Partida Rol por web

El corte en el brazo escuece, pero dada las circunstancias debo admitir que he salido bien parado. Ese soldado era tan rápido como yo, pero su destreza con los cuchillos me superaba. Seguramente vuelva a encontrarme con él, pero ahora no es el momento de pensar en ello. Yo también he logrado herirlo y no creo que quiera seguirme a sabiendas de que poseo mayor potencia de fuego, eso sí, tendré que cuidarme muy mucho de todo lo que se mueve a mi alrededor.

Las explosiones y los disparos no pintan nada bien, debo llegar hasta mis compañeros. ¡Maldita sea, me necesitan! He perdido demasiado tiempo en esa lucha sin sentido, pero al menos he recuperado el arma de Lady Violet. Espero llegar a tiempo y encontrar a...¡MIERDA!

Lo que me faltaba, tres putos zetas acaban de salir de solo dios sabe y parece que se han empeñado en que me convierta en su aperitivo. No puedo perder tiempo ahora con ellos, así que avanzo en su dirección haciéndoles creer que voy directo a sus brazos, claro que no soy ningún suicida. En el último momento salto apoyando el pie sobre la pared y así, impulsarme para subir de un salto al contenedor de basura. La maniobra logra engañarlos el tiempo suficiente, como para saltar del contenedor y seguir corriendo hacia la verja que hay al final del callejón. Me la juego todo a una única carta, el brazo me escuece y espero que no me falle en el agarre o me convertiré en comida para zombis. Por suerte, he trabajado mi cuerpo durante años y el dolor no es nada nuevo para mi. Me arrojo con todas mis fuerzas hacia la verja y con gran habilidad, trepo por ella y salto al otro lado a tiempo de ver cómo los Zetas se arrojan sobre la verja. Sus rostros no tardan en quedar marcados el metal de la propia verja mientras tratan inútilmente de atraparme con sus manos muertas.

Retrocedo sin darles la espalda alzando un par de dedos mandandoles al infierno. Es un pequeño momento de satisfacción que me hace bajar la guardia y no darme cuenta de que una bestia de varias toneladas de metal, se abalanza sobre mí. Durante un instante me veo atrapado bajo las gruesas ruedas del vehículo, pero por suerte, el conductor logra detenerlo en el último instante.

Nuestras miradas se cruzan y en mi vida me he alegrado tanto de ver a alguien.

-¡GRAY!

El vehículo parece bastante magullado, pero al menos ella está bien. Aunque no tardo en descubrir que no es la única. Con gran alegría, me dirijo a mis compañeros ofreciéndoles un fuerte apretón de manos a cada uno.

-¡Me alegra volver a veros! Sabía que no había nacido nadie lo suficientemente duro como para haceros caer. ¿Algún herido? Por cierto, hay varios Z-corps que quieren nuestras cabezas.

Tomando el rifle que cuelga de su espalda, se lo tiende a Lady Violet.

-Creo que esto es tuyo.

Ahora que todos sabían quién era realmente Silver y el porqué de sus mentiras, Red pudo relajarse ligeramente. Incluso a pesar de todas esas artimañas, le creía al chico, quizás por haber confiado en ellos y finalmente confesarlo. Como fuera, tenían trabajo que hacer.

-Podemos aprovechar eso para tenderles una trampa- dijo y al instante notó lo cambiado que estaba. Prefería deshacerse de esas personas, matarlas sin más, de forma rápida para evitarse problemas. Solo esperaba no llegar a la instancia de tener que elegir si acabar con alguien que se hubiera rendido acudiendo a esa misma excusa. Había líneas que no quería cruzar pero que empezaban a hacerse sumamente difusas.

La frenada le hizo salir de sus oscuros pensamientos, dándose la cabeza contra el asiento y alzando su arma pensando que era un ataque. Pero no, Blue estaba ahí parado, con el rostro sorprendido y la ropa ensangrentada. Rechazó la mano para darle un fuerte abrazo.

-Creo que eres el único herido- todos lucían como si hubieran ido al infierno y vuelto, pero decididos a hacer el viaje una vez más-. Déjame darle una mirada.

No sabía que podía haber penetrado el blindaje, pero debía evitar que siguiera jodiendole para poder moverse y disparar. Dentro del vehículo, el cual aún funcionaba por gracia divina, Red revisó la herida de Blue.

Sophie no quería quedarse con ese amargo sabor a decepción y desconfianza para con Silver. Pero la verdad es que no podía evitarlo por ahora.

- Entonces de alguna manera eres tu ahora el ¿jefe de operaciones del equipo? - le pregunto. - Sólo espero que no vuelvas a mentirnos y que nos hayas contado todo lo que sabes.

Llegado un momento, Silver nos alerta sobre algo que ha visto en la tablet ¿Podía ser una horda de zetas? No... era otra cosa.

De pronto nos topamos con Blue que estaba huyendo de algunos infectados. Le hacemos subir rápidamente a la tanqueta antes de salir del área peligrosa una vez más.

El me entrega de manera muy formal el rifle que había dejado atrás durante mi huída de los traidores. Voy a hacer el gesto de coger el arma con una mano, pero termino rodeando a Blue con un efímero pero sincero abrazo.

- Me alegra verte bien. Han pasado muchas cosas desde que sacamos a la chica de bla facultad. Hay Z-Corps que trabajan para otros intereses, pero eso parece que ya lo sabes. - le comento poniendo en común nuestras experiencias.

- Por desgracia les entregamos a Keisa Finch, nuestro objetivo, creyendo que estábamos cumpliendo nuestra misión, antes de saber que intentarían apuñalarnos por la espalda. - continuo poniéndole al día...

- Ahora resulta que van a trasladarla, si no lo han hecho ya... A otro lugar y debemos evitarlo.

- Por cierto, Silver ha confesado que es una especie de oficial infiltrado.... y termino de contarle todo lo de Sylver y sus secretos.

Gray pisó el freno al escuchar el grito de Silver y con el mismo reflejo cerró los ojos con fuerza, como si pudiera esquivar con ese gesto lo que tenía delante. El vehículo paró en seco, no le pareció que se hubiera llevado por delante a nada ni a nadie. Después de unos segundo sin poder mirar, le pareció escuchar su nombre desde el exterior de la tanqueta y medio sin querer, abrió un ojo para después quedarse de piedra.

—!Mierda! !Para la próxima vez avisa antes, no me importa atropella a alguno de esos traidores o al albino, pero es Blue—Le dedicó a Silve su mirada más asesina mientras señalaba a su compañero aparecido.

—Creo que falta comunicacion. !Mierda, mierda, mierda! —Gray no pod'ia creer lo que acababa de decir. Volvio a cerrar los ojos y se dedico a negar con lacabeza intentando olvidar el recuerdo que le traia haber pronunciado esas palabras.

No estuvo tranqula hasta que vio a Blue dentro del vehículo y despues de que Lady Violet y Red pusieran a este al corriente de todo, se giró en su asiento para comprobar de cerca que su compañero estaba de una pieza y con el activimentro en numeros normales.

—Me alegra que estés bien Blue. —dijo con una timida sonria.

—Y ahora que estamos todos ¿alguno quere conducir?.

Aquellos ajenos al combate jamás comprenderán el vínculo que se forma entre soldados. Por ello Blue se siente tremendamente feliz al encontrarse de nuevo con su unidad. Han sido unas horas tensas y llenas de peligro, pero de nuevo vuelven a estar juntos.

-Quizás deba de desaparecer más a menudo.  -Indica con cierto divertimento ante el abrazo de Lady Violet. Pero no tarda en cambiar la atención hacia Red.   -Es solo un rasguño, pero te lo agradezco. Muchas veces la sangre hace que la herida se vea peor de lo que es, pero es mejor vendarla para no caer infectado. Gracias, Red.

Posando la mano sobre el hombro de Gray, dedica una sincera sonrisa a la muchacha. Él también se alegra de ver que está bien. No puede decir mucho más, pues Silver le narra en grandes pasos, lo que el resto de sus compañeros ya conocen.

Ahora todo cobra un poco más de sentido, pues cuando fueron reclutados por los Z-corps, se les informó que todos los candidatos tenían ya experiencia previa con los Zetas. Pero Silver en cambio, se mostraba solo como un friki adicto a los videojuegos.

Su historia da mucho en lo que pensar, no por el propio papel de Silver, pues Blue como soldado sabe lo que es cumplir órdenes. Lo que realmente le aterra es la idea de que existan figuras que pretendan acumular poder y riqueza con todo lo que está sucediendo. Todo eso lo pone furioso, pues va en contra de todos sus valores morales.

-Yo también tengo algo que contaros, mientras alejaba a los Zetas de la universidad, me crucé con un par de Z-corps que me ayudaron. Logramos despistar a los Zetas y poco después, uno de ellos trató de asesinarme. Logré darle muerte, pero antes de poder reaccionar, llegaron tres más. Por algún azar del destino, creyeron que el muerto era yo y que...bueno, yo era su compañero así que me llevaron hasta el taller.

-Yo estaba dentro del taller cuando llegasteis con la chica. Intenté avisaros de que no os fiaseis, pero mi radio había quedado inutilizada durante la lucha. Cuando las cosas e complicaron me dispuse a abrir fuego, pero todo se calmó. No podía salir de inmediato de allí y pensé que podría obtener algo de información antes de reunirme con vosotros. Pero las cosas se complicaron rápidamente. ¿Recordáis a los soldados de la universidad? Pues están aliados con los Z-corps del taller. Os iban a dejar marchar hasta que descubrieron donde estabais, tenía cinco minutos para desarrollar un plan y ayudaros, pero los soldados actuaron antes de tiempo. En cuanto pude, salí del taller para ir en vuestra ayuda. Vi a la jefa en un callejón, cubierta por una nube de humo y sobre ella, en el tejado de una casa cercana, a un francotirador. Fui a por él y tras una pequeña lucha, escapó pero me hice con el arma.

-La chica ha sido metida en lo que parece una cámara de crioestásis de las películas. Se disponen a trasladarla de inmediato, el transporte debe de estar al llegar. No creo que tengamos tiempo para realizar un plan elaborado, si vamos a rescatarla, tiene que ser ahora. Si no han vuelto aún, dentro no habrá más que cinco Z-corps, salimos seis fuera para buscaros. Así que es ahora o nunca.

Al parecer Blue estuvo tan ocupado como ellos, quizás aún más, pues tuvo que codearse con los mismos tipos que estaban detrás de aquello. Impresionante que luego de todas esas peleas, solo tenga un leve rasguño en el brazo. Mirando a sus compañeros… era milagroso que estuvieran prácticamente ilesos, siendo el que peor estaba Silver por la mordedura de un zeta. Pero sus deducciones le indicaban que eso podía cambiar muy pronto.

-Supongo que tendremos que caer como un martillazo, rápidos y brutales- apretó la mandíbula, como preparando todo su cuerpo a lo que estarían a punto de hacer-. Gray y yo matamos a dos, luego nos enfrentamos a otro grupo, uno tenía un lanzagranadas. Herí a uno, pero podrían haber vuelto a su base- su escopeta tenia los cartuchos incendiarios, para así meter el mayor daño posible, pero recordaba las armas pesadas de las que disponían cuando entregaron a la joven-. Pero estando juntos podríamos lograrlo.

Miró a Violet, era ella la que decidía todo. Lejos estaba la chica que conociera hace tanto tiempo, parecían años, mientras atendían Violeta. Se la veía cansada, golpeada, pero ese brillo de fuego en sus ojos no se había apagado ni un poco. En realidad todos parecían tenerlo. Como si cuando todo te aplasta y te quiere hacer bajar la cabeza al fango, el mismo espíritu de lucha humano te hace levantar la cabeza, peleando por no dejarte caer. Necesitarían cada gota de eso para asaltar esa base.

Gray abrio los ojos como platos al escuchar lo que contaba Blue. Habia estado infiltrado con los traidores y tenía mucha información valiosa. Pero algo rondaba en su cabeza que no terminaba de entender.

—¿Crioestasis? ¿Eso quiere decir que la han dormido? Pues no suena nada bien, tiene que estar infectada si no ¿para qué hacer eso? Un momento ¿alguien sabe des... descrio...lo que sea eso que le han hecho ? —miró a sus compañeros como si estuviera esperando una respuesta. No dijo nada más no queria ser negativa pero se le ocurria un buen puñado de cosas que iban a necesitar, y que no tenían. si querian rescatar a la chica con capsula incluida.

Lady Violet podía ver la mirada de convicción entre los suyos. No se trataba de una misión más, lo que estaba en juego era la vida de mucha gente. Keisha era la clave por alguna razón y no podíamos dejar que se la llevarán..

- Muy bien, yo me encargaré de llevar esta vez la tanqueta. Blue nos ha dado la información más valiosa de todas y es saber cuantos de ellos nos vamos a encontrar.

Entonces se puso muy seria y adoptó ese tono de líder, capaz de echarse el peso de la responsabilidad a las espaldas.

Este es el plan. Será un todo o nada. Usaremos la tanqueta para reventar la baya del taller. Me refiero a usar el vehículo como ariete. Será mejor que todos os pongáis los cinturones.

Luego aseguraremos la zona del impacto y mientras yo dejaré un regalo sorpresa conectado al arranque del motor. Si llegan refuerzos e intentan acceder a la tanqueta será un horno crematorio.

El problema que podemos quedarnos sin modo de salir de aquí, pero para eso podemos pedir un helicóptero.

¿Por cierto para que demonios la congelarian? Silver ¿Debemos tener alguna precaución para desconectarla? Sólo espero no hacerle daño nosotros mismos por no saber usar esa tecnología. - preguntó al que en el fondo podía considerarse como alto cargo de One World entre ellos.

- Así es como actuaremos ¿alguna idea que aportar chicos?

-Podríamos abrir las comunicaciones y dejarlas así con una de las tabletas- dijo Red encogiéndose de hombros-. Para atraer a todos los que podamos a una zona alejada de nuestro objetivo y contar con que no llegaran a tiempo para cubrir a sus compañeros. Si lo entendí bien lo que dijo Silver, pueden rastrearnos de esa manera- mientras menos personas hubiera defendiendo el lugar más sencillo seria para ellos-. No sé si la tanqueta aguante, pero sería lo último que le pediríamos- le dio un suave golpe al metal, sonriendo, les salvó la vida muchas veces y se lo agradecerían chocándola contra una base enemiga-. Quizás no debamos tocar nada de donde este encerrada la rehén… al menos no hasta tenerla en nuestro poder.  

Todo era demasiado a ciencia ficción… pero estaban luchando contra un grupo de traidores que se infiltró a una organización que combatía muertos vivientes. Si se ponía a pensar era lo más normal del mundo.

Con una amplia sonrisa cedió a Lady Violet el asiento de piloto de la tanqueta. Le gustaba conducir pero necesitaba estar muy concentrada para no meter la pata y eso le estaba agotando. Se sentó atrás, mientras escuchaba todo lo que hablaban sus compañeros se puso el cinturón un poco preocupada —¿ se puede activar a distancia? Me refiero a las comunicaciones en la tableta. Perderíamos tiempo si no fuera así. Y lo que menos me apetece es tener que separarnos otra vez —dijo mirando al techo del vehículo, intentaba relajar un poco el cuello de la tensión que había acumulado todo el tiempo que estuvo al volante.

El lugar está plagado de enemigos, no solo hay que tener en cuenta a los que están dentro del taller, sino también a los que salieron de él y que puede que aún estén por ahí fuera. Si eso no fuese suficiente, hay algunos Zetas que atraídos por el sonido de los disparos, se encuentran pululando por la zona. Todo ello, claro, sin olvidar al terrible y hasta ahora, indestructible Zeta albino.

Si todo eso no fuese suficiente, ahora tienen que lidiar con una extraña máquina surgida de una película de ciencia ficción, en lo que según les cuenta Blue, han encerrado a la VIP. ¡Vaya desastre! ¿Nunca iban a tener una misión sencilla?

-La idea de Red me parece cojonuda, activar las comunicaciones o la señal del gps podría levantar sospechas. Pero les haré creer que nos conectamos a la red principal para tratar de comunicarnos con la base central, una especie de aviso de S.O.S. Eso hará que detecten la localización que creamos oportuna y con suerte, enviarán allí a algunos hombres. Me parece buena idea, Red, tendré que tener cuidado contigo o me quitarás el puesto de cerebrito en el grupo.

Silver se pone a trabajar en ello y ha crear un programa, que simule lo que Red a sugerido. No le cuesta demasiado hacerlo, por lo que después busca un lugar al que atraer a los falsos z-corps. Se decanta por un lugar situado a algunas manzanas de distancia, un lugar que podría ser protegido fácilmente y que podría colar como un buen sitio para ocultarse y recuperarse.

-Listo, activare el engaño en cuanto queráis. Sería conveniente hacerlo algunos minutos antes de lanzar el ataque contra el taller. De esa forma podemos asegurarnos de que los soldados estarán lejos del taller.

Ahora queda el asunto de la cámara de la que habla Blue. No tiene ni idea de lo que puede ser, pero debe admitir que no está al tanto de toda la tecnología que las grandes corporaciones tienen a su alcance.

-Podría tratar de estudiar la cámara en la que está la VIP, pero por el momento no tengo ni idea de lo que puede ser. Las grandes corporaciones compiten entre ellas para desarrollar la mayor tecnología en el menor tiempo posible. Muchas de ellas se guardan sus grandes avances para tener ventajas sobre sus rivales, es decir, prefieren perder la fortuna que ganarían si lo sacasen al mercado y guardar sus avances para sí mismos para obtener una gran ventaja sobre el resto. Es probable que esa cámara sea algo parecido  y que deseen conservar a la VIP a toda costa. Eso es algo bueno, pues podemos usar eso en contra de nuestros enemigos si se da el caso. Sabemos que ellos la quieren con vida, pero ellos no saben que nosotros también...es decir, si amenazamos con destruir la cámara y matar a la VIP, puede que obtengamos algún tipo de ventaja. Es una jugada arriesgada, pero podría servir si la cosa se complica.

El haber estado en el interior del taller le otorga cierta ventaja táctica que ahora puede aprovechar para ayudar a su equipo. Si el plan de Red sale bien, puede que se encuentren resistencia mínima en el interior del taller, algo que les vendrá de perlas pues se enfrentan a soldados experimentados.

-Los accesos al interior del taller están bien protegidos. Han colocado pequeñas cargas explosivas en puertas y ventanas, por lo que entrar por ahí es mala idea. Además han colocado diverso mobiliario en el corazón del taller para que sirva como barricadas en caso de que alguien logre entrar. Lo bueno es que si no está todo el equipo dentro, no podrán cubrir todos los ángulos y eso nos da una oportunidad. Silver, por favor, pon un plano del lugar...

El informático tarda apenas unos instantes en mostrarles un mapa de la zona y Blue aprovecha para marcar donde han sido situados los explosivos. No son cargas muy potentes, pero si más que suficiente como para que quién quiera atravesar la puerta acabe hecho pedazos.

-Dentro del taller, hay una escalera de mano que da acceso al tejado. Uno o dos de nosotros podría tratar de llegar al taller sin ser vistos, subir al tejado y acceder al interior desde ahí. Lo idea sería que estuviésemos en posición para cuando Lady Violet lance la tanqueta contra la verja y aprovechar el revuelo para colarnos dentro. Con suerte, podremos abatirlos a todos antes de que se den cuenta de lo que está pasando. Claro que si nos pillan acercándonos al taller...

El alago de Silver le hace sonreír, aunque sabe que eso sería muy poco probable y se lo demuestra medio segundo después mientras manipula su Tablet como un poseso. Una idea puede surgir en un momento de necesidad y salvarte la vida, pero definitivamente no podría hacer nada de lo que hace ese chico, que para Red continuaba siendo confiable. Aunque el bombero se dejaba influenciar por ciertas cosas.

-Esperemos no tener que llegar a eso- no le gustaría tener que fingir que estaba dispuesto a matar a alguien inocente, una porque le parecería horrible y otra porque es muy malo intentando mentir o parecer intimidante. Incluso con su gran tamaño y músculos, cualquiera que le mire a la cara sabe que es buena gente. Por eso le ponían a tranquilizar a las personas durante un incendio o como cara del cuartel-. Aparte podemos estar seguros que ese aparato debería funcionar bien, si confían en él para moverla- luego intentó memorizar el mapa, algo que solía hacer si tenía esa oportunidad al rescatar gente, una vuelta equivocada y estabas muerto-. Golpear primero suele ser lo más efectivo- dijo ladeando la cabeza con tristeza, aprendiendo por las malas que era una gran verdad-. ¿Quiénes entraremos?*

Contaba con buen potencial de fuego, aunque no fuera tan masivo como el de Gray o Silver, si le daba a alguien con su escopeta el daño seria casi mortal. También esperaba probar esos cartuchos incendiarios.

-Recordemos que aún está presente ese Zeta Albino y que ataca creando emboscadas, procuremos no caer en una.

- Echaré la verja abajo y os daré el tiempo suficiente para que podáis trepar y colaros dentro. - digo, sabiendo que esta vez voy a ponerme en riesgo estado en primera línea.

- Espero que este bicho... - dándole un par de palmadas a la carrocería antibalas de la tanqueta. - ... aguante un poco más. Lo cierto es que nos ha salvado la vida en más de una ocasión.

- Muy bien. -  respondo a Blue. - Lo mejor es que seas uno de los que entre ya que conoces su base por dentro. Gray y Red, iréis con él.

No estoy convencida del todo de este plan. Muchas cosas pueden salir mal. Pero si aceptamos ser Z-Corps es porqué sabemos que en momentos así debemos ponernos en riesgo por un bien mayor. La vida de muchas personas depende de nosotros...

En cuanto a lo de la cámara criogénica, prefiero no comentar nada. Es la vida de una persona la que está en juego y prefiero que mi equipo tenga la libertad de decidir que hacer, por en encima incluso de la misión. Confío en ellos.

—¡Perfecto! —Gray ya imaginaba que le tocaba entrar en acción, le agradaba ir con Red y Blue sobretodo porque tenían más experiencia que ella y le daba seguridad. Aun así le preocupaba el Z albino, casi lo había olvidado, —sería bueno tener un detector para ese tipo de Z —miró a Red después de escucharle hablar sobre este peligro que se añadía a todos lo que tenía que afrontar—alguien le podría poner un cascabel al gato —dijo esto casi sin pensar mientras tomaba su arma y comprobaba que todo estuviese en orden.

Nada mejor que trabajar bajo presión para lograr convertir a los Gorgonitas en una verdadera máquina de precisión. Reunidos de nuevo, no tardan en trazar un plan de acción que pese al riesgo que van a correr, bien puede ser su mejor opción. Ahora tan solo les queda rezar para que la suerte les sonría un poco y que todos logren salir de allí con vida.

Lady Violet conduce el vehículo hasta un lugar cercano al taller y se detiene el tiempo justo para que Blue, Gray y Red salten al exterior y comiencen a avanzar hacia su posición. Ella por su parte, continúa en movimiento (es mejor no detenerse y dar opción al maldito Zeta albino a volver a aparecer)

Silver, situado junto a Lady Violet, se mantiene enfrascado en su tablet preparando el señuelo con el que pretenden alejar a cuantos soldados puedan. A su vez, sonríe con cierta malicia, pues una vez se inicie el asalto, va a cargarse las comunicaciones de sus enemigos. Cree que es bastante oportuno pagarles con la misma moneda.

Blue, Gray y Red, no tardan en llegar hasta la verja que cubre el taller. Tomando de su mochila unos alicates, Blue comienza a cortar el alambre poca a poco hasta poder abrir un hueco lo suficientemente grande como para que puedan pasar reptando. Mientras tanto, tanto Gray como Red se mantienen en guardia atentos por la llegada de posibles de enemigos, la aparición del zeta albino o que alguien los vea desde el taller.

La tensión del momento, les hace maldecir al creer que el sonido de los alicates, resuena como algo realmente estruendoso. Pero pese a ello, nadie parece darse cuenta de que están ahí. Abierta la brecha, uno tras otro pasan al otro lado de la valla y avanzan hacia el taller. Blue es el primero en llegar y no tarda en apoyar la espalda contra la pared, entrelazar las manos y hacer una señal a Red para que suba al tejado. Con las rodillas flexionadas, la espalda recta y las manos preparadas, Blue se prepara para ayudar a Red a llegar hasta el tejado. El bombero ha realizado maniobras semejantes en el pasado, por lo que resulta un juego de niños para su portentosa musculatura el poder subir.

Una vez arriba, asegura la zona con el arma prepara para abrir fuego. Pero de nuevo, no hay nadie a la vista, por lo que se vuelve hacia abajo y realiza una señal a Gray. La gorgonita, con la ayuda de Blue desde el suelo y con Red desde el tejado, no tiene problema tampoco para subir. Finalmente, le llega el turno a Blue, quién realizando un salto extiende las manos para que Gray y Red lo sostengan e impulsen hacia arriba.

Una vez todos están arriba, revisan por última vez sus armas. Colocándose alrededor de la trampilla que da acceso al interior del taller, aguardan a que Lady Violet haga su jugada.

-Están en posición...nos toca.

Silver guarda su tablet y prepara su uzi para entrar en acción. Lady Violet pisa el acelerador y se encara contra la valla que rodea el taller. Como si no fuese más que una tela de araña, el metal de la valla se parte y hace añicos ante la potencia del vehículo. Con un gran estruendo, se abren paso a través de la valla, reduciendo gran parte de la misma a un amasijo de hierro inservible.

Silver, asomándose por la trampilla de la torreta, abre fuego con su uzi hacia el interior del taller. Sus disparos buscan mantener a los enemigos con el cuerpo a tierra y que sobretodo, no sean conscientes de que hay enemigos sobre sus cabezas.

La trampilla del tejado da a una estancia que está siendo usada como un improvisado centro médico. Se encuentra en la parte trasera del taller, lo que en otro tiempo debió de ser el despacho (por llamarlo de alguna manera) del dueño del taller. Es un lugar más o menos amplios, con una pequeña ventana en la parte alta de la pared. El escritorio ha desaparecido y en su lugar hay una camilla propia de una ambulancia. También hay diverso material médico, mucho usado, pero aún quedan cosas en buen estado.

O sus sentidos estaban más afinados por la tensión o el ambiente era el mismo que el de un cementerio, pues cada paso que daba o cada movimiento parecían ir acompañado por el sonido más ensordecedor del mundo. Incluso el respirar provocaba una sensación de incomodidad y escándalo. Ya no hablemos de cuando se encaramó al techo y dejó caer su cuerpo, para luego ayudar a sus compañeros. Red tenía el rostro ceniciento y sus ojos iban hacia todos los rincones.

Al ver la trampilla buscó con la mirada alguna evidencia de manipulación, recordando vivamente las desagradables sorpresas que Evelin y su marido dejaron a los incautos que intentaban ingresar en su mórbida fortaleza. Blue les había dicho que colocaron explosivos en todos lados, así que esperaba que ese fuera un sitio libre de ellos.

Por suerte no había nada que les detuviera, incluso logrando bajar sin hacer el menor ruido, aprovechando el caos que estaban haciendo Violet y Silver. Red no quiso pensarlo mucho, pues estaba a por atacar a una persona a total traición, asesinándole a sangre fría. No era un pensamiento agradable, así que se abstuvo de tenerlo. Les hizo una señal a sus compañeros, eligiendo a la víctima de su primer disparo, buscando al que tuviera el arma más grande y peligrosa.

Lady Violet acelera para estamparse contra la valla que se dobla como si fuese de juguete a su paso. Luego espera a que Silver abra fuego y agacha la cabeza para ro recibir el impacto de las balas si deciden responder a su ataque.

Poco a poco echa marcha atrás para abrirse un hueco si hubiera que salir de allí rápidamente. Sophie no sabe si su equipo tendrá la oportunidad de aprovechar la distracción, pero confía en ellos.

- Sigue un poco más Silver. Hay que darles tiempo.

Las cosas estaban más tranquilas de lo que le gustaba a Gray, la subida al tejado del taller había sido fácil, no los esperaban y eso estaba bien. Parecía que el plan estaba funcionando a la perfección. La trampilla les dejaba ver que la habitación la había reconvertido en enfermería, no le gustaba nada ese lugar, le recordaba a agujas, pinchazos e inyecciones. Con suerte no tendría que entrar la primera, así que se preparó y esperó a que Red y Blue decidieran que hacer, en otro momento no le hubiese hecho gracia seguir la estela de sus compañeros pero ahora no se pensaba quejar.

Estuvo atenta a la señal que hizo Red para entrar y tomó la posición más ventajosa para utilizar su arma. Esperó la señal para abrir fuego y disparó al soldado que se encontraba mas cerca sin pensarlo mucho, no quería que ningún remordimiento le hiciera perder aquellos valiosos segundos tenían de ventaja por ese ataque que no esperaban.