¿Por qué el elfo era tan dado a tocar? A Zila eso le ponía nerviosa, porque sencillamente no le gustaba el contacto físico, y además solo se conocían desde hacía menos de 24h. Todavía no había tanta confianza, pero lo achacó a que vivir saltanto por los árboles y copulando entre los arbustos, siempre con los mismos individuos, siempre con el clan, le había llevado a no saber comunicarse de otro modo.

Los hombros de Zila parecían dos rocas frías cuando Kenshi paso su brazo so te ellos. La chica apretó los dientes, recordando su amenaza, la cual debería cumplir cortándole la mano. Pero le perdonó.

¿Te estás ablandando? negó con la cabeza Somos socios en esta misión, nada más. Y manco no me haría el mismo servicio

No respondió a lo de que estaba pensativa. No sabía hasta donde podía ser de importante lo que sabía, posiblemente tan solo se tratase de algo anecdótico.

Llegaron a la posada y reconoció el lugar. Sí era donde Kenshi y ella se habían conocido, por más que le parecía casi imposible.

Escuchó con atención a Ankus.

- Una cerveza estará bien - respondió mientras no podía evitar recorrer con la mirada todo el lugar.

No recibió respuesta alguna a la pregunta que le había hecho a Zila, pero una sonrisa medio disimulada apareció en sus labios cuando se dio cuenta de la reacción que ella tuvo. Pero eso no le preocupaba, al final ella acabaría aceptando su comportamiento si tenian la suerte de seguir como compañeros durante un tiempo.

Al poco rato las calles le empezaron a sonar de haber pasado ya por ellas, y dichoso era el destino porque los había llevado al mismo punto donde la noche anterior se habían conocido Zila y él.

Tras el ofrecimiento de Ankus comprobó que Zila no perdía la oportunidad de tomar algo si era gratis. - Agradezco su ofrecimiento pero acabo de desayunar. - Miró a su alrededor para ver el estado en el que había acabado la taberna y observó a las personas que habían entrado. Bajó el tono ya que desconocía si eran de fiar. - Supongo que es hora de que nos digas que es lo que necesitas de nosotros y el precio que estas dispuesto a pagar. - El tiempo apremiaba y cuanto antes supiesen todo antes podrían tomar ambos una decisión.

busco gente que me ayude a arreglar este desastre. Hay unos árboles en las Marismas Hool cuya resina y madera es especial. Si me trajeraIs un poco lograría reparar todo esto mucho más rápido.

Pero las Marismas pueden ser peligrosas, por eso creo que viajar los dos solos podría suponer un problema... Quizá fuera necesario encontrar un grupo algo mayor, quizá un par de personas más. No os puedo ofrecer nada de dinero, como podéis ver tengo todo invertido en recuperar este lugar, pero sí que os puedo dar alojamiento y comida. Aquí estaréis tranquilos y nadie os molestará, pues dudo que nadie entre.

Alojamiento y comida eran algunos de los problemas más importantes que Zila debía solucionar. La oferta de poder contar con elloo era todo un alivio, y miró a Kenshi sin mostrar demasiada euforia por ello, pero sabiendo que a para él también eran dos a¡suntos impotrantes.

-¿Durante cuánto tiempo?- Si solo se trataba de un día no compensaba. Pero si eso les permitía estar tranquilos hasta, al menos, conseguir ganar un buen dinero... entonces era una oferta bastante jugosa.

La oferta de Ankus no era lo que Kenshi tenía en mente, pero era aceptable. Y por la mirada que ambos cruzaron supo que Zila opinaba como él. Pero el hecho de que fuesen a necesitar más gente para poder traer la madera no le gustó.

- Supongo que esta oferta también incluirá a los que participen en esta expedición. - Ese era un punto imprescindible para poder encontrar gente que se uniesen. Seguramente habría más gente en su misma situación y el hecho de tener alojamiento y comida "gratis" haría más fácil el reclutamiento. - Además necesitaremos viveres para el camino, almenos para unos dias por si la cosa se complica, algún recipiente para poder colocar la resina y alguna herramienta para conseguir la madera que necesitas. -

Esperaba que aceptase a sus peticiones ya que ayudaría mucho a sus ligeros monederos.

Alojamiento y comida todo el tiempo que necesitéis hasta que volvamos a abrir la taberna. Si me conseguís esa resina, seguramente sea en dos o tres días. Y sí, si más gente trabaja para vosotros, no tendré problema en alojarles a ellos también siempre que tenga habitaciones disponibles y espacio.

El lugar no está lejos, deberíais poder ir y volver en el mismo día sin necesidad de acampar. Así que no creo que necesitéis de víveres. Y para llevaros la resina, tomad. Dijo ofreciéndole un cuenco algo chamuscado que había por ahí en medio. En cuanto a las armas, esperaba que como aventureros que sois, viniérais con armas ya. Dijo al sospechar que estaban pidiendo demás.

Kenshi había descubierto que tenía el don de mosquear a los taberneros de la ciudad. - Disculpe mi desconocimiento, ya que soy nuevo y no sé donde están los lugares. Y sobre las armas cada uno tiene la suya, pero dado que es una madera "más especial" que las demás pensé que necesitaríamos alguna herramienta "especial" - Miró a su compañera y volvió a mirar a Ankus. - Si nos puede dejar un momeno para que lo hablemos mi compañera y yo se lo agradecería. -

No había mucho que hablar, ya que por la expresión de Zila daba a entender que también estaba interesada, aunque lo intentaba disimular. Pero el principal problema sería encontrar a un par de compañeros más.

Cuando Ankus se apartó de dirigió a Zila. - Supongo que estás de acuerdo en que aceptamos el trabajo, pero por lo que nos ha dicho necesitaremos a un par más de personas. Y el único sitio que se me ocurre es en la taberna de donde venimos. -

Claro, claro. Vosotros habladlo sin problema. Yo ya os he dicho lo que necesito. Así que, si reclutáis a algún aventurero más, venid a presentármelo, para que sepa que está trabajando con vosotros y listo. Cualquier cosa, podréis encontrarme aquí durante todo el día.

El solo hecho de tener garantizados cama y plato diario era mucho, no estaba en disposición de pedir más.

Cuando se quedaron solos, porque les brindaron un poco de espacio para poder hablar, Zila escuchó al elfo pensativa.

-Sí, por mi aceptamos, aunque reconozcamos que será pan para hoy y hambre para mañana... pues en cuanto pueda volver a abrir perderemos el derecho a comida y cobijo.-

Si podían fiarse de la palabra de Ankus, eso serían unos tres días después de traerle la resina.

-Si todo fuese rodado eso supondrá cuatro días cubiertos. Después seguiremos a nuestra suerte y pelados como ratas-
Porque, al menos ella, ya había agotado sus reservas.

-Busquemos aliados. Aunque aviso, a mí nadie me da órdenes. No pienso chuparle la polla de hojalata a nadie- escupió al suelo -Afilemos la astucia, y no te fíes ni de tu sombra.-

Apretó los labios mientras caminaba los ojos.

- Creo que mejor será no ir a reclutar gentes a la posada del culpable de todo esto. Necesitamos hombres y mujeres fuertes, rudos, duros y que miren el miedo a los ojos. Creo que había un lugar por los mielles-

Kenshi asintió ante las palabras de Zila. Era cierto que solo tendrían practicamente media semana de alojamiento y comida gratis, pero quizás en ese tiempo podrían encontrar algún otro trabajo que les pagasen con monedas o quizás más alojamiento gratuito.

- ¿Tampoco voy a poder confiar en ti?, me destrozas el alma preciosa. Yo, que he confiado en tí desde el momento en que te conocí. - dijo con un exagerado dramatismo y unos gestos acorde a la interpretación. Después se rio y sacó la lengua de forma bromista.

Se levantó de la mesa y se dirigió al tabernero. - Señor Ankus, aceptamos el trabajo. En el momento en el que encontremos a un par de integrantes para el grupo vendremos para presentarselos y partiremos a por los materiales que necesita. - Guardó el cuenco y se dirigió a la puerta.

Esperó a que Zila llegase junto a él. - Preciosa, ya que te conoces mejor la ciudad te sigo. -

-Bien, no se si será la mejor hora, pero podemos sacar la nariz. Si no hay gente ahora volvemos a pasar por la tarde-

Se despidió de Ankus y comenzó a caminar, no irían muy lejos, a la posada El bote del Lagarto.

Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.

Toda la parte superior, que antes era el lugar donde se encontraban las habitaciones, está completamente quemado, solo se salva la parte de la taberna.

Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

Pero en aquel momento un cartel en mitad de la puerta decía:

Sentimos las molestias, pero este establecimiento se encuentra en estos momentos
CERRADO

Al encontrarse semejante espectáculo, Enzo se llevó las manos a la cabeza.

 -¡Aaaaaaag! ¡Maldición y ofuscación! ¿Por qué me tienen que pasar estas cosas a mí?

Pues nada, habría que buscar otro sitio en el que le pudieran informar de otros trabajos rápidos y sencillos. Que los bufones también tenían que comer.

Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.

Toda la parte superior, que antes era el lugar donde se encontraban las habitaciones, está completamente quemado, solo se salva la parte de la taberna.

Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

Pero en aquel momento un cartel en mitad de la puerta decía:

Sentimos las molestias, pero este establecimiento se encuentra en estos momentos
CERRADO

Una vez llegamos al lugar con Sha'lin, Leonard chasqueo la lengua. Él se esperaba cualquier cosa, desde un orco atendiendo el lugar, hasta el lugar de peor mala muerte de Vilmar, pero aún así, encontrarlo cerrado no se lo esperaba, y que decir del segundo piso, puesto ya entendía de donde provenía lo de "quemado". Leonard miró a Sha'lin, y dijo;

-No me quedaré de brazos cruzados. Veamos si el  tabernero tiene algo que decir. -Dijo, tras lo cuál, golpeó la puerta, a la espera de llamar la atención del tabernero, para que viniera a abrir. Leonard miró a Sha'lin, y le dijo- Bueno, esto es inesperado. ¿Tu has venido a la ciudad con algo de información, o tienes deseos de aventurarte en ella? Quizás podamos ser buenos compañeros, siempre y cuando dividamos las ganancias a medias, claro. -Dijo Leonard, mirándola con una sonrisa.

Tras eso volvió a prestar atención a la puerta, intentando mirar que pasaba dentro, ya fuera a través de una ventana, o intentando escuchar si había alguien allí.

Al notar que ya estaban cercanos a un lugar con un logo de un erizo de mar, le dio la idea de que ya estaban frente a la posada que buscaban. Tras un fugaz vistazo, la elfa no pudo evitar taparse la boca con una clara expresión de desagrado. Recorrió la vista por todo el lugar, intentando buscarle algo positivo, quedándose un rato en aquel cómico logotipo.

- Creo que ni en sus mejores días habría pasado una noche en un lugar como este - le susurra a su acompañante, apegando su rostro hacia el torso de él e intentando estirarse hacia su rostro para que el sonido le llegue. Sha'lin se devolvió a parar firme y se cruzó de brazos, mirando al cartel - Pregunta por el tal Inkus, Ankes, Enkos, tal vez siga por aquí - le sugiere sonriente, dando un leve levantamiento de hombros. No que le interesara mucho el tema de la resina, pero Leonard parecía un sujeto amistoso, fuerte y agradable, no estaba demás tenerlo cerca.

- ¿Me permites preguntar cuál era tu función en aquella academia? ¿Eras como un guardia o casualmente dio que fue destruida cuando ibas pasando? - le consultó a Leonard mientras esperaban, con un tono algo más burlesco de lo que debiese permitirse, incrédula ante la idea de que él estuviera estudiando en aquel lugar. Incluso tuvo la idea de que podría haber sido partícipe de la destrucción que describía, por lo que su mueca bromista pasó rápidamente a una algo más seria.

- La verdad es que vine a la ciudad con un grupo de seguidores y bastante dinero, sólo que se fueron presentando inconvenientes en el camino. Toda la información la podrían haber tenido ellos, así que estoy casi en blanco. Sólo sé que no debes visitar los puentes con tu amante en la noche, pues las personas tienden a desaparecer últimamente - le comparte, con una sonrisa de cómplice, como si le quitaran algo que podría haber hecho de su lista de fantasías.

- Como te podrás imaginar, no soy una mujer que debería andar sola por ahí, por lo que debo admitir que necesito estar acompañada y definitivamente necesito riquezas ahora, no soy de vida sencilla - le declara, dando un suspiro y haciendo un movimiento con ambas manos sobre ella misma, desde su cabeza a su cintura, como luciendo su apariencia y sus adornadas y reveladoras ropas - Sé algo de joyería y cosmética, también soy excelente cantante y flautista y doy espectaculares masajes, por lo que me han dicho - agrega soberbia, volviendo a cruzarse de brazos, dándole un coqueto guiño de ojo - ¿Si encontramos un lugar decente, te gustaría compartir habitación? Tal vez nos salga más barato - sugiere, elevando sus cejas en dos tiempos. 

Leonard miró divertido por varios segundos a Sha'lin ante su expresión de desagrado. El ciertamente, a causa de la guerra, habría tenido que pasar por lugares peores, peores, pero en otra época, probablemente su expresión habría sido la misma. La miró y al escuchar sus palabras le respondió;

- Dicen que las tabernas son los mejores lugares para empezar una aventura. ¿Quién sabe? Quizás algo tan simple como una resina nos termine haciendo los reyes del mundo, ¿Hay que pensar en grande, no? -Dijo, con una sonrisa, mientras  volvía a golpear la puerta para preguntar por el dueño. Al escuchar sus preguntas, Leonard se giró para mirarla y le respondió- Estudiaba magia y guerra. Mis capacidades son tango de hechicería como el combate cuerpo a cuerpo, aunque por el tiempo que llevo viajando, debo decir que mis artes mágicas han quedado algo de lado, por el momento, mi mejor conjuro es lo que puedo hacer con mi arma. -Dijo, dandole unas confianzudas palmadas a su espadón. 

Cuando ella le contó su historia, el le prestó especial atención, escuchandola atentamente. Cuando terminó su historia soltó una carcajada, y le respondió- ¿Ah, sí? Pues que lástima, un panorama menos que hacer en la ciudad. -Dijo, con una sonrisa. Tras eso, empezó a escuchar sus palabras, mientras miraba sus ropas y su joyería excentrica. Finalmente Leonard la miró y le respondió, con una sonrisa y una mirada de complicidad- Bueno, si no te importa compartir la bañera, creo que no habrá mayor problema. -Dijo, con una sonrisa, mientras la miraba a los ojos.

Asintió ante la idea de que la resina era un peldaño. No por el hecho que de verdad pensara que lo fuera, dudaba bastante que su suerte escalara tan rápidamente producto de aquella caprichosa búsqueda, si no que más por el hecho de ser reina del mundo. La elfa hizo un cierre de ojos momentáneo, como saboreando su imaginación, inclinando la cabeza levemente hacia arriba y luego volviendo la mirada a él. 

Continuó escuchando su historia con atención y con una mirada relajada, levantando las cejas cuando le dio aquel golpe a su espadón. No le imaginaba mucho estudiando magia, tenía una apariencia algo desgastada y un cuerpo muy esculpido como para haber tenido una estancia dedicada a la magia o, al menos, eso le daba su prejuicio. Una pequeña sensación de envidia se metió en la mente de la morena, siempre le había gustado la magia, tantas posibilidades daba, pero el tiempo que requería estudiarla fue la mayor razón para dedicarse a otras cosas más banales. 

- Debo admitir que siempre me han gustado los fortachones descarados - le responde, posando sus manos sobre sus propias caderas y girándose hacia él para darle frente, con una mirada acusativa y una sonrisa caprichosa, para luego tapar sus delicados labios con uno de sus dedos índices - Tienes permiso para seguir mirándome como lo has hecho, continuar coqueteándome de esa forma incluso... - da una pausa, llevando ese dedo índice contra el torso del hombre, a penas alcanzando su abdomen y presionándolo un par de veces - Pero compartir una bañera conmigo no te saldrá gratis - agrega, cambiando su postura a sus usuales brazos cruzados bajo su pecho, manteniendo los ojos fijos en los de él y una mueca picarona.

Leonard sonrió al escuchar sus palabras, y encontrando sus gestos, entre una mezcla extraña de sensuales, y divertidos. Cuando ella termino de hablar, Leonard la miró a los ojos y le respondió;

-Bueno, hay muchas formas de pagar servicios, quizás usted no sea la única buena haciendo masajes, lady Sha'lin...quizás yo también sepa hacer cosas que le vayan a interesar mucho, y que, probablemente, podría ser exclusivo solo para usted. Además...-Dijo, mientras desviaba la mirada viendo como poco a poco se ocultaba el sol- Pronto tendremos que encontrar esa habitación, ¿No piensa usted? -Dijo, con una sonrisa tranquila, mientras miraba que pasaba en la taberna.

La sonrisa de la elfa se fue pronunciando cada vez más, mientras el hombre continuaba con su contrapropuesta, en especial al mencionar la exclusividad. Relajando su postura, acompañó su mirada hacia los bordes del sol, sólo para mirarle devuelta curiosa con una ceja levantanda. 

- Pues sí que me atrapaste con tu oferta ¿Qué clase de servicio me darías de manera exclusiva? - le preguntó interesada, dando suficientes pasos hacia él como para posar cuidadosamente una mano en el torso de Leonard. A esa distancia se podía notar muy claramente la diferencia de sus estaturas, por lo que la mujer tuvo que elevar bastante la mirada - Espero que no insinúes que lo que creo que me estás insinuando - agrega, apegándose a él, presionando levemente sus pechos sobre el cuerpo del hombre. 

- Eso sólo lo hace todo más caro para ti, pequeño... ¿Está bien si te llamo Leo? - le consulta con ironía, moviendo ligeramente la mano que posó sobre él y relamiendo discretamente su propio labio superior.