Partida Rol por web

Sobre esto, hablamos de que Andy iba a pasar a ser Acólito, pero que te encargabas tú de anotarlo en su hoja. También quedó pendiente que me dijeras lo que opinaba Maddie y qué le recomendaba a Aid al respecto. Él confía mucho en ella, así que su opinión es importante para ver qué hace o hasta dónde llega.

Yo me encargo.

Esto habíamos acordado que sería mi interludio, pero no me parece mal si prefieres pasarlo por encima para que podamos ir directos a lo siguiente. ¿Lo narrarás tú para saber un poco cómo va?

Es preferible pasar un poco por encima por cuestión de tiempo. Las iniciaciones de esta tradición van de romper tabúes y salir de tu zona de comfort. Una idea interesante podría ser algo pesado pero que hace parte de enseñarte "el tiempo es cíclico" y "nada permanece" y "todo cambia y permanece igual". Que tu prueba consiste en revelarle a Andy y a Trix al mismo tiempo tus sentimientos por el primero y tu alejamiento del segundo, y ver hasta donde sigues con ello o si te arrepientes. Y justo al final (y es lo que Aiden no sabría), quienes le evalúan simplemente borrarían la memoria de ambos frente a ti. 

-Idea 2: Búsqueda relacionada con el Tiempo. Podría venir por el estudio de Aiden de esta esfera. Él va a tratar de autoprovocarse premoniciones, así que la búsqueda podría ser justamente eso.

Esto me gusta. Y podría ser una búsqueda relacionada sobre los peligros de alterar el tiempo (al estilo Efecto Mariposa), en donde Aiden esté atrapado en un loop temporal hasta que entienda una lección que dejo a tu discreción. Dado que tu avatar tiene esencia Dinámica, entonces sería algo del estilo: El cambio es bueno, y admitir que nunca podrás controlar el cambio a tu favor. O quizás algo contrario, intentar controlar el cambio puede ser peligroso y destruir lo que valoras, para despertar con un nuevo entendimiento de tu poder.

Con respecto a Maddie, ya que estarás cercano a ella, conocerás más cosas. En primer lugar, ella aprobará que quieras acercarte a Andy. "Nuestras conexiones con otras personas nos aterrizan, nos recuerdan que no somos simplemente dioses, profetas o hechiceros, sino mortales con un peso sobre nuestros hombros y que nuestras decisiones tienen repercusiones que a veces ni siquiera nosotros podemos entender".

Durante tu tiempo con ella descubrirás que Maddie sufre de... Agorafobia. Lo cuál cobra sentido cuando unes las piezas: jamás sale de su departamento, sus víveres los adquiere vía compras en línea, no tiene vehículo y sólo Archie, cuando viene, y algunas otras personas, traen cosas adicionales. Sospechas que su fobia tiene origen en algún trauma, y el que haya sido incapaz de superarla la ha dejado en mala posición con su tradición. Pero en cuánto estés listo, te ofrecerá hablar con otros Sahajiya para que te inicien oficialmente como miembro de pleno, y te presta una antigua copia del Código de Ananda, los preceptos de su tradición.

El texto es arcano, enredado, y al mismo tiempo iluminador. Y varias de sus enseñanzas parecen ilustrar la naturaleza de los Sahajiya. Entre lo que puedes interpretar, descubres que en el centro de lo que contiene hay sabiduría como:

• Eres capaz de milagros. Al igual que todos.
• Aquel que escupe en su mano derecha buena, descubrirá luego que su mano izquierda le fallará cuando la necesita.
• Algunas mentes están mejor dormidas. No despiertes a quienes no lo harían sin tu intervención.
• La verdades profetizadas no son siempre verdades.
• Aún los árboles alcanzados por un rayo pueden volver a dar frutos.
• Sólo un idiota no siente miedo. Un Durmiente está atrapado por él. Un maestro lo trasciende, respetando la sabiduría que trae. Está bien tener miedo, pero es una locura arrodillarse ante el terror.

El rollo efecto mariposa me gusta. Yo había pensado en algo tipo el día de la marmota, entrar en un bucle en el que tiene que ir cambiando cosas poco a poco hasta lograr salir de él. Quizá haga un remix de ambas. 

Algunas mentes están mejor dormidas. No despiertes a quienes no lo harían sin tu intervención.

Uuuuuuy, Aid va a tener un problema con esta norma XD. 

Por cierto, en mi post anterior dije que subía con px Vida al 2. Es una errata. Lo que quiero subir es Tiempo al 2. No sé por qué puse Vida, acabo de verlo XD. 

El rollo efecto mariposa me gusta. Yo había pensado en algo tipo el día de la marmota, entrar en un bucle en el que tiene que ir cambiando cosas poco a poco hasta lograr salir de él. Quizá haga un remix de ambas. 

Adelante.

Uuuuuuy, Aid va a tener un problema con esta norma XD. 

El código no es una norma, como todo para los Sahajiya, es flexible y empujable. Pero las consecuencias las debes aceptar y enfrentar, y si eso implica que tus pares te juzguen cuando rompes las reglas, a eso te deberás atener.

Por cierto, en mi post anterior dije que subía con px Vida al 2. Es una errata. Lo que quiero subir es Tiempo al 2. No sé por qué puse Vida, acabo de verlo XD. 

Al final quedas entonces:

¿Correspondencia 2, Mente 2, Tiempo 2 y Vida 1?

¿Correspondencia 2, Mente 2, Tiempo 2 y Vida 1?

Exactamente ^^. 

El código no es una norma, como todo para los Sahajiya, es flexible y empujable. Pero las consecuencias las debes aceptar y enfrentar, y si eso implica que tus pares te juzguen cuando rompes las reglas, a eso te deberás atener.

Eso sí, Aid asume las consecuencias de sus actos. Si la caga, la caga. No intentará escaquearse ni disimular, va de frente. 

Esta semana escribo la búsqueda. Mañana, creo. 

El rollo efecto mariposa me gusta. Yo había pensado en algo tipo el día de la marmota, entrar en un bucle en el que tiene que ir cambiando cosas poco a poco hasta lograr salir de él. Quizá haga un remix de ambas.

Esto te falta para darte lo último y abrir la nueva escena. (Y los resultados de probar tu vínculo).

_{Ciara - Paint It, Black}

«I see a red door and I want to paint it black.
No colors anymore I want them to turn black.
I see the girls walk by dressed in their summer clothes.
I have to turn my head until my darkness goes.»

Mis ojos estaban clavados en la espiral, tan fijos que la tinta parecía desdibujarse. Negro sobre blanco. Y en mis oídos aún resonaban los ecos de la despedida de Trix. Sólo seis palabras pronunciadas con una voz fría que se habían incrustado en mi nuca. Las notaba deslizarse por mi espina dorsal erizando cada poro a su paso, helándome la piel, los huesos, incrustándose en mi pecho como finas agujas de hielo dispuestas a desangrar mi corazón. Recuerdo que, en un absurdo intento por relativizar mi congoja, pensé que debería hacer un dibujo sobre aquello. 

Pero no me moví. 

Seguí ahí, congelado, contemplando la espiral que sellaba la puerta de mi cuarto. Había dibujado esa espiral una y mil veces después de haber visitado aquel laberinto, después de comprender que era yo. Esa noche me daba la sensación de que podía sumergirme en la tinta, dejar que cubriese mi cuerpo, mis ojos, mis orejas, mi nariz. Dejar de sentir. Esa noche estaba cayendo en caída libre a ese pozo profundo al que me había llevado perder a Antony. 

Cualquiera que hubiera visto desde fuera mis últimos meses podría haber dicho que era evidente que Trix se iba a hartar de mí antes o después, de mis secretos, de que no la dejase ser mi confidente ni mi apoyo, de que le hubiera cerrado la puerta a esa nueva parte de mí. «Cuestión de tiempo», había oído a Phoebe cuchichear una vez al oído de Andy, cambiando de tema y de tono de golpe al verme aparecer por la puerta. Cuestión de tiempo. Ahora miro hacia atrás y me doy cuenta de lo obvio que resultaba. Uno no puede recibirlo todo sin dar nada durante demasiado tiempo. Pero en esa noche en que el frío de su voz me atravesaba, sólo quería fundirme con el negro de la tinta, dejar que la espiral me atrapase. 

La necesidad de volver atrás empezó a latir en algún lugar cerca de mis sienes. Lo típico. Si hubiera hecho tal cosa o tal otra. Una maraña de «Y sis» que susurraban desde el interior de mi oído. Todos mis errores, uno tras otro, todos podría arreglarlos tan sólo retrocediendo una vez conocidas las consecuencias. 

Me pareció escuchar una risa sarcástica que venía de fuera y de dentro al mismo tiempo. Una risa granate y espesa. 

Ante mis ojos, la tinta empezó a desprenderse de la puerta. Al principio lo hizo poco a poco, gota a gota, pero pronto cogió más velocidad, hasta que una masa brumosa de un negro absoluto se sostuvo en el aire, flotando hacia mí. 

Ni siquiera me aparté. Estaba como hipnotizado, ¿sabes? Completamente seducido por esa niebla oscura que giraba. Creo que la deseaba. Deseaba que penetrase en mis ojos y que todo se terminase con su negrura. 

Pero aquello sólo era el principio. Yo aún no lo sabía, pero mi búsqueda había comenzado.

_{^{https://videohive.net/item/dark-smoke-transitions/20946667}}

«I look inside myself, 
and see my heart is black.
No colors anymore, 
I want them to turn black.
Maybe then I'll fade away
and not have to face the facts.
It's not easy facing up
when your whole world is black.»

1.

Pestañeo, volviendo a la realidad. He debido quedarme dormido porque me cuesta unos segundos ubicarme. Trix me mira, con el ceño fruncido, parece esperar algo de mí. Como si esperase una respuesta... Sacudo la cabeza, intento recordar qué me ha preguntado. Su voz resuena como un eco en mi cerebro: «¿Es que nunca piensas en nadie más que en ti, Aiden? ¿Existe alguien más allá de tu jodido ombligo? A veces pienso que si me fuese ni siquiera me echarías de menos». 

Para cuando empiezo a responder ya es tarde. Veo la puerta cerrarse con un portazo y aprieto los puños. «No. No. Puedo hacerlo mejor». Esa certeza se extiende desde la boca de mi estómago, se expande por todo mi cuerpo y termina por salir de él. Siento el mundo girando a mi alrededor, los límites de la realidad plegarse bajo mi deseo, bajo mi convencimiento. La puerta se abre y Trix entra de espaldas, deshaciendo los últimos segundos. 

2.

Pestañeo, volviendo a la realidad. He debido quedarme dormido porque me cuesta unos segundos ubicarme. Trix me mira, con el ceño fruncido, parece esperar algo de mí. Pero esta vez sé lo que tengo que decir.

«A veces pienso que si me fuese ni siquiera me echarías de menos».

Avanzo hacia ella, cojo su mano y la miro a los ojos, me pierdo en su mirada. No voy a desperdiciar esta segunda oportunidad.  

—Claro que te echaría de menos, Trix. Ni siquiera puedo imaginar mi vida sin ti. 

Sus labios crispados se relajan hasta que poco a poco van dibujando una sonrisa. Y se queda. Funciona y siento que he esquivado el obús por esta vez. 

En las siguientes semanas me esfuerzo más. La llamo todos los días. Paso por su trabajo por sorpresa sólo para llevarle un café. Y todo rueda con más facilidad, como al principio. 

Ha pasado casi un mes. Estamos sentados en la plaza, fumando un porro con las espaldas apoyadas en la pared y las piernas enredadas. Tengo la sensación de haber olvidado algo, pero las risas, los besos y el humo llenan mi mente y nada más importa. ¿Era algo de Andy? ¿Necesitaba algo de mí? Trix me pasa el humo de boca a boca y el esfuerzo por recordar se esfuma entre sus labios. 

Es horas después, cuando saco el teléfono para hacer una foto de Trix haciendo el idiota con el palo de billar en un garito cuando veo todas las llamadas perdidas. Algunas son de Andy, las dos primeras. Pero las siguientes son de Phoebe. Se me pasa el colocón de golpe cuando escucho el audio que me ha dejado en whatsapp. Trix me pregunta algo, parece preocupada por mi expresión, pero yo ya estoy saliendo del bar a toda hostia.

Corro hasta el hospital. Y para cuando llego a la sala de espera la sensación de culpa es aplastante. Está inconsciente. Ha perdido mucha sangre. Lo tienen en el quirófano. Tenía que haber estado con él. Tenía que haberlo acompañado. Tenía que haberlo protegido. Aiden y Andy. Andy y Aiden. Le he fallado. Phoebe no me culpa en voz alta, pero siento la recriminación en su mirada. O quizás está en mi interior y sus ojos son tan sólo el espejo de lo que yo mismo veo en mí. 

Doy vueltas como un gato enjaulado, con los puños apretados, y cuando el doctor entra buscándonos no necesito escuchar su pésame para saber lo que ha pasado. 

Grito. Aúllo como un animal herido. Phoebe me abraza, un celador me sujeta. Ni siquiera sé si las lágrimas son mías o de ella. Y entre todo el dolor siento que podría haberlo evitado. Que podía haberlo hecho mejor. Podría haber estado ahí. Podría... 

El mundo gira de nuevo, cuando tu mente ha despertado no hay límites más allá de los que tú quieras ponerte. La realidad no es más que un lienzo. Todo vuelve hacia atrás. 

3.

Pestañeo, volviendo a la realidad. He debido quedarme dormido porque me cuesta unos segundos ubicarme. Estoy sentado en la plaza, las piernas enredadas con las de Trix que en ese momento está dándole una calada larga a un porro. Tengo la sensación de haber olvidado algo, algo realmente importante, y el miedo pegado a la piel, erizando cada uno de mis poros. 

Me pongo en pie de golpe. Trix se queja, pero Andy me necesita, ahora lo sé. Pillo un uber para ir a casa lo más rápido posible y el alivio me invade al verlo saliendo por el portal. 

—Nah, tío, mejor no vamos andando. Estoy algo fumado, vamos mejor en uber. 

Horas después estamos en casa, a salvo, y una sonrisa exultante cuelga de mis labios. He llegado a tiempo. He podido arreglarlo. 

Pasan algunos días. Ahora me siento seguro de mí mismo. Puedo volver atrás, arreglar cualquier cosa. Empiezo a preguntarme hasta dónde puedo retroceder. ¿Podría salvar a Antony? Claro que podría. Así que vuelvo hasta esa noche y le convenzo de que no se quede en su casa. Y la sombra apuñala una almohada. 

Todo va bien. Retrocedo y avanzo a voluntad, tomando las mejores decisiones. ¿Qué podría salir mal cuando la línea del tiempo es tan sólo una cama elástica para mí? Nada.

Han pasado un par de años. Mi madre me llama una tarde, está preocupada por Skyler, por algo que le ha dicho el psicólogo. Es algo de un trauma oculto en su inconsciente, tiene problemas para relacionarse, problemas para dormir, parálisis del sueño. Mis mandíbulas se aprietan recordando al tipo que le apuntaba con su pistola, al malnacido que le disparó a mi hermana. Y siento que no hice lo suficiente entonces. No sabía, no podía. La salvé, pero eso no le ha librado del miedo. Pero ahora sé lo que hago. Ahora puedo volver y arreglarlo todo antes de que pase. 

Así que me siento en la cama a lo indio y respiro profundamente. Nunca he ido tan atrás, siento como si estuviese a punto de volver al inicio, al punto de partida. 

Vamos allá.

4.

Pestañeo, volviendo a la realidad. He debido quedarme dormido porque me cuesta unos segundos ubicarme. Skyler da vueltas por el estudio de tatuaje. El ruido del motor del coche de Rick se aleja y me doy cuenta de que soy un doble niñero: del estudio y de mi hermana, que está ahora observando una máquina sin agujas que hay sobre la mesa. 

Mis pupilas se afilan, mi mirada se centra. No tengo apenas tiempo, pero será suficiente. Tiene que serlo. Me acerco a Skyler y la miro muy serio.

—Escucha, bichito. Esto es muy importante, así que sólo haz lo que te digo. Tienes que salir ahora mismo y dar la vuelta a la esquina. Entras en la tienda de discos y le pides a Trix que te enseñe las últimas novedades. —Levanto la mano para acallar cualquier tipo de pregunta o protesta—. Hazlo sin rechistar y te llevaré al parque de atracciones. 

Veo en sus ojos que no entiende nada y que se muere por soltarme una de sus retahílas de preguntas y comentarios, pero la promesa del parque de atracciones es suficiente para que asienta y salga por la puerta a toda marcha. Suelto el aire despacio y voy hasta el mostrador. Llamo a la policía y hablo rápido dando la dirección del estudio, digo que hay un hombre armado. Luego saco la caja con el dinero y espero. 

No tarda más que unos segundos en aparecer por la puerta, con la capucha sobre la cabeza. Tengo que apretar los puños en los bolsillos para no atacarle aquí mismo. 

Se lleva la caja, pero la policía lo detiene antes de que salga de la calle. Veo a un tipo pasar por delante del local, tiene la cara como quemada. Mira hacia dentro y le devuelvo la mirada, pero es apenas un instante antes de que siga su camino. Skyler aparece al rato, con Trix. No han visto nada. Las dos ríen y cuchichean. Yo me siento mejor que nunca. Lo he arreglado todo. 

Nada puede salir mal.

Pasan semanas antes de que me dé cuenta de que la he cagado. Semanas en las que el espejismo de una realidad moldeada a mi gusto me hace creerme triunfador. 

Estoy sentado en la cocina, con el móvil en la mano, escribiendo un mensaje a Antony, Evan y Oliver. Quiero que me ayuden con un ritual que llevo días planeando. Pero cuando voy a buscar sus números, no están en la agenda. Frunzo el ceño, extrañado, y a medida que empiezo a comprender un sudor frío recorre mi columna. 

Trato de percibir la realidad, de sentir sus bordes y... no noto nada. Me concentro en sentir los pensamientos de Andy, que está comiéndose unos cereales, pero no hay nada. El corazón me va a mil a medida que voy comprendiendo que ya no habrá carta de Hogwarts para mí porque me he cargado a la lechuza que iba a traérmela. 

Voy a casa de Maddie, pero no me abre. Y Antony ni siquiera responde cuando llamo a su telefonillo. Hasta me planto en la puerta del juzgado a esperar a Evan. Pero cuando intento acercarme a él llama a los de seguridad y me echan como si fuese un mendigo. 

Al final tengo que hacerme a la idea. Y las primeras semanas la cosa no va mal del todo. En ocasiones trato de hacer cosas de un modo inconsciente y tardo algunos segundos en recordar que ya no puedo hacerlas. Pero termino por resignarme. 

Y es entonces cuando todo empieza a irse a la mierda pero de verdad. Porque cuando Skyler se pelea con Roger y se escapa de casa, no puedo localizarla antes de que se meta en líos y acaben robándole a punta de navaja. Cuando Phoebe discute con el casero y éste decide echarnos del piso, no puedo suavizar sus pensamientos y hacer que cambie de opinión. Y cuando Andy decide ir solo porque yo estoy discutiendo con Trix, no estoy ahí para protegerlo. 

Después del entierro intento hablar con ella. Explicarle todo, desde el principio, sin reservas. Me mira como si dudase si estoy loco o me estoy burlando de ella. Resopla entre dientes. Noto su desprecio, se desliza por mi nuca espeso y pegajoso como un vaso de melaza. 

Los días pasan. No salgo de mi cuarto ni siquiera para ir a trabajar. Pero pinto.

Pinto espirales. Todas negras, negro sobre blanco. Negro sobre negro. Trato de encontrarme en ellas, pero sólo el carboncillo me devuelve la mirada. 

¿Qué has hecho, Aiden?

El agua se derrama cuando el vaso cae al suelo, rompiéndose en mil pedazos. El sonido del cristal al resquebrajarse rompe algo en mi mente. Todo empieza a girar a mi alrededor. El mundo se nubla, una nube negra me rodea y me abraza. Me asfixia. Todo se vuelve negro.

¿Qué harás, Aiden?

5.

Pestañeo, volviendo a la realidad. He debido quedarme dormido porque me cuesta unos segundos ubicarme. Trix me mira, con el ceño fruncido, parece esperar algo de mí. Pero ahora sé que no debo responder. Me escuecen los ojos por las lágrimas que contengo, pero lo he comprendido. 

Ahora sé que debo dejarla ir. 

La puerta se cierra con un portazo y mis ojos se clavan en la espiral que hay pintada en ella. Aprieto las mandíbulas y los puños, me trago las ganas de correr tras ella. 

Ahora sé que no puedo aferrarme, que debo fluir, siempre en movimiento, siempre hacia delante. Como el tiempo. Como la tinta. 

La espiral vuelve a enroscarse sobre sí misma. Soy yo. Mi búsqueda ha terminado.

Dara, creo que para seguir necesito que me resuelva a lo que teníamos pendiente :3. Lo de los experimentos de Aiden probando el vínculo, digo.

Tus estudios en el vínculo progresan más bien lentamente, ya que es difícil comprender qué es lo que sucede y lo haces intuitivamente. A través de tus propios rituales entiendes y descubres que existe una relación muy cercana con Evan y Oliver, como si tuviesen la misma importancia o más que Andy o que Skyler, y sin embargo, con ellos dos llevas una vida construyendo cosas y con tus ahora aliados tan sólo habéis construido una extraña cofradía. Puede que tú ni siquiera te sientas así, pero tu magia y lo que logras te lo indica.

El concepto de Almas Gemelas aparece en tus reflexiones y lecturas ocasionales, pero ciertamente no estás seguro de si aplique. El manipular la realidad parece más fácil con ellos, y el afectarla hacia ellos no requiere el mismo esfuerzo que con otras personas con el mismo nivel de confianza. Hay un extraño elemento subyacente a todo esto que se escapa de tu comprensión, pero que parece sentar las bases de esta extraña conexión para la que tu mentora no parece tener tampoco una explicación muy clara.