Partida Rol por web

-¡Ankus! Me alegro muchísimo de que no hayas muerto asfixiado con el incendio, ya me temía lo peor. Ahora toca a ver si conseguimos salvar también tu negocio.

El gigante parecía que se lavaba las manos una vez vio que salían los habitantes del local. Claramente veía que priorizaba la fama de la lucha antes que intentar ser un héroe real, y anotó en su mente ese dato. El músico por el contrario tenía que intentar salvar las pertenencias del elfo. Se dirigió a su compañera buscando saber la intención de la gnoma.

-Snit, voy a buscar la ayuda de la guardia, nos vemos aquí en la mayor brevedad posible. Aparte, necesitamos saber quién ha causado ese ataque. Siento tener que dejar las explicaciones para luego, pero te prometo contarte todo lo que quieras saber en cuanto resolvamos este incidente.

Acto seguido se apartó un poco con la misma chica, y le comentó algo en privado.

En privado e intentando que las palabras que diría a continuación quedasen en secreto, comentó ciertas sospechas con su amiga:

-Snit, creo que este acto tiene al enano de la "Pezuña en la Boca" como su artífice. A mi no me dejan entrar por haber difamado su cerveza, pero sospecho que la mano ejecutora no tardará en pasarse por allí. Te pido que espíes por mi el local por si ves a alguien sospechoso. A la vuelta te cuento todo, prometido.

Milkahá se hace a un lado para no estar cerca de donde se quema el edificio, muy poco o nada podría hacer. Luego se pone a buscar con la mirada posibles formas de ayudar, busca cubos con los cuales acarrear agua, busca alguna estructura elevada sobre la posada que contenga agua y poder romperla con su magia y así mojar la estructura y si no apagar por lo menos retardar el incendio. 

Estaba buscando una forma de entra cuando de pronto la puerta se abrió, ahora restaba apagar el fuego y por supuesto averiguar quie lo había iniciado. Mientras su amiga busca como ayudar, le da una vuelta al edificio(si es posible) buscando posibles indicios o pistas sobre el incendio.

Espera un momento contestó Snit a Milkahá mientras seguía intentando forzar la cerradura con el hueso de pollo. Realmente, no se había fijado en ella, estaba totalmente concentrada, hasta que...

Click.

No sabía si había sido ella o el propio Ankus, pero de un pequeño salto se apartó de la puerta para no ser arrollada por todos los que estaban dentro. A ella le hubiese gustado ser la que le hubiese salvado, le reclamaría cama y comida siempre que lo necesitase, y así podría permitirse el lujo de no trabajar.

Pero no, no lo había conseguido. Se encogió de hombros, dispuesta a irse. Al fin y al cabo, ya no se le perdía nada allí. Aunque siempre podría entrar a ver si podía encontrar algo interesante... Pero no, el fuego la echaba para atrás.

Escuchó a Alän y asintió a sus palabras. Le daba mucha pereza, muchísima. Pero así, quizá, conseguía algo de dinero.Y se fue, dejando a los demás allí

Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.

Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

La posada está en llamas. En lo alto de una ventana se ve como sale humo de ella.

Nith, habia vuelto a su habitacion, recolectando rapidamente sus pocas pertenencias, o basicamente, cerrando su mochila y colgandose su arco, y salio disparado de la posada hasta abajo.

El hombre habia tenido razon, no iba a poder hacer nada en la habitacion el, y moriria quemado si lo hacia. Y el, quien era casi el doble de mas rapido que el resto, se movio a una velocidad impresionante, como una gacela ante cualquiera que se cruzara en el pasillo, escalera, o puerta. Una vez alejado del ambiente cerrado y con humo, y junto al grupo que se formaba fuera por personas que salian, se quedo dos segundos contemplando como el humo salia por una ventana. 

En esas vio que el hombre que habia entrado a la habiatacion junto a el, y el que era el dueño salian corriendo en busca de magos para que ayudaran a apagar la taverna. Y el decidio que el podria ayudar ahi de mensajero.

Unos segundos corriendo, y ya los habia alcanzado sin esfuerzo al par de hombres. -Rapido, decidme donde es ese gremio de magos, soy mas rapido-

Morunom venía por la calle tarareando para si, pensativo. ¿Qué me deparará la vida ahora? Parecía estar preguntándose.

¡Cielos! Miró hacia la ventana de donde salía humo. ¡Fuego! Gritó. ¡Fueeeeegooooo! ¡Llamen a los bomberos! ¡Los bomberos!

Maldición no hay forma de ayudar con nada aquí - dice buscando por los alrededores, luego regresa hasta donde esta Zukko - sera mejor irnos no hay nada que podamos hacer, vamos de regreso a la catedral - Milkahá observa como sigue el fuego y el humo cada ves mas vivo dentro de la taberna, pero se siente impotente, no tiene ningún recurso cerca por lo que tratara de buscar a alguien que le ayude.

Mientras avanzo ya huelo el humo. Aunque al principio pienso que es alguien haciendo un desastre con la chimenea, pronto me doy cuenta de que es algo más y en cuanto veo la posada apuro el paso.
-Por Moradin!- digo mientras me dirijo hacia el interior, hasta que las llamas y el humo me permitan avanzar, en busca de alguien que necesite de mi ayuda para salir de allí.

-¿Hay alguien aquí dentro?

Jolines, que me gustaba la cerveza del Erizo, esto no pue ser... ¡Vengaaa! ¡Alarma! ¡Sacad cubos! ¡Haced filas hasta el río! Morunom se dedica a organizar a todo el que pase, a golpear puertas cercanas (y amenazadas por el fuego, es un suponer) y a meter jaleo hasta que se organize algo parecido a una lucha contra el incendio.

Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.

Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

Al ingresar a la taberna, Akatosh observa a todos los allí presente antes de dirigirse a la barra para tomar un trago y reunir un poco de información.
Una vez sentado en la barra, se dirige al elfo.
- Buenas tardes. ¿Una bebida para un sediento? Mientras sigue observando para todos lados.
- Si no le molesta que pregunte. ¿Que rumores ha escuchado por la zona? Ando en busca de aventuras.
Antes de continuar esperaba la respuesta del tabernero, sobre todo la forma en que le respondiese, para saber al menos un por del temperamento y lo accesible que sea para dar información.

-Me parece lo mejor, ya se me está abriendo el apetito y solo dimos vueltas de aca para alla- sigo a Milkaha hacia el templo, a pesar de no ser muy entetenido, este trabajo me roporcionará por el momento comida y un lugar para dormir...