Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.

Toda la parte superior, que antes era el lugar donde se encontraban las habitaciones, está completamente quemado, solo se salva la parte de la taberna.

Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

Pero en aquel momento un cartel en mitad de la puerta decía:

Sentimos las molestias, pero este establecimiento se encuentra en estos momentos CERRADO.

- Pasad, dijo Ankus invitando a sus dos acompañantes hasta su taberna. Disculpad que antes había tenido que disimular delante de Lyra, pero no puedes ser tan bocazas, dijo mirando a Zarus, eres muy descuidado y debes andarte con más cuidado al decir esas cosas. Blagh es una personalidad respetada en esta ciudad, al menos hasta cierto punto, y no puedes ir aireando sus trapos sucios de una forma tan ligera y descarada. Hay que andarse con cuidado con él. Es peligroso. Mira lo que le ha hecho a mi taberna

Zarus observó con pesadez como aquel letrero seguía en pie, informando de que la taberna estaba fuera de servicio; todo a causa del incendio que Muerde Rodillas inició. Pero el rostro del joven humano, cambió cuando el dueño del lugar le propino el par de sugerencia a las que Lazarus no le dio importancia alguna, pesa a entender que el elfo tenía toda la razón.

Pues no es que tenga ahora de tapar el sol con un dedo. Nunca he callado lo que pienso de Blagh, frente a Lyra, así como tampoco lo han hecho otros. Ya se ha discutido un par de veces el tema en el templo e incluso Lyra sabe que le estoy investigando, le dí a analizar muestras de la cerveza del Blagh a ver si algo tenía, pero la sacerdotisa nada ha encontrado. Pero sé que tu sabes de cosas que muchos no. Según sé, Argot trabajó para ti y francamente no me interesa bajo que condiciones. Lo que me interesa es saber por donde puedo seguir investigándolo para buscar evidencia que lo ponga en el lugar que se merece. dice con determinación en su rostro.

Y Pues-.. También he escuchado que necesita ayuda con algo, creo estar disponible para lo que haga falta.
replica con la curiosidad de enterarse que era lo que le preocupaba a Ankus.

Zarus estaba al pendiente de cada palabra expresada por Ankus. El joven no era de los que le gustaba tragar todo, sin poner en duda nada, al fin y al cabo, en esta ciudad no se podía confiar en nadie. Había varias dudas sobre Blagh y como fue que Argot se ganó estar bajo la mirada de todos los guardias de la ciudad, pero mas aún de como es que se le podría comprobar, todas las cosas de la que Ankus le acusó una vez en este mismo lugar; las que había negado frente a la sacerdotisa, para escapar de su juicio clerical.

Según como lo veo, tenemos el factor común de nuestro desagrado por Blagh. A mi ese enano me parece un lunático repulsivo, no esta bien de la cabeza, es un paranoico y un mezquino. Aún así, no podría agregar nada mas en especial, pero si tienes algo concreto contra él, vendría bien que me lo digas. Dices que es el responsable de lo que le pasó a tu posada y yo podría investigarlo, si algo de motivación adicional, le pones a ello. Verás... No es que sea materialista, pero ya sabrás que en esta ciudad no se puede sobrevivir sin dinero. Aunque bien, si tienes cualquier otro tipo de trabajo me puedo poner en ello. Por ejemplo, me pareció entender que manejabas información sobre una recompensa ofrecida por el poblado fronterizo del Acantilado verde. Puedes ir contando lo que sepas, tal vez pueda encargarme de varias cosas a la vez, si logró contar con algo de ayuda, claro. asegura completamente convencido, mientras desvía la mirada unos segundo hacia donde se encontraba la gnomo.

Snit les siguió en silencio, sin apetecerle mucho hablar. No sabía muy bien si podía confiar en Zarus, pero no parecía que le quedara otra. Necesitaba oro, y de alguna manera había que conseguirlo. Si la forma de hacerlo era confiando en dos hombres, pues bienvenido fuera. Ya habría tiempo de apartarse de ellos.

Al llegar a la taberna, volvió a contemplarla. El fuego había arrasado con toda la planta superior, aunque la taberna parecía intacta. Al menos una fuente de dinero se había salvado. Entró tras ellos y esperó a que terminaran de discutir entre ellos.

¿Estás seguro que Blagh? su tono de voz era de indiferencia total, no había duda. No le importaba que fueran ciertas o no sus acusaciones, todo tenía un fin Ankus, yo quiero ayudarte en lo que necesites, pero no a cambio de nada. Como bien dice Zarus, no se puede sobrevivir sin oro, y a mi ya me queda poco. Dinos qué necesitas y a cuánto nos vas a pagar.

Efectivamente, Argot trabajó para mi, pero ahora Argot ha sido asesinado por el monstruo que apareció en el parque. No descartaría que Blagh también anduviera detrás de ese asesinato, es capaz de hacer infinidad de cosas por acabar con aquellas personas que se cruzan en su camino.

Aunque hayas hablado con Lyra de estas cosas, no creo que hallas hablado con ella de adentrarte en su taberna e investigarla, eso sería allanamiento de morada y dudo que ella estuviera de acuerdo. Es una de los miembros más respetables del consejo de la ciudad, y no creo que quiera ser cómplice de todo esto. Pondría en una situación aún peor a su catedral. 

Está claro que el origen de la enfermedad no se debe a la cerveza, si no a las algas que puso en sus comida, y que, no nos engañemos, es posible que yo también las pusiera. Hace unos días estaban muy baratas en la lonja, y uno tiene que preparar los menús de cada día. Pero eso no quita que realmente algo trame. Creo que en el sótano de su taberna tiene que haber algo oculto y peligroso. Algo que esconda... por su sótano es por dónde habría que empezar. 

He oído que es un pirómano, llegó hace poco a la ciudad, solo hace unos meses, vino con una buena bolsa de oro y manchas de hollín, para mi que había prendido su anterior taberna o la de algún conocido y llegó a esta ciudad con el botín para montar un nuevo negocio. Luego estuvo lo de la Cabra de Mimbre, que quedó reducida a cenizas por aquella columna de fuego que apareció en la noche. Y días más tarde, fue mi taberna la que salió ardiendo. Temo por el bote del lagarto, pues probablemente sea su nuevo objetivo. 

La información se perdió cuando ardió mi taberna, pero creo recordar que en el Acantilado Verde buscaban gente para ayudar con un grupo de trastos que estaba atacando su pueblo. Ofrecían una buena recompensa, decenas de monedas de oro, quizá centenas, pero no recuerdo la cantidad. Aunque sí que sabría darte las indicaciones para llegar allí sin mucha pérdida. 

Por último miró a la gnomo que les había acompañado. No puedo daros oro, tengo que invertirlo todo en la reconstrucción de la taberna. Pero sí que puedo daros alojamiento y comida durante una semana en mi taberna. Al menos aquí estaréis seguros y tranquilos, porque no parece que vaya a entrar nadie en estos días.

Mientras Ankus hablaba, Zarus iba tomando nota mental de cada cosa y la comparaba con lo que ya sabía. Puede que tengas razón. Ya había escuchado algo sobre que Blagh había mandado a seguir a Argot y posteriormente, se escapó de su boca algo sobre eliminarle. Pero lo de la rana gigante, definitivamente fue mala suerte. Creeme, yo estaba ahí, esa cosa nos pudo haber matado a todos y si que lo intentó. replica el magnifico, haciendo una mueca de negación para olvidar aquella horrenda criatura.

Zaruz se sacudió ante lo siguiente que dijo el tabernero. ¿Comó que tu las has comprado? ¿Que es eso de la lonja? no sé si olvidas que no soy precisamente un chico de ciudad. Dime ahora todo lo que sepas de quien este comercializando con esas algas. responde con cierta irritación en su tono de voz. Esas malditas algas... continua el chico, mientras sacudía su cabeza y apretaba su puño.

Lazarus hizo un gran esfuerzo por intentar manejar la frustración que le produjo el recuerdo de como él, en un par de ocasiones, invitó a Layla a comer en el Bote del Lagarto. Ha sido mi culpa. sentencia contrariado. No! es culpa de quien las haya vendido, de quien las haya sacado del agua para ofrecerlas. Llegaré al fondo de todo esto. Zarus pareció relajarse un poco, pero aún podía verse en sus ojos, el comienzo de alguna idea maligna. Ok. Hagamos un trato... el joven se preparó para soltar un gran tajo de palabras, pero primero, necesitaba concretar una mejora en la oferta de Ankus. Llevo varios días investigando a ese desagradable enano y sé muchas cosas que te pueden interesar. Te contaré lo que sé, a cambio de que me digas todo sobre quien, donde y como, doy con quien haya distribuido aquellas algas. aquello era mas bien un nuevo trato propuesto por el joven humano, pero para este todo era parte de lo mismo.

Zarus le dio inicio a su parte del trato, sin siguiera esperar respuesta del tabernero. Este no tendría por que oponerse a decir lo que quería, al menos que tuviese algo de complicidad en todo esto. Hace un par de días, Iborian envió a un grupo de recién llegados a investigar la bodega de Blagh. Al parecer deseaba verificar si las acusaciones que Argot hacia sobre el oscuro secreto de aquella taberna, eran ciertas. Pero el asunto no terminó bien. Esa bodega conducía a una habitación subterránea, que a su vez conecta con pasadizos, que no se saben a donde van a parar, incluso uno de esos pasillos parece profundizar mas en el subterráneo. En todo caso, resulta ser un sitio bastante peligroso, lleno de trampas y de alimañas capaces de devorar a cualquiera. dice mirando a Ankus directo a los ojos.

Aún con la mirada fija en el tabernero, Zarus trata de aclarar sus ideas. ¿Que es exactamente lo que crees que puedes encontrar ahí? Blagh oculta algo y la guardia lo sabe y no parece que tengan intención de hacer algo en absoluto. Podría ser que paga para que se hagan los de la vista gorda. Un tema de contrabando, posiblemente. Argot tenía en idea que la bodega del enano conecta con los muelles o por debajo de estos. Ademas, sostenía que Blagh tenía alianza con "los Bajos Fondos" o como Lyra le llamó, "El Mercado Negro". Pero bueno, tu deberías tener muchos mas detalles sobre las cosas que él sabía, así que deja de guardarte las cosas. Estamos del mismo lado.

Zarus espero a que Ankus soltara de una buena vez todo lo que sabía y luego continuó. Sé que tienes claro que todo esto es bastante complejo y que no será algo que funcione si solo encargas a dos. Necesitas reunir a un equipo de por lo menos cinco, mejorar un poco tu oferta para que sumemos otros huéspedes a este lugar. Estoy seguro que puedo conseguir mas interesados. el joven recordó en ese momento las palabras de Lictea, había que buscar buenos guerreros para acabar con las alimañas.

Ankus comenzó su historia sobre el dueño de la Pezuña en la Boca, mientras Zarus retomó lo de sus notas mentales ¿Dices que Blagh llegó a la ciudad con una buena bolsa de oro y machas de hollín en su ropa? Lo de la Cabra de Mimbre fue un desastre. Casi muero en ese lugar, pero al parecer esta relacionado con una monedas que encierran alguna especie de magia y eso nos lleva al mediano Muerde Rodillas, quien fue el que intentó quemar tu taberna.
Ese maldito piromano intentó hacer un trato con Blagh, pero el verse acorralado, el enano dejó que se lo llevara la guardia... Espero que se este pudriendo en un horrenda celda. lo ultimo dicho por Zarus deja ver un terrible desprecio hacia el tal Muerde Rodillas y no era para menos, ya que lo había traicionado y pensaba aliarse con Blagh.

Zarus esperaba que el tabernero fuera sensato y escuchara sus recomendaciones, siendo así cerrarían un trato: cupo para 5 personas en su posada, estadía y alimentación gratuita durante, por lo menos 10 días. Lo del Acantilado verde, vendría a ser algo que tomaría para después de acabar el tema con Blagh y llegar hasta el final con lo de las algas. Ahora debía trazar un plan, reclutar apoyo y arreglar otro tema personal.

Snit escuchó la información de Ankus. Lo que parecía que quería decir es que encontraran la manera de eliminar a su competencia. A cambio de... techo y comida. Se mordió la lengua. Realmente ella prefería oro pero, ¿no era para gastarlo precisamente en cama y comida? De momento no le quedaba otra. Tendría que ir a investigar, ver si conseguía sacar algo de provecho. Y si, por el camino, localizaba algún botín que pudiese vender, ¿por qué iba a mantener sus manos quietas? Sería un claro premio por sus servicios.

Está bien. Pero, como dice Zarus, necesitamos más gente. Si es tan peligroso como lo pinta, sólo nosotros dos no podremos. No soy una guerrera, no se si te habrás fijado dijo la pequeña gnoma, como marcando la evidencia

También hay más información que necesitaremos. ¿Sabes cómo se accede a ese sótano? No podemos entrar en su taberna y, a lo loco, intentar localizarlo. Tendremos que crear una distracción para poder colarnos sin que se de cuenta.

Ankus miró la cara de preocupación de Zarus y comprendió, no creo que haya alguien comercializando con ellas expresamente, creo que se trata de un error, los pescaderos de los Astilleros las encontrarían hace unos días, y las vendieron en sus lonjas, allí es donde vamos los taberneros a comprar el pescado de nuestros menúes, al ver el precio de éstas, puede que las comprásemos. Como te digo, estoy elucubrando, no digo que esto ocurriera, sino que es posible que algo así pasara. Me cuesta recordar lo que sirvo en mis menús, son tantos los que llevo ya, que ni lo recuerdo... pero no creo que se trate de ningún ataque o complot contra la gente de la ciudad...

Luego volvió a sacar el tema de Blagh y Zarus se quedó pensativo para intentar hablar de todo lo que sabe. Blagh llegó a la ciudad hacía unos meses, llegó en un bote con un buen puñado de oro en sus manos, tenía algunas quemaduras y manchas en su piel y los clérigos que le sanaron hablaron de un incendio. Estoy seguro que el enano vino de alguna otra ciudad, dónde había robado y quemado alguna taberna y después había huido. Después llegó a la ciudad y montó la pezuña en la boca, como tabernero deja mucho que desear, tiene unos modales lamentables y no siempre parece que le guste su trabajo, diría que este negocio que ha montado es alguna especie de tapadera. Además, todo el que prueba su cerveza dice que está buenísima, y lo cierto es que en escasos meses se ha puesto al mismo nivel que los que llevamos trabajando muchos años aquí. 

Es dificil competir contra el precio de su cerveza, y su sabor aunque parece tierra, parece gustar a quien la toma. Se encogió de hombros. Además, como dices hay un túnel desconocido en su sótano, lo cuál no puede ser casualidad, aunque desconozco la forma de acceder a él. Pero no sé nada más, es todo extraño y muy turbio y me cuesta pensar que todo eso sea normal y no haya algo más en él. Algo tiene que esconder, seguro. Dijo sin poder ayudarle más. Creo que eso es todo lo que sé. Por eso creo que es el culpable de haber hecho arder la Cabra De Mimbre y de haber intentado quemar mi taberna. Y puede que esas monedas mágicas de las que hablas fueran las que Blagh trajo en su bolsa y puede que sea lo que esconde entre sus pasadizos.

Pero la realidad es que yo no puedo mejorar mi oferta, Zarus, necesito todos mis ahorros para reconstruir mi taberna que es lo que me importa ahora verdaderamente. Poder empezar a trabajar cuanto antes, lo que ese maleducado enano haga ahora mismo, ya me trae sin cuidado, no puedo gastar más dinero...

Ante la primera anotación del tabernero, Zarus replicó de inmediato. Dudo por completo que estas algas hayan llegado a la ciudad por mera casualidad. Voy a llegar al fondo de todo esto, ya lo verás. respondió el joven a su interlocutor, mientras le miraba directo a los ojos, casi con intensión de amenaza. Si Ankus esta involucrado en aquel asunto, Zarus lo averiguaría y no dudaría en hacerlo pagar por ello.

Luego siguió el tema con Blagh. Entonces es seguro que a ese desdichado enano le gusta jugar con fuego. Aún así, aquellas monedas mágicas parecen estar repartidas por toda la ciudad y posiblemente los incendios no se limiten a solo tabernas y posadas. Ya viste lo que pasó en el Salón de las Rarezas y hace poco escuché que alguien había muerto en un nuevo incendio. Quien sabe lo que en realidad este pasando... respondió encogiéndose de hombros.

El que Ankus se negara a reconsiderar su oferta, le decepcionó a Zarus y éste no dudó en reprochárselo. Lo que veo es que eres muy bueno negociando. Pero el asunto es que debes tomar esto como una buena inversión. Si logramos conseguir evidencia y desprestigiar o, en el mejor de los casos, mandar a la cárcel a Blagh, tu te verás enormemente beneficiado. Vamos, tu y yo sabemos como va esto, sino Argot no se hubiese tomado la molestia de intentar sabotear la cerveza de tu rival. Y no es que te este juzgando, ese tipo de cosas me tiene sin cuidado, pero ya deja de tomar ese papel de solo ser la victima. No soy especialmente moralista, así que puedo trabajar para ti en las condiciones que propongas, salvo se trate de matar a alguien y esas cosas. responde al tabernero, plantándole media sonrisa al final de sus palabras.

Zarus esperaba que después de aquel discurso, Ankus se diera cuenta de que no hablaba con un tonto. Quería un mejor acuerdo y no se iba a poner en nada hasta conseguirlo. Ok, dame dos cupos mas en tu oferta. Hay una paladín y un fortachón que nos pueden venir muy bien para la misión. Ellos no necesitan saber mucho. Tener a alguien como ella puede ser lo mejor que nos pase. Nadie dudará de su palabra y tenerla luchando para nosotros me haría sentir mucho mas tranquilo. Tu eres un hombre de negocios, yo un sobreviviente. Ambos sabemos que no puedes ganar nada, sin arriesgar algo a cambio. la replica de Zarus fue acompañada de una mirada fría. Si Ankus no aceptaba, él simplemente se iría, pero esperaba que tuviese la inteligencia suficiente, para no dejar pasar esta oportunidad. Si su odio por Balgh iba mas allá del querer ahora unos pesos, debía aceptar.

Zarus finalmente pone un ultimátum. Tómalo o dejalo. Odio a Blagh, pero no soy suicida. Si crees que has vivido momentos malos por él, no lo has tenido amenazándote con un cuchillo de carnicero. Después de pasar una noche en vela tratando de conseguir muestras de su cerveza y luego enterarte que la única persona que te interesaba en esta maldita ciudad, había muerto por la extraña enfermedad, de la que no descarto ese enano haya tenido complicidad. dice mientras toma un sorbo de la cerveza que la sacerdotisa le regresó.

Era el momento de escuchar la respuesta final de Ankus. Si esta no era afirmativa, Zarus se marcharía esbozando media sonrisa, en señal de despedida.

Esa batalla de gallos le aburría inmensamente. Uno era directo y arrogante, anunciando que su única posibilidad era él. El otro era astuto y frío, jugaba con su situación para sacarle el mayor jugo a la situación. Snit se estaba cansando.

Ankus, no nos puedes ofrecer dinero, de acuerdo. Nos has dicho a Zarus y a mi estancia y almuerzo gratis. Te pide que amplíes el cupo a dos más, eso es más que justo. Tendremos más posibilidades de lograr lo que nos pides si somos alguno más.

Snit lo tenía muy claro. Podría seguir con la misión, pero no era algo por lo que jugarse la vida si él no mejoraba las condiciones. A la primera en que se viese en peligro, le mandaría lejos y ella seguiría su camino.

Si conseguimos delatar a Blagh y, por ende, a ti te va mejor en tu negocio, quiero algo más. Ya que dudo que nos lo des gratis, quiero que para Zarus y para mí haya descuentos tanto en la comida como en el alojamiento. Si el descuento es del 100%, pues estableceríamos una muy buena relación. Esta parte es a futuro, en función de nuestros logros, claro está.

Cuando Snit terminó de hablar, Zarus no pudo evitar enarcar su ceja derecha, para luego relajarse y mostrar una amplia sonrisa. No estaría de mas. Si Balgh queda fuera del juego, a todos nos podría ir mejor. Tu tendrás mas clientes y a nosotros nos empezaría a agobiar menos el hecho de comer y dormir bajo un buen techo. Ya teniéndonos acá, seguro estaríamos mas disponibles, para futuros trabajos. Ya sabes, gente que se va sin pagar y esas cosas, nunca esta de mas hacer respetar tu negocio. dice con cierta ironía, Zarus sabia de sobra que hace unos pocos días, Ankus ofrecía 6 monedas de oro a quien hiciera que el par de fugitivos que se fueron sin pagar su consumo en la taberna, volvieran y pagaran lo adeudado. El tema era que lo que el tabernero daba como recompensa era, a lo menos, 6 veces mas que lo que aquel par de personajes le tenían adeudado.

Investiga lo de las algas todo cuanto quieras, yo ya te he dado mi teoría. Efectivamente, el salón de las rarezas también ardió, y ese incendio es algo que no encaja en mi planteamiento. Aunque claro, esas monedas son precisamente una rareza, y claramente no son de curso legal, por lo que es posible que alguien las llevase allí para que las analizasen y al final saliese todo ardiendo. 

Puede que Blagh las repartiera o se las diese a un cómplice, y éste las perdiese y terminasen en las manos de quien no debía. De ahí la razón de que el salón ardiese. 

Y no, no es negocio, es sinceridad lo que te digo. Tengo que invertir todo lo que tengo en esto, tienes toda la razón en que me interesa desprestigiar a ese enano, pero es más importante levantar de nuevo el Erizo Borracho.  Solo puedo acogerlos a ellos también, eso no me supone pérdidas, simplemente dejar de ganar dinero, pero no, no puedo invertir más, no insistas. Lo lamento. 

Cuando esto vuelva a ser lo que era, ya veremos que hacemos con ese dichoso Blagh. Pero está claro que ahora, ni me interesa, ni puedo entrar en una guerra fría contra él. De momento voy perdiendo. 

Parecía que Zarus era lo bastante obstinado como para seguir con el tema de las algas hasta el final, en su mente algo así no podía ser casualidad, debía haber algo o alguien detrás de ello.

Volviendo al asunto de la incursión a la bodega de Blagh, las cosas sonaban ahora un tanto mas aceptables. Zarus y Snit tendrían alojamiento y comida gratis durante una semana y, aquella paladín y su compañero, podrían gozar del hospedaje durante el mismo tiempo. -Pues bien. Por mi parte tienes un trato.- dijo finalmente "El Magnifico".

Ahora Zarus debía decidir si buscar primero a quienes serían sus futuros compañeros o si ir en busca de la supuesta recompensa de la que se había hablado en la catedral de Pelor. Lo primero parecía que se podía complicar sino se les encontraba pronto. Si mal no recordaba, ellos irían primero a ver a los magos y luego seguro a ver al odioso regordete, aunque aquella paladín se veía lo bastante cansada como para necesitar cama muy pronto, seguro no le quedaría mas remedio que ir a una posada o a la misma catedral.

Por otro lado, al "Magnifico" no le gustaba la idea de andar con monedas encima, si le acompañaba una recién conocida, mas cuando este era poseedora de evidentes dotes mágicos. Las razas pequeñas no le producían mucha confianza a Zarus, no cuando se trataba de oro. Parecía mejor no tentar a la suerte e ir primero en busca de los otros miembros de la incursión. Cuando se tuviese a un grupo consolidado como tal, ya tendría el tiempo para conocer a mis distintos miembros y ver que tanta confianza se podía depositar en cada uno.

Entonces estaba decidido, al Gremio de Magos era al lugar al que Zarus debía ir, ademas, Zarus necesitaba algo mas en ese lugar, pero donde quedaba exactamente ese sitio?. -Ya es tiempo de que marchemos. Buscaremos a los otros dos que te hemos mencionado y empezaremos a planear nuestra entrada a la bodega de Balgh. Por cierto, que es lo mas parecido a un Gremio de Magos en esta ciudad? Hacia a allá vamos... Tengo otra duda mas:- dice esto ultimo acercándose al oído del Ankus -Sabes en donde podría conseguir herramientas para encargarme de candados y cerraduras que no me dejen pasar a donde quiero?- aunque aquello fue algo al oído del tabernero, Zarus no se esforzó en nada para que las palabras no llegaran a Snit.

Snit tenía reparos en fiarse de Ankus, pero al menos le daría cama y comida durante una semana. Una semana que le podría servir para conseguir monedas para poder seguir manteniéndose en esa ciudad. Aunque cada vez se sentía más y más asqueada con el sitio y la gente. Suspiró, resignada.

Muy bien, que así sea dijo para aceptar el trato. Ahora tenía una misión, algo en lo que entretenerse. Podría conseguir oro, comida y cama. La idea no era tan mala
 

Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.

Toda la parte superior, que antes era el lugar donde se encontraban las habitaciones, está completamente quemado, solo se salva la parte de la taberna.

Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

Pero en aquel momento un cartel en mitad de la puerta decía:

Sentimos las molestias, pero este establecimiento se encuentra en estos momentos CERRADO.

La cara de asombro y frustración de Tomas eran indescriptibles, tras hacer un poco de memoria no puede evitar lanzar un grito de furia al cielo mientras agitaba sus manos -¡MIERDA!- 

Tras ese breve exabrupto se va rápidamente hacia La Catedral de Pelor.

Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.

Toda la parte superior, que antes era el lugar donde se encontraban las habitaciones, está completamente quemado, solo se salva la parte de la taberna.

Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

Pero en aquel momento un cartel en mitad de la puerta decía:

Sentimos las molestias, pero este establecimiento se encuentra en estos momentos
CERRADO