Partida Rol por web

Te diriges camino de la Pezuña en la boca, es la posada más cercana al lugar donde estás y es posible que allí puedas encontrarte a algún aventurero, pero a lo lejos ves a una mujer un poco extraña, parece que va hablando sola y la acompaña un hombre embotado en una capa negra con capucha. Ambos dan el perfil de lo que estás buscando, parecen un par de aventurero recién llegados y no puedes evitar quedarte mirandoles.

Vais camino del Salón de las Rarezas cuando os encontráis algo mucho más raro que el propio salón. Un hombre más parecido a un gigante de piedra que a un humano que cuando os ve se os queda mirando. Es extraño pero quizá os pueda ayudar en aquello que tratáis de hacer o quizá seais vosotros quienes podréis ayudarle a él.

Graak se acercó con paso rápido hacia los desconocidos que le habían llamado la atención, una bella humana y un misterioso personaje que lo único que dejaba ver era un viejo estoque, el semigigante embotado en pieles se acercó hacia la curiosa pareja con paso rápido y voceó. ¡Eh vosotros, sí vosotros dos, la pareja de negro, acercaos!

La estruendosa voz hace que gire y no puedo sino sorprenderme al ver a aquel enorme ser, pongo la mano en la empuñadura de mi estoque y me preparo por lo que pueda pasar

Que ocurre caballero? Quiza podamos ayudarlo en algo?

Perdona, no somos la pareja de negro. Voy de negro celestial, ¿no lo notas? dijo Aire mirando hacia la cara del extraño.

No te reconozco, pero si te diriges a mí, debes ser uno de mis lacayos. ¿Qué pretendes de mi, oh, mi gran hombretón?

El semigigante se acercó a la pareja a grandes zancadas con una sonrisa en la boca, una vez estuvo cerca observó el ademán del que parecía ser un hombre. Tranquilo, no vengo a haceros daño, y por cierto guapa, no soy lacayo de nadie, ni necesito lacayos, pero ahora mismo estoy buscando compañía para un pequeño trabajo, y como os he visto con pinta de aventureros quería saber si me acompañaríais.

Menudo lacayo, a este no le deberían haber azotado más fuerte. Tengo que hablar con su superior.

Aire les dio la espalda un segundo mientras buscaba en su bolsa una piedra de las que había cogido a la entrada. Cerró con fuerza su puño y empezó a soltar palabras sin sentido:

Sucia... dos... agua... rata... ballena rellena de palomas...

Cuando terminó, lanzó la piedra al suelo, contenta por haber enviado un mensaje al superior del lacayo. Se giró con una sonrisa y dijo:

Muy bien, hombretón, te acompañaremos, pero antes debemos hacer una cosa. ¿No es así, Brinch?

Es Brand mi señora. Y si usted lo cree oportuno que el caballero nos acompañe no sere yo el que me oponga. Siempre y cuando como bien a dicho usted atendamos nuestros asuntos antes, si el caballero no tiene objecion.

Vaya damisela más rara. Graak observó con curiosidad las acciones que llevaba a cabo Aire, pero pronto dedicó toda su atención al tal Brand, que parecía más cuerdo. Depende de qué asuntos sean, no se me da bien nada que no sea beber o combatir.

Simplemente acompañenos tenemos que visitar un lugar luego le ayudaremos Digo mientras observo al enorme ser

Esta bien, iré con vosotros,espero que no dure mucho. Graak se ajustó el cinturón con ambas manos y se dispuso a seguir a la pareja aventurera.

Estáis a punto de llegar a la taberna del Cuervo de Plata, pero cuando pasáis por un pequeño corredor estrecho y poco iluminado diez individuos os rodean. Cinco por delante y cinco por detrás impidiéndoos el paso.

Todos ellos están armados y uno de ellos os dice:

- Vosotros sois el grupo de forasteros es del que hemos oido hablar. Parece que eráis más de los que pensaba, pero eso no será ningún problema, ¿verdad?. Eso solo implica una cosa, más tesoro para nosotros. Dadnos todo vuestro oro y vuestras armas, o no saldréis vivos de este callejón.

El joven iba cerca de Khrirm esperando que el gran guerrero le contara alguna batalla de las que no había ninguna duda que había participado, o de alguno de los muchos lugares que seguro había visitado.

Cuando de pronto y casi sin darse cuanta se encontraron rodeados de lo que parecían unos ladrones, ¿grupo de forasteros de los que habían oído hablar?.- el joven se recordó así mismo que después le haría una visita a aquel andrajoso tabernero.

El joven no sabía lo que harían los demás, pero él no estaba dispuesto a desprenderse de lo poco de valor que tenía, así que desenvainó la espada y esperó ver cómo evolucionaba esto

Elegisteis desplumar a los pájaros equivocados, camaradas.Respondo levantando la cabeza y dejando ver una gran sonrisa flanqueada por 2 prominentes colmillos blancos mientra apoyo las manos en el cinturón cerca de la empuñadura de la espada y de la ballesta Estoy seguro de que encontrareis gente mas fáciles de limpiar y con menos peligro.

“Sabía que esto sucedería tarde o temprano”, pensó Ethan. Era de esperar que, llegada la noche, la ciudad diera a luz a ladrones, asesinos, maleantes y gente con la única intención de conseguir unas monedas utilizando la delincuencia.
Pero aquellos ladrones, habían escogido mal. Peor, habían escogido “bastante mal”.
El bárbaro dio un rápido vistazo a como reaccionaban sus nuevos compañeros y se alegró al comprobar que Gruguer, el más joven de los componentes, desenvainaba su espada. Era digno de reconocer que valor no le faltaba al muchacho.
Otro de los miembros del grupo, el que dirigió al grupo de asaltantes, mostró una sonrisa que dejó entrever, a sorpresa de Ethan, unos colmillos que no hacían más que intimidar su misteriosa apariencia.
Él también desenvainó su espada y, dando un paso hacia el cabecilla de los ladrones que había hablado, le dijo con su voz más dura:

-Mi compañero tiene razón. Aún puede ser una noche provechosa para vosotros si dais media vuelta y os largáis por donde habéis venido. Por qué, pensadlo bien... vale la pena perder la vida por unas cuantas monedas?
 

El era un monje no le gustaba luchar si no era necesario, espero la respuesta del grupo ,tampoco es que llevara nada de excsivo valor pero desenvaino su espada ya que eran un nutrido grupo de aventureros y ellos solamente unos maleantes, asi que apunto a uno de ellos con el filo y se puso en guardia secundando a los demas

-Un poco de ejercicio no vendra mal

Mirá asombrado aquel repugnante espectaculo, todo lo que se tenia que decir ya se habia dicho, así que blandí mi hacha y me prepare para el combate, pensando que mejor sería que Ethan ubiese tenido exito al intentar convencerles de que se fuesen.

Mirá al joven gruguer de reojo y le dije - Esperemos que no corra la sangre, no es bonito manchar el suelo con desperdicios.

El crío abrío los ojos como platos al ver a Khrirm cojer aquel arma con tanta facilidad. Si yo fuera esos truhanes estaría saliendo ahora mismo de la ciudad huyendo de aquel hacha.

Gruguer se afianzó junto al guerrero, les superaban en número así que sería mejor que combatieran hombro con hombro.

La adrenalina le empezó a recorrer las venas. Este podía ser su primer combate. ¿Miedo? Ni rastro

Lumpabel se queda tranquilo y pensativo para ver que accion tomará. Mira a sus compañeros y no se siente aun nervioso. No quisiera gastar tantos conjuros pero igualmente es de noche y se supone que dormira unas cuantas horas antes de ponerse levantarse y estudiar sus conjuros.

Se concentra, un recitado en lenguas comun y gnoma abriendo tranquilamente sus ojos y sus manos. En instantes no mas se escuchan unos sonidos de charlas intimidantes fantasmales.
Sin dejar dudas de que los gnomos son buenos seres en la magia y mas quienes lo estudian con dedicacion como el mejor ejemplo presente: Lumpabel Gonzeppen.

Camino del Bote del Lagarto, veis a un hombre de pelo oscuro y barba corriendo y se cruza con vosotros y os mira de reojo pero sigue corriendo en el sentido opuesto al que vais. Tras él un grupo de cuatro hombres vestidos con ropas normales le persiguen gritando "Alto, alto, detenga a ese hombre"