Partida Rol por web

Argot se quedó mirando al druida como si estuviera loco. - Pues diciéndome qué son las plantas que te he dado hace unas horas, si son la causa de mi cambio tendré una oportunidad de darle la vuelta al hechizo. No puedo seguir así si quiero vivir algo de tiempo en esta ciudad maldita. Sin dinero ni comida pronto necesitaré mis habilidades y no estas manos de pez. - Había elevado un poco la voz, no quería irritar al druida pero su impaciencia parecía imponerse a su razón.

Pero aún es pronto para saberlo. Te dije que tardaría en solucionarlo. Mientras tanto... ¿has pensado en deshacerte de tus manos? Quizá si te las quitas puedas hacer eso de lo que hablas. Quitarte la vida quizá sea demasiado, y más para un ser tan maravilloso como tú. ¡Si yo fuera tú, ni me quitaría las manos, ni me suicidaría! ¡Estaría encantado de poseer dicha forma! Contestó el alocado Ferrin cuyo estado mental cada vez dejaba más que desear.

- Sólo quiero saber qué es la maldita alga que te he dado, a ver si tiene propiedades de conceder el cambio de imagen de una persona. Yo me preocuparé después de qué hacer con la información. - decidió no seguir con el tema de su imagen, aquel loco parecía adorar ciertas branqueas que él no veía con buenos ojos. Era un superviviente y no quería rendirse tan fácilmente pero no podía seguir hablando con aquel druida si quería conservar su cordura. Respirando un poco más despacio dando grandes bocanadas lo miró - Cuanto crees que tardarás en decirme qué es el alga que te he dado?

Hombrepez dijo que mañana vendría a por resultados y hombrepez mentir y vino a las pocas horas. Hombrepez desesperado por cambiar de nuevo de forma cuando tiene buena forma. Entonces Ferrin croó, miró a su sapo, lo acarició durante un par de laaargos minutos y al ver que seguía ahí Argot continuó hablando. Quizá mañana tenga los resultados, quizá no. Depende de lo complicado que sea. Pero hoy no dispongo de magia suficiente para analizar dichas algas. Mañana será otro día. Le dijo mientras se ponía en cuclillas y empezaba a saltar imitando a una rana.

Argot aceptó las explicaciones, no podía presionar a aquel loco más de lo que lo había hecho. - Muy bien, iré a ver si me puedo ganar unas monedas con este nuevo aspecto... - Se despidió con una inclinación de cabeza y se marchó cabizbajo.

Este tranquilo edificio de madera ubicado en el Parque de la Rana (21) suele estar silencioso y en calma, abierto a visitantes introvertidos y educados, así como a los fieles de Obad-Hai. De todos los edificios religiosos reconocidos de Tormentos Cristalinos, esta capilla es la más humilde y discreta de todas.

La mayor parte de esta estructura es al aire libre, una gran pagoda con bancos largos que rodean una plataforma central. Una torre de dos pisos actúa como hogar del cuidador y una serie de habitaciones privadas al otro lado hace a veces de almacén.

Un druida mediano llamado Ferrin Kastilar atiende la capilla.

El sueño y el cansancio del pesado día pasado, dejaban entre ver en el clérigo, un cierto rostro de fastidio. Era normal tener mal genio despues de una mala noche y tener que ver como se reducía su bolsa de monedas cada vez mas.

Al llegar a la capilla lo primero que hizo fue inclinarse ante el altar y tratar de buscar algo de paz interior. Agradeció al dios de la naturaleza el aún estar con vida, nunca se había sentido tan agradecido ante su dios, al decir verdad; si el matenerle en este mundo era su voluntad, estaría dispuesto a asumir los restos que su fe le pidiera.

Luego de orar, saludo al druida que servia en el templo. -Saludos hermano Ferrin, hemos vuelto, según lo acordado. tiene algo que contarnos sobre aquellas extras plantas? Sé que usted es el único lo suficientemente sabio como para darnos luz en este asunto.- dice haciendo una leve inclinación de cabeza en señal de respeto.

Lomenar estaba exhausta, pero encantada. En ningún momento pensó que podría encontrar un santuario druida dentro de la misma ciudad. La humildad del recinto le tenía totalmente enamorada. La naturaleza no necesita de grandes construcciones que únicamente muestran la vanidad humana detrás de ellos.

Acariciaba suavemente la madera con la que había sido construido el edificio, casi se podía sentir la vida de los árboles en la que había crecido.

No tenía nada que decir. Se inclinó con reverencia ante el druida Ferrín. Era una forma en la que un druida pedía permiso a otro para entrar en su santuario.

Mientras oía la petición de Kranjstar, se situó frente al altar y cerró los ojos para entrar en oración con el santuario.

Pero permanecía atenta a las palabras a su alrededor.

Una vez el maestre Ferrin dice noticias, el clérigo se disponía a indagar un poco mas sobre el asunto. Cosas como: Que piensa al respecto de la aparición de esta planta, si tendrá alguna relación con la extraña enfermedad que azota a Tormentos o si podría tener algo que ver con la misteriosa religión que preocupa a la sacerdotisa Liry y a otros clérigos.

Lomear seguirá a Kranjstar en cuanto decida irse a otro lado. Mientras tanto permanece a la escucha mientras sigue en oración con el templo.

Resultaba bastante extraño, pero la capilla estaba totalmente abierta y dispuesta para cualquiera que quisiera ir allí para orar. Pero el clérigo que habitualmente se encontraba allí, no estaba por ningún sitio. Y tras pasar un largo rato esperando, por allí nadie hacía acto de presencia. Estaban completamente solos.

Kranjstar se extrañó mucho al notar que no había nadie, en realidad esto le daba mala espina, pero era mejor cerciorarse si algo estaba pasando.

-Creo que debemos investigar un poco, es muy raro que el cuidador del templo, le haya dejado abierto y no este presente-

En plan de exploración, el clérigo observo con cuidado todo lo que estaba a su alrededor, acercándose a lo que mayor atención llamara.

Era extraño que el druida no estuviera en su templo, pero tampoco nada del otro mundo, posiblemente hubiera salido para cualquier cosa. Lomenar estaba a gusto, relajada, mientras se ponía en contacto con la naturaleza que impregnaba el lugar.

Al oír a Kranjstar respondió:

- Es posible que haya salido por cualquier causa. Arvak puede localizarle más fácilmente que nosotros si es que está por el templo. Arvak, ¡ BUSCA !

Al recibir la orden, Arvak, que estaba tumbado al lado de su dueña, se puso inmediatamente en pie y se puso a husmear por todo el recinto, buscando algo que su dueña quería, algo o alguien que estuviera por el templo.

Lomenar estaba muy cansada.

- Recuerda que tenemos que descansar y reunirnos con los demás. Podríamos volver más tarde si no encontramos nada.

El clérigo entendía bien las palabras de su reciente camarada, pero tenía una extraña sensación que no le dejaba tranquilo. -El cuidador de este tempo tiene la única pista que se ha conseguido sobre aquella extraña enfermedad. Es muy extraño que no este al pendiente de la entrada de los visitantes y haya dejado las puertas abierta. Descarto la idea de que simplemente haya salido por ahí sin haber dejado cerrado todo.

Lomenar asintió. Se puso en pié y estiró todo el cuerpo, saliendo del estado de relajación en el que se encontraba.

Al instante aguzó todos su sentidos para intentar ver u oír algo, a la vez que buscaba concienzudamente por todo el recinto.

Este tranquilo edificio de madera ubicado en el Parque de la Rana (21) suele estar silencioso y en calma, abierto a visitantes introvertidos y educados, así como a los fieles de Obad-Hai. De todos los edificios religiosos reconocidos de Tormentos Cristalinos, esta capilla es la más humilde y discreta de todas.

La mayor parte de esta estructura es al aire libre, una gran pagoda con bancos largos que rodean una plataforma central. Una torre de dos pisos actúa como hogar del cuidador y una serie de habitaciones privadas al otro lado hace a veces de almacén.

Un druida mediano llamado Ferrin Kastilar atiende la capilla.

Resultaba bastante extraño, pero la capilla estaba totalmente abierta y dispuesta para cualquiera que quisiera ir allí para orar. Pero el clérigo que habitualmente se encontraba allí, no estaba por ningún sitio. Y tras pasar un largo rato esperando, por allí nadie hacía acto de presencia. Estaban completamente solos.

Argot llegó directo a la capilla, había estado ya demasiadas veces allí esperando respuestas y aquel druida chiflado aún no se las había dado. No sabía si estaba lo suficientemente cuerdo como para hacerlo. Mirando a su compañero - No se si conoces al druida loco que vive en la capilla pero es un poco... excentrico, ahora lo verás

Dicho esto se acercó a la puerta y llamó dando unos golpes suaves - Oh sabio Ferrin, amigo mío, estás ya despierto? pues la bola de fuego está ya alzada en el cielo.

No te preocupes, estoy seguro que veré cosas mas raras y excéntricas en esta ciudad. comenta Akatosh de forma alegre a su compañero. Esperemos que tenga listo sea lo que sea que necesites. Luego lo mira con cara extraña si no eres lo que eres, entonces que eres? pregunto confundido.

Resultaba bastante extraño, pero la capilla estaba totalmente abierta y dispuesta para cualquiera que quisiera ir allí para orar. Pero el clérigo que habitualmente se encontraba allí, no estaba por ningún sitio. Y tras pasar un largo rato esperando, por allí nadie hacía acto de presencia. Estaban completamente solos.

Akatosh observa a Blue Esto es normal? Que quieres hacer?