cuidar de nosotros - Se puso de puntillas y miró a su hijo fijamente - a veces se hacen locuras por proteger a las personas que queremos, pero estoy segura que será un buen hombre para nosotros y nos cuidará.

Se mantuvo con la voz dulce con la que hablaba a su hijo cuando estaban a solas o con gente de confianza. Solo pretendía proteger a su hijo, solo le importaba su bienestar y futuro, aunque ella tuviese que ser infeliz.

La niña que había optado por no decir palabra alguna casi bajo ninguna circunstancia miró a su madre con gesto ligeramente ausente. Muchos cambios habían tenido lugar, tantos como días habían pasado, aunque nunca se le olvidaría aquella noche maldita; ni las muertes, ni la sangre desparramada. 

Miró a su hermano cuando este le hablo a su madre; ella solo pudo desviar la mirada. 

El hecho de no poder rezar más que en la solitaria capilla y el estar encerrados entre aquellos muros, porno contar las reuniones nocturnas, habían hecho de la niña un fantasma de ojos claros. Ya no jugaba apenas con los demás niños, solo se encargaba de cumplir lo que tuviese que hacer ahora que era doncella de la señora Dubieta Szantovich y ser cortes con el resto de la gente.

Tiberiu se encogió de hombros, tampoco es que le importara demasiado. El Senescal no era alguien que le desagradase, aunque lo cierto era que prácticamente no había tenido trato directo con él. Además el niño tampoco creía que las cosas fueran a cambiar mucho porque su madre se casase. Iba a ser un sí como el sí que él había dado hacía un año al prestar juramento, nada más. Su madre Dubieta seguiría siendo Dubieta y su tío Schaar seguiría siendo Schaar. Un matrimonio no cambiaría eso… ¿O sí?

- Yo puedo cuidarme solo. ¡Ya tengo seis años!- le dijo a su madre con un deje de orgullo en su voz.- Y Schaar te puede cuidar a ti. Seguro que Schaar puede ganar al Senescal. Ni siquiera es un caballero.

Pasó la mano por el cabello de su hijo, llegando a dejar una suave caricia por su mejilla y a elevar su rostro con un simple toque con la mano.

- Cariño, Schaar siempre nos cuidará - rió ante el arrebato de orgullo de su hijo, realmente se parecía en algo a su madre - cuando aprendas a combatir y a montar a caballo tendrás mi apoyo y aceptaré que puedes cuidarte solo ¿de acuerdo? - dejó un tierno beso en la frente del pequeño - quiero que seas el mejor caballero que se haya conocido en estas tierras, espero que no quieras defraudarme. - se puso seria por un momento y volvió a sonreir - Estoy segura que tanto Schaar como tu maestro te enseñarán decentemente todo lo que debes aprender. Además, si todo va bien, el senescal puede conseguirte una buena armadura y podrás tener tus propias tierras en un futuro, donde podrás llevar tu apellido adelante - pellizcó con suavidad la mejilla del muchacho, de modo juguetón - y sacar ese orgullo Szantovich que llevas dentro.

Su hijo era lo que más le importaba, esperaba que comprendiera de algún modo la situación y que, cuando fuese más mayor, apreciase el sacrificio que había hecho su madre para que él pudiese ser algún día un gran noble y señor de muchas tierras.

Puedes escuchar como alguien llama a tu puerta, y añade:

-Señor, me envía el Chambelán Otto, dice que debéis acudir al Salón Principal. El noble Kars Kadar ha llegado al castillo, y os espera allí. También me dijo que os dijera que está presente vuestro sobrino. 

El Senescal se levanta con premura de su asiento:

¿Kars Kadar y mi sobrino, aqui?- pregunta, extrañado con la visita. No tenían constancia que fueran a venir en estas fechas- avisad a Durius de la visita- le dice al lacayo, aunque daba por hecho que el chambelán ya le hubiera avisado. Con la orden dada se dirige directamente al salón principal a recibir a los inesperados invitados y saber que hacían allí.

Schaar se sonrió ante la ingenuidad del pequeño, y asintió ante las palabras de éste y, posteriormente, de su madre - Por supuesto que, con tu ayuda y la de tu madre, podremos con cualquiera - quiso soñar el joven ante el incierto futuro que se avecinaba - ya tienes seis años y ya vamos tarde - comenzó a decir - ahora tienes que portarte bien en público, hacer todo lo que el maestro Marerak te ordene y te prometo que intentaré convencer a tu madre para comenzar clases de esgrima en tu tiempo libre, ¿te parece? - quizás el pequeño debería empezar a aprender valores algo más allá de cultivar su intelecto. El ejercico físico le vendría muy bien para enfrentarse a lo que le deparara el futuro.

Sonrió ampliamente a sus pequeños. Los abrazó a cada uno y les besó la frente.

-Vikos, cariño, estoy muy orgullosa de ti, cada día que pasa te pareces más a tu padre. Verónika, amor, sé que no te apetece hablar, pero tu tristeza me mata. Suspiró y cerró los ojos por un instante. Hijos míos sois el futuro de la familia Basarab, el futuro de Transilvania. Bajó su voz a un nivel apenas audible.

-Algún día el clan Basarab se levantara contra el Duque y volverá a conquistar estos loores. Entonces vosotros seréis los dueños y señores de todo esto. Pero hasta que esto vaya a ocurrir tenemos que ser fuertes, los Basarab no nos dejamos doblegar con facilidad.

El juego que os voy a enseñar es el juego de la apariencia y del engaño. Hay que estar sonrientes delante del mundo, hay que actuar y seguir el guión marcado por el Duque, pero aquí, en este cuarto, aquí somos libres. Piensan encerrarnos, pero no saben que eso no es posible. No podemos ser prisioneros en nuestra propia casa.

Queridos míos, ¿que vais a responder cuando alguien os pregunta como estáis?, vais a decir que estáis bien y felices de servir al Duque, felices de que os ha traído a este lugar maravilloso y de que ha puesto a vuestro alcance grandes maestros como Maserrak, pero hijitos míos, eso no es verdad.

Vais a disfrutar engañando a los que quieren extinguirnos, porque sabéis que un día todo lo que nos han hecho les va a ser devuelto con creces. Ahora sonreíd pequeños y decidme si me habéis entendido.

Volvió a besar la frente de sus hijos y apretó con fuerza sus pequeñas manos. Eran pequeños, sí, pero eran muy inteligentes.

No quedaban días, quedaban horas. ¡Horas! Radovina deslizó la mirada por su habitación con evidente desazón.

¿quería contraer nupcias?

No, no quería, pero su destino estaba sellado y era su deber cumplir.

-¿Y mi agua?-se indignó a media voz esperando su jarra de agua.

HABITACION DE RADOVINA SZANTOVICH:

Mariana está terminando de preparar el vestido de novia, que luce espléndido en el soporte sobre el que reposa.

- "Mi señora, Elena ha ido en busca de vuestra agua. Seguramente no tardará." -

HABITACION DE DUBIETA Y TIBERIU:

- El traje de novia luce esplendoroso en el soporte de madera sobre el que descansa, listo para mañana.

Deslizó la mirada hacia el ama de llaves y cerró los ojos con resignación, cruzando las manos sobre el regazo.

-Me apetece pasear-anunció incorporándose. No pedía permiso, solo exponía un hecho-que traiga un calienta camas y se encargue de que ésta esté tibia para cuando llegue la hora de reposar.

Se cogió la falda levantándola apenas un par de centímetros sobre la piedra y abrió la puerta. No tomó abrigo alguno que le amparara ante la temperatura de la noche, el cabello dorado caía en cascada con delicadeza por su espalda sin ninguna atadura que lo retuviera o controlara su vaivén.

Escuche con atención a mi madre mientras nos hablaba, miraba sus gestos y notaba que a pesar de estar triste y asustada, estaba segura y sonreía para nosotros.

Cuando dijo que estaba orgullosa de mi y de que cada día me parecía mas a mi padre, mi pecho se hincho de orgullo y también le sonreí, cuando termino de hablarnos le dije:

-"Creo entender lo que nos dices y puedo jugar ese juego, será como cuando mentimos frente al duque e inclinamos la rodilla jurando lealtad, pero yo quiero vengar la muerte de mi tía y devolver estas tierras a nuestra sangre, lo jure para mis adentros esa noche y aunque sea solo un niño, algún día me vengare del caballero de los Cárpatos y también del duque, te lo aseguro"-