Partida Rol por web

Los vistani estaban muy enfadados con ellos y seguían persiguíendolos junto a Madame Eva que no se daba por vencida y había conjurado unas nieblas a las que se dirigían directamente mientras el hombre y la mujer les disparaban unas flechas. Era demasiado tarde para evitar el camino y cuando quiso darse cuenta el niño solo vio blancura a su alrededor. Parecía que habían escapado pero no sonrió. ¿Habían escapado metiéndose en un hechizo de Madame Eva? En Barovia todo el mundo sabía que las nieblas eran malas, así que Ivalic con un nudo en la garganta por lo que les iba a suceder se limitó a mirar a su alrededor en busca del peligro que les mataría. Lo único que distinguió fue un campo de centeno. Miró a un lado y al otro, no había monstruos, demonios, vampiros ni ningún peligro aparente, tan solo las luces de su pueblo a lo lejos.

-¡Bieeen! ¡Lo hemos conseguido! ¡Allí está el pueblo Señora Helene! ¡Allí está el pueblo! -No podía creerse que hubieran escapado, lo único que sentía era que la pequeña hada había desaparecido en algún momento, esperaba que no le hubiese pasado nada malo. Se volvió a celebrar aquella pequeña victoria con Parriwimple y darle un abrazo cuando notó que algo le sobresalía por su pecho. Una mueca de terror se dibujó en la cara del niño.- ¡Han herido a Parriwimple! ¡Han herido a Parriwimple! ¿Parriwimple estás bien? ¿Te duele mucho?

- "¡Resiste, Parriwimple! En cuanto lleguemos al pueblo te quitaremos esa flecha y te curaremos." - Hago una pausa y suspiro:

- "Loados sean los Poderes Benignos, hemos tenido una suerte increíble de poder escapar con vida. Hum, me temo que esa vistana tenía razón, serví de distracción, aunque tampoco dije ninguna mentira." -

Parriwimple miró la flecha con aire ausente y tocó la sangre, con cierta sorpresa.

- Duele- dijo con sencillez- Pero bocado zombie dolía más. ¿Qué distracción? Parriwimple no entender. ¿Amigos saber por qué gitanos enfadarse tanto?

- "No, eso no podíamos saberlo. Necesitábamos saber si retenían prisionero a nuestro amigo Ludovico. Parriwimple, tú y yo no somos capaces de movernos en silencio como los demás, así que nos acercamos de frente y les preguntamos amablemente a los vistani. Sabíamos que mientras tanto nuestros amigos estaban buscando a Ludovico a escondidas.

No sabíamos si los vistani eran malvados o no, aunque lo sospechábamos. Y lo cierto es que sí lo son, nos han disparado flechas sin que nosotros les hayamos atacado primero. Yo he cumplido mi promesa y no he llegado a desenvainar la espada. Y los vistani están controlados ahora por Madame Eva, a la que sólo hay que ver para que se ha convertido en un monstruo, en una bruja mala de leyenda." -

Era evidente que el gigantón no lo tenía nada claro.

- No parecer malos. Malos habernos atacado cuando llegar. ¿No? Si ellos tener Ludocic... Ludonic... ¡Ludovico!... poder ser porque Ludovico hacer cosas malas. Nosotros también tener Ludovico un tiempo. Quizás enfadarse porque ir a juzgarlo. ¿No? Por eso pensar nosotros traidores y dispararnos.

Parriwimple dice todo eso sin demasiada convicción. Es plenamente consciente de lo tonto que es, y si sus amigos dicen otra cosa, será otra cosa.

- "Ya viste a Madame Eva, Parriwimple. Recuerda además lo que nos dijo el antiguo jefe de Lady Ashlyn, que si Madame Eva completaba el ritual del bosque, se convertiría en un ser maligno que querría rivalizar con el poder del Conde, un nuevo señor oscuro, malvado, poderoso y peligroso." -

La sola visión de la flecha saliendo por el pecho de su amigo llenaba de dolor al niño, pero el gigantón no parecía demasiado afectado, era un muchacho muy valiente sin duda, aún así esperaba llegar al pueblo cuanto antes y poder quitarle aquella flecha.

-Madame Eva necesita el libro del Padre Danovich para algo, quizás el ritual no salió bien o con el libro aumentaría sus poderes. Creo que busca a Ludovico por eso, si yo podía ayudarla a localizarlo seguro que Ludovico también. Espero que haya escapado y pueda esconderse muy bien. Entonces... ¿Ninguno de vosotros vio a July? Pobrecita, espero que no le haya pasado nada, era tan pequeña... Herr Urik ¿Usted había visto alguna vez un hada así? ¿Y usted Señora Helene?

- "Confieso que tengo poquísima experiencia con el mundo de las hadas. He pasado mi idea buscando libros polvorientos que hablaran sobre los no muertos y la posible ubicación de reliquias para derrotarlos.

Quizá deberíamos de ir directamente al templo del Padre Danovich. Es seguro que recibirá un ataque antes o después, y deberíamos de intentar avisarle y tal vez, si está en nuestra mano, adoptar medidas para fortificar ese lugar." -

Helene aún sudaba tras la rápida carrera y el parloteo de sus camaradas de armas que parecían padecer de incontinencia verbal, algo lógico dadas las circunstancias, empezó a darle de cabeza.

-Callad un momento, por favor -pidió de buenas formas-. Estoy agotada y me duelen los brazos, sudo como un bracero y sigo preocupada además de poco contenta con nuestra incursión. No localizamos a Ludovico, pero eso no quiere decir que no esté en el campamento vistani. Y si no está, eso es un nuevo quebradero de cabeza, porque me gustaría saber dónde está. Y supongo que no tenéis respuesta a lo que pudo ocurrir en su campamento. July, no sé, espero que su tamaño e invisibilidad la ayuden pero la hemos llevado a la boca del lobo y hemos huido de allí sin ella. Además, debo confesar que el caballo espectral fue fruto de mi mal hacer. Pensé ante los gritos que se oian que corríais riesgo y tracé un plan precipitado que acabó con la muerte del anciano cojo, víctima de la estampida -dijo ahogando un sollozo-. Cargaré con esa muerte gratuita toda mi vida, aunque fuera algo accidental. Ahora, lo único que quiero es llegar al pueblo, advertir a Danovich y curar a Parriwimple -señaló arreando a los dos caballos de tiro.

Agacho la cabeza, deprimido y entristecido ante la idea de que nuestra actuación haya causado una muerte.

De este modo, se aproximaron al pueblo por la zona de la iglesia. Al poco, el campo de centeno dió paso a un yermo, y un poco más allá las lápidas y cruces del cementerio permanecían hieráticas, como un tribunal juzgando el alma de Helene. A pesar de las altas horas de la madrugada, en el interior del templo tililaban luces...

Al bordear el edificio en el carro, la puerta de la iglesia estaba abierta de par en par. Sobre el altar, un cadáver ensangrentado. Dos mujeres lloraban el cuerpo, cuatro hombres se mantenían al margen, a un lado del púlpito, portando un par de antorchas. La séptima persona de la habitación era el propio párroco. Al ver llegar a Herr Urik y compañía, estalló en cólera.

¡¿Es que nadie cerró la puerta?! ¡Os dije que cerraseis la puerta! ¡¿Hay un licántropo suelto y a ningún pueblerino estúpido se le ocurre cerrar la maldita puerta?! ¡¿Es que acaso tenéis serrín en esas cabezas huecas?!

Aquellos que se acercaron al altar pudieron comprobar que el cuerpo, perteneciente a un hombre de mediana edad, presentaba heridas de garras y mordiscos, como los que ocasionaría un animal salvaje.

Cuando llegaron aquí, el pobre ya estaba muerto. No lo mató para comer... El licántropo atacó y dejó a su víctima en la calle, moribunda... solo un par de bocados. Aunque lo hubiesen traído a tiempo para que mis poderes curativos pudieran haber hecho algo, ese hombre estaría maldito para siempre. Es mejor que esto terminara así...

Se encontraron las puertas de la iglesia abierta, así que entraron sin más. Para sorpresa de Ivalic había varias personas en el interior, que el párroco los recibiera a gritos no era ya ninguna sorpresa.
Al escuchar lo del licántropo suelto le dio un escalofrío e intercambió miradas con sus amigos.

¿Sería ella? ¿Será verdad que era una chica lobo? Entonces ese es... ¡Oh cielos!

No pudo disimular la tristeza, a pesar de que las cosas con Arik no habían terminado muy bien, le había ayudado mucho y no se merecía morir así.

-Y... ¿Saben quien era?

Imaginaba la respuesta.

Helene parpadeó confusa. ¿De qué hablaba Danovich? Estaba cansada tras la larga huida, una vez más la recibían con malas formas, se mencionaba un licántropo y a una víctima... Miró a su ternero y aunque la alegraba su compañía, no podía dejar de pensar que aquel no era sitio para él y que todas aquellas experiencias, marcarían su carácter futuro.

Pese a todo se aproximó al cadáver ensangrentado, al cual miró fijamente, prestando especial atención a sus heridas tras haber mirado su rostro.

-¿Un licántropo? ¿O ha podido ser víctima de alguna bestia salvaje como un oso? -preguntó sin mirar a Danovich, centrada como estaba en aquel cuerpo-. ¿Puedo examinarlo? -preguntó a las mujeres que lloraban-. Danovich, hemos tenido un encuentro con Madame Eva. Va detrás de una posesión suya. Un libro -comentó casi casualmente.

Me dirijo a las gentes que hay en la iglesia.

- "Por favor, contadnos lo que visteis. Cuándo y cómo pasó." -

¡No digas tonterías, niño! ¿Cómo se supone que vamos a saber quién era? Un licántropo es un licántropo, no hay manera de saber cual sería su forma humana en una noche de luna llena. Oh... ¿te refieres a quién era la víctima? Era el tío de Bobby...

Una de las mujeres tras el altar separa su cabeza del abrazo del pecho del muerto y muestra su cara: Margarita.

Yo lo vi todo, desde la ventana de casa-solloza con los enjuagados en lágrimas-. Se abalanzó sobre mi padre en plena calle. Era una bestia más grande que un hombre, caminaba a dos patas y tenía cabeza de lobo. Cuando los vecinos cargaban con el cuerpo hacia la iglesia nos topamos con Arik, y se fue corriendo para dar caza al licántropo.

La madre de Margarita cogió a su hija de los hombros y la separó del cuerpo, hacia atrás, para que Helene pudiese realizar sus comprobaciones. Las heridas parecían producidas por alguna bestia grande, pero el ataque fue lo suficientemente brutal como para no revelar la naturaleza del agresor.

El párroco tomó a Helene del brazo y tiró de ella, nervioso, para llevársela a una esquina.

El único libro que le podría interesar a esa vieja, yo ya no lo tengo. El Líber Blaspheme se fue para siempre. Se puso a salvo a sí mismo transportándose a otro plano.

-El tío de Bobby... Vaya, lo siento Margarita.

Pensaba que había sido Arik, lo cual quería decir que o bien Layla no era la responsable o que quizás no podía controlarse en ese estado y había atacado al primer hombre que encontró. Ivalic no lo sabía y tampoco sabía muy bien que más decir, solo lamentaba como la muerte se estaba cebando con aquella familia en tan pocos días.

-¿Y hacia donde se fue Arik? Quizás podamos ayudarle.

Ivalic miró a Herr Urik y a la Señora Helene a ver que decían, aunque esta estaba junto al padre Danovich en una esquina.

- "Lamento su pérdida. La adversidad se ha cebado con su familia." - Les doy el pésame a los familiares de Boby y de su difunto tío.

Me acerco al Padre Danovich:

- "Padre, aunque no tengáis el maldito libro, es muy posible que una bruja monstruosa que ha pactado con los Poderes Oscuros y que tiene poder sobre las Nieblas quiera interrogaros al respecto de un modo desagradable. Deberíamos de fortificar este lugar y prepararnos para afrontar su ataque.

En cuanto a Arik, creo que este es el lugar donde puede estar más a salvo, si pudiéramos convencerle de que venga al templo y se refugie aquí. Debemos de ofrecerle nuestra ayuda, pues todo indica que tenía razón y nosotros nos equivocamos..." -

Helene escuchó el susurro nervioso de Danovich y no pudo menos que preocuparse. Aquel hombre no era de los que perdía los papeles y saberle de aquel modo hizo que, involuntariamente, formulara un amuda plegaria. Y fue entonces cuando Urik, con su habitual falta de tacto, abrió la boca de más. La mirada de Helene fue un poema y pescozón que le dio, legendario.

-¿No te dieron educación como para no interrumpir una conversación de adultos? ¿Acaso no ves que era algo privado y dicho en voz baja como para que tú propales a los cuatro vientos y ante público lo primero que te pasa por la boca? ¿No tienes miras más que para verlo todo linealmente y según aparezca? -siseó enfadada-. Uno. Arik ha salido en persecución del licántropo y dudo que necesite de protección si ha hecho tal cosa o que vaya a aceptar refugiarse en este templo -dijo alzando el índice de la mano derecha-. Dos, tenemos un licántropo, sí. Lo ha visto esa pobre muchacha. Su identidad sigue sigue siendo un misterio por más que queramos o no creer un rumor -corazón alzado y con ambos dedos golpeó la frente de Urik-. Para bien o para mal, esto es más importante que tu espada y tu código. Úsalo. Si así lo deseas, ve a buscar a Arik. Yo hablaré con Danovich. Y Vjelkus se quedará conmigo. No puedo decirles a los demás lo que hacer, pero Parriwimple no se irá de aquí sin haber sido curado. 

Los dejó solos un instante. Lo que necesitó para acercarse a Parriwimple, acariciarle el rostro para que se tranquilizara, y extraerle con cuidado la flecha que asomaba por el pecho tras partir en su espalda y con la ayuda de la navaja de Maligno el ástil de la misma. Tras ello, y antes de que la herida se agravara posó sus manos en él y buscó su curación. Viendo cómo la herida cicatrizaba, volvió donde Danovich.