Partida Rol por web

Con su habitual sigilo fantasmal, la figura de Alicia voló por el gimnasio hasta situarse junto al director. Era curioso ver como la muchacha curioseaba el portafolio, mirando por encima del hombro de Richmond, sin que este se enterase lo más mínimo.

[color=#819FF7]~ Parece una lista con los nombres de los estudiantes. Junto a los nombres hay apuntados unos números, creo que son vuestros resultados... Tus marcas parecen buenas ~[/color] añadió con una risita [color=#819FF7]~. No parece que haya nada raro aquí.[/color]

Alicia revoloteó un poco más junto a Richmond, siguiendo de cerca sus movimientos. 

[color=#819FF7]~ ¡Buena suerte, hermanita! ~[/color] animó [color=#819FF7]~. Cuidado con el chico de fuego, tengo la sensación de que lo ha puesto contra ti a propósito.[/color]

Si aquel apretado y estúpido traje tuviese bolsillos seguramente César habría metido ahí las manos. Pero no había bolsillos, así que el chaval no sabía qué hacer con sus extremidades superiores. Dejó que le colgaran mientras avanzaba, sin muchas ganas, hacia la zona de juego.

Lo tenían claro si pensaban que porque no había fuego cerca no iba a poder destacar en aquel juego.

Se situó en la zona de atrás, seguramente sus compañeros querrían ir delante. Además, desde detrás tenía una mejor perspectiva del juego. Hizo estiramientos y esbozó una media sonrisa mientras miraba con disimulo a Sara.

A pesar de sus intentos Diana no había destacado en la anterior prueba, había aguantado, más de lo que se pedía de hecho, pero con las marcas de sus compañeros era difícil competir... Se dirigió al nuevo campo de juego, erguida, intentaría dar todo lo posible en aquel juego. En realidad estaba encantada con el equipo que le había tocado, quizá el otro equipo tuviera una mejor variedad de poderes... pero en su equipo estaba Moussa, si el chico utilizaba su poder la mitad de bien que en combate contra Ratchet aquello estaba superado con creces.

Caminó hasta colocarse en uno de los puestos delanteros, estaba segura de que sería de mucha más utilidad en la vanguardia.

La prueba de resistencia, para variar, ¡Fue bastante bien! No destacó, pero a estas alturas ya no le importaba ser el primero, sino llegar al aprobado. Aquella clase se había convertido en su peor pesadilla cuando debería haber sido “bufar i fer ampolles”. Así que cuando acabó el tiempo y comprobó que esta vez lo había hecho bastante bien, se dejó flotar en el aire como haciendo el muerto sobre el agua, con una sonrisa en la boca. ¡Por fin algo que no salía desastrosamente mal!

Lo siguiente era jugar a matar… Balón prisionero lo llamó el dire, pero Iván lo conocía por “matar”.

- No estoy muy seguro de si volar es una ventaja o una desventaja en este juego – dijo a su grupo mientras se situaba en la parte delantera del campo, junto a Marina – Soy mucho más rápido en el aire, pero si estos tienen buena puntería podrían empezar a jugar a tiro al pato…

Indeciso sobre qué hacer, simplemente se quedó flotando con los pies a escasos centímetros del suelo. Como era bajito, aquello no le daba un perfil demasiado alto, y seguía teniendo la velocidad del vuelo, aunque dependiendo de cómo quisiera maniobrar podría acabar comiendo suelo. Siempre tendría tiempo de reajustar su decisión según fuese el juego.

-Esta ha sido más guay. -dije a nadie en particular. Luego miré a Sara.- Imagina cuanto puedo aguantar en... Jeje. Es broma, es broma.

Eso de que si iluminaran las lineas en el campo era muy conveniente. Había estado en gimnasios donde había inmensidad de lineas pintadas en el suelo y no podías saber cual era cual. Incluso las palomas tenían su función en estas clases. ¿Esther nos estaría viendo ahora?

Dejándolo a un lado lo asombrado que estaba por lo avanzado que era el lugar, me puse a escuchar lo que decía el profesor. Al parecer era el típico juego de matar. Pero con superpoderes claro. Esperaba no herir a nadie de un balonazo...

-¿Me pongo yo delante, chicos? -dije mirando a mi equipo.- Cúbrenos bien, Atajo. 

"¡¡¡TORTURAAAAAAAAAAAA!!! Esto es una maldita tortura. ¿Para qué narices vamos a querer correr durante tanto tiempo? Ningún policía pasa de los 30 segundo corriendo, si lo sabré yo...Chissttt maldito bruitreman."

Moussa sentía como le ardía el pecho, aunque lo peor de todo, era el tirón que le había dado en la pierna al poco de empezar la prueba. De haberlo sabido, habría realizado algunos estiramentos o mejor aún, habría buscado la forma y manera de hacer alguna trampa. Pero ya no podía hacer nada para cambiar el pasado, así que se dejó caer en las colchonetas para tratar de recuperar el aliento.

En un momento dado, desapareció del gimnasio, aunque poco después reapareció con la cabeza mojada y una toalla alrededor del cuello. El director estaba explicando las reglas de la siguiente prueba y la verdad, no le apetecía nada ponerse ahora a jugar con un balón, pero no tenía más remedio.

Tras escuchar la disposición de los equipos, no tardó en darse cuenta de que el otro equipo partía con ventaja. Si lograban utilizar sus poderes de forma imaginativa, se verían rápidamente con un serio problema. Su equipo en cambio, era algo mucho más ofensivo. Dudaba que alguien pudiese detener uno de los tiros de Rudy, así que seguramente se convertiría en uno de los blancos principales. La siguiente más peligrosa del grupo, sin duda era Diana. Con el dominio que tenía sobre su cuerpo y la fuerza que era capaz de desarrollar, podía convertirse en otra mortífera lanzadora. Por último, quedaban César y él mismo. Ambos estaban agotados y los poderes de César eran un tanto complicados de usar, a no ser que tostar a los miembros del otro equipo fuese algo válido. Aún así se le ocurrieron algunas ideas que podían poner en marcha para ganar.

Aitor la verdad es que se estaba luciendo bastante para no tener ningún tipo de superpoder relacionado con el físico. Claro que podría haber destacado de tener un físico más desarrollado, pero le sacaba un buen rendimiento a su escuálido cuerpecillo. Era una cuestión de ángulos y optimización de esfuerzos, sobre todo. O de valorar adecuadamente el nivel de esfuerzo que puede uno soportar y dosificarlo en su correcta medida. Esas eran cosas que se le daban bien. Tenía super-coco, eso era innegable.

Finalmente, en esta última prueba le había tocado competir contra un grupo difícil, pero a pesar de un aparente desequilibrio a nivel de fortaleza física, su grupo contaba con mayor versatilidad y este juego no precisaba poderío físico tanto como habilidad. Decidió mentalmente elegir su grupo como favoritos, dejó que los demás se colocaran según sus aptitudes y actitudes y tomó su lugar en la parte trasera del campo de juego que les correspondía.

-Dos preguntas, señor director: dado que ha dicho que podemos usar nuestros poderes, ¿puedo suponer que la inclusión de Gina en mi equipo sería correcta? -inquirió el joven vasco con tono neutro, dando a entender que Gina era fruto de sus poderes; sin dar tiempo a contestar añadió la segunda pregunta- Segunda pregunta: ¿sería posible que me prestara una moneda?

Richmond se acercó a la pista, manteniéndose siempre fuera de las líneas. Junto a él una fiel Paloma le seguía, sosteniendo con su rayo tractor el balón con el que iban a jugar.

Esbozó una media sonrisa ante las preguntas de Aitor.

- Por supuesto, Zenitram. Puedes tener a tu robot contigo. Será como un jugador más, también irá a la zona de los eliminados si es alcanzado.

Mientras hablaba se metió una mano en el bolsillo del chándal y extrajo una moneda de dos euros. Se la lanzó al estudiante, esperando que la atrapase en el aire con su poder. 

- ¡Anda ya! – se quejó César -. ¡Somos cuatro contra cinco y yo ni siquiera puedo usar mi poder!

El piroquinético miró con cierta rabia al genio vasco. 

- Tranquilo, hijo – dijo Richmond, con una actitud algo paternalista -. No estarás en desventaja.

El director sacó también de su bolsillo un mechero Zippo y se lo pasó a César, que lo atrapó al vuelo.

- No hagas que me arrepienta de haberte dado eso.

Aquel gesto hizo callar completamente a César, que asintió levemente con la cabeza.

- Está bien, con esto creo que ya estamos todos listos.

La Paloma se situó en el centro del campo, sobre la línea que separaba los campos de cada equipo.

“¡Tú-turú!”

Con aquel simpático pitido dio comienzo el partido. El balón salió despedido hacia arriba, proyectado por el dron blanco.

Los jugadores situados en las zonas delanteras se prepararon para tomar posesión del mismo. 

Mientras nos íbamos colocando, cada vez me ponía más nervioso. No podía parar de pensar en que el ganar el partido era mi responsabilidad. Se que no lo era, y que sobretodo era un trabajo en equipo. Pero mis ganas de ser el héroe me podían. Teníamos que ganar el juego. O mejor dicho, lo íbamos a ganar.

-¿Estáis listos, equipo? -dije mirando a mis compañeros.- Hagámoslo como lo hicimos por los pasillos, Ms. Justice.

Esperaba que Diana no siguiese enfadada por lo de antes... O por lo de ayer. No lo sabía. Las chicas eran tan complicadas...

Poco después, la paloma hizo un pitido, dando por comenzado el partido.

Reaccionando bastante rápido, di un gran salto. Alzando las manos hacia el balón, intenté cogerlo.

Según cada cual iba ocupando su puesto, Iván empezó a hacer cábalas. No tenía muy claro cómo podrían aprovechar sus poderes cada uno de ellos. Moussa lo tenía “fácil”, podía simplemente abrir un agujero ante él y quedarse ahí descansando parapetado. Rudy y Diana eran los jugadores más hábiles físicamente de todo el grupo, sin contar a Marina, lo cual le dejaba a él como pobre sustituto de uno de los súper. César no parecía que tuviese ventaja alguna en aquel juego, quizá denegando áreas lanzando llamaradas… pero era bastante peligroso. Aitor por su parte tampoco era físicamente mejor que cualquier adolescente… pero parecía en buena forma y tenía a Gina. Eso dejaba a Sara, que con sus alas y poderes de hielo bien podría haber estado en la vanguardia, y tendría bastante movilidad.

¿Qué estrategia seguir? Ni idea. Lo primero era coger el balón.

La Paloma se preparó para dar el pistoletazo de salida, y Vent miró a la vanguardia del otro equipo, todos preparados para saltar, y no pudo contener una sonrisa, imaginando que él tendría una expresión similar. Le sacó la lengua a Rudy, que hacía mas cara de concentrado que nadie, y entonces...

¡BIP!

¡El balón!

Inmediatamente Iván se elevó por los aires, impulsándose con el suelo, alzándose hacia el balón.

Tras el pitido, Iván y Rudy se lanzaron a por el balón. 

Vent se elevó en el aire a toda velocidad, precipitándose hacia el balón en un vuelo silencioso. En contraposición, Cráter dio un poderoso salto que hizo temblar el suelo del gimnasio. Los dos adolescentes trazaban sus respectivas trayectorias a gran velocidad. En el corto lapso de un segundo, en el que pareció que iban a chocar, Rudy tomó el balón entre sus manos.

Iván pudo sentir como las yemas de sus dedos rozaban el esférico, pero ya era demasiado tarde.

El equipo de Rudy tenía el balón.

- ¡Sí! - exclamó César para sí al ver que Rudy cogía el balón al vuelo. 

Sostenía el mechero en la mano izquierda. Ya le comenzaba a sudar. Realmente no se atrevía a usarlo, pues sospechaba que los ataques directos no estaban permitidos...

- Eh, tío - le dijo a Moussa, sin preocuparse por bajar el tono -. ¿No puedes cubrirnos con tus portales? ¡Seguro que les ganamos!

Moussa se posicionó detrás y directamente, se sentó en el suelo. Después bostezó sonoramente y activó el escudo Asgard, provocando que tanto sus compañeros como él mismo, quedasen protegidos por los portales de brillante energía azulada.

-Rudy, destroza a Gina.    -Comentó con total seriedad.   -César, aísla a Zenitram y Sirena del resto del grupo, envuélvelos en un muro de fuego. Rudy, mantén el balón y usa tu visión atómica, una vez esté destrozada, teleportaré sus restos fuera del campo de juego, así no podrá crear ningún otro pokemon de metal. Diana, usa tus puños-yunque y destroza su campo de juego. Si está lleno de agujeros, no podrán esquivar con facilidad. Para Iván no supondrá un problema, pero tengo otros planes para él. En cuanto a Sara...    -Moussa la lanzó una mirada, mientras sonreía ampliamente.    -Tengo una idea para ella muy especial...Aunque podéis hacer lo que prefiráis. Pero si queréis ganar, vais a tener que darles duro y eso es precisamente vuestra especialidad.

Aquello no era precisamente muy deportivo, pero si buitreman les permitía usar poderes y droides, entonces para Moussa eso equivalía a que todo estaba permitido. No estaba muy seguro de si le harían caso, pero si querían ganar, tendrían que hacerlo de forma contundente. Si les daban tiempo a organizarse y pensar una estrategia, la cosa se les podría poner bastante complicada.

-¡¿QUÉ?! ¡No pienso destrozar a Gina! ¡Es nuestra amiga! -contesté a Moussa.

El plan era una locura, pero si hiciésemos una versión un poco más light, tal vez tendría efecto.

-Sigamos el plan, pero sin tanta locura. ¿Eh? -dije mirando a mi equipo con una sonrisa inocente.  Si Moussa se controlase un poco, llegaría a ser un gran héroe algún día.

Rápidamente, intentando que no diese mucho tiempo a Gina a procesarlo, lancé la pelota contra ella. No quería destrozarla, solo resetearla o desconectarla un poco. Así estaríamos más equilibrados.

Tras dar las órdenes Moussa activó el Escudo Asgard, cubriendo con él a todo su equipo.

César encendió el mechero y recogió la llama con un hábil movimiento de su mano libre.

- ¡Vamos a darles... - comentó mientras dirigía las llamas hacia el campo contrario - ...calor!

La llama cruzó el campo y se expandió, formando un muro de llamas que dividía el campo en dos. Sirena y Zenitram a un lado, Vent y Estigia al otro. 

Salamandra parecía increíblemente concentrado en mantener aquel muro.

Rudy aprovechó para hacer su lanzamiento contra Gina. Trató de controlar la fuerza de su lanzamiento, rebajando la potencia para ser más preciso, o quizá para no destrozar el robot de su compañero. El balón voló a gran velocidad, mucho más rápido que el balón especial de media tonelada que había tenido que lanzar antes el colombiano.

Gina recibió el impacto de lleno, aunque su blindaje resistió. Aunque trató de evitarlo, el balón rebotó contra su pecho. Sin embargo, la ginoide no hizo esfuerzo alguno por atraparlo al vuelo. Quizá no entendía el juego o aún no había recibido instrucciones concretas.

Aitor o Marina debían tratar de atrapar el balón para salvar a Gina.

Aitor había atrapado la moneda de 2€ lanzada por el director al aire, sin mediar contacto alguno. Y había acompañado la captura con una sonrisa. Sabía qué iba a hacer con la moneda y, aunque no eran trampas, seguramente alguien se quejaría. Sólo iba a usar sus poderes. ¿Acaso si hubiera un telequinético puro no debería atrapar el balón y manejarlo por donde quisiera con su poder?

Lo que no esperaba es que el equipo contrario se organizara de forma tan fiera y rápida. El balón cayó en sus manos y rápidamente Rudy lo convirtió en un proyectil de alta velocidad. No había previsto que la tomaran tan rápidamente con Gina y la ginoide no tenía todavía instrucciones, pues el genio vasco estaba concentrado en otras cosas.

Para ser exactos, la moneda había comenzado a mutar en sus características desde el momento en que se había quedado suspendida en el aire, sacando largos filamentos siempre unidos a su centro, filamentos que se cordaron en una forma de refuerzo que debería bastar para soportar la tensión de un balonazo, una suerte de puente suspendido, pero en este caso con forma de red. Y la red fue desplegada justo a tiempo de evitar que la pelota tocase el suelo tras impactar en Gina.

La pelota, depositada en la red, levitó de regreso con presteza hacia la Ginoide, que ahora sí tenía una misión: eliminar a Rudy. La red se abrió y la pelota, cogida con una sola mano por Gina, salió disparada por un lanzamiento bastante bien coordinado hacia el adelantado lanzador colombiano. ¿Esquivaría tan bien como lanzaba?

Tras la maratón, comenzó el duelo entre ambos equipos. Sara estaba contenta pues había hecho un excelente papel en todas las pruebas, aunque contuvo la emoción de modo que no se la apreciara nada especial. Cuando Rudy le hizo aquella broma sexual le miró como si estuviera un poco loco. Pero estaba claro que el joven no se cortaba en absoluto. Ella simplemente no le hizo más caso.

Un poco después se inició el partido y Sara pronto observó las llamas alzarse a su lado del campo.

- Eso también lo puedo hacer yo. Pero ahora mismo prefiero enfriarle los ánimos a Moussa.

Había escuchado el diabólico plan del senegalés. Y eso de que tenía un plan retorcido para ella no le había gustado nada.

- A ver lo que haces, que hay que ser imaginativo, no destructivo.

Era capaz de intentar teleportarla lejos del lugar. O algo peor. No le hacía ninguna gracia que la hubiera tomado como objetivo.

- ¿Os apetece un refrigerio?

La joven se había elevado, desplegando para ello las alas y una vez arriba, sopló suavemente en dirección al segundo grupo, mientras les sonreía. La exhalación de Sara formó un área de frío que ella dirigía hacia las manos de sus oponentes.

Con gran habilidad, Aitor atrapó el balón que iba a caer al suelo. La fina red metálica sostuvo el balón, que Gina tomó entre sus manos al instante.

Antes de que la ginoide lanzase el balón contra Rudy, Estigia se alzó en el aire desde la retaguardia y llenó el el campo contrario de un frío fantasmal. 

César estornudó, pero aguantó bastante bien el tipo.