Partida Rol por web

El Cisma

Capítulo II: Vínculos dolorosos

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26/07/2018, 00:40
Aiden Becher
- Tiradas (1)

Motivo: Traumitaaaa

Tirada: 6d10

Dificultad: 8+

Resultado: 7, 7, 1, 7, 7, 5 (Suma: 34)

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26/07/2018, 20:53
Oliver Gibbs

Oliver estaba tecleando cuando entró Evan, y tecleando siguió cuando hizo resonar sus pasos. El crujir de las bolsas de bollería y de patatas fritas hizo que meneara la cabeza. Grasas y azucar, qué vulgar. Rechazó con un gesto semejante dieta y siguió trabajando hasta que...

Se puso rígido en la silla, las manos alzadas sobre el teclado, los dedos engarfiados como garras, la barbilla tensa, bloqueada hacia adelante, como el espolón de una galera, la lengua pegada al paladar por el pánico, la nuca como un bloque de cemento, temblores por todo el cuerpo. Abrió la boca en un grito mudo de manera tan repentina que parecía tener un resorte en el pescuezo, la piel cerúlea y gotitas de sudor. El olor del miedo se adueñó de la habitación.

Jadeaba, había puesto una mano sobre su pecho, agarrando el traje y la camisa con fuerza desesperada.

Tarde, tarde, tarde, susurraba horrorizado.

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: fdv

Tirada: 10d10

Dificultad: 8+

Resultado: 69 (Exito)

Motivo: fdv

Tirada: 10d10

Dificultad: 8+

Resultado: 43 (Exito)

Motivo: fdv

Tirada: 10d10

Dificultad: 8+

Resultado: 9, 9, 3, 8, 5, 5, 6, 3, 10, 6 (Suma: 64)

Exitos: 4

Notas de juego

Me he hecho un lio con las tiradas :S

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28/07/2018, 22:19
Evan James Fisher
- Tiradas (1)

Motivo: FdV

Tirada: 5d10

Dificultad: 8+

Resultado: 7, 8, 1, 1, 10 (Suma: 27)

Exitos: 2

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31/07/2018, 01:51
Aiden Becher

Hasta aquel día siempre me había gustado ese instante en que el primer rayo de sol se deslizaba por la ciudad hasta colarse por mi ventana. Muchas veces me había sorprendido compartiendo besos con Trix, nuestros cuerpos enredados entre las sábanas. Y muchas más ese rayo me había pillado con la cabeza y la habitación llenos de humo, intentando ahogar las risas con Andy para no despertar a Phoebe.

Pero, la mayoría de las veces, ese breve segundo en que la luz se abría camino alargando las sombras había sido mi señal para dejar de pintar y meterme en la cama. De algún modo la inspiración solía visitarme con más facilidad en las horas nocturnas y una vez hube despertado, era mi avatar el que parecía compartir mi tendencia a vivir de noche y era de madrugada cuando me resultaba más sencillo comunicarme con él. 

Pero aquel día lo cambió todo. Ya nunca sentiría lo mismo cuando volviese a ver ese primer rayo quebrar la penumbra de la madrugada. Ya no habría esperanza, calidez, risas o besos. Tan sólo ese escalofrío que se deslizaba por mi espina dorsal, congelando algo en mi interior, cortándome la respiración, tensando todos mis músculos a su paso. Y la sensación inexorable tomando peso en mi estómago. La certeza total y absoluta de la pérdida encogiendo mis pulmones. Nunca volvería a ser igual. 

Mis párpados se movieron a toda velocidad en tres rápidos pestañeos cuando regresé de golpe al piso de Antony. Boqueaba, intentando coger aire con dificultad, salpicando pequeñas gotitas de saliva por mi barbilla, como si me hubieran hecho una aguadilla y hubiese tragado demasiada agua al intentar respirar. Todo mi cuerpo estaba en tensión y el portátil estaba en el suelo, mis dedos crispados sobre mi torso, en ese punto exacto por el que la vida se me había escapado. Sólo que no era mi vida. Y la comprensión de ese hecho irrefutable me estremeció por dentro y fuera. 

Una lágrima solitaria se escapó en ese momento de mi ojo, sin que me molestase por recogerla antes de que terminase su camino lanzándose al vacío desde mi mandíbula. La palabra que Oliver repetía se clavaba una y otra vez en mi mente, con la fuerza de esa daga insidiosa que me había marcado más allá del cuerpo. Tarde. Tarde. Tarde. 

Los reproches no llegaron a nacer en mi garganta ni a desenredar mi lengua. No podía hablar. Apenas podía respirar. Apenas podía pensar. La desesperanza, en cambio, me invadió poco a poco, a medida que el aire iba llenando mis pulmones de forma irregular.

Tarde. Demasiado tarde. 

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02/08/2018, 01:26
Evan James Fisher

Los minutos anteriores al amanecer viendo que habíamos avanzado tan poco —o nada— fueron casi una derrota. Casi, porque hacía rato porque me había preparado precisamente para eso. Pensándolo bien sobre todo la confirmación de que todo aquello se nos venía grande, y mucho.

Pero había algo para lo que no estaba preparado: para el amanecer real. Sentí frío de una forma diferente a cualquiera a la que estuviera acostumbrado y, aunque no lo admitiría, también miedo. Deseé que aquella noche no hubiera sucedido nunca, pero no fue suficiente.

Para cuando tuve la sensación de que todo estaba perdido primero traté de contener las emociones. Era un experto en eso. Aún así sentía auténtico pavor. No era sólo al secuestrador de nuestro compañero, sino a toda la situación. Hasta ese momento era muy fácil llegar a casa y ver la Magia como algo que se practica un par de veces por semana. Sin embargo, estaba claro que aquello iba en serio.

De repente estaba en la habitación de Antony. Me llevó la mano a la boca al toser, y al descubrir sangre en ella me asusté aún más. Llevándome la mano al pecho dejé de estar de rodillas para estar sentado en el suelo, jadeante, inquieto y dolorido.

Tardé unos segundos en reubicarme, y al ver a Oliver y a Aiden no vi a un paralítico y a un drogata, probablemente por primera vez desde que los conocía, sino a dos iguales en una situación similar a la mía. Había algo que nos unía, algo que no sólo nos hacía más fácil hacer magia estando juntos, sino que también podía doler. Y mucho.

No tuve que preguntar si habían sentido lo mismo para estar convencido de que así era. Tragué saliva y noté la sangre en el paladar. Me encontraba mal, pero no sólo físicamente. Sobre todo era algo que venía de otro sitio, de dentro y de fuera a la vez.

Para cuando volví a ser dueño de mi respiración me reincorporé un poco y me senté en la cama. Probablemente estaría pálido y sudoroso. Suspiré, concentrándome un momento. La parte más racional de mí —lo que era casi todo— se daba cuenta de que debía fijar aquellos recuerdos cuanto antes. Ya por instinto llevé dos dedos a la alianza de mi otra mano y tardé un poco en hacer o decir nada más.

Finalmente alcé los ojos, aún un poco afectado.

—¿Estáis como para seguir? —pregunté con seriedad antes de hablar peor de lo que había hecho en mucho tiempo—. Más nos vale encontrar pronto a ese hijo de puta.

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02/08/2018, 02:01
Narración

Hay algo tremendamente perturbador, tremendamente horrible después de haber experimentado la muerte, aunque fuese en un cuerpo ajeno. Tu mente era fuerte, y tu voluntad se repondría, pues no era la primera vez que te codeabas tan de cerca con la parca... pero sus garras comenzaban a dejar profundas heridas que no podías ignorar simplemente. Tu respiración, tu temperatura, el sudor frío en tu frente: tenías suerte de estar vivo, pero ¿hasta cuando duraría la suerte?

Y luego, estaba el vacío. Era una ausencia extraña, que existía y no a la vez, que te causaba agujetas en algún lugar de ti que no puedes ubicar, y dejaba tus ideas desorientadas. Hay cosas que nadie debería experimentar más que una sola vez en la vida y aquel instante de terror puro, aquel último instante de vida clasificaba fácilmente para ello. Un mensaje de texto rompe el caudal de tus propias ideas, de tu mente alterada, de tus arrepentimientos y fracasos:

Frankie: Olliver. Siento. ¿Dolor?

Y podías percibir las inflexiones en cada punto. La confusión en la mente artificial de Frankie, para quien seguramente el concepto y la sensación debía ser nueva. Podías percibir su sufrimiento, pues no era más que el mismo tuyo codificado en su extraña existencia.

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02/08/2018, 02:08
Narración

Era tu culpa. No habías hecho lo suficiente, no habías podido evitarlo y ahora todo era inútil. Aquel desasosiego se riega por tu pecho como una alquitranosa sensación que lentamente va tapando tus vías respiratorias, llenando de pesadez cada inspiración, y dejando un extraño e invisible dolor en todas y cada una de tus extremidades. Tus sentidos se opacan, tu ánimo se evapora y en lo más profundo de tu corazón tienes la certeza de que el terror a la inevitable muerte ha hecho un nido destrozando fragmentos de tu psique.

Quizás habías estado en aquel oscuro agujero desde antes, quizás acababas de caer, pero ya no tenía importancia. Antony estaba muerto, y su muerte pesaba sobre tu espalda, te aplastaba contra el suelo y te recordaba no sólo la fragilidad de tu existencia, sino la futilidad de intentar cambiarlo. Incluso con todo el potencial al alcance de tu mano, con toda la magia, no habías sido capaz de lograr nada. Y esa era una lección que cada célula, cada átomo de tu cuerpo acababa de aprender al morir en otro cuerpo.

Levantas la mirada, y te encuentras con las emanaciones de tu avatar, esta vez, como una mancha de sangre sobre la pared, que gotea lenta y enloquecedoramente, sin parar, sin mutar, sin fluctuar, reflejando aquel color rojo desprovisto de todo brillo. Percibes su dolor, percibes los silenciosos gritos contenidos en cada gota, y entiendes que él también está experimentando aquel dolor, aquel sufrimiento que comienza a consumirte poco a poco.

Notas de juego

Como consecuencia extra de la pifia, pierdes un punto de Fuerza de Voluntad permanente.

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02/08/2018, 02:20
Aiden Becher

Al escuchar a Evan aparté los ojos de la pared y lo miré todavía algo confuso, como si me costase reconocerlo. Sus palabras parecían llenas de determinación. Llenas de toda la determinación que de golpe me faltaba a mí. «A buenas horas»​, pensé. Me sentía totalmente vacío, sin una pizca de energía. 

Pestañeé dos veces y luego me pasé el dorso de la mano por la nariz, emborronando el reguero de sangre que había salido por ella. Con algunas dificultades me puse en pie y negué con la cabeza. 

Yo me abro, tíos —dije, con la voz rasposa y grave—. Me voy a casa.

Bajé la mirada al suelo al echar a andar hacia la puerta. Ni siquiera me preocupé por el portátil de Antony que quedaba en el lugar donde había caído. Metí las manos en los bolsillos de la bomber y salí de allí, cabizbajo y herido. 

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02/08/2018, 02:24
Narración

Hay algo tremendamente perturbador, tremendamente horrible después de haber experimentado la muerte, aunque fuese en un cuerpo ajeno. Tu mente era fuerte, y tu voluntad se repondría, y quizás aquel deseo de venganza se nutriese de aquel terror tan fundamentalmente humano. Después de todo, ya ni siquiera la muerte parecía tan extraña e inefable, y ahora conocías más de ella. No, tu enemigo era otro, y tu victoria llegaría en cuanto tuvieses entre tus manos el cuello de aquel miserable.

Oleadas de cólera, de frustración, de sobrecogimiento se suceden unas a otras mientras vas recobrando poco a poco la sensación de estar firmemente anclado en la realidad, en aquel momento, en aquel lugar. Mientras ese dolor, mientras ese frío mortal, mientras ese último suspiro se convierten en una advertencia, en una moraleja, en una motivación.

-Ha sido una experiencia para nada placentera- la voz de Protágoras resuena desde tu cabeza, aunque no puedas verle directamente. -Es extraño experimentar dolor. No es una sensación muy común. Creo que tienes un caso más grande que cualquier otro entre manos- responde su voz, y se oye fatigosa, como si estuviese tratando de reprimir la verdadera dimensión de sus sensaciones, en un reflejo tan humano del orgullo, que casi parece una reacción como la que tú hubieses tenido en su lugar.

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02/08/2018, 17:49
Oliver Gibbs

Oliver se encontraba algo distraído cuando Aiden comenzó su escapada. Es como funcionar mal, Frankie. ¿Comprendes eso? Hablaba con su musa, por primera vez de viva voz, como si fuera un extraño colega interior al que había que tratar con la sencillez con la que se trata a los niños. Honestidad, no había otra manera.

Pero ya había pasado antes por esto. Ya conocía esta sensación. En realidad ya había pasado por ello y, a la vez, era la primera ocasión pues, cómo no, morir no era jamás lo mismo si ya no eras la misma persona. Y Óliver ya no era la misma persona. Todavía no era del todo consciente, pero habitaba otra piel.

El caso es que reaccionó con rapidez. Dejó lo que estaba haciendo e interpuso su silla en la trayectoria del joven dibujante. Lo intentó. Acaso se agarrara de su camiseta para detenerle siquiera medio segundo. O llegara a él en el descansillo, junto al ascensor. Pongamos que, si consiguió atraer la atención de Aiden, lo miró con una singular inmovilidad en sus facciones. Era un hombre reconcentrado, como un recién nacido que no es consciente de que está vivo todavía. Era otra persona la que le miraba. No era Óliver, el cáustico, irónico, superficial, cerrado como una concha. Ahora miró al chico con auténtica emoción.

Espera un momento, Aiden. Diez minutos. Un minuto. Tengo que decirte algo. Luego te irás, si lo deseas. Suspiro. Te lo suplico.

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05/08/2018, 01:10
Aiden Becher

Estaba alargando la mano hacia el picaporte de la puerta que había decorado un rato atrás cuando Oliver se interpuso en mi camino. Lo miré con desgana, desaparecido por completo el brillo curioso que solía bailar en mis ojos. Sólo tenía ganas de irme a casa y hacerme un ovillo en la cama, pero me quedaban pocas fuerzas para oponerme a su petición. Así que le hice un gesto con la barbilla, invitándolo a hablar.

Venga, suéltalo —le dije sin mirarlo directamente, con los ojos puestos en sus manos y no en sus ojos. 

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05/08/2018, 18:23
Oliver Gibbs

Alzó las cejas. Te das cuenta de que estando separados somos vulnerables, ¿verdad? Respira hondo y piensa en ello un par de segundos, por favor. Proponed lo que queráis, pero no nos separemos. Yo iré donde haga falta y os dejaré tranquilos y todo lo demás. Bueno, se pensaba llevar ese ordenador para terminar su trabajo, eso lo tenía claro. Todavía faltaban unas horas de trabajo, y era lo único que les quedaba de su compañero.

En cuanto a sus manos... sus manos permanecían tranquilas, en su sitio, sin moverse. Eran manos de pianista. No tenían nada que ver con lo grosero del resto de su cuerpo. Finas pero vigorosas. Bien cuidadas.

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08/08/2018, 22:21
Evan James Fisher

Al oír que Aiden se abría lo miré durante un par de segundos, como si me costase entender qué narices le pasaba de repente. Sí, tenía claro lo que había pasado, lo que nos había pasado a todos, pero pirarse y dejar de ayudar era de lo más estúpido que podía hacer. Aunque pensándolo bien seguro que no estaba ayudando mucho.

Mientras Oliver reaccionaba a lo que el fumeta acababa de decir yo miré alrededor, pensativo, como si tuviera algo en la cabeza. Incluso me mordí el labio durante unos segundos.

—Sí, ya, claro —murmuré. Parecía frustrado y molesto.

Di algunos pasos por el piso mientras oía a Oliver. Lo miré entonces. Entendía que él en concreto, en su situación, se sintiera vulnerable, pero no estaba de humor como para tonterías.

—Vamos a ver, Oliver —enuncié entonces—. Míranos. Somos vulnerables estemos juntos o no. Sí, estamos despiertos... Pero nuestras capacidades como magos dejan bastante que desear si lo que queremos es defendernos. Más valdría tener un par de albanokosovares encima protegiéndonos de verdad que depender de lo que podemos hacer.

Tardé unos segundos en volver a hablar.

—Lo primero que tendríamos que ver antes de abrirnoscité con acidez— es si alguno piensa de verdad ir a la cita.

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08/08/2018, 22:41
Aiden Becher

Me sentía tan vacío que ni siquiera las palabras de Oliver consiguieron meterme el miedo en el cuerpo. Sin embargo, tampoco me quedaban fuerzas para discutir, sólo esa desesperanza que lo inundaba todo. Eché un vistazo al abogado mientras hablaba y luego me encogí de hombros. 

—Yo me abro —insistí—. Pero vente a mi piso si quieres —dije, volviendo a mirar a Oliver—. Tendrás que inventarte alguna trola para Phoebe, pero te puedes quedar en el sofá. O te dejo mi cama, me da igual. 

Luego miré de nuevo a Evan. Suspiré despacio, como si cargase todo el peso del mundo sobre mis hombros y me costase sobremanera pensar en nada más allá del minuto siguiente. Y es que era así justo como me sentía. 

—Yo iré —dije sólo como respuesta—. Y ahora me piro. 

No me esperé a ver si Oliver venía o no, simplemente volví a ponerme en marcha hacia la salida dejando que él decidiese si quería acompañarme o no. 

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09/08/2018, 19:03
Oliver Gibbs

Un piso con aroma a Cheetos. Eso imaginó Óliver cuando el muchacho hizo su propuesta.

Iré a la cita, por supuesto, ya que deseas ir. Tenemos que permanecer unidos. Miró con cierto rencor a Evan. No nos vale de nada ser negativos, le regañó. Te juro, te aseguro, que tienes más recursos de lo que supones. En esta última fase quizá pasó a un primer plano más indignación de la que pretendía, expresada en la inmovilidad del rostro, la firmeza de la voz, las pupilas dilatadas.

Razona, muchacho. Se volvió a Aiden. Vamos a tener más problemas si voy yo a tu casa que si vienes tú a la mía. Tu casa no está equipada para alguien como yo. Pero, quizá, es mejor que te estés un rato solo, pensando y rumiando tus desdichas, y revolcándote en todo junto con, supongo, algunos pigmentos y comida basura. 

¿Me ayudaréis antes a trasladar esto a mi casa? Señaló las dos pc. Tengo que terminar el trabajo. Tenemos trabajo por hacer. Y habría que avisar a la familia de Antony. Eso o borrar cuidadosamente nuestras huellas dactilares de todo el piso.

Había dicho lo que tenía que decir, de todas maneras, así que hizo el ademán de que se largara si quería. Quedarían en el lugar de la cita y ya.

El sentido práctico y la inmovilidad de insecto de Oliver mientras hablaba daban miedo. Estaba acojonado. Estaba impresionado. Aterrorizado, incluso, pero lo mantenía todo bajo un férreo control. Fuera como fuera, no se iba a quedar quieto mientras alguien le amenazaba.

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24/08/2018, 18:53
Oliver Gibbs
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: int+comp

Tirada: 6d10

Dificultad: 7+

Resultado: 3, 8, 10, 2, 1, 6 (Suma: 30)

Exitos: 2