Partida Rol por web

No contesto a Layla. Mis labios se mantienen cerrados.

Espero con expectación las palabras de Zarus. Al parecer resulta de gran confianza para mi hermana, pero nuestra misión no es algo que le ataña. No espero recibir la ayuda de nadie, por ello tampoco la pido. Además, ¿por dónde empezar?

Mientras espero, noto el dolor en la cara de mi hermana. Quizás mis duras palabras hayan sido como un tortazo en su delicada cara, pero lo cierto es que no puedo permitir que olvide. El camino será largo, pero quizás un día podamos ser felices. Al menos espero que tú, mi querida Layla lo puedas ser. Haré lo que sea para que este sueño se haga realidad.

Que dilema, no esperaba que tantas situaciones se presentaran al mismo tiempo: Magos en busca de monedas, sectas religiosas, torneos, el tener cuidado con el regordete y con el otro fulano de mal aspecto.

Había que corresponder de alguna forma a la hospitalidad de la sacerdotisa, pero... y Layla. Su asunto parecía bastante personal o mas bien familiar, no sabía como lo tomaría Intissar su intervención en el asunto. 

-Se que están ansiosos por resolver lo que tengan pendiente, pero no deberíamos desfragmentar mas de los pocos conocidos que tenemos en esta ciudad- dice mirando a Layla y a su hermano -Lo que digo es que en la situación actual, no es muy prudente que andeis los dos solos por hay. Podriamos ir con el resto mientras en el camino pueden ir planificando el mejor modo de acercarse a su meta- las palabras de Zarus sonaban dudosas e indecisas, la verdad es que el no estaba nada seguro de que hacer.

Intissar mira con dureza a los ojos de Zarus. Parece que Layla le tiene especial aprecio, y la opinión de mi hermana es importante, pero no me gustan las confianzas que se coge, a pesar de no tener nada en su contra. Más bien al contrario, Intissar comenzaba a verle con buenos ojos, a pesar de su desconfianza innata. Este no es un asunto suyo y no quiero que se inmiscuya.

- Lo siento, no queremos ser descorteses. Pero necesitamos guardar nuestras camas para los futuros enfermos de los próximos días. No podemos hacernos cargo de todo el mundo. De todas maneras dejadle en un banco de la iglesia, nosotros le llevaremos y lo tumbaremos sobre algún lecho.

Cuando esté mejor le daremos algo de comida y le dejaremos que se marche a su casa. Gracias por hacer el bien y ayudar a los demás. En nuestra intención está hacer lo mismo por toda la ciudad, pero a veces nos fallan los medios.

Si nos disculpáis tenemos que atender a algunos enfermos.

En cuanto a Lyra, lo siento, pero ahora mismo está reunida y no se la puede molestar. Si queréis podéis regresar en otro momento.

"Bueno, dejemos a Anmeh en el banco que descanse, sea atendido y vuelto a su hogar. Ahora nuestro deber sería quizas o ir al local o ir a otro lado donde pudieramos estudiar el caso, que dice usted Ialdabode?" comenta el gnomo mago muy interesado en estudiar el caso.

Me parece bien la idea de ir a un local, pero quizá es mejor descansar y después hablar del tema, ¿no te parece?

Ha pasado la noche y no hemos dormido. Puedo resistir sin comer y sin dormir, pero no se si estaré al 100% de mis capacidades si no duermo.

-Si tenéis algo que hacer en la ciudad, me gustaría ayudaros.-Digo a Layla.- Después de todo es posible que necesitéis que os atienda de nuevo dado lo accidentado de esta ciudad, ¿no es así?-Añado en tono de broma.

Además, si tenéis que limpiar vuestro nombre necesitaréis cuanta ayuda podáis reunir, y Pelor verá con buenos ojos que os ayude.

Gracias Amber... seguro que tu compañia nos será grata....

Miro a Zarus y le digo: Como ves no pensamos ir solos a menos yo... asi que si decides unirte al equipo solo tienes que decidirte.

Ahora miro a Intissar con gesto algo agrio y le digo: Se que nuestra empresa es personal pero eso no quita que tengas a gente de tu lado que te apoye y ayude...

He estado muchos años sola... buscandote... y ahora que te he encontrado me doy cuenta de la de gente que quiso venir conmigo y les rechazé... creo que ha llegado el momento de dar un giro en nuestras vida y cambiar la lejanía y soledad por personas cercanas y en las que confiar...

Tiendo mi mano hacía mi hermano y le digo: ¿Confias en mí?... Si confias en mí creo que tambien puedes confiar en ellos...

Espero callada a la respuesta de mi hermano y de Zarus...

-Si hay alguien en este mundo en quien confiaría mi vida a ciegas es en ti, hermanita.

Intissar sonríe, aunque es una sonrisa triste. La sonrisa de un hombre destrozado que sólo quiere terminar con todo.

Dirigiéndose a Amber y a Zarus, dice:

-Si estáis dispuestos a venir con nosotros, vuestra ayuda será agradecida. Pero puede que nuestros métodos no sean siempre los más nobles. Esto es una venganza y la sangre manchará nuestras armas. -Tras unos segundos de silencio continúa. -Aún estáis a tiempo de ir con la curandera y serla de ayuda, si así lo deseáis, ningún rencor surtirá por mi parte.

-Hasta los más nobles se vengan.-Comento al escuchar a Intissar.- Unos con justicia y otros sin ella... Pero quien busca venganza debe acordarse de cavar dos tumbas. 

Dime, ¿Cuál es el hecho que motiva vuestra venganza?

-¿Puedo realmente confiar en ti? ¿Cómo saber que no nos venderás a nuestros enemigos? -Las palabras de Intissar se debaten entre la desconfianza y la certeza de necesitar ayuda para terminar con su misión. Sus ojos brillan de ira. Amber sólo intenta ayudar, lo sabe, pero años de traiciones han hecho a Intissar una persona sumamente desconfiada, tanto, a veces, que sus palabras a menudo resultan hirientes.

"Es verdad, Sr Ialdabode! Nuestro fisico y mente descansada sera 100 veces mas util! Busquemos un lugar accesible, yo quizas debo ver si cambiare algunos conjuros o no y luego dormiré largo y tendido..." basicamente el gnomo le explica, ya sea por deducción o una mezcla de pensamientos y palabrerío que necesita en verdad dormir afirmando lo dicho por su mistico compañero.

Y de pronto me entra la risa. Un sonido profundo y sincero. No recuerdo quién soy, ni a qué he venido ni qué me trajo aquí. Miro a Intissar. La risa se va diluyendo.

- Lo siento, Intissar, pero no puedes. Quizás algún día puedas saber o creas saber en quién confías o en quién no - sacudo la cabeza sin dejar de reír, aunque a un volúmen y ritmo más tranquilos,-  pero a no ser que puedas leer las mentes y los corazones, no sabrás quién es realmente leal... si es que tal cosa existe. Yo os ayudaré. Si está en mi mano. Es lo más que puedo prometer. Además, entré en Tormentos con Amber... - la miro aún con la sonrisa en la cara y suspiro para calmar la risa.- Y con ella estaré si los dioses lo permiten. 

La risa se apaga y su huella me deja un dulce dolor en el abdomen. La risa y el llanto proceden del abdomen, la rabia, la ira y el amor del corazón, y el odio y la sabiduría de la cabeza. Conoce cómo nace cada uno y podrás usarlos todos con tus puños. No recordaba quién le había enseñado aquello. Pero recordaba la lección. Al parecer empezaba a recordar algo.

Disculpad me giré para hablar con un clérigo

¿Sabe de alguna posada barata? El dinero escasea y tenemos que dormir

Las palabras de Intissar menguaron la respuesta que Zarus esta apunto de pronunciar -Una Venganza? nunca imagine que se tratara de tal cosa- el resto empieza a intervenir y el ambiente se tensa un poco, la desconfianza de Intissar era alta mente notoria, nisiquiera fue persuadida por las palabras de una adepta de Pelor -mmm... y eso ultimo que tiene que ver? a si! Pelor ese es de los dioses buenos- 

Sonríe a Layla para luego terminar de pronunciar lo que había iniciado -No me importa el camino que decidas seguir, solo quiero poder estar cerca por si necesitaras de mi ayuda- dice en suave tono casi que pretendiendo disimular ante los oidos de los demás y quizás hasta los de la misma Layla.

-He jurado lealtad a Pelor, Intissar.-Digo con un leve tono de ira en mi voz.-Si tu venganza es justa no traicionaré tu confianza, es cuanto puedo prometerte. Por ello necesito saber si la justicia está de tu lado antes de ofrecerte mi espada. No puedo atarme a ti por un juramento que traicione el juramento que le he hecho a mi Dios. Espero que seas capaz de ver la justicia de cuanto te digo.

Confiando en que el guerrero haya visto la equidad de mis palabras, guardo silencio en espera de su respuesta. 

-Mi venganza es justa y nunca os pedí venir. No sé que creéis de mí, pero no dudaré en usar las medidas necesarias para hacer que los ofensores sufran su castigo.

Cada palabra, cada frase, recoge una porción del dolor que Intissar sufre por dentro.

-No es eso lo que te he preguntado, Intissar.-Digo tratando de calmarme.-Los métodos son lo de menos. Mi pregunta es el motivo que te ha llevado a ellos. Es por eso por lo que Pelor porta una maza, para asistir a quienes luchan contra el mal. Lo que yo necesito saber es el hecho que motiva vuestra venganza. Si queréis matar a alguien y quieres que te ayude, necesito saber por qué esa persona merece la muerte.

-Ojo por ojo. Los crímenes son tantos. ¿Por donde empezar?

Digamos, por resumir, que tanto Layla como yo somos originarios de esta ciudad. Nuestros padres eran reputados comerciantes, hasta que una facción enemiga los asesinó vílmente, nos robaron nuestras propiedades, nos hicieron huir como perros y a mi hermana la tuvieron encerrada durante mucho tiempo. Estas afrentas sólo se limpian con sangre. - Los ojos de Intissar brillan por las lágrimas que se acumulan en sus ojos, pero que debido a la intensa rabia contenida no terminan de surgir. La voz del joven tiembla.