Partida Rol por web

El comandante es reducido a nuna pulpa sanguinolienta con una brutalidad que nadie más del grupo ha visto jamas con anterioridad. Aun asi, la muerte del comandante no detiene a los ultimos trolls en pie.

La Embaucadora se movió rauda junto con las copias de sí misma mientras con un trazo de sus manos y unas leves palabras lanzó otro hechizo que le permitiera más movilidad. [Retirada Expeditiva Rápida]

Se introdujo levemente en el campo de arbustos para tener alcance con su siguiente conjuro al gigante. Lanzó un nuevo sotilegio que alteró el espacio y el tiempo, volviendo más ágiles a sus compañeros.[Acelerar]

Sara pasa agilmente a traves de las ataduras antes de lanzar su sortilegio, incrementando la velocidad de los presentes. El troll clava sus colmillos en Ilhuicatzin cogiendolo por sorpresa antes de ser agarrado de nuevo por las plantas.

Muchos enemigos se centran en mi, es como si no vieran más que un gigante de roca combatiendo contra ellos, eso deja el camino libre a mis compañeros para que los ataquen cómodamente. La mayoría permanece enmarañado gracias a mi enredadera, los tengo justo donde quería.

- ¡Argghh! - rujo cuando los golpeo con mi denominada "Arma montaña" mi faceta más primitiva está emergiendo, agito mis brazos con fuerza y ataco a todos los que puedo, mis golpes son salvajes y desmedidos, tal vez demasiado fuertes tomando en cuenta la inferioridad de mis rivales pero mis instintos no me permiten detenerme - ¡IAARGHH! - grito al dar mi último golpe, mucho más duro de lo habitual.

Ilhuicatzinb hace una autentica escabechina a su alrededor, dejando destrozados a casi todos los guardias con la gran roca que esgrime. El Arma Montaña tiene miles de grietas pero seguramente vaya a ser util durante bastantes golpes más.

Los arqueros libres huyen corriendo al ver que estan perdiendo claramente la batalla mientras que los que esta enmarñados intentan sin éxito imitar a sus camaradas.

Sebastos echa una mirada por encima del hombro para comprobar con satisfacción que las cosas están yendo bien en el otro flanco de la batalla. Dispuesto a intimidar con sus ataques al garra sangrienta, y luego soltarle un discursito sobre cómo éste debería rendirse ya que han perdido y le podrían perdonar la vida (todo para conseguir un prisionero al que interrogar, aunque seguramente algo pueda conseguirse de los trolls inconscientes), Sebastos despliega sus ataques en una ronda completa... para descubrir que el garra sangrienta está a la altura de su habilidad, no consiguiendo impactar en ninguna ocasión. Por tanto, mantiene la tensión y decide no sermonearle, ya que su ataque ha sido de todo menos intimidatorio...

EL ala izquierda y la segunda estocada de Sebastos logran alcanzar el troll. El ala se clava en el ojo del troll, causandole un grave daño pero no lo suficiente como para incapacitarlo. Sebastos nota como su espada sagrada no reacciona con el troll que tiene delante.

El troll contesta los ataques con una brutalidad similar a la de Graatz, dejando a Sebastos en un estado tan lamentable como el suyo propio, desgarrandolo con sus colmillos y sus garras. al otro lado del campo de batalla uno de los legionairos trata de escapar la maraña pero Ilhuicatzin acaba con él antes de que pueda salir.

Vengo en carrera y destripo al troll mientras sigo mi camino hacia el otro lado como un torbellino de destrucción. Mi enorme alabarda empieza a girar sobre mi cabeza mientras, mis largas zancadas, dejan atrás un rastro de sangre, tanto mio, como ajeno. Este es el poder de los ogros.

El rápido ataque de Rashesh hace caer al garra sangrienta mientras el ogro hechicero sigue su camino hacia el otro flanco, la batalla puede darse por ganada, pues quedan muy pocos enemigos en pie.

Sin duda el combate es nuestro, pero no voy a dejar que escapen, van a pagar cada golpe que han dado por cien.

- No huyais cobardes, teneis cuentas que pagar!

Y sin dudarlo se abalanzo por los aires contra dos arqueros que huían torpemente.