El forjado ignoró el letrero y pasó directamente al interior de lo que quedaba del edificio, jamás había compartida la necesidad del resto de mortales de confraternizar en aquella clase de establecimientos, no tener necesidad de beber y ser, básicamente, una armadura viviente, hacía difícil que pudiera disfrutar de lo que allí se ofrecía. No obstante, tampoco le eran del todo ajenos. Hasta ahora pensaba que Ankus sería un humano, pero viendo que el hombre allí presente estaba demasiado interesado en la bebida y que el único en pie era el elfo, dirigió su atención a este último.

    -Saludos, vengo buscando a Ankus y creo que se encuentra aquí. Soy Socar y creo que podría prestarle la ayuda que ha solicitado.- De nuevo usó un tono firme mirando directamente a los ojos a su interlocutor. Podría haber decidido tratar al elfo como Ankus, pero le pareció mejor forzarlo a que se presentase el mismo, además, aún no estaba del todo seguro de que se tratara de él.

¡Oh! ¡Pues muchísimas gracias! Dijo Ankus que dio un respingo al ver a aquella extraña criatura entrar en lo que antes había sido su taberna. El edificio no parecía estar en mal estado, pero si se miraba el techo podía verse color negro y cierto olor a quemado. Era como si la parte superior hubiera salido ardiendo y parte de la madera del techo había caído a la zona de mesas. 

Eres el primero en venir a echar una mano. Saludó. Pero tú solo no creo que sea suficiente. Busco gente que me ayude a arreglar este desastre. Hay unos árboles en las Marismas Hool cuya resina y madera es especial. Si me trajeras un poco lograría reparar todo esto mucho más rápido.

Pero las Marismas pueden ser peligrosas, por eso creo que viajar tú solo podría suponer un problema para ti... 

    El forjado hubiese reído en aquel momento de haber podido. Pero en su lugar se limito a escuchar las palabras de Ankus, e humano ignoraba la fuerza del campeón de Hextor, al menos de momento, pero si era necesario rebajarse a obtener la savia mágica de un árbol dentro de unas marismas encantadas para empezar no iba a dejar que su orgullo lo cegase.

    -No os preocupéis por mi, Hextor me proveerá de lo necesario para esta misión y si es necesario de otros para lograr este fin seguro que se me unirán por el camino.- Dijo golpeándose en el pecho con el puño cerrado. -Creedme si os digo que pronto tendréis lo que pedís, solo os pido que recordéis quien os lo proveyó.- "Campesinos insolentes, subestiman la fuerza de mi Señor tomándome por un cualquiera, espero que al menos el idiota sepa que fue un guerrero de Hextor y no uno de esos santurrones bobalicones de Pelor quien lo ayudo en sus horas bajas. Ahora solo me falta dar con algunos patanes que usar como carne de cañón ¿Dónde se habrá metido aquel idiota amanerado de Vinvenzo? Por una vez ese incordio podría haberme resultado útil".

   Tal vez una buena idea fuese empezar por alguna taberna, algo de músculo y poco seso podrían ser útiles para enfrentar cual quisiera que fuese la amenaza de la que insinuaba el tal Ankus que podría ocultarse en las marismas.

Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.

Toda la parte superior, que antes era el lugar donde se encontraban las habitaciones, está completamente quemado, solo se salva la parte de la taberna.

Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

Pero en aquel momento un cartel en mitad de la puerta decía:

Sentimos las molestias, pero este establecimiento se encuentra en estos momentos
CERRADO

Dalabrac miro por un rato el letrero descolorido, la lluvia caía cada vez más fuerte y pronto quedaría totalmente empapado

Pensó en entrar pero no quiso perder más tiempo, debía encontrar un refugio antes que sus materiales y en especial su grimorio quedaran inservibles a causa de la lluvia, siguió por el camino principal y encontró otra posada, tal vez en esta corriera con mejor suerte.

Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.

Toda la parte superior, que antes era el lugar donde se encontraban las habitaciones, está completamente quemado, solo se salva la parte de la taberna.

Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

Pero en aquel momento un cartel en mitad de la puerta decía:

Sentimos las molestias, pero este establecimiento se encuentra en estos momentos
CERRADO

La paladín dirigió un pequeño rezo a las posibles almas que pudiesen haber caído en aquel incendio, una vez terminado aquello da media vuelta  para seguir caminando con total tranquilidad hacia otro punto de la ciudad siempre en alerta ante cualquier irregularidad que se pueda presentar…

Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.

Toda la parte superior, que antes era el lugar donde se encontraban las habitaciones, está completamente quemado, solo se salva la parte de la taberna.

Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

Pero en aquel momento un cartel en mitad de la puerta decía:

Sentimos las molestias, pero este establecimiento se encuentra en estos momentos
CERRADO

Antes de que Arael pudiera cambiar de destino, al girarse y dar media vuelta se chocó contra el anciano conocido como Rudolphus y ambos cayeron al suelo sin hacerse demasiado daño.

ja, ja ,ja - Rudolphus rie cuando llega a la puerta y se acerca para leer que dice el letrero para luego agregar - parece que aquí tampoco encontraremos aventureros para nuestra campaña, luego se gira rapidamente casi sin mirar atras y se tropieza con la chica.

Al reponerse, le dice - Disculpa preciosa, ha sido todo mi culpa., Luego se intenta levantar lo más rápido que puede para extenderle su mano, y al verla tan atractiva agrega - pero mírate, eres una dulzura, tal vez haya sido el destino deseoso de que nos conociéramos. Una hermosa joven como tú y... - se detiene como buscando que decir, para luego rematar con - ...un hombre sabio como yo.

-. No se preocupe, ha sido mi culpa por no estar atenta-. Es lo que declara con total franqueza la rubia mujer mientras sacude rápidamente dos de sus enormes alas al momento de parase, rechazando, educadamente la mano del hombre, procurando, con su mirada, que aquel anciano se encontrase bien.

Al momento que las siguientes palabras de “halago” caen en los tímpanos de la Aasimar, esta simplemente las ignora con una fría sonrisa que es acompañada con una mirada que a simple vista puede ser considerada como apacible, pero, para el más observador, claramente eran unos ojos que secretaban un ímpetu inquisidor, como si el objeto delante de estos solo fuesen una cosa sin valor-. Mi nombre es Arael, aprendiz de paladín de la Santa Orden de Tyr-. Indica mirando al resto de los aventureros haciendo una respetuosa y leve reverencia, ignorando, como si nada, al anciano que había chocado hace pocos segundos atrás-. Quizás no sea de mi incumbencia, si es así no hay problema que me lo indiquen, pero ¿necesitan ayuda en alguna gesta? -. Una incógnita sale de sus bellos labios mientras sus ojos, con aquel brillo sobrenatural tan característico de su raza, vuelven a viajar hacia el resto de los presentes menos hacia el anciano.

La paladín parecía caída del cielo. No sé si se llevaría bien con ella pues esta clase de gente era muy fanática pero desde luego era hermosa. No sabía si responder a la pregunta pues estaba claro que el no era mucho de hablar, sin embargo Erik y su compañero eran algo más sociables. A él lo que se le daba mejor era luchar y todavía no era el momento. Por lo que a la pregunta de Arael respondió yo soy Kalicalwe, encantado. Respecto a lo de la gesta, yo diría que sí e hizo un ademán hacia sus compañeros para que terminarán de explicarle

Erik se quedó boquiabierto al observar la escena. No solo fue el toque cómico de ver como su compañero se topaba con aquella mujer y caía de bruces al suelo, si no el hecho de comprobar la existencia de una criatura que nunca había visto anteriormente.

El hechicero conocía de oídas a aquellas Aasimar, pero nunca en sus viajes había estado tan cerca de una de ellas. Y la leyenda de su hermosura era totalmente cierta. Y la presencia de aquella alas lo dejaron pasmado. Pero Erik reaccionó con rapidez para salvaguardar aquel momento y poder conocer más de cerca a aquella criatura.

-Serás picarón, amigo Rudolphus, no pierdes oportunidad alguna para entablar conversación con una bella dama. -dijo sacudiendo el polvo de su anciano amigo.

-Perdone nuestra torpeza, Arael - fue entonces cuando Erik pensó "Uhmmm, paladín... interesante". A continuación realizó una cortés reverencia a modo de presentación- Mi nombre es Erik Von Tompshen, conocedor de caminos y admirador de la belleza... como la que tengo ahora mismo frente a mi! HA, HA, HA... Como bien dice Kalicalwe, estamos de lleno en una interesante misión para prestar ayuda a una gente en peligro. Estamos abiertos a nueva compañía si le interesa. Sería un auténtico placer tenerla en nuestras filas.

Si bien Erik reconocía la hermosura de la Aasimar, también era conocedor de las habilidades y firmeza de los paladines de Tyr en combate. Algo que, bromas a parte, les sería de mucha ayuda en caso de tener a Arael en el grupo. 

La apacible expresión se mantenía intachable en el rostro de la aprendiz de paladín mientras los dos hombres se presentaban y posteriormente hablaban, explicando, al menos uno, sobre un proyecto que disponía como objetivo ayudar a los más desposeídos, haciendo que una de sus rubias cejas se levantase lentamente como signo de atención, ignorando, con una agradable sonrisa, las palabras de alabanzas hacia su innata belleza-. Estaré siempre lista para que mi brazo armado pueda purificar esta tierra para así completar con mi ritual de iniciación y satisfacer, al mismo tiempo, el deseo de mi sagrado señor-. dijo con una voz madura digna de una veterana oficial militar que, de alguna manera, irradiaba otro punto de sensualidad a su presencia.

Arael dirigió sus dorados ojos, aquellos cristales que emiten una constante aura de dorada presencia, hacia aquel hombre que se hacía llamar Erik-. Entonces ¿De qué forma ustedes caballeros ayudarán a las confundidas personas ajenas de la mano del señor? -. La incógnita nace sedienta de detalles al mismo tiempo que sus alas, con un bello y delicado movimiento, cubren sus voluptuosos atributos como si fuesen una fina capa protectora de alta gama.

Kalicalwe estuvo tentado de decirle a Arael que le importaba poco su dios y su sagrado deseo como ella lo llamaba, que lo que él quería era dinero y que esta misión daba bastante de eso. Pero lo pensó bien, para conseguir ese dinero les hacía falta aventureros dispuestos y a la vez que ganaban ese dinero ayudarían a personas así que no era incompatible el motivo del elfo con el motivo de la Aasimar, por lo que de nuevo calló y más aprovechando que no se dirigió a él en concreto si no a su compañero Erik que seguro que sabría que decir o si no Rudolphus que era también más diplomático y "sabio" ja ja se rió para sí. Mientras esperaba a ver que ocurría.

-Pues verás, Arael... puedo tutearte?- dijo Erik mostrando una sonrisa entre picarona y amable- Recibimos una notificación sobre la situación comprometida de los habitantes de la aldea de Loto. Parece ser que, de un tiempo hacia aquí, reciben ataques de grupos de animales. Hasta aquel momento, el poblado vivía tranquilidad pero estos ataques están poniendo en serios apuros a la población. 

Erik se mostraba cada vez más serio. Aunque su carácter era jovial y algo excéntrico, aquel trabajo le estaba provocando cierta preocupación.

-La dirigente de Loto nos ha informado que otros grupos han intentado poner fin a dichos ataques pero sin fortuna alguna. Necesitamos un grupo más numeroso para hacer frente a semejante empresa. Tu "brazo armado", de bien seguro, nos será de gran utilidad.

Y mirando a sus compañeros, continuó:

-Y ya somos cuatro. No estaría nada mal encontrar a alguien más para unirse a la fiesta, verdad?

La bella paladín escucho con atención las palabras que el hechicero expresaba sobre la misión que estaba procurando realizar, su semblante se mantenía intachable, solo su característica sonrisa se mantenía constante al igual que el brillo sobrenatural de sus ojos que se sobreponían hacia aquel ser que se hacía llamar Erik.

-. Os prestare mi ayuda en nombre de Tyr-. Declara haciendo una pequeña reverencia-. No obstante, requiero libertad de acción al momento de encontrar cualquier hereje que propague, en cualquiera de sus actos, la corrupción-. Los dorados ojos de la ninfa guerrera comienzan a emitir un aura aún más densa-. En otras palabras, quiero que se me permita enjuiciar en acero dicha escoria-. Finaliza con suaves palabras llenas de una connotación negativa, llena de odio y repudio-. Si están de acuerdo con ello, estoy a vuestra disposición-. Sus pupilas recorren lentamente el resto de los presentes, esperando tranquilamente la respuesta de estos.

Sonrió con un poco de sarcasmo ante las palabras de la paladina por mi no hay problema de que mates a quien quieras siempre y cuando no seamos ninguno de nosotros quedó pensativo, así que una fanática de Tyr. Veamos como se comporta puede ser divertido. 

Por mi parte, eres bienvenida.