Partida Rol por web

Glavra se tiró al mar y tras bucear todo lo que fue capaz encontró entre los restos de algo hundido un trozo de tela con un símbolo que no reconoció a simple vista:

Vincenzo se retrasó un poco pero al final llegó junto a sus compañeros. Parecía que estuvieran hablando con otro grupo.

¡Vincenzo! dijo con alegría el pícaro al ver llegar a su ausente compañero, luego se acerco para explicarle lo sucedido, me alegra ver tu colorida cara amigo mio, veras llegando aquí nos topamos con aquel grupo de aventureros, parece que nuestro objetivo se torno en un hombre sapo y ellos tuvieron que frenarlos, a falta de pistas que seguir decidimos regresar a 'Recados' para reportar nuestro trágico descubrimiento, ¿vienes con nosotros?

Lictea dejaba a sus compañeros hablar y ella escuchaba.no pudo evitar abrir los ojos como platos ante la llegada de aquel "pajarillo". ¿ Es que estaba ciego?

¡Madre Mía!

Glavra salió del agua, estaba fría y oscura pero sus enormes colmillos dejaban entrever una gran sonrisa. 

-No he visto ninguna rana ahí debajo pero si he sacado esto.- dijo mostrando al resto el trozo de tela con el simbolo que ella no sabía con que se correspondía. 

Dejó la tela en el suelo mientras volvía a ponerse su ropa seca y recuperaba sus armas poniéndolas de nuevo en su sitio. 

Lomenar se acercó al instante para ayudar a salir del agua a la chica que les estaba siguiendo desde la Isla del Roble. Sacó una de las mantas de viaje que llevaba para cubrirla.

- ¡ Hace mucho frío, tápate con esto ! - comentó mientras echaba un vistazo al pedazo de tela que había rescatado, intentando identificar el símbolo.

Mientras escuchaba a Kanjstar la muchacha asintió afirmando su testimonio, las algas esas eran peligrosas.

Mientras ayudaba a Grava a secarse y recuperar el calor, un extravagante personaje se unió al grupo congregado a la orilla. Era absolutamente imposible que pudiera pasar desapercibido. Lomenar lo miraba con fijeza, nunca había visto a un humano vestido así. Incluso en el mundo animal los pájaros más coloridos en su época de celo ni se aproximaban a lo que veía ahora.

Se había quedado un tanto pasmada y con la boca abierta, no siendo consciente que quizás estaba incomodando al nuevo personaje.

¡Que sus compañeros casi le habían abandonado! Vale que se había despistado un poquito mirando con cara de hambre los peces que el gremio de pescaderos tenía a la venta, ¡pero eso no justificaba que le hubieran dejado atrás! Tenga usted compañeros para esto.

 -¡Amigos, ¿dónde os habíais metido?! Casi se me para el corazoncito cuando he visto que ya no estabais a mi lado. ¡Y mira que es difícil librarse de mí, miles de personas de este mundo estarán deseando saber cómo lo habéis hecho, jajajajajajajajaja!

Cuando terminó de reírse, se dio cuenta de que había gente mirándole. ¡Esto sí que era sorprendente, un público inesperado! Pero bueno, Vincenzo Biancarella siempre estaba preparado para ese tipo de situaciones. El bufón se inclinó en varias reverencias exageradas para saludar a todos los allí presentes.

 -¡Salutaciones, honrados habitantes de Tormentos Cristalinos, permanentes o transitorios! El gran Vincenzo Biancarella, más conocido como Enzo el Multicolor, Rey de Bufones y Bufón de Reyes a vuestro servicio.

Con todas las presentaciones concluídas, el bufón fue derecho hacia Leonard y Apolo, los cuales al parecer habían terminado ya con las pesquisas.

 -Espera, ¿hemos terminado el trabajo? ¿Significa esto que veremos algo de dinero contante y sonante? ¡Oh, algarabías y felicidad! ¡Por fin nos pasa algo bueno en esta ciudad!

Apolo sonrió levemente, Vincenzo había llamado la atención de todos, lo ultimo que quería Leonard, pero ya estaba hecho, así es amigo despidámonos de los caballeros y señoritas y retirémonos antes que Leonard nos abandone, se dirigió a los presentes, damas, caballeros, a sido un placer, pero aquí no queda nada mas para mi, me retiro espero encontrarlos en otra ocasión, nos vemos.

 -Oh, ¿tan pronto? Bueeeeno, es una pena, ¡pero por mis amigos lo que sea!

Dicho aquello, el bufón realizó otra exagerada reverencia, esta vez a modo de despedida.

 -Lamento que nuestro encuentro haya sido tan breve, buenas gentes. Cuídense mucho.

Lanzo varios besos al aire en dirección a los presentes y, acto seguido, salió corriendo tras Apolo y Lenoard.

Glavra cogió la manta de Lomenar y le agradeció el ofrecimiento con un gesto de cabeza. Mientras se secaba y volvía a templar su cuerpo vio el espectáculo que el nuevo grupo les brindaba con su sola presencia.

- Que pintas mas ridículas. - gruñó quitándose las últimas gotas de agua.

- ¿Ha valido de algo sumergirme en esas aguas heladas? - preguntó mirando hacia el trapo con el símbolo que había encontrado, tal vez para ellas tuviera mas sentido. 

El comentario de Glava le hizo esbozar una media sonrisa.

- De donde yo vengo los hombres son peludos como un oso y resistentes como mulas. No estos pajarillos ridículos que pululan por esta ciudad.

Glavra sacó el trozo de tela que había encontrado, en ella había el símbolo de la capilla de Obad-Hai. Era un símbolo bastante reconocible para aquellos que tuvieran un mínimo conocimiento en religión:

Ya en la intimidad del grupo Lictea abrió los ojos como platos, al ver lo que había encontrado la piel verde. No es que fuera una experta conocedora de otras religiones que no fuera la suya propia, pero había estado en la capilla de Obad-Hai y reconoció el símbolo.

- Es de Obad-Hai. No prueba nada, pero es un indicio más. Buen trabajo Glavra, hay que tenerlos muy bien puesto para hacer lo que has hecho.

Lomenar asintió a las palabras de Lictea mientras arropaba a Glava hasta que recuperase el calor.

- Sí, es su símbolo. No prueba nada, pero no tiene sentido encontrar algo así en un lugar como este. Todo apunta a que Ferrin era la rana y ahora está muerto.

La muchacha estaba cada vez más apesadumbrada. El tema con los Licorambarino tenía mala, muy mala, solución. Hacerse cargo de la capilla como druida titular no estaba en sus planes. La ciudadanía le podía dar alguna ventajas pero ella un espíritu libre que necesitaba volver a la verdadera naturaleza, no a ese simulacro de la ciudad que llamaban "parques". Ella veía ese puesto como unas cadenas que la atarían a esta ciudad.

Estaba perdida. Había venido a la ciudad para conocer a su padre. Ya tenía un candidato, pero era hermético y apenas había podido interaccionar con él. Tenía dinero para sobrevivir cómodamente en la ciudad por una temporada pero ¿era eso lo que quería? No sabía qué hacer.

- ¿Qué vamos a hacer? - Miraba especialmente a Kanjstar. Él era lo mejor que le había pasado en la ciudad.

- Me pierdo en lo que habláis, acabo de llegar a la ciudad y no se a que rana os referís pero lo único que puedo decir es que ahí abajo no había ningún cuerpo de rana gigante. 

Explicó mientras las druidas pensaban que hacer, ella no sabía a qué se referían pero tampoco tenía un rumbo mejor que tomar así que si podía ayudar lo haría, le gustaban los animales, siempre le habían tratado como uno algunos humanos así que en cierto modo le caían bien esas mujeres. 

- Perdona. - Lomenar sonrió a Glava, parecía que tenían de pronto a una nueva componente del grupo. - La capilla de Obad-Hai es un pequeño parque que actúa como lugar sagrado para los druidas. Ferrin era el druida que estaba a cargo del mismo, la verdad es que no llegué a conocerlo bien.

- En una ocasión que acudimos al lugar vimos una rana gigante que estaba destrozando todo a su paso. Nos enfrentamos a ella, pero apenas nada parecía hacerle daño hasta que, por fin, Liria, otra druida que está en la isla del roble, pudo ponerle fin.

- Hubo algunos muertos y otros simplemente desaparecieron, Ferrin fue uno de los desaparecidos.

- No sabemos dónde podría estar, pero todo apunta a que Ferrin se convirtió en la rana gigante y destrozó la capilla. Supongo que el grupo que estaba antes por aquí está investigando la desaparición del druida ya que sin cuerpo no hay pruebas.

- Pero con lo que has encontrado mis sospechas son lo que te he dicho, y Ferrin, la rana o lo que ahora mismo sea yace muerto en las profundidades del mar. Yo creo que lo mejor es dejar descansar a los muertos.

- El siguiente problema es ¿quién se va a hacer ahora cargo de la capilla de Obad-Hai? Primero, para que eso pase las autoridades que correspondan tendrán que declarar al druida muerto - Lomenar, tras la negociación con el alcalde había aprendido algo de la burocracia de las ciudades - y luego encontrar a un druida de rango suficiente como para hacerse cargo del lugar. Ahí es donde nosotras podemos plantearnos ese puesto, pero yo cada vez estoy menos convencida.

- Espero que esto te haya permitido hacerte una idea de la situación actual al respecto. Nosotros ahora mismo tenemos otro problema entre manos que afecta directamente a una de las familias más poderosas de Tormentos Cristalinos. Es un tema muy delicado y que, al menos yo, no se cómo actuar.

La mirada a sus compañeros fue lo suficientemente elocuente como para indicar que la decisión acerca de cómo continuar con el problema con los Licorambarino dependía de lo que ellos decidieran.

- ¿Y sabéis si por aquí hay alguna gruta o cueva donde pudo haberse escondido para curar sus heridas? Porque ya os digo que ahí abajo solo quedaba este pedazo de tela. Por otro lado ¿Es normal que un druida se convierta en un animal que quiera destruir todo? ¿Y si alguien le maldijo? Podríamos buscar enemigos suyos a ver si alguno sabe algo. - solo podía aportar ideas, por si estaba diciendo alguna tontería quedó a la espera de que el resto del grupo dijera alguna otra ya que tenían mas contexto. 

Glavra había nadado a consciencia y había podido ver todo el fondo del puerto claramente. Lo del trozo de túnica indicaba que efectivamente el druida podía ser él, pero lo que tenía claro es que su cuerpo no estaba. Ni el de una rana gigante, ni el de nada más. Así que, no podía estar muerto, pues su cadáver tendría que estar allí. A menos, claro estaba, que alguien se lo hubiese llevado. O quizá alguien lo había rescatado.

- Antes de nada he de dejar claro que ahí abajo no había ningún cuerpo. Lo que he querido decir con eso es que no se porqué creíais que estaba muerto pero me temo que o no lo estaba o ha tenido algún tipo de ayuda. Pero muerto, no esta. - Dijo a semiorca antes de que tomaran una decisión las druidas. 

- ¿Tenía amigos que le pudieran ayudar esa noche estando herido a salir de ahí abajo? A lo mejor ese pedazo de tela es de quien le rescató y curó.- Era la explicación más lógica.