Partida Rol por web

Nada mas llegar  a la taberna, vi que el tabernero (un poco borde) le estaba echando un rapapolvo a un gnomo. Decidí no juzgar y ofrecer mi ayuda al tabernero.

- Buenos dias, si el gnomo molesta puedo librarme de él por unas monedas. - Dije sin demasiada emoción. 

Las forma con las que el tabernero despachó al gnomo eran excesivas, lo cual no significaba que también fueran injusticadas, sobretodo desde su punto de vista. Era por ello que nuevamente dudaba si acercarme y preguntar yo también.

Hay gente muy irascible en esta ciudad...

Considero en tanto en cuanto aparece un elfo insinuando matar al pobre Tinkle. ¿Acaso todos en esta ciudad andaban locos?

- Mida sus palabras señor elfo o le llevarán directo a la prisión.

Le amenacé reuniendo el valor que me faltaba para tratar con Ned.

Este tipo me está empezando a tocar las narices. ¿A que le saco la informacion a hachazos?

Entoces apareció un imbécil, salido de la nada y se puso amenazar al gnomo.

-Quizás no te hayas dado cuenta pero el gnomo tiene tres compañeros y tú solo tienes una cara de elfo imbécil, amigo. ¿Por qué no te pierdes por un rincón hasta que acabemos nuestros negocios?

Sanya odiaba perder así los nervios pero la gente tan grosera la sacaba de sus casillas.

Tinklie abrió los ojos como platos cuando Cimbreros le echó tal reprimenda. Sobre todo sabiendo que había dado los buenos días al entrar, como tenía costumbre. Estaba seguros. Levantó las manos enseñándolas y sonriendo dijo:

- Caballero, caballero, no se altere y no me falte al respeto por favor, le he dado los buenos días al entrar, pero tal vez por el ruido de la ciudad o de la taberna no me habrá oído.

- De todas formas, ya me voy, tampoco quiero estar donde no se me quiere y...- en ese momento el elfos se ofreció para matarlo, directamente, así que Tinkle, lentamente, giró la cabeza y miró al elfo a la cara, dando un pequeño golpetazo en la barra, y bajándose del taburete, cogió su bastón, y dijo, intentando controlarse:

- Creo que he sido suficientemente insultado aquí, me marcho.- Riku y Sanya intercedieron por él, Tinkle negó y dijo:

- No se preocupen por mí, ha sido un placer conocerles, y recuerden, si quieren realizar un trabajo, hablen conmigo, necesito gente,  imagino que estaré en alguna otra POSADA con más estilo- remarca la palabra "posada".- Adiós, tengan BUENOS DÍAS.

Al parecer con mis palabras habia confudido a mucha gente. Levanté las manos como pidiendo disculpas. 

- Eh, eh, eh. No saquemos las cosas de quicio. Solo insinuaba que podría ayudar a echar al gnomo de la taberna si estaba molestando a la clientela. Acabo de llegar y no se que está ocurriendo. Pero cuando hay problemas suelo ayudar a los comerciantes locales. Pero ya está solucionado, ya se va. 

Tras explicarme me acerqué a la barra advirtiendo que el tipo que vi en la puerta habia pedido algo al tabernero, decidí hacer lo mismo. 

- Buenos dias, Que tienen para desayudar?

Sanya puso los ojos en blanco y miro al techo. Conseguir una mision parecia imposible en aquel condenado lugar. la enana se mostro comprensiva con las palabras del elfo y decidio hacer como si no hubiera oido nada. Se volvio hacia el humano de la armadura.

- Que tal, amigo? Soy Sanya. Tenemos un hueco libre en nuestra compañia. Os apetece uniros a nosotros y conseguir asi que el Dr Cimberos nos de los datos de la mision?

Heian no le gusto nada como el cantinero atendió al mediano, mas allá de como haya de que si saludo o no, a un cliente se lo trata con respeto, pues es el que da de comer al comerciante.
Luego escucho las palabras de Wayne, que pareció muy prepotente, sin conocer el contexto de la situación, por lo que se le acerco y apoyando la mano en su hombro le dice.
- Cuida tus palabras elfo. Pues no sabes con quien puede andar y que puede hacer. A la vez que sus dos nuevas compañeras se dispusieron a apoyar al Sr. Tinkle.
Luego de unos minutos el habiente se calmo y observo como la enana trataba de reclutar un nuevo compañero para cualquiera que sea la misión que iban a hacer.
Luego se acerco al tabernero y de forma amable y apacible le pregunto.
- Sr. Cimbreros. Lo noto un poco tenso e irascible. Si me disculpa la intromisión.
- Nosotros solamente queremos obtener la misión que usted nos puede proporcionar. Creo yo, y digame si me equivoco. Si nosotros llegamos a fracasar y encontrar la muerte, la responsabilidad va a ser pura y exclusivamente nuestra y de nadie mas. Hace una pausa para observar la expresión del cantinero, para luego continuar.
Si no le molesta, nos puede adjudicar la misión. Estoy seguro que podremos salir victorioso. Ahora solo quedaba esperar una respuesta, en el mejor de los casos favorable a la petición del viejo carpintero.

Había que ver que cara tenia el condenado elfo, tiraba la piedra y luego decía que no era su intención. Claro que no lo sería si tuvieras que enfrentarte a cuatro personas. Pero me resultaba más preocupante la poca predisposición de Cimbreros a colaborar, porque si no quería ¿por que daban su nombre como contacto? Ni que fuera nuestra culpa que le hubiesen robado en sus propias narices...

- Buenos días, Sanya - respondo a la enana que parece dirigirse a mí - ¿Qué clase de compañía formáis y qué misión estáis llevando a cabo? La verdad es que me tenéis bastante intrigado - miro a todos y cada uno de los que habían intercedido por el gnomo - ¿acompañáis todos al señor Tinkel? Sois un grupo muy variopinto. Sin ánimo de ofender - digo rápidamente por si la palabra variopinto ha podido sonar mal - lo digo en el buen sentido de la palabra.

-Pues desconocemos  la naturaleza del encargo hasta que el Sr. Cimberos se digne a iluminarnos con sus conocimientos, así que poco te pueso decir sobre la misión... Nuestra alianza con el Sr. Tinkle has sido fortuita. Buscábamos un cuarto miembro  del grupo, como ahora mismo. No lo concemos de nada.

El tabernero que parecía molesto con el gnomo, cambió su rostro para saludar con alegría al recién llegado y servirle inmediatamente una cerveza amarga, fuerte y oscura, pero suficientemente buena como para despertar a cualquiera. Buenos días. Saludó a Duncan.

Y entonces vio como otro de los recién llegados venía también a ofrecerse como si aquello fuera un burdel. Alzó una ceja con cara de pocos amigos y miró directamente a Wayne, ¿por unas pocas monedas? Tranquilo, dijo realmente irónico, no necesito de su "ayuda", sé arreglármelas solito. Dijo con mucho rintintín y muy pocas ganas de seguir hablando con Wayne. Y cuando el resto de los presentes se le echó encima, no pudo evitar volver a mostrar otra sonrisa, pero esta vez sincera y feliz.

Y cuando el gnomo se fue, Cimbreros simplemente le dijo: Adiós de la forma más seca que le fue posible.

Finalmente Wayne trató de arreglarlo, pero ya era tarde, así que el tabernero le conestó con los mismos malos modos que al gnomo, pues ya nada, el desayuno se nos ha acabado, respondió secamente. Pero al ver como Sanya ofrecía aquella misión al pedigüeño, Ned suspiró molesto, otro más al que trataría de convencerle para contarle de qué iba todo eso. Era absurdo negarle a él también la información, al fin y al cabo ya había juntado un grupo suficiente.

Así que, después de Heian efectivamente se metiera donde no le llamaban, terminó por contarles de qué iba todo aquello y explicarle la razón de por qué tanto misterio.

Por lo visto han llegado rumores a otras ciudades sobre la presencia de multitud de aventureros en esta ciudad, por eso hoy mismo me ha llegado una misiva para que la entregara a un grupo lo suficientemente numeroso, es decir, para no menos de tres personas. Dijo echando un vistazo a su alrededor para comprobar que así era.

Bruno es quien envía esta carta, y creo que tan solo necesita a un grupo de aventureros que esté dispuesto a escoltar a uno de sus sirvientes a una parte peligrosa de su ciudad. Por eso quiere que contrate a un grupo variopinto y fuerte, y que sepa proteger a alguien.

Bruno no es de aquí, no le conozco pero envió a otro de sus sirvientes, un tal Tyvis que fue quien nos trajo esta petición. Ahora ha marchado para allá de nuevo, si corréis tal vez lo alcancéis, tenéis que viajar hasta Gruta Carmesí y allí buscar la Casa Mezzia, decidle que sois el grupo de aventureros de Tormentos Cristalinos y preguntad por Bruno, imagino que él os explicará el resto. Dijo ya molesto por tener que seguir con todo esto.

Sanya tenía ya una mano sobre el mango del hacha, por si aquel engreido volvía a negarse a contarles lo que había que hacer.

-¿Un trabajo de guardaespaldas? Me place. ¿Qué me decís? ¿Nos ponemos en marcha? Sr.Cimberos, ¿Le importaría decirnos cuanto hay hasta esa Gruta Carmesí y donde se encuentra?

- ¿Y tiene alguna idea de lo que cobraremos por dicho trabajo?

Pregunto con miedo a molestar de nuevo al tabernero, por lo que mi voz apenas supera un susurro.

 Hola bonita.- poniéndose de cuclillas y mirándola de cerca, pero lo suficiente lejos para que no se espante.- tenía unas preguntillas, tu sabes si aquí en este sitio - señala la taberna.- tienen algún sitio, un sótano o algo donde se reúnan en secreto o hayan matado a alguien?.

Escucho atentamente lo que el señor Cimberos nos está contando mientras le pego varios tragos largos a la cerveza. Amarga como pocas había probado.

- Entonces podéis contar conmigo - comento a Sayna

Vaya recibimiento, y solo por querer ayudar... Visto lo visto decidí largarme de aquella maldita y apestosa taberna. No tenia ni idea de porqué el guardia habia indicado que esto era una posada. Y aunque lo fuera, jamás me quedaria por aqui. 

Sin media palabra con nadie me fui de la taberna, a ver si conseguia encontrar una posada de verdad. 

- Muchas gracias por acceder a darnos la misión. Le dice al señor Cimbreros.
- Bueno compañeros, como seguimos desde aquí? Alguna idea?
 

Así es, este lugar tiene un túnel secreto bajo la sección occidental de la barra. Desciende hasta un pasadizo parcialmente inundado, que avanza sinuosamente hacia el oeste hasta una pequeña red de cuevas. Ahí se reúne gente, pero nunca he visto que muriera nadie.