Partida Rol por web

Esta extensa construcción de madera, una de las más grandes de la villa, sobresale por encima de las casas cercanas. El astillero también es la casa gremial de los constructores de barcos; aquí, sus miembros construyen casi todas las barcas de pesca, barcos mercantes y demás buques que pueda necesitar la villa. El cuerpo central alberga las oficinas, salas de reuniones, almacenes, y cuarteles para los trabajadores locales. El ala este se dedica a la construcción de pesqueros, mientras que la occidental se reserva para otros tipos de barco.

En aquel momento hay dos barcos en construcción en cada ala. Una vez que la nave sea navegable, se lanza por una de las  varias rampas que sobresalen directamente del edificio.

Respiré tranquila una vez que puse los pies en tierra.

¿Sabes? También me hablaron de un sitio en el que la cerveza era maravillosa. Se llama La Pezuña en la Boca. ¿Qué te parece si vamos y me invitas a una? le dije a Traul con una sonrisa brillante

De acuerdo, vamos. Supongo que allá también nos podremos enterar de algun trabajo. Por cierto, antes no te he respondido. Mi únicas capacidades son mi fuerza y mi afición por los mecanismos. No es mucho pero mucha gente solo busca fuerza bruta y yo la tengo. Empieza a buscar la posada nombrada por Snit.

Esta extensa construcción de madera, una de las más grandes de la villa, sobresale por encima de las casas cercanas. El astillero también es la casa gremial de los constructores de barcos; aquí, sus miembros construyen casi todas las barcas de pesca, barcos mercantes y demás buques que pueda necesitar la villa. El cuerpo central alberga las oficinas, salas de reuniones, almacenes, y cuarteles para los trabajadores locales. El ala este se dedica a la construcción de pesqueros, mientras que la occidental se reserva para otros tipos de barco.

En aquel momento hay dos barcos en construcción en cada ala. Una vez que la nave sea navegable, se lanza por una de las  varias rampas que sobresalen directamente del edificio.

El viaje en barco había resultado mas pesado de lo que juraban todos esos marineros, y agradecía como nada en el mundo pisar de nuevo tierra firme.

Los olores de una nueva ciudad, con nueva gente, todo suponía otra gran oportunidad para el músico. Antes que nada, quería encontrar un lugar donde poder tomar una buena comida y donde encontrar rumores con los que ponerse a trabajar para sus nuevas canciones. Seguro que por el puerto debía estar la típica taberna donde descansan los marineros en tierra, un lugar perfecto para mostrar la nueva presencia que acababa de llegar a la ciudad costal.

Esta extensa construcción de madera, una de las más grandes de la villa, sobresale por encima de las casas cercanas. El astillero también es la casa gremial de los constructores de barcos; aquí, sus miembros construyen casi todas las barcas de pesca, barcos mercantes y demás buques que pueda necesitar la villa. El cuerpo central alberga las oficinas, salas de reuniones, almacenes, y cuarteles para los trabajadores locales. El ala este se dedica a la construcción de pesqueros, mientras que la occidental se reserva para otros tipos de barco.

En aquel momento hay dos barcos en construcción en cada ala. Una vez que la nave sea navegable, se lanza por una de las  varias rampas que sobresalen directamente del edificio.

Mis pies me han llevado hasta el astillero y siento comola enorme ciudad me envuelve en su ajetreado día, no puedo sino estar ansioso por comenzar a hacer algo de una vez. Así que me dirijo hacia los trabajadores de los astilleros y le pregunto con tranquilidad.

- Perdona... ¿Dónde puedo hallar al dueño de los astilleros?

- Mi nombre es Molak Mako. Dijo el semiorco que se aproximaba hasta ti, tras escuchar que preguntabas por el dueño del lugar. Soy el líder del gremio de constructores de barcos, así como el regente de los astilleros. Dígame, ¿en qué podría ayudarle?

Un semiorco aquello era bastante peculiar, pero para alguien como yo, ser racista sería hipócrita de mi parte. Así que le planté una de mis mejores sonrisas.

- Claro que si caballero, mi nombre es Coran Larmelión, paladín al servicio de Heironeus.- dije haciendo una leve inclinación de cabeza.- Quisiera saber si puedo tratar con vos en privado un asunto que le concierne.

- Por supuesto, acompáñame a mi despacho.

El semiorco te lleva hasta el interior de uno de los edificios del astillero, allí se sienta detrás de una mesa, aparta una maqueta de un barco y te dice:

Tú dirás.

Acompaño al semiorco hasta donde me guía, tratando de estar alerta de que no haya nadie que nos siga. Una vez en su despacho algo más tranquilo, decido hablar con toda naturalidad.

- No se si llego a tiempo, solo espero que así sea. Ha llegado hasta mis oídos que el dueño de los astilleros guarda un tesoro bajo su dormitorio. Y si yo lo he escuchado estoy seguro de que alguien más también lo ha hecho, quiero ofreceros mi ayuda para la que la necesitéis, siempre en la medida de mis posibilidades claro está.

- Lo lamento pero me parece que se equivoca. Yo soy el dueño de los astilleros y yo no guardo ningún tipo de tesoro bajo mi dormitorio. Así que, lo siento, pero no necesito de ninguna ayuda que me pueda ofrecer.

Muy amable por su oferta, pero no es necesaria. Conclutó el semiorco con una gran sonrisa que te mostraba una dentadura imperfecta y amarillenta.

- Quizás no o quizás si, aunque sea un rumor, otros seguramente acaben asaltándolo tarde o temprano... o quizás ese tesoro esté ahí y usted ni siquiera lo sepa.- digo encogiéndome de hombros.- Pero eso ya es asunto vuestro, mi oferta de ayudarlo seguirá en pie.

Realicé una pequeña reverencia y le sonreí tranquilo mientras me disponía a marcharme para buscar posada en la ciudad y buscar otros quehaceres.- Un saludo Caballero.

- Muchas gracias, Señor Larmelión, si necesito su ayuda ya mandaré a alguien para buscarle. ¿Dónde suele alojarse? O al menos, ¿cuál es su intención? En cualquier caso, si necesito ayuda se la pediré, muchas gracias.

- De nada caballero, tengo intención de asentarme en alguna posada y soy nuevo en la ciudad. ¿tiene algún consejo?

- La pezuña en la boca. El enano que la dirige es un tanto especial, pero si le tratas con educación seguramente te trate bien. Él nos compra siempre gran parte del pescado que recogemos.

- Entonces si le surge alguna necesidad y me indica donde puedo hallar la pezuña en la boca... estaré hospedado unos días allí, mientras mi pobre economía me permita hasta que encuentre alguna ocupación.- Dije con una agradecida sonrisa y tras una simple reverencia incliné la cabeza dispuesto a marcharme

El caballero se gira ante la joven y se dirige a ella: Bueno, ya estamos aquí. ¿Qué hacemos?

Angelica le dice a Sir Barristan en bajito:

-Espera por aquí, por si hay problemas, voy a intentar hablar con algún marinero.

Da una vuelta por la zona del astillero, buscando algún grupo de marineros o  algún marinero sólo que esté ocioso por la zona del puerto, y se acerca con intención de charlar.

-¡Hola! Hace buen día, ¿eh?