Partida Rol por web

Entre los dedos de Leah el pelo del cadáver se deshacía como si Odelia fuera una estatua de sal.

-Si la intento dejar en una posición más relajada es muy posible que se le partan las extremidades y se le separen del cuerpo. Me temo que es esta tensión la que mantiene el cadáver completo.

Si vemos el cuerpo de las personas como un paisaje. Su paisaje no sólo era ahora uno sin vida. Era desértico. Las ruinas de lo que fue habían desaparecido bajo la arena.

-También tiene en los glúteos. Créanme, he visto un millón de quemaduras de cigarro y estas, por el ángulo de incidencia y el dibujo del patrón, no son autoinfringidas. Este patrón lo llamamos “De Mariposa” porque si dibujas las quemaduras en un papel parecen las manchas de las mariposas moteadas.

Las quemaduras parecían superficiales, pero Leah las sintió profundas como raíces, como túneles que llevan a sitios a los que nadie debería ir.

Pasó un dedo por una y sintió un pinchazo de dolor en su vagina. Un dolor que no había sentido desde que ocurrió. Le temblaron las piernas, pero pudo seguir con su pregunta. Leah se dio cuenta que era mucho más fácil si la tocaba. Podía hacerlo con delicadeza, pero tenía que recrearse para que las sensaciones le llegaran. Y precisamente encontró la respuesta en las manos del cadáver. Entre los dedos de Odelia sintió el golpe homicida. No como víctima, sino como verdugo. El impulso, el impacto, la descarga, el pensamiento “jódete”, la sensación de liberación, de alivio al dejar de reprimirse, de descarga, ¿por qué no? Sintió la violencia, la risa, la sensación de placer del poder total sobre el otro, crudo, como cuando era una niña y le gustaba arrancarle las patas a un insecto sin necesidad de motivo. Porque sí. El apretar volcando toda su ira como una presa que se hubiera roto.

Escuchaba las palabras del doctor pero las escuchaba lejanas. Mi atención estaba en el cuerpo de Odelia y en percibir, en escuchar, en sentir.

Algunas quemaduras se habian perdido en el tiempo a traves de la cicatrizacion pero al tocar la primera, senti el pinchazo dentro de mi, mas que un dolor, era un ardor abrasador propio de una violacion. Ha Odelia la habian violado o incluso quemado alli y mis piernas flaquearon pero logre mantener en pie, debia llegar

Al tomar la mano de Odelia sentí como golpeaba a Odelia. Era yo quien disfrutaba de su dolor de su agonia a traves de las acciones del verdugo y sentí asco de mi misma, pero entendiendo que no era yo si el asesino a traves de mi agarre ambas manos de Odelia y cerre los ojos para concentrarme aun mas en lo que sentía.

Escuchaba su risa y la sensacion de placer por el poder total, basico, irracional, y aun asi trate de ir mas alla, de percibir mas, pero algo me bloqueaba, o estaba demasiado afectada.

Me separe del cuerpo y me acerque al doctor que aun continuaba con Daniel.

- Puedo ver a Noemi? dije algo nerviosa. - No se preocupe, yo se donde esta, dije recordando la nevera donde estaba el cuerpo el dia anterior.

Espere que me diera su consentimiento, tal vez tuviese mas suerte con Noemi en un nuevo intente de percibir estas cosas.

El forense miró a Leah un poco intrigado:

-Yo la saco, no se preocupe Leah, podrá examinarla tranquilamente.

Llevó a Noémie junto a Odelia. Los cadáveres no podían presentar un aspecto más distino. 

Luego siguió con Daniel, dejándole espacio.

Un poco mas calmada me acerque a Noemi. Estaba intrigada y no sabia bien que hacer. Sabía que ellas podian ayudarme pero aun no sabía como. Los nervios volvieron a mi al darme cuenta de nuestro enemigo podia estar alli a la vuelta de la esquina y era algo que no sabia aun como afrontar.

No pierdas tiempo.

Una vez sola con Noemi me puse de espalda al doctor y a Daniel. Esta vez me que quite los guantes y busque que hubiese mucho mas contacto. Tome ambas manos y las coloque juntas con las mias en un solo movimiento y cerre los ojos me concentre en Noemi y en Odelia.

- Aqui estoy, ayudenme, dije en un susurro.

Hice un esfuerzo mental para concentrarme......

Sintió a Noémie más lejos. No tanto como si las huellas de lo que había sido se fueran borrando sino más bien como si se fuera alejando de su cuerpo poco a poco.

Tampoco era exactamente eso. Igual que los ancianos cada vez recuerdan más el pasado lejano y se olvidan con mayor facilidad de lo que hicieron ayer el crimen, la injusticia terrible que había arrebatado su vida, importaba mucho menos ahora con respecto a ésta.

Un cosquilleo de alivio inesperado entró en Leah. Era como un “ya está”... Sintió en las manos de Noémi su amor a los niños. Esas manos habían lavado las lágrimas de cientos de ellos.

Solte a Noemi y golpee la mesa de frustracion.

Maldicion, maldicion.

Me aparte de ella mirando la nada mientras me quitaba las protecciones, lo guantes y lo demas. Era una perdida de tiempo. Si bien las palabras del padre parecian llenas de logica, se notaba que no iba a conseguir nada de las mujeres, y mucho menos del asesino.

Si bien se notaba que era sensible para que me torturan de nada servía para averiguar informacion y eso me hizo sentir mas frustrada aun.

Al menos Noemi, estaba mas calmada y tal vez habia conseguido la paz, lo que me dejaba ese sabor en la boca de que habia mas. Odelia tenia mas informacion, y no la iba a dar.

Debo volver a la oficina.

- Gracias Doctor, Si puede aclararnos las dudas sobre la hora de la muerte se lo agradecere, igual le agradezco si consgiue alguna otra informacion nos llame y gracias por el dato de las quemaduras.

Debía exprimir las carpetas sobre Odelia hasta conseguir algo mas.

Le di la mano a manera de despidida y me dirigi al auto luego de que Daniel me siguiera. Visiblemente estaba molesta y no esperar tener que dar explicaciones a Daniel acerca de ello. Solo estaba molesta porque donde metiese la cabeza no sacaba nada concluyente.

- Yo manejo. Declare sin animo de escuchar nada.

Mientras la detective observaba de cerca los cuerpos, el forense hablaba con Daniel.

-En mi opinión extraoficial

Hizo un gesto con la mano.

-Le extrajo el corazón como con una cuchara. Pero para entonces los tejidos de sustentación debían estar ya blandos como el barro. No se ven los característicos cortes de instrumentos afilados.

Su mirada era seria y atenta..

-Creo que lo hizo con las manos.

Cuando se acercó Leah siguió con su pregunta sin dar tiempo a reaccionar.

-La comida de su estómago también se salificó. Por eso podemos saber la hora de la muerte con una precisión incluso mayor que en un caso normal. Fue menos de media hora después de la muerte de Noémie.  

Habia llegado a la oficina aun con mi frustracion de no llegar a ningun sitio y alli estaba sentada en la sala con todas las carpetas frente de mi y sin tener idea de donde continuar.

Mire a Daniel quien me ofrecio cafe y para mi sorpresa le hice señas de que no queria. Aun no habia almorzado nada y no tenía hambre.Tenia ansiedad pero era de otra cosa. Necesitaba tener un camino.

Tome la carpeta de los sospechosos y me sente concienzudamente a revisar y a leer con calma, pero las palabras del doctor Benichou aun sonaba en mi cabeza. Le había arrancado el corazon con las manos. Y el cuerpo había sufrido un profundo tratamiento de salinizacion.

Pobre mujer.

Y aun asi solo tenía media hora de diferencia asi que las mato a las dos en el mismo momento. Respire profundo y coloque mis manos detras de la cabeza, luego me estire y me quite las botas quedando descalza. El frio del suelo me relajaba y me mantenía alerta mientras caminaba pensando. Pensando.

Aun tenía que investigar el pasado de Odelia. Tome su carpeta y me sente frente al computador.

Los sospechosos fueron desfilando como una procesión de seres salidos de las cloacas. Desde pederastas y maltratadores condenados a gobiernos corruptos que vendían niños. Incluso algún que otro personaje político cuya verdadera identidad había sido revelada. Las mafias no podían faltar. Y un largo etcétera. Desde luego que Chana había hecho una verdadera enciclopedia de hijos de perra.

El suelo pulcro de la oficina resultaba muy agradable al tacto y eso le ayudó a relajarse. El ordenador se encendió y Leah se quedó en blanco.

Para cuando agarró la carpeta de biografías, las lágrimas se iban condensando poco a poco en sus ojos y en la subcarpeta de la infancia de Odelia veía borroso y casi no podía leer.

Quizá por eso lo reconoció.

Era su silueta. Sin ninguna duda. Era él y no podía ser otro. Lo reconoció como nunca antes había reconocido a nadie. Era una certeza más allá de lo que puede dar la vista o la memoria. Estaba ante un retrato del asesino de Odelia.

En el pie de la foto ponía. “Edmund J. Terry, padre de Odelia, un año antes de su fallecimiento en 1981”

Al entrar en la sala y ver a Leah se me afianza una sensacion de alivio que se oscurece erzandome el cabello de la nuca cuando ella me hace una seña y se acerca a tocar el cadaver.
Por un momento temo las reacciones que puede desencadenarse y me quieto registrando la distancia, imaginando si hay suficente seguridad y imperceptible pero pulgada a pulgada incrementandola.
Mentalmente mis pensamientos entablan un tableteo de mudo ruego.
Por favor Señora de los Cielos protegela. Por favor Señora Blanca protegenos. Por favor protegela.
Si puedo abrir un canal no debe ser asi, a ciagas y sin precauciones. Menos con los restos de lo que haya tocado a Odelia.
Por momentos las observaciones y las dudas tecnicas se extravian en esta niebla de preocupacion y mi atencion se desplaza aunque lo intento ocultar.

Los segundos entre Leah y Odelia se me hace eternos pero todo el peso de lo que ocurre parece oscilar sin problemas hacia la normalidad. Apenas con detalles que destaquen sobre el fondo.
Mi cerebro empieza a relajarse y a dividir la atencion entre los comentarios de Benichou y las emociones de Leah a leer en sus gestos y silencios.
El patron de maltrato es desagradable mas si cabe si por edad y juicio experto debio coincidir en el tiempo de su infancia.
Cuando era la "Niña Ejemplar" de papa, de la mitad de la nacion. No me extraña que sucumbiera a los brazos de los opiaceos, pienso. La unica forma de dormir el mal en la noche o al menos amordazarlo.
¿Quien fumaria cigarros de sus familiares? ¿Papa?¿Mama? ¿Algun tio o abuelo? Los cigarros son mas de hombres. Ya miraremos mejor. Tenemos que averiguar cuando y quien y mas importante quien lo podria saber.En esas divagaciones estoy mientras no se exactamente si Leah se ve afectada por algo. Me parece que en algun momento da algun ligero respingo pero puede ser un efecto de mi imaginacion o incluso de un calambre.
Sus gestos son desesperados casi como si pretendiera exprimir un fruto rebosante.
Cuando aun frustrada levanto la vista pidiendo por Noemi retome el aliento lentamente.

El golpe en la mesa de Leah y su actos de salida furibunda me vuelven a chocar.
No se que opinara Benichou pero al menos es comedido y no dice nada especial.
Me puedo equivocar pero me parece tambien pensativo.
Le rotmo lo que ha dicho en relacion a mis preguntas.
Cuando menciona la maniobra de extraccion del corazon cojo el mismo tono serio y atento de el.
Con las manos... Como el sagrado corazon de Jesus o los ritos de kali de la pelicula.
¿Que mando Chana?

Cita:

¿Estaria Benichou de acuerdo en esta definicion para su simil del Erial que estamos contemplando?
Y la mujer de Lot se convirtio en sal cuando Dios la castigo por mirar atras.
Por todo lo sagrado ¿De que va esto? ¿Es una prueba palpable de la Ira de Dios lo que tiene Benichou sobre la mesa? ¿Pero que pecado valdria esto?
No. Espera ella dijo...

Cita:

Maldita sea. Que hijo de la gran puta.
Apreto los dientes y entrecierro los ojos y miro a Odelia y despues a Noemie. Intento sacarme la pesadilla de pensamientos cruzados con datos. Aun con la intucion de que no nos van a servir para mucho.
Al menos que si para templarme los nervios.
-Doctor Benichou la sangre salinizada del suelo de la cocina...¿Pertenece a Odelia?¿Las marcas en la pared de la habitacion inferior? Encontramos pastillas de benzodiazepinas en el vehiculo de la señorita Terry. Es seguro que no se han encontrado restos ni trazas de la sustancia en su cuerpo ni en la sangre ¿Cierto? Me podria recordar cuanto es el tiempo aproximado de eliminacion una vez cesado la toma. Quizas una caida en un insomnio por pesadillas pueda explicar el cambio de estado mental que ha producido esta tragedia.
Suspiro.
Le soy sincero. No se me ocurren mas que palos de ciego y busco una explicacion que nos ayude a encarrilar el caso - le digo con uno tono de voz neutro pero la sincera mirada cargada de expresiva seguridad de que nos estamos jugando mas que el puesto, una mirada nerviosa que no evita el mirar a Leah. Es una peticion de ayuda silenciosa y off the record - Si se le aviene algun caso similar, comentario de algun colega o alguna otra idea por favor no dude en llamarme.
Le anoto el Telefono en una de las hojas en blanco del bloc.
[B]Estoy de acuerdo con usted. Inciniren el cuerpo. Por cierto ¿Alguien los ha reclamado?
Despues de oir la respuestas a mis ultimas preguntas me giro hacia [/B]Leah y salimos al coche.

En el coche el silencio del Leah me reconcome.
Parece frustrada. Puede estarlo eso es logico pero solo han pasado 36 horas desde que tomamos el caso.
Tanta ansiedad me escama si no tiene un trasfondo personal ligado a sus intuiciones.
En el trayecto la miro. Algo esta pasando. Cuentamelo.
Sin embargo parece demasidao al rojo como si fuera un cuchillo cuyo filo se ha dejado demasiado al fuego. Uno frio y sin llama visible.
Le pregunto en un murmullo por como ha ido en la iglesia.
No me dice nada.
Me callo y miro al trafico mordiendome la lengua.

El señor Betinchou había tomado los datos de Daniel.

Sobre la procedencia de la sangre salificada, quedaron a la espera de un análisis genético. Los resultados por grupo sanguíneo no ofrecieron resultados concluyentes por el mal estado de las muestras.

También estaba pendiente del análisis de los tejidos grasos, pero por los resultados en sangre Odelia, desde hace al menos veinte o treinta días no había tomado benzodiacepinas. El imsomnio podía haber sido bajado el umbral para una reacción violenta pero el doctor recalcó que era más importante el efecto del mono. Si había dejado de tomarlas de repente, incluso si lo había hecho poco a poco, el cuadro clínico del síndrome de abstinencia a benzodiacepinas incluía ansiedad, terror, ataque de pánico, pesadillas, insomnio, paranoia, despersonalización, depresión y alucinaciones.

El cansancio me estaba castigando cuando me levante de la silla. Habia tratado mal a Daniel y lo sabía pero no me importaba. Ademas era un hombre. Que se acostumbrara a pagar por los pecados de los de su genero.

Pero tu no eres asi Leah.

Levante la mirada y lo mire con rabia.

Todos los hombres son iguales.

Sabia que estaba molesta por mi frustracion con el caso, estaba segura que conseguiría alguna solucion algun camino siguiendo las palabras del padre, y mi instinto. Cuantas veces te ha fallado el instinto, reflexione mientras recordaba un mal arresto que hice en Niza meses atras.

Me sente mas decaida en la silla dandome cuenta que Daniel no tenía la culpa. Lo mire y acerque la silla.

- Lo siento Daniel. De verdad, lo siento. Yo no soy asi, o bueno si lo soy, pero no tanto.

Trate de recoger mi cabello mientras trataba de ordenar mis ideas.

- Estaba casi segura de que hacer despues de que hable con el cura en la iglesia, pero ahora todo parece vacio, sin sentido y me estoy volviendo loca de sentirme impotente contra lo que sea que sea el monstruo ese.

Respire profundo.

- Tu no tienes la culpa, ademas no dormi bien y soy irritable a veces, lo siento de verdad.

Trate de sonreir, era lo mejor que podía hacer en una disculpa.

Me servi cafe y le acerque una taza.

Me sente en donde tenia los papeles y volvi con la carpeta de sospechosos. El trabajo de Chana era realmente concienzudo, demasiado para mi gusto. Todas las carpetas tenían informacion, DEMASIADA INFORMACION!!!! Y eso tambien me estaba volviendo loca. Comence a filtrar los papeles y a establecer un marco de tiempo para establecer prioridad.

De pronto la vi. Alli estaba una imagen en tonos de gris de un hombre vestido con traje. Pero mi conciencia no vio el rostro, ni siquiera el nombre.

Sus ojos.

La foto me miraba y me quede helada frente al papel. La taza ya la habia apoyado o estuviese en el suelo en este momento. Mis ojos no parpadearon. Estaban fijos con los de aquel hombre que me miraba fijamente a traves de la oscuridad. Entonces escuche la risa. La recorde mas bien. Esa risa maquiavelica de disfrutar del dolor ajeno, como cuando violas a alguien y disfrutas de su dolor pero en vez de eso lo estas matando.

La mirada me penetro como penetrar un pan, mantequilla, mi alma.

Senti como unas lagrimas se escaparon de mis ojos y trate de girar mi cuerpo hacia Daniel. Mi boca estaba abierta y no podia hablar. Estaba segura que era miedo, pero era algo mas visceral que me controlaba. O mejor dicho que no lograba controlar.

Finalmente Daniel me miró intrigado y pude acercarle la carpeta para que viera a la persona en la fotos. Habia visto el nombre y que era el padre de Odelia. Ahora habia un poco mas de sentido.

- Es el... dije haciendo un esfuerzo para que se escuchara mi voz.

- Es el maldito... dije aterrada.

Cuando sostengo la imagen del senador Terry y Leah dice es el...por un latido siento la esperanza de un terreno firme por donde seguir rebullir pero es un deseo falaz que muere al leer el nombre y la fecha de quien es.
Joder...Joder, joder, joder. Si no fuera por Leah estaria echando sapos y culebras por la boca.
Ha estado esquiva todo el rato. Ansiosa como un raton con el gato dentro.
Ha intentado disculparse lo que apaciguo en parte mi enfurruñamiento.
Es como si se esforzara por conectar pero una parte inherente en mi la alejara constantemente.
Como si entre los dos habitara la fuerza de un resorte de repulsion el cual aun no me puede explicar. Aun. En mi interior tengo la sensacion de que ya no es nunca.
Eso me ha empujado a realizar el esfuerzo contiguo. Apagar los fuegos de la furia con determinacion. Restructurar esa fuerza hacia lo positivo.
Ahora la tengo delante, desencajada en una mueca de terror que se me contagia por que me asusta lo que se puede parecer al terror de las dos victimas.
No ha llegado a abordarme pero su primer instinto ha sido buscar apoyo.
Le tiendo las manos hacia los hombros con las palmas abiertas para rozarlos y contactar con su presencia, la del sosten de primero un amigo, un colega. Diciendo que no vas a caer.
Si no cede a los impulsos de repulsion la acojo hacia mi mientras canalizo mi ira en firmeza. Conviertiendo mi cuerpo en una pared en la que apoyarse. Con el calor de la verdad de que no esta sola en esto. No la puedo forzar, ni atraer. Solo espero que encuentre lo que ella ahora necesita.
Leah me dijo que no era una mujer para mi. Ahora yo no tengo que ser un hombre.
Solo compañero.

Por un momento Leah sintió vértigo. Como si a unos milímetros de sus pies descalzos se hubiera abierto una grieta tan profunda que amenazaba con partir la Tierra en dos. Pero tras ella notó la proximidad de Daniel, callado como un muro de piedras amontonadas que no estaba dispuesto a tambalearse.

Una vez que extiendo la carpeta con la imagen del hombre siento como mi mundo se desgarra, mis piernas enflaquecen y si hubiese estado de pie seguramente ya estaría en el piso o caido en un vacio frente a mi.

Siento algo que me ahoga desde mi centro y casi me derrumbo cuando siento la mano de Daniel que me trae a la realidad. Sus mano de alguna manera me han traido calor y sosiego y siento como mi respiracion se calma mientas apoyo mi cabeza en su regazo. Pasaron unos minutos. O mas.

Ya no tenía el sentido del tiempo, pero estaba mucho mas animada, calmada.

- Debemos revisar la tumba supongo. Dije sin pensar.

Pero me sentía debil. Casi sin ganas de nada. No me iba a desmayar pero me sentía cansada. Cansada de tener miedo.

Me coloque las botas y me prepare para salir.

Pense en el cura, tal vez podria tener una explicacion.

Debi pedirle el telefono.

- Daniel no se que hacer. Vamos al cementerio?

Vuelvo a revisar el expediente no sea que lo hayan incinerado o algo asi. Debieron haberlo enterrado.

Leah huele a miedo y yo huelo a miedo.
Es un aroma acre que repta por las fosas nasales hasta la parte interior del pecho.
O tambie lo puedes sentir al reves.
Su miedo impregna el mio y el mio acabara filtrandose en el suyo.
No puedo definir mas que retazos del suyo, pero mi temor a que las fuerzas internas que la abruman lleven su cordura a romper, me drena las energías como una termita en un tronco.
Que lo sepa es la mayor fuente de angustia por que por voluntad estoy decidido a no cejar. Puedo errar en como ayudarle o no llegar a tiempo sabiendo como hacerlo.
Y al mismo tiempo esta este asesino suelto y debemos acomterlo, sacarlo del juego y que no pueda hacerle a nadie lo que le ha hecho a Odelia o a Noemie.
Hay un impas de tiempo en el que no pienso en nada mas que en sentir que ese miedo y esa tension se calman. No van a desaparecer pero solo un rato mas en el que no nos aplasten es reconfortante.

Cita:

- Me parece una buena idea - asiento pensando que si el cabron se presento hasta su hija hace cuatro dias para cometer esta matanza debio fingir su muerte en el ochenta y uno.
Pero eso es solo una parte de mi cabeza la que lo dice. La otra se friega las meninges agitando la figurativamente la cabeza con una lenta negacion. El fingimiento es la explicacion serie si quieres creer que no esta muerto. Si no lo crees ¿Por que las piezas tiene mas sentido?
Contemplo el rostro severo de la fotografia. ¿Es este el tipo que quema niñas con cigarros encendidos?¿Te lo imaginas siendo taimado como para ocultarse de la vista? Era un senador del puto gobierno Reagan. Un endiosado entre los hombres. Solo se le avendria una situacion asi al anfrentarse con uno de sus pares.
Por curiosidad miro si explica la causa de su muerte.
Leah me pregunta si vamos al cementerio. Por un momento me desconcierta por que no se si esta hablando por Noemie o Odelia. Luego me doy cuenta que quiere ver a este tipo literalmente en su tumba.
-Este tipo debe estar enterrado en los Estados. Con pompa y boato - me lamento - Y era senador. Aunque podemos viajar alli nos ahogariamos en un mar de burocracia y de contactos e influencias en contra.
-Estas segura que es el - afirmo, no pregunto - Ahora tendria entre 70 u 80 años. Puede que este en forma pero no lo creo seguro. Debe tener alguien que le ayude ¿No crees?. Alguien que le haya apoyado con Odelia. Por ejemplo con el hecho de que dejara la medicacion.
Alguien de su circulo interno. O del de las dos.
Podemos echarle un vistazo a gente proxima a Odelia y a los datos dobre su padre. Y los cercanos a Noemie.
-Vamos a tener que tener que descubrir otro extremo de la trama si queremos tener una base suficiente para pedir que nos abran esa tumba. Un complice de conspiracion para asesinato puede bastar.
Pero es mas horas sobre los papeles. No se como lo llevas eso - la pregunta esta vacia de cualquier resonancia es solo curiosidad. - ¿Que prefieres? Personalmente querria tener toda la informacion en negro sobre blanco sobre este cabron antes de tener que afrontar otra menos inocua.
Ya tenemos a nuestro hombre - sonrio con satisfaccion lobuna - averiguemos todo lo que sea necesario para poderlo atrapar - de una forma u otra, omito.
Me cruzo de brazos tranquilo esperando la respuesta de Leah. Hay trabajo para dar y tomar. Sin embargo me decido a hacer una ultima pesquisa. En confianza.
-Por cierto ¿Que te dijo el cura? La premura en encontrar pistas ¿Es algo que te comentara que deba saber?