Partida Rol por web

Mientras ambas mujeres hablaban, la figura de Vladko se descolgó de un saliente cercano en completo silencio, retirándose la máscara mientras se aproximaba a ellas.

—Poco vamos a sacar en claro de este lugar —suspiró— Slackjaw no está en casa y tardará en volver. Maevis, ¿podrías echar un vistazo a ese veneno en casa para saber por qué falló? Está amaneciendo y pronto darán el cambio de guardia, no nos interesa estar aquí para cuando un montón de tipos vengan a saber qué ha sido de sus compañeros.

Parecía que su investigación de Bottle Street iba a servir de poco, porque a Vladko no le parecía buena idea en absoluto revisar una guarida llena de matones sin saber si encontrarían algo. Su jefe podría haber sido una buena fuente de información, pero estando fuera sólo perderían el tiempo. Era hora de reagruparse y saber si los demás habían tenido algo de suerte. Por no decir que había que informar a Daud de lo sucedido con Homoj.

Las balleneras se ponen al día mientras Vladko se marcha a buscar algo de información. Entrar en la destilería parecía peligroso a la par de interesante. En apenas una hora había ido y vuelto con información que había sacado de un par de matones que había en la entrada trasera de la propia destilería, la cual daba a un canal.

Las ratas parecían haber dejado los huesos y poco más de los tipos con los que habíais acabado hacia un rato. Pero las pruebas seguían allí, sangre cadáveres a medio comer y jirones de ropa...  El cielo comienza a clarear mientras tomáis una decisión.

Irina hace memoria y os lleva a una zona de mantenimiento. Allí según dice es donde el bedel guardaba sus cosas. Por suerte la oficina estaba prácticamente como si ayer mismo hubieran estado trabajando en ella. Salvo por el polvo, la mugre y el sonido de ratas correteando entre esa planta y la de arriba, todo había quedado tal cual. al parecer todo el mundo había huido y con las prisas se habían dejado todo atrás. Desde material de trabajo, mobiliario, hasta enseres personales. Podéis ver como Irina toma una fotografía en blanco y negro que hay colgada en la pared. En ella puede verse a toda la plantilla de trabajadores entre los que se encuentra ella y Josh posando uno al lado del otro. A la mujer se le cae una lagrima y vuelve a dejar la fotografía en su lugar...

Os acompaña hasta la salita donde el bedel guardaba sus herramientas y demás utensilios. Buscáis y no tardáis mucho en haceros con un par de lámparas de aceite. No son de energía trans por lo que funcionan con aceite sin refinar, más barato y fácil de encontrar, aunque ilumina mucho menos. Pero para el caso os viene bien.

Regresáis a las escaleras que dan a la planta baja y ahí Irira se despide de vosotros. - Muchas gracias por lo que habláis hecho por mi. No sois ni mucho menos tan terribles como os pintan. Pero si queréis puedo guardar vuestra mala reputación, supongo que de eso vivís, no?  Hasta pronto...

Finalmente bajáis y os encontráis un pasillo enfrente que va hacía la puerta metálica que separa ambos edificios por el pasaje subterráneo y otro pasillo oscuro que dejáis a vuestra espalda. El silencio del lugar es sepulcral y eso os permite agudizar el oído. Frente a vosotros y a medida que os acercáis suena agua al otro lado de esa puerta. Abrís y el agua comienza a inundar todo el pasillo. El agua entra en fuerza y os trastabilláis os llega por las rodillas y hasta que no pasan unos segundos y tanto el nivel del agua como la corriente no disminuyen, no podéis dar un sólo paso.

Con las luces que apenas iluminan se abre ante vosotros una gran sala llena de estanterías. ¡Este es el Archivo que andabais buscando! Pero lo que no imagináis es lo grande que es. Son decenas de estanterías colocadas en fila y cada una puede medir tranquilamente 20 metros... Os miráis mutuamente. Esto no es lo vuestro....

Sara no quería llevar la contraria a Vladko, ni siquiera acababa de saber aun pese a tanto pensar el motivo de su enfado, más para ella, la venganza era uno de sus motivos de vida. Aun y así seguir y aprender de sus superiores era necesario.

Vladko, toma la decisión por el resto. Sopesa los riesgos y decide que lo mejor y más seguro es regresar a la base. Se está haciendo de día y eso no es bueno para los balleneros que acostumbran a moverse en la oscuridad de la noche.  Llega el alba y con ella el grupo regresa al embarcadero, toma una de las balsas que lleva un pequeño motor unido al timón. Las máscaras os delatan durante el día así que os las quitáis para parecer unos pescadores más que buscan moluscos en la rivera del Wrenhaven.

Pasan las horas y el silencio se apodera de la barca, únicamente el ruido del pequeño motor resuena en vuestras cabezas. Lo acontecido esa noche no era del agrado de ninguno de los tres y haber visto como a un compañero se lo comían las ratas, será una imagen difícil de borrar y que oscurece vuestras almas...

Es casi medio día cuando después de dejar la barca en un lugar escondido, regresáis a pie a través del barrio anegado. El sol a diferencia del día anterior, se deja ver tras unas tímidas nubes que no parece que vayan a descargar nada por hoy. El ambiente es frío y húmedo, estáis cansados pues no habéis pegado ojo en toda la noche. Cuando llegáis a la guarida de los balleneros, vuestro compañeros os miran esperando noticias sobre Homoj. Parece que se ha corrido el rumor de que algo le ha pasado y no han tardado en enterarse.

Oís como susurran mientras especulan. Unos dicen que si os ha traicionado y se ha marchado de Dunwall, otros que se lo han cargado los chicos de Bottle Street, algunos que sospechan que se haya suicidado* al verse atrapado por la guardia. 

A todo esto se os acerca Billie, la lugarteniente de Daud. - ¿Y bien que sabéis de Homoj? - os pregunta al ver la cara que traéis y que Homoj no está entre vosotros. - Maevis cuéntame que sucedió anoche. Por cierto Elian y Matka tampoco han regresado todavía...

Al ver que Billie Lurk se encarga de pedir explicaciones el resto de balleneros se van marchando de la sala, dejándoos a los cuatro para poder hablar con algo más de privacidad. Ella es una experta en el tráfico de información y quiere saber todo lo que le ocurre a los suyos de primera mano.

Sara parecía presurosa de dar su versión, de como había encontrado a Homoj, su propia opinión y de que le felicitara por vengar a un compañero caído, pero antes de hablar miró a sus compañeros...

Maevis quería contar lo que había sucedido, pero estaba agotada y la chiquilla parecía estar ansiosa por hacerlo. A parte Billie le había preguntado a ella, y había detalles que solo conocía la joven por lo que podría hablar luego de la niña y completar la información de esta sin  problemas.

Si Sara mentía o no sobre lo sucedido con los matones que habían matado a Homoj para salvar el pellejo tampoco le importaba mucho a la joven ballenera. Evitarse un castigo no iba a cambiar lo sucedido, y tampoco le deseaba mal a una niña que estaba aprendido y había demostrado ser hábil.

Al parecer el ansia de contar lo ocurrido que tenía hacía que sus compañeros le dejaran hablar a ella. Por ello sin dudarlo más lo hizo.

- Llegamos pronto al lugar, y rápidamente Vladko obtuvo información sobre la ubicación de la envenenadora, suponiendo que Homoj y Maevis habrían acudido primero a ella. Pero al llegar,... Vimos a alguien siendo devorado por las ratas, humo y una Maevis con quemaduras leves. Vladko como si controlara a las ratas las espanto y comprobó que debía ser el cuerpo de Homoj, creo que debió de querer espantar a quienes crearon el fuego y murió por confiado, pero eso no es todo; la envenenadora quería que acabáramos con unos tipos, aunque eso me enteré después. Fuimos a la guarida de Slackjaw donde vimos a cuatro hombres hablando, sin perder tiempo me acerqué ocultando mi presencia y escuché a dos de ellos hablando de un ballenero al que habían matado y robado su estilete, mientras el otro par dudaban de las palabras del hombre por estar algo borracho.

Gesticulo una tenue sonrisa al pensar en un trabajo que si bien a sus compañeros les había desagradado, ella se sentía liberada.

- me juré que vengaría a nuestro hermano caído y desvaneciéndome corrí hacia ese par que parecían ir a dentro del territorio de Slackjaw, antes de perder su pista los maté con la mayor presteza posible para que el alma de Homoj pudiera descansar en paz. Tras eso Vladko me consideró en peligro y atacó a los otros, acabó con el tercero y accidentalmente maté al cuarto al no lograr inmovilizarlo mientras pretendía escapar.

No habían reproches en sus palabras, solo su creencia de haber hecho un buen trabajo.

- tras ello Maevis adquirió el veneno de la anciana que lo hizo, la cual le pidió a cambio que le librara de los tipos a los que sin saber esta parte aniquilé. Tras ello empezaba a salir el sol, y Vladko descubrió que Slackjaw no estaba y propuso volver aquí.

Orgullosa de su primera misión esperó por si alguien quería complementar su versión, la única que ella conocía.

Al ser el más veterano, Vladko tenía intención de dar el informe, pero la joven Sara se le adelantó, vomitando casi sin respirar todo lo que había sucedido. Casi que prefirió que fuera ella quien hablara, porque así daría una explicación sobre por qué había ejecutado a quienes podrían dar sentido a la muerte de Homoj. Haciendo de improvisado público y con un nuevo cigarrillo en los labios, empezó a fruncir el ceño con el despliegue de vocablos que lanzaba la asesina. Desvaneciéndome, presteza, honor. El tyviano alternaba la mirada entre Sara y Billie para intentar adivinar sus pensamientos, pero la mano derecha de Daud seguía siendo tan indescifrable como siempre. A saber de dónde ha sacado el jefe a la muñequita rota.

—Así que en esas estamos, Billie: Homoj ha muerto —dijo, sacando su ballesta de mano por si la quería. Si no, la devolvería a la armería— Y no sabemos cómo un tipo borracho pudo acabar con él. Ambos sabemos que esa historia no se sostiene pero... claro, de quién podríamos sacar la información ahora es comida de rata. Respecto al veneno que usaron para intentar acabar con el chico,  seguro que Gallaham saca algo en claro. Es una chica lista.

- ¡Madre de Dios! - acertó a decir Elian al observar tal cantidad de legajos de papel - ¡Vamos a tardar una eternidad!

Miro a Matka entre la alegría de haber encontrado tan pronto la sala del archivo y la desespereción de quien se sabe superado por la situación.

Finalmente la resignación se apoderó de él - En fin, habrá que empezar por algún lado - masculló mientras se acercaba a una estantería a ojear los primeros montones de papel.

Maevis asintió levemente ante las palabras de Vladko, secundando lo que decía.

- Yo me separé de Homoj cuando descendí al sótano de la bruja Doña Andrajos - relató escuetamente para completar lo dicho por sus compañeros. Un deje de tristeza cruzó sus ojos azules y usualmente fríos mientras hablaba. - Cuando hablaba con la bruja oí una turba escaleras arriba que parecía buscarla, y esta se esfumó, diciéndome antes que si quería información tendría que ocuparme de sus pretendientes. La turba incendió las escaleras, por eso estoy un poco chamuscada. - completó alzando su brazo para mostrar las leves quemaduras que marcaban su piel blanca y tersa. Torció un poco el gesto. Con los unguentos apropiados no quedarían marcas, pero no le hacía ninguna gracia. - Cuando logré salir Homoj ya estaba muerto y me encontré con Sara y Vladko. Después todo aconteció como relatan. - Sacó la botellita de veneno y se la enseñó a Billie. - Espero obtener alguna respuesta analizando esto, al menos... -

En la vida le había gustado leer, y no iba a empezar ahora. Matka suspiró ante tanto papel y legajo, y pasó su mano por uno de los montones.

-Joder... ¡Qué puta mierda! ¡Ésto nos va a llevar siglos! 

Sabía positivamente que protestar no iba a servirles de nada. Tras farfullar algunos tacos más por lo bajo, cogió algunos de los legajos y se puso a leer por encima su contenido, buscando el mapa que necesitaban.

-Tú empieza por un lado y yo por otro -comentó a Elian.

Música para Oirasime ;)

Billie calló durante cada una de las tres intervenciones. Era una mujer que no sólo sabía escuchar si no que se tomaba la molestia de analizar tanto el contenido como la forma en la que su interlocutor se expresaba. El ritmo y el tono de voz, los gestos, nada se le pasaba por alto a esta ballenera del más alto rango.

- Así que Homoj ha muerto a manos de un estúpido borracho. - comienza dirigiéndo su mirada a Maevis. No hacía falta decir más. La joven de ojos claros sabía que esa mirada dejaba clara su decepción. Los ballaneros debían luchar hombro con hombro, como hermanos, pues no tenían a nadie más en quien confiar. No hacía falta decir tampoco que por razones como esa debían trabajar siempre en equipo y está era una dura lección para aprender tal cosa... - Maevis, espero que haya merecido la pena. - dice refiriéndose al frasco obtenido.

Billie parecía dolida por la muerte de uno de los suyos y más aún sin una buena razón para ello. Una muerte sin testigos, sin razón aparente, algo que quedaría siempre en la memoria de todos como una incógnita... 

- Los muertos no necesitan ser vengados Sara. Todo lo que puedas hacer por alguien hazlo mientras esté con vida. El resto son sólo acciones para alimentar la vanidad y el orgullo propios. - dijo en tono paternalista a su joven aprendiz. Era una chica que todavía tenía mucho que aprender tanto de la vida como del oficio y no iba a juzgarla demasiado duro por ello. - Procura no actuar por tu cuenta o acabarás como Homoj. - sentenció finalmente.

- Vladko... - le nombró someramente. Ambos sabían que no se necesitaban palabras para darse las gracias. Sólo un leve gesto con la cabeza lo dejaba todo claro. El haber dado soporte a Sara cuando se había enfrentado sola contra 4 enemigos... el haber retirado la vorágine ratas del cuerpo sin vida de un compañero... No, no necesitaba palabras para ello. 

- Informaré a Daud. Él también se ha marchado a cerrar un nuevo encargo. Descansad y preparaos para lo que está por llegar. - os comenta ya marchándose, aunque antes de irse, se da la vuelta y termina diciendo. - Sara estarás al cargo de Vladko en su misión. Por cierto, encárgate tú misma de reparar esa ballesta, así practicarás.

Dicho esto Billie se marcha y os deja a los tres solos, para que habéis sobre lo sucedido y vuestra nueva incorporación al grupo. Si a la lugarteniente le parecía una genial idea hacer que finalmente los 3 formarais parte de un mismo equipo, tendría sus buenas razones para ello. Y si no las tenía tampoco se las podíais discutir...

Ese montón de legajos parecía no tener fin. Se trataba de cilas y columnas llenas de documentos que comenzáis a revisar con diligencia pero que al cabo de unas horas lo hacéis cada vez con menos cuidado. ¿Quizá se os haya pasado por alto? No, ese montón de ahí no ibais a volver a revisarlo. 

No sabéis cuantas horas podéis llevar bajo tierra a la luz de las lámparas de aceite, pero está claro que no habéis comido nada desde el frugal desayuno que hicisteis al salir por la mañana del piso franco. Algo os dice que aquí no vais a encontrar una mierda cuando de repente hacéis un hallazgo. 

Entre un montón de documentos inservibles encontráis una carpeta con el nombre de los Roseburrow. Por desgracia al cogerla Matka se da cuenta de que pesa mucho más de lo que debería, está empapada. Miráis la estantería en la que se encuentra y resulta que el agua que se evacuó de la sala había estado en un nivel de por lo menos dos palmos más de lo que estaba ahora mismo. Todos los documentos que estuvieran a la altura de vuestras rodillas llevaban semanas o meses sumergidos.   

Al abrir la carpeta vuestros peores augurios se hacen realidad. En el interior no hay más que papel hinchado y con la tinta corrida. Intentáis separar las paginas pero se arrancan unas con otras. Es un total y absoluto desastre. No hay nada que podáis salvar...

Con el ánimo por los suelos abandonáis el archivo y regresáis al exterior por el camino que os había indicado Irina para entrar, pero ala inversa. Cuando salís al exterior os sorprende ver que ya es de noche. Todo el trabajo, el esfuerzo y los riesgos asumidos para nada.

Una sombra de frustración y decepción se os dibuja en el rostro mientras regresáis al piso franco, bien entrada la noche. Descansáis como podéis, enfadados con vosotros mismos por haber estado perdiendo el tiempo durante dos días. sin saber que ha sido de vuestros compañeros, sin saber si les ha ido bien o han corrido peligros al igual que vosotros.

Amanece un nuevo día en el que estáis seguros que no puede ser peor que el anterior ¿o quizá si?... 

Maevis bajó la mirada ante las palabras de Billie ... Homoj se había quedado fuera jústamente porque pensaron que sería la mejor manera de cubrirse las espaldas entre ellos. Cerró los ojos un momento para procesar las emociones de culpa y humillación que sentía y luego asintió con la cabeza.

- En seguida me pongo a ello - dijo la joven tomando el frasquito de veneno decidida a sacar todos los secretos posibles del mismo.

El tyviano no era alguien que se alegrara de los fallos ajenos, pero internamente festejó que Billie aprobara la reprimenda que él ya había dado anteriormente a la joven Sara. Con un leve asentimiento entre camaradas veteranos, el asesino comprendió lo que la mano derecha de Daud quería decirle. No era necesario más. Como tampoco necesitaban más sus nuevas compañeras. Billie había sido tajante respecto a su actuación, y ahora que le había dado oficialmente una posición de mando sobre Cimitar, se aseguraría de que no había más asesinatos porque sí.

—Déjame echarte un cable —dijo Vladko cuando Maevis se dirigió a examinar el veneno— Me interesa aprender de estas cosas.

Sara tenía mucho en qué pensar y ahora necesitaba tiempo para arreglar la ballesta de Homoj, así que se despidió de la muchacha con un leve ademán.