Partida Rol por web

El Liceo: Escuela de Superhéroes

Interludio de Aitor: El Club de Inventores

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01/08/2016, 00:38
Narrador

Una semana después...

Los días pasaron en el Liceo. Pese al suceso que había marcado el principio del curso, los estudiantes no tardaron en habituarse al ritmo de las clases. La mitad de las asignaturas eran las que se encontraban en el currículum cualquier centro de secundaria. Sin embargo, la otra mitad hacía del día a día de los estudiantes una aventura.

Algunas asignaturas eran más tediosas que otras. Centurión, el profesor de Ética, se encargaba de aburrirles – a la mayoría – dos horas a la semana, mientras que E.S.T.H.E.R. les mostraba las maravillas de la tecnología de una forma práctica y didáctica. Las clases de Hécate sobre las dimensiones y cómo viajar entre ellas resultaban un tanto confusas para aquellos estudiantes que no sabían mucho de ocultismo y magia.

El Director Richmond se encargaba de hacerles sudar en Educación Física y Bosch, el temible profesor de Entrenamiento de Combate, les había hecho ya magullarse hasta el límite de lo educativamente aceptable. En clase de Vuelo, valga la redundancia, aprendían a volar. Ya fuese con sus propios poderes o con jetpacks u otros artilugios proporcionados por la escuela. K’Sha, la profesora Shi’Ar, se encargaba de instruirles en los entresijos de la aerodinámica, de las maniobras y de las piruetas.

Como era de esperar, unas de las clases más interesantes era Técnicas de Rescate Civil, donde simulaban escenarios peligrosos en los que debían usar sus poderes para rescatar a las víctimas de accidentes o desastres naturales. El profesor de esta asignatura variaba con cada escenario, contando siempre con la asistencia de E.S.T.H.E.R. a los mandos de la Sala del Peligro.

Había pasado poco más de una semana desde el inicio de las clases. Era una tranquila tarde de otoño en el Liceo. Los estudiantes, de las formas más variadas, pasaban el tiempo después de las clases… 

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01/08/2016, 00:40
Narrador

Taller número 3, lugar de reunión del Club de Inventores

El Club de Inventores del Liceo era, para bien o para mal, uno de los clubes con menos miembros del Liceo. No era muy inusual encontrar estudiantes con intelectos privilegiados en la escuela, pero no todos se interesaban por pasar sus tardes libres inventando cachivaches.

Aitor se encontraba en el taller número 3, lugar de reunión predilecto del club. No es que estuviese mejor equipado que los otros talleres. Simplemente estaba en el punto clave donde no hacía mucho calor en verano ni mucho frío al invierno. Cerca de las estufas y con buena ventilación.

Era algo tan sencillo como eso.

En aquel momento Aitor estaba acompañado de cuatro miembros del club.

Enzi Salek “Fragua” era el chico de color que había bautizado a Aitor en la Ceremonia del Nombramiento. Tenía dieciséis años y era un estudiante de intercambio de Wakanda. Era bastante tímido por lo que en general aparentaba ser un muchacho callado y distante. Sin embargo, cuando estaba en el taller, Enzi hablaba por los codos. Se le veía en su salsa. Comentaba todos los proyectos con gran ánimo, y aportaba ideas de lo más creativas. Su punto fuerte era la química de materiales. Lo sabía todo sobre las propiedades de infinidad de polímeros y aleaciones. Si necesitabas un material concreto y especial para un trabajo, Enzi sabía de qué se trataba. Además, seguramente era la única persona en el Liceo que sabía trabajar con Vibranium, el valioso y extraño metal de su tierra natal. Al contrario de lo que se podría esperar de alguien tan estudioso como Enzi, el muchacho wakandés era uno de los mejores alumnos de Bosch en clase de Entrenamiento de Combate.

Rita Gris “Oráculo” era la animada chica de las gafas que había nombrado a más de la mitad de los nuevos estudiantes. Se encargaba del periódico de la escuela “La Gaceta del Liceo”, y además de estar en el Club de Inventores estaba también en uno o dos clubes más. Su poder no parecía muy impresionante, pero era realmente útil. Podía desplazar sus sentidos y consciencia más allá de su cuerpo, superando cualquier barrera física para obtener la información que quería. Parecía enterarse de todo lo que sucedía en la escuela, aunque siempre que alguien le preguntaba directamente se hacía la loca. Estaba en el Club de Inventores porque le fascinaba la tecnología y, aunque no era uno de los miembros más inteligentes, sin duda era uno de los más participativos. Siempre estaba proponiendo ideas nuevas, por alocadas que pareciesen. Además, se le daba muy bien recabar información. Rita era una de esas chicas que sabía siempre dónde buscar lo que necesitaba.

Malina Tesla “Tesla” era una muchacha algo más reservada y hosca. En el fondo, cuando la conocías un poco más, resultaba algo simpática. Cuando estaba a solas con los miembros del club hacía gala de ciertos chistes de humor negro que arrancaban más silencios incómodos que risas. Malina era de origen serbio y, según ella, descendiente directa de Nikola Tesla. Al parecer los experimentos del científico lo habían llevado a transmitir ciertos poderes a lo largo de su linaje. En el caso de Malina se trataba de la capacidad de generar campos eléctricos a través de su cuerpo. Su poder siempre había sido bastante caótico y difícil de controlar, por lo que Malina se había interesado por construir artilugios que la ayudasen a canalizar su don. Aunque era muy buena inventora, solía olvidarse de pensar en las fuentes de energía de los artefactos, suponiendo siempre que ella iba a proporcionarla con su poder.

Álvaro Muñoz “Enlace” era, como Aitor, un estudiante recién entrado en el Liceo. Estaba en el Grupo 1, los chicos de Averno. Su poder era algo particular, era capaz de percibir la radiación electromagnética a su alrededor e interceptar cualquier tipo de información que se estuviese transmitiendo. Además, podía emitir en un amplio rango de frecuencias. Su poder le permitía comunicarse con todo tipo de aparatos electrónicos, incluso podía hablar por teléfono o radio sin disponer de dispositivo alguno. A parte de su útil don, Álvaro era un muchacho brillante e ingenioso. Le encantaba la criptografía, y era bastante risueño y agradable. Sentía un gran respeto por Aitor, pues le fascinó su demostración en la Ceremonia del Nombramiento.

 

En aquel momento el pequeño equipo de inventores se encontraba frente a la pizarra electrónica del taller. Estudiaban los planos del que sería el prototipo del dispositivo capaz de generar ondas electromagnéticas indetectables e “imposibles” de anular ideado por Aitor.

“Imposibles” entre comillas porque, según Álvaro, lo que se planteaban era algo bastante complejo. Era muy difícil transmitir información de una forma que no pudiese ser interceptada por un enemigo como el Dr. Ratchet.

Rita había sugerido que podrían hacer que la información no viajase a través del espacio corriente sino que viajase entre dimensiones. Quizá así escaparía del alcance de los sistemas usuales para evitar las comunicaciones.

La idea, aunque sonaba algo alocada, despertó el interés general del club.

Aitor, al ser quien había propuesto la idea original, era el encargado de diseñar el dispositivo y presentarlo ante sus compañeros. Ahora estaban allí reunidos para que Aitor les explicase el trabajo que había hecho.

- Es una pena que no esté aquí Gata Lunar – comentó Rita con cierta pena -. Le habría encantado este proyecto.

Notas de juego

Puedes hacer una tirada de Tecnología para ver qué tan bien te sale el diseño (siguiendo un poco las directrices de las normas de creación de Devices). Tienes carta blanca para inventarte cómo funciona y poner al club a trabajar en el proyecto.

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03/08/2016, 11:37
Aitor Zumalacárregui

Aitor estuvo tentado de ridiculizar a Rita por lo caótico de su pensamiento y su falta de bases para plantear ideas, pero por fortuna el genio vasco había superado la etapa de meterse con otros para sentirse superior hacía meses. Además, bien pensado, era una idea genial lo de usar otras dimensiones para enviar mensajes inmunes a interferencias ajenas (al menos de esta dimensión, claro). Tal vez el planteamiento era algo extravagante y desenfadado, falto de razonamiento y conocimientos que respaldaran su puesta en funcionamiento, pero no por ello menos genial. Bendita ciencia ficción.

-Jum –dijo sólo el vasco, mesándose la barbilla y comenzando una rápida interacción con la pizarra electrónica, escribiendo fórmulas con el dedo en la pizarra a toda velocidad y procediendo al cabo de segundos a su corrección y a la escritura de otras nuevas, creando en un instante lo que para otros sería un batiburrillo de letras latinas y griegas con un sinfín de dibujitos extraños y rayas. Estuvo así varios minutos, descartando sistemáticamente ecuaciones imposibles y sistemas de transporte que costaría años y miles de millones construir.

-Muy bien, club, supongamos un universo de n dimensiones, donde una de ellas, digamos la dimensión alfa, es en la que nos encontramos nosotros. Si lográsemos discernir el mecanismo para traspasar las fronteras entre una y otra, podríamos solventar nuestro problema con facilidad. No sé si sabréis que numerosos incidentes en todo el globo acreditan que las diferentes dimensiones han entrado en contacto con la nuestra, pero por desgracia estos incidentes suelen estar empañados por poderes místicos que no nos son útiles. Apenas hay datos científicos plausibles y replicables. Pero precisamente Alberto Ruiz Jimeno, un logroñés al que llevo siguiendo la pista desde hace años, está haciendo unos experimentos muy interesantes con el bosón de Higgs en el CERN para producir materia oscura. Dado que conocemos de la existencia de la dimensión oscura, intuyo que el choque de partículas en el CERN está causando micro-conexiones entre nuestra dimensión y aquella. Estudian el fenómeno de manera empírica, sin saber lo que sucede, pero sus datos nos vendrían muy bien. Por tanto: necesitaríamos, por un lado, los datos sobre la investigación del señor Ruiz, por otro, en vez de un generador de ondas electromagnéticas de amplio espectro, un generador de bosones vectoriales W y Z (ya sabéis, las partículas de alta masa a causa de interactuar activamente con los campos Higgs) que posteriormente pueda comprimirse hasta un tamaño portable. El generador necesario va a tener que ser bastante potente, me temo. También necesitaríamos dos cápsulas estancas, capaces de detener en seco cualquier onda externa, para obtener resultados concluyentes y un detector de ondas para comprobar que no se genera ninguna señal fuera de las cápsulas. La ecuación básica sería esta –dijo, procediendo a mover una de las ecuaciones en la pizarra digital, ampliarla y convertirla a letra de imprenta- Yo voy a desmontar un mecanismo que utilizo para la comunicación con Gina que usa un sistema similar, para que lo podáis utilizar de modelo. ¿Ya sabéis todos lo que tenéis que hacer? –preguntó finalmente, una pregunta casi retórica dado el coeficiente intelectual medio reunido en la sala.

- Tiradas (2)

Notas de juego

La organización del trabajo implícita a sus palabras sería:

Fragua: construir las dos cápsulas estancas que se convertirán en emisor y receptor, de donde no podrá salir o entrar señal alguna si no es a través de otra dimensión.

Oráculo: conseguir los datos de la investigación de Alberto Ruiz Jimeno en el CERN

Tesla: el generador del emisor de bosones vectoriales W y Z

Enlace: fabricar un sensor de ondas (para que quede registro científico) o él mismo. El sensor de emisiones de bosones vectoriales W y Z para la segunda cápsula.

Aitor: supervisión.


No tengo a mano el manual, pero imagino que el comunicador no va a pasar de los 3 PP (si es necesario se puede introducir alguna tara, como que sólo pueda usarse 5 veces antes de "morirse" o que tarde un tiempo en cargarse (activarse)), así que no haría falta ni que tirara. No obstante, dado que además cuento con ayuda, hago una TR. El tiempo de diseño era de una hora por PP, pero dado que Aitor piensa a 60 veces la velocidad normal, en 3 minutos tiene la solución. Además, creo recordar que por cada 5 puntos que supere la TR de construcción podía reducir el tiempo de construcción a la mitad...

Ummmm, vaya, una pifia. Y nosotros experimentando con el envío de partículas a través de la dimensión oscura. Ajá...

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04/08/2016, 21:33
Narrador

- ¡Me pongo a buscar ahora mismo! – acató Rita, bastante animada.

Se fue a sentar frente a uno de los ordenadores del taller y comenzó a teclear frenéticamente.

- Generador… - musitó Malina, casi escupiendo la palabra mientras daba la espalda al equipo y se dirigía a los armarios de material.

- Podría hacer yo mismo de receptor pero… será mejor que usemos un dispositivo que pueda registrar cuantitativamente los resultados – dijo Álvaro para sí mismo mientras se ponía también manos a la obra.

Enzi se acercó un par de pasos hacia Aitor y la pizarra. Durante la explicación había estado callado y extremadamente atento. Parecía haber disfrutado del proyecto como un niño pequeño.  

- Aitor, tu trabajo es fantástico – lo felicitó con una sonrisa de oreja a oreja -. De lo mejor que he visto en el tiempo que llevo aquí – admitió, dejando notar cierta vergüenza.

Era difícil no sentirse inferior intelectualmente cuando estabas frente a Aitor.

- Me alegro de que te unieses al club.

Carraspeó.

- ¡Manos a la obra!

Enzi se dirigió hacia un rincón del taller, donde podría trabajar en las cámaras estancas sin molestar a los demás.

 

 

Todos estuvieron trabajando en sus tareas asignadas. Mientras Aitor estaba desmontando el mentado mecanismo de Gina, Rita se le acercó por detrás con una tablet entre las manos.

- Esto… Zenitram. Me he metido en la base de datos del CERN – comentó, sin darle mucha importancia al hecho de que había tenido que saltarse alguna ley al acceder a aquella información sin permiso -. He encontrado los datos del señor Ruiz, coincide bastante con tus ecuaciones pero – Rita torció el gesto - hay una ligera diferencia en dos constantes.

Se trataba de una discrepancia entre los últimos decimales de dos constantes. Una presente en la ecuación principal de forma directa, y la otra de forma indirecta.

- No será difícil volver a calcularlo – Oráculo parecía bastante incómoda al tener que decirle aquello a Aitor -. Pero creo que sus datos experimentales son más precisos que nuestra base teórica.

Tras realizar las correcciones en la ecuación todo tenía mejor aspecto. Parecía una notable mejora.

En cuestión de dos horas todos hubieron terminado sus tareas. Durante el proceso habían ido haciéndole consultas a Aitor sobre valores concretos, pequeñas cuestiones de diseño que podían alterar el resultado final, y demás dudas que le surgen a uno cuando construye un dispositivo para transmitir información a través de la dimensión oscura.

Todos trabajaron muy bien, y Aitor pudo aprender un par de cosas sobre las áreas de conocimiento de sus compañeros.

Las cápsulas estancas fueron las primeras en ser terminadas. Eran de una aleación especial que parecía completamente impermeable a la radiación electromagnética. Enlace las describió como “dos huecos vacíos en el espectro de radiación, osea que no noto nada”.

Pese a olvidarse siempre de pensar en los generadores, el diseño de Tesla fue impecable. Clásico, lo suficientemente pequeño para caber en el taller (del tamaño de una lavadora) y con bastante potencia para obtener los bosones.  

- Este niño malo sería la envidia de cualquier acelerador de partículas – se chuleó mientras tamborileaba los dedos contra su superficie metálica -. He aplicado un par de cosas que aprendí cuando hicimos el primer proyecto de Gata Lunar.

El detector de Enlace también estaba listo.

- Debería tener la misma sensibilidad que los que usan los profesionales – dijo con una sonrisa.

Ya estaba todo dispuesto. ¡Y ni siquiera era de noche! Bajo la supervisión de Aitor todos habían trabajado a pleno rendimiento y a una velocidad envidiable.

Con gran emoción el equipo de inventores preparó el primer experimento del proyecto, colocando el emisor y el receptor dentro de cada una de las cámaras estancas. Iban a monitorizar el proceso desde los propios ordenadores del taller, con un software específico que Enlace había programado en un ratito con la ayuda de Aitor.

Mientras se preparaban para poner en marcha el experimento Aitor tuvo tiempo para repasar mentalmente todo el proceso de diseño y construcción – en unos 12,1038 segundos más o menos.

Todo parecía en orden. Era el momento de hacer historia.

- Zenitram… - dijo Enzi, incapaz de contener la emoción que destilaba su voz -. Estamos listos para empezar. Creemos que deberías ser tú quien encienda el emisor por primera vez. Es tu proyecto después de todo.

Todos asintieron al unísono.

Tan solo quedaba introducir el comando en el ordenador para iniciar el proceso.

Notas de juego

No te preocupes por los PP. Le he estado dando vueltas y de momento lo dejaremos como un Dispositivo que hace X cosa de forma interpretativa.

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05/08/2016, 12:39
Aitor Zumalacárregui

El proyecto iba muy bien. Con las directrices generales establecidas y los super-intelectos allí reunidos, aquello iba a ser “coser y cantar”. Claro que la mayor parte de la población mundial sería solo marginalmente capaz de entender *realmente* qué era lo que estaban haciendo allí, pero la coordinación del grupo era elogiable y más debido al entusiasmo y una eficiente distribución de esfuerzos por parte del líder del proyecto que a sus palabras de ánimo, todo marchaba “sobre ruedas”.

Cuando Rita/Oráculo dio con los datos que necesitaban, Aitor comenzó a tener dudas. El genio rara vez las tenía, era algo que le resultaba inusual a la par que incómodo. Pero aquel era un proyecto puntero y la experimentación llevaba a ese tipo de situaciones. El doctor Ruiz y él discrepaban. Vaya. Pero el motivo no estaba claro: Aitor intuía que era un ajuste manual y artificioso realizado sobre la marcha en el CERN porque habían observado empíricamente que había una desviación de sus cálculos teóricos. Matemáticas vs Ingeniería, un clásico.

Pero, ¿el reajuste se debía a deficiencias en las máquinas del CERN o acaso había algún fenómeno no comentado en la base de datos a la que había logrado acceder su compañera? La única manera de saberlo sería consultárselo a Ruiz, pero eso estaba fuera de todo planteamiento. Además, es bien sabido que numerosos científicos hacen la vista gorda a ciertos resultados o incluso llegan a falsear datos para que los resultados de sus experimentos no se desvíen de sus modelos teóricos. Malos científicos. ¿Sería el doctor Ruiz un mal científico? El joven genio, aún con dudas, prefirió continuar adelante. El proyecto era demasiado estimulante.

Dos horas más tarde ya estaba todo acabado. Tan sólo dos horas. A cualquiera de los miembros de aquel club se los rifarían en el mercado laboral. Probablemente acabarían muy lejos de la Península. A menos que Aitor pudiera evitarlo, pero ese era un tema a tratar más adelante. Al fin y al cabo Aitor *todavía* no era multimillonario.

Acabaron de acoplar y sellar el generador de bosones en una de las cápsulas y el recetor en la otra, de activar el sensor y lo dejaron todo dispuesto para apretar el botón. Botón, sí, ningún mando a distancia convencional iba a servir de nada en estas circunstancias. Ya estaba todo el instrumental preparado. Y había un botón rojo muy atractivo en pantalla.

-Poneos las gafas protectoras y cubríos. En serio, es la primera vez que trabajo con la Dimensión Oscura.

Aitor esperó a que le hicieran caso, poniéndose las gafas y a cubierto él mismo. Entonces pulsó el botón digital, la mirada fija en el área experimental.

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08/08/2016, 12:41
Narrador

Todos se pusieron las gafas de protección, sin siquiera decir nada. Miraban, emocionados, a la pantalla del ordenador donde se monitorizaba el experimento.

El sensor, por el momento, no detectaba nada. ¡Pero por poco tiempo!

Era el momento de comenzar el experimento. Aitor pulsó el botón digital que daba inicio a la secuencia de arranque del generador.

No escucharon nada dentro de la cámara estanca número 1.

Desde la pantalla pudieron ver cómo el emisor se ponía en marcha y comenzaba su transmisión. Sin embargo, el receptor no captaba nada. Los miembros del club de inventores estuvieron callados unos segundos, mirando la “nada” en la pantalla.

- Bueno, ha sido un primer intento muy emocionante – dijo Rita con una sonrisa, tratando de animar a sus compañeros – Seguro que nos sale bien a la…

- ¡Eh! ¡Mirad! – gritó de pronto Enzi señalando a la pantalla.

El receptor captaba una leve señal, minúscula, casi inexistente.

- Eso tiene más pinta de ruido de fondo que otra cosa – comentó Malina -. Puede que le falte potencia al emisor…

- No, no puede ser. El sensor es extremadamente preciso. El ruido de fondo debería dar menos señal que esto, yo creo que está funcionando.

Álvaro miró a Aitor, esperanzado.

- El experimento ha sido un…

Las palabras de Enlace se cortaron de pronto. Todos pudieron ver como su cara pasaba de la emoción a la confusión.

Con un leve pitido el ordenador indicó que la señal que captaba el receptor era cada vez más fuerte.

- … ¿éxito? – murmuró Álvaro mientras giraba su cabeza lentamente hacia las cámaras estancas.

El resto de inventores, emocionados, se pegaron a la pantalla para analizar el resultado. Pero Álvaro se quedó ahí de pie, mirando fijamente el montaje experimental. Parecía… intranquilo.

- ¡S-se escapa! – gritó de pronto, llevándose una mano a la frente - ¡La energía se escapa! ¡Parad el experimento!

Enzi, que tenía bastante sangre fría cuando era necesario, pulsó sin dudar el botón de parada. Sin embargo, el emisor no se apagó.

La cámara estanca número 1, la que guardaba el emisor, comenzó a hincharse y deformarse a medida que algo en su interior crecía. Finalmente, la aleación de Enzi no pudo resistir más la tensión y se rompió en pedazos, con un horroroso quejido metálico.

Del interior de la cámara había surgido una gran esfera de un negro tan intenso que dolía siquiera mirarla. Una extraña energía azulada, en forma de arcos voltaicos comenzó a surgir de la anomalía. Uno de los arcos golpeó directamente a Malina sobre el pecho y la mandó volando al otro lado de la sala.

Enlace, en presencia de la esfera, cayó de rodillas al suelo mientras se llevaba las manos a la cabeza. Parecía sentir un gran dolor.

Todo aquello había pasado en apenas 5 segundos. Aitor había tenido tiempo para aventurar, en su mente, todas las posibilidades. ¿Qué era aquello? ¿Por qué había aparecido? ¿Podían salvarse?

Pero todas sus ideas importaron poco cuando la esfera, de pronto, “eructó”. Un pulso de energía llenó el taller entero, derribando a los estudiantes y lanzando por los suelos todo el contenido del aula.

A partir de ahí todo se volvió negro.

 

 

Oscuridad completa

Aitor se vio a sí mismo, como flotando en un espacio vacío. Tenía la sensación de estar cayendo, pero por mucho que mirase a su alrededor no veía nada. Aquello le desorientaba.

La extraña situación se prolongó lo que debieron de ser unos 78 segundos, porque entonces advirtió una leve mancha luminosa allá hacia donde caía. Supuso que allí era a donde se dirigía. La macha era cada vez más grande, seguramente que fruto de la proximidad.

Cuando llegó hasta la luz lo inundó una sobrecarga sensorial. Todos sus sentidos captaron una marea de información. Fue similar a cuando pudo ver por un instante la mente desprotegida de Salara, pero aquella vez era muy diferente en esencia. No era un fenómeno telepático. De eso estaba seguro.

En la marea de información fue capaz de rescatar fragmentos difusos.

Un gran edificio, de un blanco impoluto. Parecía de otra era, casi futurista. Sin embargo, el lugar se alzaba en una formación montañosa ciertamente familiar.

- Necesito que hagas un viaje. Allí podrás cuidar de mí - la voz de un hombre, parecía cansada.

Una sala esférica, llena de placas relucientes como espejos. En el centro, una diminuta figura con un gran casco en su cabeza.

- Tiene la mente más poderosa de este planeta – una voz misteriosa, parecía la de un muchacho -. Y ahora será mía.

Una maléfica sonrisa.

El interior de una nave. En el puente de mando, un hombre mayor espera sentado en lo que parece un trono metálico.

- Al fin nos encontramos de nuevo, mi mayor enemigo… - su voz refleja los estragos de la edad. Está en las últimas, pero sigue teniendo la misma determinación que cuando lo conoció por primera vez.

 

 

Lo desconocido

Aitor despertó tirado en el suelo. Lo primero que vio fue arena. Arena negra. Le dolía todo el cuerpo, por lo que le costó reincorporarse para observar sus alrededores.

La arena negra se extendía en todas direcciones, como si se encontrase en una especie de desierto. El terreno, mayormente llano, estaba salpicado por extrañas formaciones rocosas que se alzaban varios metros, llenando el desierto negro de perturbadoras siluetas. Su vista no alcanzaba a ver más allá de aquel extraño horizonte.

El lugar estaba alumbrado por una misteriosa luz azul, casi sobrenatural, de procedencia desconocida. El cielo estaba completamente a oscuras, a excepción de unos relámpagos que surcaban el aire en direcciones aparentemente caóticas.

Junto a Aitor yacía alguien. Era Enzi. El genio recordaba que se había interpuesto entre el pulso y él, tratando de protegerlo.

Estaba inconsciente.

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10/08/2016, 09:49
Aitor Zumalacárregui

Aitor recordaba perfectamente cada segundo transcurrido desde la puesta en marcha del experimento hasta ese momento, despertando en medio de arenas negras en un mundo extraño de luz no einsteniana. No podía evitarlo, siempre lo recordaba todo.

La suposición de que las gafas protectoras servirían de algo en ese experimento ahora se le antojaba tremendamente inocente. Había jugado con otra dimensión, suponiendo que funcionaría con reglas similares a las que ya conocía, y había perdido.

Ojalá Rita hubiera tenido razón y el experimento no hubiera funcionado. Ojalá hubiera instalado un mecanismo de parada automatizado que hubiera reaccionado a tiempo. Pero no lo hizo. El gráfico del sensor ascendía y ascendía y nadie estuvo a tiempo de reaccionar. Tal vez tendría que arreglar eso en el futuro… Si le quedaba un futuro que poder arreglar.

Las cosas, no obstante, podrían haber salido mucho peor. La cámara estanca del emisor, por ejemplo, podría haber explosionado en vez de eclosionar, causando heridos o incluso muertos. Alguien diferente de Tesla podría haber recibido el arco voltaico y haber muerto electrocutado (aunque no conocía su estado exacto el genio vasco sólo le auguraba una buena contusión por el golpe al ser lanzada al otro lado de la habitación). O Enzi podría no haberse interpuesto en el pulso. De no ser así, Aitor ahora estaría solo, tremendamente solo.

La desorientación del viaje a través de la oscuridad resultó desorientadora, pero no falta de datos: no era un viaje convencional, a través del espacio. No había estrellas. La luz se comportaba de forma extraña, no einsteniana. La sobrecarga sensorial tampoco era lo que estaba esperando. De hecho, no supo entender lo que veía, una suerte de flashes de memoria, algo que aunque se asemejaba a uno de los descontroles telepáticos que ya había sufrido, sabía que era de una naturaleza diferente. El hombre hablando en el edificio blanco en unas montañas que no acababa de identificar(1). La sala esférica con espejos, algún tipo de artefacto seguramente de poderes mentales y la frase sobre apoderarse de la mente del portador del casco(2). Y la nave con el archienemigo… Extractos de una vida que él no había vivido. O tal vez de varias.

Y ahora estaba allí, en lo que suponía eran las oscuras arenas de la Dimensión Oscura, capaz de ver gracias a una luz local no originada en ningún sol visible. Sólo acompañado por el wakandés(3). Su loable pero infructuosa maniobra de interponerse entre él y el pulso estaba claro que no había funcionado, aunque ahora les brindaba algo de compañía. Aitor podría necesitarla. Por lo que veía ninguno de sus poderes iban a serle de gran utilidad: no había metal visible, ni maquinaria, ni civilización alguna. Gina no estaba, no tenía la tablet (que probablemente tampoco hubiera servido de nada) y no había fuentes de energía disponibles. Bueno, tal vez aquellos rayos…

En cualquier caso, a pesar de las dudas que se le planteaban (¿dónde estaban los demás? ¿Por qué no había viajado con ellos parte del laboratorio? ¿a qué se debía aquella extraña luminosidad? ¿estaría habitada la Dimensión Oscura? ¿tendría civilización? ¿qué tecnología utilizarían?) lo prioritario era despertar a Enzi, asegurarse de que estaban bien y trazar un plan. Enzi sobresalía en las clases de Entrenamiento de Combate y eso, dadas las actuales limitaciones de Aitor, podría ser vital.

Miró su mano desnuda y negó con la cabeza. Llevar móvil era, para él, un defecto. Tendría que llevar reloj, un buen reloj. Eso, en determinadas situaciones, podría salvarle la vida. Y no lo hacía. Una cosa más que rectificar. A continuación abofeteo suavemente al otro chico.

-Buenos días, Enzi. Felicidades, hemos conseguido que la mitad de nuestro experimento saliera bien. Ahora hay que completarlo. Tenemos que volver a casa…

Notas de juego

(1) Bono de inteligencia +14 y Memoria eidética. Si he visto esa formación montañosa debería acordarme…

(2) Imagino que es Charles Xavier en Cerebro, pero no creo que mi PJ pueda saberlo.

(3) ¿Tiene algún poder que conozca?

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11/08/2016, 15:08
Enzi

El suave bofetón de Aitor pareció devolver la conciencia al wakandés, que abrió los ojos lentamente y se reincorporó con cierta dificultad. Se frotaba la cabeza con expresión de fastidio en el rostro. También se le veía confuso.

- Aitor… - reconoció a su compañero, pero cuando miró a su alrededor no entendió lo que pasaba - ¿Qué es este sitio?

Pasaron unos segundos y Enzi comenzó a atar cabos, reuniendo las piezas del rompecabezas que era su mente en aquel momento.

- ¡Un momento! La… ¡La dimensión oscura! ¡El experimento! – exclamó al mismo tiempo que las memorias volvían a él.

Se llevó rápidamente las manos al pecho, se miró a sí mismo como si estuviese comprobando que estaba de una pieza. Luego tomó a Aitor por los hombros, algo sobresaltado.

- ¿Estás bien? – preguntó de pronto, demostrando genuina preocupación.

Los dos estaban perfectamente después de todo, tan solo algo aturdidos por el viaje.

- He… he visto cosas rarísimas – Enzi se llevó una mano a la frente -. Pero no logro recordar nada. Es como… ¡agh! – gruñó, frustrado -. Como cuando acabas de soñar algo pero no te acuerdas…

Enzi se levantó y miró en todas direcciones, oteando el oscuro horizonte. Luego miró a Aitor.

- No tengo ni idea de cómo salir de aquí – se frotó la barbilla con gesto pensativo -. ¿Crees que los demás habrán acabado aquí también?

Notas de juego

Haz una tirada de Perception.

(1) Touché. Es el mismo lugar donde se encuentra el Liceo, aunque está algo cambiado.

(2) No es Charles Xavier. Es alguien pequeño, como un niño.

(3) Su físico (fuerza, resistencia, agilidad) es superior al de un humano corriente. Para que te hagas una idea, su fuerza es algo inferior que la de Sirena (que a su vez es menos fuerte que Rudy).

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13/08/2016, 09:11
Aitor Zumalacárregui

La verdad sea dicha, Aitor estaba algo embotado, el viaje no había sido del todo inocuo. Aunque sí recordaba fragmentos del mismo, cosa que al parecer a Enzi le resultaba imposible (escuchado lo cual el genio vasco trató de fijar las escenas que había visto en su memoria, para retenerlas para siempre y quien sabe sí transmitirlas telepáticamente a los profesores), todavía estaba en un estado de cierto aturdimiento, tratando de procesar dónde estaban, cómo habían llegado hasta allí y, sobre todo, cómo saldrían de allí.

-Yo estoy todavía procesándolo, Enzi, pero para todo siempre hay una solución. Creo que he encontrado una fuente de energía -dijo Zenitram el inventor señalando los rayos de la atmósfera-, así que sólo necesitamos algunos metales y herramientas. Ahora que ya sabemos que funciona, replicarlo no debería ser complicado, lo complicado puede ser encontrar los componentes. Pero tampoco necesitamos que funciona para siempre, sólo que funcione una vez. Nosotros seremos el envío. Hay que calcularlo bien y tener un poco de suerte, pero algo me dice que llegar a esta dimensión o, incluso, abandonarla, no es tan complicado. Es anómala pero física, con atmósfera tan similar a la nuestra que no estamos muriéndonos envenenados -aunque no estaría de más un examen físico exhaustivo al volver- Yo voto por desplazarnos hasta encontrar algún foco de civilización o una caverna que nos permita refugiarnos y, tal vez, localizar algo de metal. A partir de ahí ya veremos. ¿Vamos? -y sin esperar, sabiendo que tenía razón, Aitor comenzó a avanzar en una dirección al azar, entre las formaciones rocosas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Voy diseñando el aparato de viaje dimensional mientras caminamos. Te presento dos opciones, a desarrollar como invenciones:

En esta viajaríamos sólo Enzi y yo (Selectivo: sólo seres ajenos a esta dimensión) a través de una superficie que funcionara como portal. Eligiríamos exactamente dónde aparecer en la Tierra (Preciso), eso sí, necesitaría bastantes cálculos (TR requerida de 15 en Tecnología, un juego de niños para Aitor, probablemente muy asequible para Enzi).

Esto sería más tipo "Traslador" de Harry Potter, por contacto. Aunque también requiere tirada, es muy simple y cualquiera que tenga la habilidad puede activarla. Nos llevaría exactamente al lugar de donde vinimos (el laboratorio, tiene Preciso) y, aunque teóricamente nos puede llevar a cualquier dimensión, tiene el Fades, que implica que cada turno pierde un PP, así que en 2 turnos se tiene que haber elegido una dimensión o te quedas sin viajar (Efecto Secundario 2: siempre se funde). Además, necesita energía eléctrica para funcionar.

En dos minutos tendré ambas diseñadas, puedes elegir la que más te convenga narrativamente. Uno puede necesitar unos elementos constructivos para que funcione y el otro otros...

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15/08/2016, 23:25
Enzi

Enzi alzó la vista al cielo cuando Aitor mencionó los relámpagos.

- Guau, buena idea – se frotó la barbilla, asombrado - ¡Piensas en todo!

El wakandés se había quedado embobado observando el cielo mientras Aitor terminaba de contar su plan y se ponía en marcha. Cuando se dio cuenta de que el genio ya estaba andando se apresuró a seguirle.

Al principio se le veía dudoso, no parecía seguro de que la dirección que tomaban fuese la apropiada. Sin embargo, minutos después se dio cuenta de que realmente no tenían información alguna para orientarse. Cualquier dirección sería, en apariencia, igual de buena que las demás.

Estuvieron avanzando durante una media hora. Notaron que a medida que avanzaban las extrañas formaciones rocosas iban aumentando en número. No tardaron en ver al frente lo que parecía la ladera de una colina de roca.

La superficie de roca negra exhibía diversas aberturas, pequeñas cuevas repartidas por la ladera.

- ¡Estamos de sue…! – comenzó a decir Enzi, pero entonces un sonido atronador lo interrumpió.

Aitor y Enzi quedaron ensordecidos durante unos segundos.

Un rayo había caído sobre la cima de la colina, a un centenar de metros en escalada vertical desde su posición. Desde donde estaban no podían ver lo que había arriba del todo, pero el que hubiese caído un rayo allí quizá era buena señal.

Se dispusieron a seguir avanzando pero, tras dar el primer paso, Aitor notó que Enzi lo agarraba del hombro.

- Quieto – susurró -. ¿Has oído eso?

Los oídos de Aitor todavía no se habían recuperado del todo tras el rayo. Notó como Enzi miraba en dirección a una de las formaciones rocosas con disimulo.

De pronto, de detrás de la negra roca, surgió una silueta. Era negra como el carbón, de lejos podía hacerse pasar por una de las oscuras rocas que abundaban en el lugar. Aitor pudo distinguir lo que parecía un ser cuadrúpedo, de gruesos miembros posteriores y estilizada figura. No se parecía a ningún animal que Aitor conociese, pero la perturbadora ristra de dientes que exhibía en su mandíbula daba a entender que era peligroso.

El ser se acercó a los jóvenes un par de pasos, con la pose típica de un depredador al acecho. Sabía que lo habían detectado, flexionó las patas delanteras.

- Mierda.

Haciendo gala de una fuerza extraordinaria, el ser se lanzó a la carrera de un gran salto. 

- Tiradas (3)

Notas de juego

De momento dejaremos los diseños para más tarde. Ahora...

¡Comienza el combate! 

La criatura se encuentra a unos veinte metros, iniciando su carrera hacia vosotros. Aitor y Enzi se encuentran un poco "en medio de la nada", pero las cavernas no se encuentran muy lejos (unos treinta metros en la dirección contraria por la que se acerca la criatura).

Tiro las iniciativas. El orden es:

- Criatura
- Aitor
- Enzi

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15/08/2016, 23:32
Narrador

Turno 1

La criatura se lanzó contra los adolescentes, recorriendo a toda velocidad el espacio que la separaba de sus presas. Rauda, se lanzó de un salto contra Aitor, quizá tentada por su apariencia frágil.

Antes de que el genio tuviese tiempo a reaccionar, notó un súbito empujón proveniente de un costado. Enzi lo apartó de la trayectoria del ataque, poniéndose a sí mismo en peligro en el acto.

Aitor pudo ver como las grandes zarpas de la bestia herían a Enzi en el pecho y lo lanzaban contra el suelo. El wakandés miró al genio con con seriedad. Pese a su precaria posición no había atisbo de miedo en él.

- ¡Huye! - ordenó.

- Tiradas (2)

Notas de juego

- La criatura Carga contra Aitor. El ataque tiene éxito, pero Enzi se interpone. Enzi recibe 1 Herida y queda Dazed.

Turno de Aitor.

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16/08/2016, 09:09
Aitor Zumalacárregui

Mundo extraño, animales extraños -pensó para sí Aitor- Pero las que no cambian son las necesidades, ni ciertas características físicas para sobrevivir.

Aquel ejemplar era oscuro, para poder acechar en la noche o en entornos oscuros, poseía unas poderosas patas traseras para poder saltar y aquellos dientes no dejaban muchas opciones a una dieta herbívora.

Cuando la criatura se abalanzó hacia ellos, Aitor no la culpó: sólo estaba haciendo lo que dictaba su naturaleza. Por desgracia eso implicaba acabar, al menos, con uno de los dos. Su elección fue la más natural: atacar al de apariencia más débil. Sus movimientos fueron terriblemente rápidos, sin dar tiempo a reaccionar al genio vasco. Por fortuna para él Enzi se interpuso eficazmente.

Apartado de la trayectoria de las grandes zarpas de la bestia, asistió al golpe que propinaban al joven wakandés. La herida no era mortal, pero hacía caer la balanza hacia el lado de la criatura. Enzi lo había salvado y ahora se ofrecía como sacrificio para lograr la supervivencia del vasco. Aitor no lo pensaba permitir. Zenitram no podía permitirlo, ignoró la orden de su compañero y se dispuso a hacer algo.

-¡Bestia inmunda! ¡Somos poderosos humanos! ¡Tiembla ante nuestro poder! ¡¡Graorrrrr!! -bueno, sí, no era el ejemplo más claro de intimidación del mundo, pero era hacer ruido. No eran gritos, podían al menos desorientar a la bestia, aunque no la hicieran huir directamente.

Visto que los simples gritos no iban a bastar, Aitor cogió una piedra del entorno, una que le cupiera en la mano, e hizo algo que hacía tanto tiempo había separado al hombre de las bestias: el uso de herramientas. Cierto, no era una herramienta para construir, pero al principio era más importante la supervivencia, la defensa ante depredadores.

Dio paso atrás y con un grito gutural, salido de lo más profundo de su cerebro, de la parte de reptil, lanzó aquella piedra con toda la fuerza que pudo hacia la bestia. Había calculado bien, debía impactarle. La mayoría de animales huyen cuando son heridos, para no arriesgarse a salir tan mal parados que luego no puedan permitirse cazar. ¿Tendría esta bestia ese instinto?

- Tiradas (2)

Notas de juego

Ahora sí, listo.

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18/08/2016, 19:19
Narrador

El lanzamiento de Aitor fue acertado, la piedra trazó un arco perfecto hasta golpearle el hombro. A pesar de la poca fuerza de la que disponía Aitor, logró herir a la criatura. 

Aquello, sumado a los gritos de Aitor, habría asustado a cualquier animal corriente. Pero aquel ser... Aquel ser simplemente se enfureció. 

Rugió con fuerza, plantando cara a Aitor. Parecía que el ser iba a lanzarse contra él en cualquier momento, pero Enzi aprovechó la distracción para atacar a la criatura. Haciendo uso de sus refinadas dotes de combate, el wakandés embistió a la criatura con todas sus fuerzas.

Pillada por sorpresa, la criatura retrocedió un par de pasos. Al parecer, no había tenido en cuenta la fuerza de sus oponentes.

Caviló durante unos instantes, manteniendo la distancia con Aitor y Enzi.

- Tiradas (3)

Notas de juego

- Aitor lanza una piedra contra la criatura y trata de intimidarla. Le causa 1 Herida. Al centrarse en el vasco, la criatura queda Vulnerable.
- Enzi aprovecha la distracción para atacar a la criatura con un All-out Attack. Le causa 1 Herida y la deja Dazed hasta su próximo turno.

Turno 2

- La Criatura mantiene la distancia. ¿Estará preparando algo?

Turno de Aitor.

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19/08/2016, 09:46
Aitor Zumalacárregui

-¡Grrrrrr! ¡Graor! ¡Ruge conmigo, Enzi! ¡Graor!

Por si la bestia no se decidía a irse, el vasco cogió otra piedra y se la lanzó, aspirando al menos a hacer ruido con ella y recordarle que ya había sido golpeada, desde la distancia, sin exponerse. Seguía manteniendo la esperanza de que el monstruo que tenían ante si fuera de origen natural y que no quisiese arriesgarse a salir realmente herido, la reacción más razonable para un carnívoro que tiene que lograr su comida peleando con sus presas. Además, ya no estábamos sorprendidos, nos acabábamos de convertir en presas difíciles, a pesar de nuestro aspecto frágil.

La piedra podía ser un arma de doble filo. Podía acabar de convencer a la bestia de que era mejor huir... o podía enfurecerla. Pero si la enfurecía al menos seguiría el combate con alguna magulladura extra. La ventaja es que mientras Aitor tiraba piedras no se exponía a ser herido inmediatamente, mantenía las distancias.

Como echo de menos a Gina. La diseñé para esto, ¡demonios!

- Tiradas (2)
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22/08/2016, 18:16
Narrador

Con un improvisado rugido, Enzi se unió al plan de Aitor para intimidar al depredador. La piedra golpeó de nuevo al objetivo, esta vez en la cabeza.

La criatura retrocedió un paso más, enseñando los dientes mientras gruñía. Su cabeza se centraba intermitentemente en Aitor y en Enzi.

El genio vasco, incapaz de sentir miedo, resultaba ser una presa más difícil de lo que había supuesto el depredador. Sus pedradas dolían, y desde el principio del enfrentamiento no había parado de emitir aquellos sonidos tan amenazantes.

Y el wakandés… a pesar de la sangre que empapaba su camiseta tenía aquella mirada de no temer enfrentarse a la muerte. Era increíblemente fuerte, como bien atestiguaban sus dolidas costillas, y perturbador.

No valía la pena el esfuerzo.

Tras rugir una última vez, la criatura huyó a gran velocidad, alejándose de sus presas. Pronto se perdió entre las rocas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Turno 2

- Aitor lanza una pedrada a la criatura, mientras que aúna esfuerzos con Enzi para intimidarla.

La criatura huye. El combate termina.

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22/08/2016, 18:29
Enzi

Unos segundos después, Enzi dio una gran bocanada de aire.

- ¡UF! ¡Me pensaba que nos comía! – dijo con tono jocoso, tratando de quitarle hierro al asunto.

Se palpó distraídamente el pecho mientras miraba allí donde la criatura había desaparecido de su vista.

- Me ha dejado un buen rasguño.

El wakandés parecía distraído.

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23/08/2016, 11:53
Aitor Zumalacárregui

Y con aquel último rugido y pedrada, la pareja de jóvenes del Liceo puso en fuga al depredador, más desconcertado que vencido, eso sí. Tal vez volviera más adelante, o tal vez uno de sus congéneres, pero de momento habían conseguido un respiro.

Además, siendo un lugar aparentemente tan yermo, era poco probable que hubiera más de un depredador capaz de cazarles en la zona. Eso era un pensamiento esperanzador.

-No parece una herida muy grave y no tenemos muchas posibilidades de mejorarla. Tendrás que sufrir el interés de las chicas cuando regresemos. ¿Podrás aguantar? -bromeó Aitor, convencido de que el wakandés podría con eso y mucho más- Si quieres podemos descansar un rato hasta que se detenga la hemorragia. Podemos utilizar las mangas como gasa para taponar la herida si hace falta.

La herida de su compañero complicaba las cosas, ya de por sí nada favorables. Seguramente Enzi, viniendo de un país selvático, tendría más patente que el vasco cuánto podían complicarse las cosas debido a esa herida. Las heridas se infectan y allí no tenían acceso a medicamentos. Tenían que confiar en el sistema inmunológico del herido y tratar de volver a casa cuanto antes. Bueno, en realidad apenas había cambiado nada.

-Tal vez podríamos encaramarnos a una de esas formaciones rocosas y tratar de divisar algo. O buscar la madriguera de esa bestia, tal vez haya cazado a un ser inteligente con menos recursos que nosotros y podamos aprovechar sus enseres. ¿Qué opinas?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Seguiré el curso de acción que le parezca mejor a Enzi. Él es el músculo y el herido.

Si se me ocurre algo interesante que hacer con esa tirada de medicina, evidentemente lo aplico...

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25/08/2016, 21:25
Enzi

Enzi sonrió ante la broma de Aitor.

- Me recupero rápido – reveló con cierto orgullo -. N-no es algo como lo de Lobezno – se sonrojó - pero seguramente volveré a estar en plena forma en poco rato. Siempre y cuando ese animal no fuese venenoso, o algo parecido… - se rascó la cabeza, pensativo -. Bueno, no tiene sentido preocuparnos ahora por eso.

El wakandés trataba de quitarle importancia al tema de su herida. Con lo poco que tenían, no podían hacer más que parar la hemorragia. Por suerte no parecía más que un arañazo superficial. Aitor improvisó una gasa con las mangas de la camiseta de Enzi, y cuando hubieron terminado de atender la herida de éste, el wakandés señaló hacia la cima frente a la que se encontraban.

- Ahí ha caído un rayo, justo antes de que nos atacase el depredador. Si necesitamos recoger energía para nuestro dispositivo es posible que podamos improvisar algo allí.

Dio un par de pasos al frente.

- También es posible que encontremos algo en esas cuevas – señaló las múltiples aberturas que recubrían la ladera de la colina -. O al menos refugiarnos. ¿No notas algo de frío?

Sí que hacía frío, de hecho. Antes no lo habían advertido, o quizá la temperatura había bajado de pronto. Un lugar misterioso, esta dimensión.

- Yo iría a investigar la cima primero, me da curiosidad. Y puede que encontremos algo de metal – aventuró con una sonrisa -. Eso sería fantástico.

Dicho y hecho. El wakandés y el vasco se pusieron en camino, dirección cima de los rayos. Aitor descubrió que Enzi habría sido una pareja de educación física muy útil. Tenía fuerza suficiente para subir por el pronunciado pendiente de piedra y ayudar al mismo tiempo a otra persona a hacerlo.

Por el camino se acercaron a varias de las cuevas, pero el interior estaba tan oscuro que decidieron no adentrarse.

- Mejor no arriesgarse - dijo el wakandés -. Ni siquiera tenemos luz...

El pendiente era cada vez más inclinado, y la rampa de piedra comenzó a convertirse en casi una pared. Aunque Enzi se encontraba más cómodo haciendo ejercicio, los dos acabaron sudando un montón.

- Ojalá tuviese mis cuchillos de vibranium – se lamentó el wakandés tras agarrarse con cierta dificultad a un saliente -. Lo cortan todo como mantequilla – bromeó.

Por suerte para ellos, el tramo “pared” no era muy largo. Enzi ayudó a Aitor a elevarse por última vez y al momento volvió a parecer que subían por una colina.

Había pasado por lo menos una hora, pero ya estaban cerca de la cima. Ya podía valer la pena lo que fuera que fuesen a encontrar.

Y entonces, mientras andaban por la pendiente, un rayo cayó en la cima. La luz los cegó por un instante, y el trueno los dejó sordos durante varios segundos. De pronto ya no parecía tan buena idea aquello de escalar la cima de los rayos.

Sin embargo, alcanzaron a oír algo después del rayo.

Un grito de dolor.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Con la ayuda de Enzi Aitor consigue subir sin problemas (no hace falta tirada de Atletismo).

Después de escalar, Aitor se encuentra Fatigado. Enzi no se fatiga.

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26/08/2016, 09:29
Aitor Zumalacárregui

Aitor ascendió con más pena que gloria por la formación rocosa. Agradeció a la diosa fortuna, metafóricamente, que le hubiera tocado un compañero de ascenso como Enzi. ¿Qué hubiera pasado si le hubiera tocado Oráculo o Tesla de compañeras? La cosa podría haber sido muy diferente.

-Sí, los cuchillos de vibranium nos habrían ido de maravilla. Y con el bicho de antes, mejor todavía. Pero no sólo no los tenemos, sino que además no nos sacarían de esta dimensión. Tenemos que centrarnos. Cuando estemos allí arriba –dijo el vasco señalando con el dedo hacia la cúspide de la formación, aunque no hacía falta- podremos dar un buen vistazo a la zona y trazar un plan para avanzar hacia cualquier cosa que veamos como prometedor: una ciudad o cualquier otro lugar habitado, un río, un lago… Antes de nada necesitamos agua, comida y refugio, aunque hoy podemos empezar por el refugio, mañana priorizaríamos en el agua –comenzó a planificar el joven genio, aún a sabiendas que los horarios de día y noche de aquel lugar podían diferir notablemente de a los que estaban acostumbrados- Quién nos iba a decir que acabaríamos el día de “campamento de supervivencia” en otra dimensión, ¿verdad?

Y entonces cayó el rayo, tan cerca que cegó y ensordeció a la pareja de turistas extradimensionales. Por fortuna no hubo ninguna explosión de piedras o similar que pudiera herirles o suficiente potencia como para traspasar unos pocos miles de voltios a través de sus cuerpos. Demonios, ni siquiera sabían cómo funcionaban todas las leyes físicas a las que estaban acostumbrados a utilizar.

Aitor se hubiera preocupado por la posibilidad de que, saltándose precisamente esas leyes a las que estaban tan acostumbrados, como la de la probabilidad, cayese otro rayo precisamente allí. Valoraba la idea, trataba de establecer sus propios criterios y hacer una hipótesis de trabajo en función de lo observado en el entorno hasta el momento, destinando valiosos segundos a ello, cuando de repente sonó aquel grito de dolor.

Era un grito humano (o humanoide, pero de algo que expresaba el dolor como un humano), probablemente debido al impacto del rayo. Eso daba que pensar. Pero Aitor no perdió el tiempo, actuó como se esperaba de Zenitram:

-Forja, ¡vamos! –exclamó al wakandés, haciendo referencia a su nombre superheroico para inflamarle los ánimos.

 

Notas de juego

Espero que me ayude igualmente, porque con las tiradas soy peligroso y sólo faltaría que me despeñase por aquí :-P

Cargando editor
29/08/2016, 10:58
Narrador

Enzi asintió al instante y se unió a Aitor en la carrera hacia el origen del grito.

En apenas un minuto recorrieron lo poco que les faltaba hasta llegar a la cima y, allí, se encontraron con una escena… digamos que inesperada.

La cima de la colina era una pequeña explanada salpicada por rocas de diversos tamaños. En el centro de la misma había un pequeño cráter y, dentro de este, una figura luminosa. Un ser humanoide arrodillado. Su cuerpo desprendía una intensa luz azulada, y de éste surgían pequeños arcos voltaicos que se estrellaban contra el suelo. El olor a ozono inundaba el lugar.

Un breve análisis visual le permitió a Aitor identificar al sujeto. ¡Era Tesla!

El genio jamás había visto a la muchacha en aquel estado. Parecía que estaba conteniendo una enorme cantidad de energía. ¿Le habrían caído los rayos a ella?

- ¡ALÉJATE DE MÍ! – gritó de pronto Malina.

La muchacha extendió un brazo hacia el frente, con la mano abierta. Era un gesto que indicaba “detente”, pero no iba dirigido hacia Aitor y Enzi, que habían llegado a la escena por un lateral.

A veinte pasos de Tesla se encontraba un joven familiar. Era Enlace. El muchacho parecía tener una severa quemadura en el hombro, humeaba. En las manos llevaba un par de artilugios con forma de guante, eran los dispositivos que usaba Tesla para canalizar su poder.

- ¡Sólo quiero ayudarte! – gritaba el muchacho mientras daba un paso al frente. Entonces advirtió Aitor que el grito de dolor había venido de él.

- ¡Te voy a hacer daño si te acercas, estúpido! – le respondió Tesla, exasperada.

Ninguno de los dos había advertido la presencia de Zenitram y Fragua.

Notas de juego

Tranquilo, estás bien acompañado :P

Y Enzi es Fragua, no Forja (sé que la diferencia es pequeña, pero... xD)