Partida Rol por web

Raellia aún estaba algo conmocionada por detectar todo aquello, cuando ésos demonios se materializaron, confirmando en esencia que aquello iba a ser demasiado fácil. Sin embargo, allí había algo que no estaba nada bien, algo a lo que la paladina no pudo sobreponerse...

En guardia ante la aparición de la figura felina y aún con la espada en mi mano, siento una fuerza mental que me abarca. A pesar de eso consigo mantenerme calmado y firme y la sensación pasa pronto.

Sin tener mucho a tiempo a reaccionar comienzo a entonar una canción que espero que pueda a sacar a los compañeros que van cayendo en el hechizo

Pero... Si son gatos, ¿no se supone que deben defender la ciudad? ¿Por qué nos atacan si sólo queremos acabar con todo esto?

Mientras hablaba, Ialdabode cerró los ojos y se concentró. Rápidamente, una especie de capa azulada le cubrió todo el cuerpo.

A Ethan no le tembló el pulso al observar como aparecían de la nada aquellas formas felinas.

La escena anterior, le demostró que se enfrentaban a fuerzas de más all de su conocimiento. Pero también sabía que aquello era cuestión de vida o muerte. No se trataba de salvar la ciudad o encontrar a Sheeva: era sobrevivir al combate o morir en el intento.

No esperó a la reacción de sus compañeros... La victoria no espera a que llegue tu turno, debes ir a buscarla. Y el bárbaro se lanzó a su busca.

-Malditas criaturas del demonio! Venid y bailad al ritmo de mi espada! AAAAAAAARRRRGGGGG!!!!

Todos sentís una extraña sensación mágica que trata de apoderarse de vuestra mente, como si alguien quisiera haceros descansar, algunos de vosotros se ven afectados por ella, impidiendo culquier intento de movimiento, pero finalmente todos lo lográis soportar excepto la paladina.

Raelia cae al suelo presa de un terrible sueño por el que se ve afectada, cayendo su cuerpo al suelo casi de forma inconsciente y golpeando su dura cabeza contra el suelo.

Nox y Ethan se lanzaron contra los Demonio Gato, mientras que Uffern trataba de acertar en el corazón que había sobre el pilar.

Ambos combatientes lograron encajar sendos golpes sobre los demonios gatos, pero estos parecieron no sangrar, ni tampoco sufrir. Aquellos demonios parecían sobreponerse al daño que les estaban haciendo ambos guerreros. Aunque un gesto en sus irisados ojos os hicieron notar que estaban sufriendo. Algún daño habían conseguido hacerles.

Y entonces, los ocho demonios gato se centraron en vosotros, cada uno atacó a uno de vosotros, y el que en teoría debía haber ido a por Raelia, la dejó descansar y atacó a Nox.

Tres de vosotros no lograsteis esquivar los zarpazos de los demonios, y Córax, John y Uffern quedaron gravemente heridos, clavando sus zarpas en vuestro abdomen y provocando que la sangre de vuestro vientre se derramase por el suelo, tiñendo de rojo la blanca ciudad, excepto Córax, que a pesar de haber sido ataco parecía no sangrar.

Trato de defenderme con la espada de las embestidas de los demonios gato que no asaltan pero mi ataque es torpe y no alcanzo a acertar el objetivo.

Me ataco de forma que no pude anticipar, son rapidos!
Las bestias parecían repartirse uno a uno, batalla justa pensé, pero no iba a jactarme ahora, ahora estaba serio, subí mi escudo y lance mi mangual contra el demonio, no iba a dejar que me tocara e iré a hacerle papilla el cráneo.

mierda. Digo dejando caer  la ballesta  y  desenvainando  la espada  corta .Otra como esta  y no lo contare

-Miniiinos.-Digo

-Miniiinos.-Digo lanzando un mazazo.-¿Seguro que no quereis un ovillo de lana?

Siento el golpe desgarrar una rendija en mi piel bajo la armadura.

-Te acordarás de esto.-Digo mirando al gato con odio.-Moriras por lo que acabas de hacer.

Algunos de sus compañeros habían recibido el daño de los ataques de aquellas criaturas demoníacas...pero él sentía el fervor de la batalla en sus venas, la tensión de sus músculos al encontrarse en acción continua, alerta de no ser herido y poder dar muerte al enemigo.

Alguien le había dicho que la manera de sentirse "más vivo que nunca" era cuando, precisamente, tu vida pendía de un hilo. Y aquella situación bien valía como ejemplo.

Nuevamente, Ethan se situó frente a uno de los gatunos oponentes y le asestó un tajo en uno de los costados... Y este le debía doler, seguro!

El combate continuaba como hasta el momento, todos y cada uno de los aventureros luchaban por sobrevivir y tratar de acabar con los demonios gato que habían aparecido en la ciudad. Todo aquello debía terminar en una victoria por su parte para lograr su propósito, pero el encuentro distaba mucho de acabar así.

Entre unos y otros lograban encajar varios golpes, hacerles varios tajos y perforarles ciertos lugares de su cuerpo, pero a pesar de que su cuerpo se negaba a derramar una sola gota de sangre, su rostro denotaba un ligero y breve sufrimiento. Aquello no pintaba nada bien.

Y para colmo, los demonios gato no cesaban en su empeño de ganar aquella batalla, y uno tras otro fueron clavando sus garras en sus enemigos, tan solo Córax, Ialdabode y Uffern lograron esquivarlo. El resto sufrieron en mayor o menor medida algo de daño que los dejó en un lamentable estado.

Maldito demonio que superaba mi defensa! Estaba muy herido pero necesitarían de otro golpe tan feroz como los anteriores para derribarme, aun no lo lograrían y les faltaría más para acabar conmigo...

Alce el mangual en el aire girandolo fuertemente. Lo maniobre hacia un lado, hacia el otro, lance un ataque hacia uno de los gatos que combatían los otros, falle y continué la vuelta para descargarlo sobre el cráneo del maldito gato demoníaco.
Sentí la cadena perder su tensión y el Crack* que hizo la bola de hierro en su cabeza.

El combate se estaba  decantando claramente del lado de los demonios-gatos.De un vistazo puede observar  que el que mas o el que menos  sangraba   por alguna herida  causada  por sus afiladas garras.Sacudo la  cabeza para  desechar esos pensamientos   e intento   clavar la espada  en el demonio.

El ataque del demonio me hace una fea herida de la que brota profusamente sangre. Siento que me desvanezco y aunque un esfuerzo por continuar el combate, el ataque es fácilmente evitado por el enemigo. 

El bárbaro recibió el arañazo de uno de los felinos, que se rasgó parte de su protección en uno de los costados y manchó sus ropajes con un rojo escarlata que solo provocó aumentar la ira de Ethan.

-Maldita criatura! Pagarás muy caro este rasguño!

Y se lanzó contra su oponente, acompañado por sus compañeros. No había sido el único en ser diana de los ataques de aquellos monostruos, y esperaba que la firmeza en el embiste del grupo no disminuyeran con las heridas...

Su afilada espada volvió a encontrar el cuerpo de los gatos demoníacos y nuevamente provocó daño en sus cuerpos. Cuanto más resistirían aquellas criaturas?