Partida Rol por web

Pau cogió una de las velas que todavía iluminaban la estancia en cuanto el criado desapareció, tenía que ganar tiempo.

- Dalmau vigile, faça'm un avís quan torne el criat un soroll d'algún tipus, no ens han dit res de les altres habitacions però... si pregunta i cal, diga-li que he anat als aposents un moment.

Se dirigió con presteza hacia una de las puertas más cercanas y entró cerrando tras de sí.

-Això crec -comentó Teolfo, al oír que Llanos preguntaba acerca de si había habido alguien en su casa o en los alrededores de esta-. Algú es va acostar a la casa, i no és Don Ramiro.

El guardia escuchó que la extraña mujer de los bosques preguntaba acerca del papel que podía tener el conde ante las desapariciones que se estaban produciendo. Teolfo solo podía teorizar, pero expuso lo que pensaba:

-No són desaparicions, són detencions. Els homes de l'comte detenen vilatans i aquests desapareixen sense deixar rastre. Hi ha hagut més dones detingudes últimament, però jo no he sentit sobre execucions o que les hagin alliberat. I si el comte ofereix a aquestes persones al que habita al bosc?

Pau logró deshacerse momentáneamente del sirviente con un hábil ardid, resultando la faena menos complicada de lo que hubiera pensado en un principio debido a que seguramente el Conde le habría dicho que no se apartara de nuestro lado. Con presteza, el eclesiástico se dispuso a buscar en alguna otra de las habitacions "prohibidas", mientras que él asintió en respuesta — Axí ho faré, romaneu tranquil - mientras se apostaba cerca de la puerta para comprobar si volvía el sirviente.

Aprovechando la ausencia del siervo, Pau comenzó a avanzar hacia aquellas oscuras habitaciones. Todo estaba en penumbra salvo por la luz de la vela que llevaba el muchacho, cuya llama danzante creaba sin parar alargadas sombras en las paredes de piedra.

La puerta más alejada parecía un conducto a un nivel interior, y a través de ella se filtraba un olor húmedo y un tanto nauseabundo. Por mucho que Pau quisiera entrar en ella, estaba cerrada a cal y canto. No obstante, con la siguiente puerta tuvo más suerte. Parecía un pequeño estudio, o eso parecía distinguirse entre las tinieblas. Todo estaba lleno de libros, papeles y apuntes desparramados por la mesa.

Pau tendría que ser rápido.

- Ahora mismo no importa si un hombre del conde nos estaba espiando o hay una criatura extraña rondando por los bosques, lo que realmente  importa es que no creo que sea seguro quedarse aquí. No nos servirá de nada separarnos y si nuestra única pista son esas huellas propongo que las sigamos.

Ahora mismo no podía volver a casa y no podía quedarme con Llanos indefinidamente, así que debía encontrar una solución si no quería quedarme sola y con mis actuales posesiones como únicas pertenencias. 

El soldado, la bruja y la curandera comenzaron a adentrarse en el bosque, siguiendo el rastro que habían visto cerca de la casa de Llanos. Eran huellas apenas distinguibles entre el barro, la maleza y las ramas del suelo, pero una cosa estaba clara; no provenían del mismo camino que ellos habían tomado.

El Sol comenzaba a desplazarse hacia el Oeste, pero todavía les proporcionaría un tiempo de luz antes de la hora del crepúsculo. No obstante, entre aquellos árboles grises y apagados la luz parecía filtrarse con menos intensidad. Se encontraban constantemente a la sombra, y el frío y la humedad les erizaba el cabello. Llanos ya estaba familiarizada con aquella arboleda impía, pero nunca se adentraba demasiado en sus profundidades; en cambio, para Teolfo y Leonnie, pocas veces habían sentido que un lugar se mostrase tan hostil como aquella espesura. Su única compañía era la de los pájaros que canturreaban tímidamente, aunque nunca les llegaban a ver entre las ramas. 

Cuando ya llevaban un buen rato siguiendo aquel rastro, este comenzó a diluirse desde su desaparición. Frente a ellos parecía distinguirse un claro entre los árboles, no muy lejos de donde estaban, mientras que a su izquierda el bosque se volvía más denso, pero unas ramas rotas hacían sospechar que quizás el rastro continuaba por allí.

Cuando Pau llegó a aquella habitación, que parecía el estudio personal del señor o algo similar a ello, fue directo a la mesa. Si había algo relevante, desde luego que estaría allí. Apoyó la vela en un soporte y con cuidado, intentando no remover demasiado los papeles para que no se notase que alguien había husmeado, pero con la rapidez de un estudioso ávido de información, revisó lo que había por encima de aquel escritorio.

Tenía que darse prisa, el criado volvería en breves y no era cuestión de fracasar en su misión la primera noche. 

Llanos se mantuvo en silencio durante todo el camino, desviándose sólo unos pocos pasos del grupo de vez en cuando para tomar alguna seta, o cortar ramas de algún arbusto. Parecía casi indiferente a aquello que estaba ocurriendo, pero era muy probable que tratase de disfrazar algún tipo de inquietud o miedo bajo la máscara de la indiferencia.

El sol descendió sobre el cielo mientras rastreaban aquellas misteriosas huellas, y al llegar al claro, la pequeña comitiva se detuvo.

-Espere que porteu ben afilada eixa espasa, cavaller. Crec que les coses es posaran més difícils a partir d'ara.

Miró a ambos largamente, sacando su honda de la bolsa, y sopesando unos pocos cantos rodados en la otra mano.

-Sí. Encara més difícil. No sabem a qui o què estem seguint. Podria ésser qualsevol cosa. Aquest bosc es antic, ple de vida, i de espirits. I molts d'ells no estan contents amb el que esta passant al poble. I la resta no esta feliç de que nosaltres caminem per ací.

Apostado en la puerta, se dedicó simplemente a estar atento a cuanto le rodeaba, especialmente sonidos ya que la oscuridad le impedía ver más allá de sus narices, aguardando a escuchar cualquier posible indicio de que el criado, o cualquier otro, se acercaba hacia la biblioteca. Intentaría retener a quien fuera que se dirigiera allí, pero esperaba que Pau pudiera encontrar lo que buscaba antes de que se vieran en un aprieto difícil de explicar.

Pau comenzó a rebuscar entre aquellos papeles que había desparramados sobre la mesa, y no tardó en encontrar lo que buscaba, o al menos eso le parecía al muchacho; un mapa del término de Sacre estaba lleno de tachones y con una curiosa anotación.

El muchacho tendría que decidir que hacer con esa información, pero no tendría mucho tiempo, pues el siervo pronto regresaría.

Mientras tanto, Don Bernat aguardaba a la entrada de la biblioteca, y allí, si bien apenas podía percibirse, un estremecedor alarido llegó hasta sus oídos. No sabía si pertenecía a un hombre o a una mujer, o si quiera si era una voz humana, y habría jurado que venía de algún nivel inferior. No obstante, puede que todo hubiesen sido imaginaciones suyas...

Pau fue removiendo papeles con cuidado y mimo, aquello necesitaba cierta precisión y finalmente lo encontró. Releyó aquella nota un par de veces y guardó en su retina, minuciosamente, toda la información que veían sus ojos, en especial la de aquel mapa. Tenía cierto don para leer información con presteza y aprender en el proceso. Hacía años que no visitaba su pueblo, pero creía saber todavía qué eran todos esos lugares que señalaba con tanto interés en el mapa aquel conde. ¿De qué ataques estaría hablando la nota? Pau hizo memoria, tal vez había algo que recordase... Pero no podía encantarse, no podía dejar que lo viesen allí, así que colocando de nuevo todo como estaba salió de la estancia como un pequeño ratón de pasos suaves, rápidos y silenciosos.

Correteó de nuevo hasta la estancia, apagando las vela que portaba a mitad camino y casi chocó de bruces con Dalmau, pues no calculó bien la distancia a la que estaría el caballero. 

- Ah, Dalmau -dijo con cierto sobresalto pero en voz baja, separándose lo justo de la cercanía del caballero-, ja està, demà més... entrem per disimular fent una miqueta de feina. Crec que he trobat alguna cosa interesant a l'altra estància.

Preguntaría a su padre en cuanto pudiese sobre aquellos supuestos ataques, algo tendría que saber seguro.

Teolfo nunca se había adentrado tanto en el bosque y temía lo que pudieran encontrarse. ¿Y si estaban siguiendo a aquella criatura de ojos rojos a la que había visto tiempo atrás?

-Teniu sort que jo no porti espasa -bromeó, intentando relajar el tenso momento de recorrer los bosques en plena noche, al escuchar las palabras de Llanos, mientras el hombre sujetaba su lanza en una mano-. Crec que em feriria a mi mateix sense voler. Jo mai vaig aprendre a utilitzar un. -Siendo de clase baja, Teolfo nunca había podido permitirse comprarse una espada, aunque eso no significaba que fuera inútil en combate cuerpo a cuerpo, pues había intentado volverse diestro en el manejo de la lanza.

Aquel lugar me atenazaba por dentro, sentía un frío en el estómago aún mayor que aquella vez... No me gustaba la situación que estaba desarrollándose, pero era lo que nos había tocado vivir y había que adaptarse para sobrevivir.

- Bueno yo llevo un cuchillo encima, así que supongo que algo podré hacer... - digo mientras no puedo evitar llevar la mano derecha hacia el lugar donde lo llevo guardado.

Sonreí un poco ante las palabras de Teolfo, intentaba relajar el ambiente, suponía, pero no era nada fácil en aquellos momentos. Iba a abrir la boca para decir algo más, pero ni siquiera recordaba que palabras quería pronunciar, así que simplemente me quedé al lado de mis compañeros observando el entorno.

En ese momento, y para sorpresa de todos, especialmente de Leonnie, un gato montés irrumpió por detrás de ellos, maullando amistosamente. Se trataba de Inu, la mascota de la curandera, que por lo general merodeaba por su casa, pero que tras su detención se las había arreglado para seguirle el rastro. 

No obstante, en vez de quedarse con ellos, continuó hacia el claro del bosque, movido por la curiosidad de algo que los humanos no habían visto.

Al ver al gato montés, Teolfo no pudo reprimir una pequeña sonrisa. En plena noche y sugestionado por los peligros que podrían encontrar en el bosque, el soldado no hubiera esperado encontrarse a ningún animal, por lo que ver al pequeño felino le animó, haciéndole pensar que quizá el bosque no fuera tan peligroso como se imaginaba.

-Crec que hauríem de seguir -razonó, pensando en que tal vez el gato les llevase ante un hallazgo interesante que no pudieran divisar fácilmente.

Mientras vigilaba por la posible vuelta del sirviente y esperaba que Pau pudiera encontrar algo útil, escuchó un espantoso grito proveniente de algún lugar indeterminado del castillo, tan indeterminado como el origen del mismo, si bien, por extraño que parecía, le daba la impresión de que provenía de las entrañas del lugar, más debajo aún que el nivel en el que se encontraban, que supuestamente era el más bajo.

El choque con Pau casi le hizo dar un salto de la sorpresa que le dio el joven monje, distraido como estaba tratando de ver si se volvía a escuchar aquél grito — ¿Ho haveu sentit? — preguntó al muchacho, señaló hacia los oscuros pasillos con el dedo, pero nada volvió a ocurrir — Juraría... — dijo, para sí mismo en realidad. Las buenas nuevas de Pau lo hicieron apartar su atención de tan extraño suceso — ¡Excel·lent! No temptem més a la sort, doncs, i retirem-nos per hui, demà veurem que ens depara aquest castell, que pareix que amaga més del que sembla... — dijo, mientras empezaba a dirigirse hacia los aposentos que les habían cedido, sin dejar de observar intranquilo las sombras a su alrededor.

Al ver a Inu aparecer me sentí un tanto aliviada, había olvidado que podía ayudarnos si la cosa se ponía fea. Y de hecho parecía que estaba tratando de decirnos algo, aquel animal siempre había sido como un compañero para mí. Aunque a veces desaparecía días sabía que volvería, aunque fuese con un animalillo muerto como regalo, pero siempre regresaba.

- Sí, deberíamos seguirle, tiene un sexto sentido, estoy segura de que quiere algo...

Así que tras decir aquello fui tras él, tenía curiosidad, además, tampoco teníamos muy claro hacia donde debíamos ir así que, al menos ahora teníamos un objetivo.

Teolfo: Teniu sort que jo no porti espasa. Crec que em feriria a mi mateix sense voler. Jo mai vaig aprendre a utilitzar un.

Llanos dirigió una mirada hacia los pertrechos del hombre, percatándose entonces que, ciertamente, no llevaba encima ningún tipo de arma cortante más allá de la lanza. La bruja enarcó una ceja entonces, en una señal inequívoca de "pues estamos buenos".

Leonnie: Bueno yo llevo un cuchillo encima, así que supongo que algo podré hacer... 

-Ya seréis más útil en un cuerpo a cuerpo que este caballero -respondió ella, con un tono neutro que no dejaba ver si se trataba de una broma o no.

Y antes de poder acordar si seguían hacia adelante o no, un maullido sobresaltó a la mujer, quien emitió un silbido de sorpresa al encontrar un gato montés que de salvaje que parecía tener bien poco, pues se aproximó, amistoso, al grupo, y después continuó con su camino sin verse perturbado por la presencia humana.

 Leonnie: Sí, deberíamos seguirle, tiene un sexto sentido, estoy segura de que quiere algo...

-El coneixes? -Preguntó Llanos, aún aturdida por la repentina aparición- ¿Es tu familiar o algo así? 

-Ya seréis más útil en un cuerpo a cuerpo que este caballero -respondió ella, con un tono neutro que no dejaba ver si se trataba de una broma o no.

Apenas si pude disimular una risa ante las palabras de Llanos, aunque la verdad era que estando los tres me sentía más segura.

-El coneixes? -Preguntó Llanos, aún aturdida por la repentina aparición- ¿Es tu familiar o algo así? 

- Así es, y estoy segura de que quiere que le sigamos. Vamos no perdamos el tiempo.

Pronuncié volviendo la cabeza hacia ellos para después seguir caminando tras el gato.

Llenos de dudas e inquietudes sobre las cosas que habían hallado aquella noche, Don Bernat, Don Rodrigo y el joven Pau se dirigieron a sus aposentos, guiados por el sirviente del conde. Eran habitaciones separadas, así que podrían tener un momento de soledad para reflexionar.

Por lo que parecía, el sirviente no había sospechado nada de la pequeña escapada de Pau hacia aquella misteriosa sala, aunque nadie podía estar totalmente seguro.

Fuera como fuere, el sueño pronto se apoderaría de ellos; había sido un día muy duro...

Continuará...