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Finales y principios

[Capítulo 1] Llantos al alba

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17/09/2017, 19:39
Robin

Robin se guardó las palabras de Clementine, Morgana y Daniel en su mapa mental y empaquetó a los pequeños en la posición de Morgana.

Asintió con todo ello conforme y especialmente a Shamira antes de apretar el paso hacia el mejor abrigo de la edificación. El frío se volvió todavía más obvio con el cambio de temperatura que llenó al pelirrojo con la sensación de que su piel se acababa de agrietar como la tierra en sequía.

Dentro de Major Morris, su cabeza lo lanzo a la búsqueda de Skyler y sus pies le seguían empujando los talones hacia la cocina.

No habló con Cass, y no leyó en el ambiente aquella incomodidad del silencio vacío, tan necesitado de atención que se cuelga rápidamente de hombros, pelo, orejas y nariz. Aquello era algo que adoraba de Cass, casi con devoción. Con ella podía estar callado y sentirse tan cómodo como Alec con las palabras. Le gustaba estar con ella y estar en él sin que ello fuera algo malo. Arropaba.

Situó a su prima y hermana en su habitación, y juzgó a Kane y al bebé en el huerto, al primero dejándose el lomo con los pimientos y al segundo acunado por la calma tras la paliza que les había dado a Kane y Shamira.

Le supo mal no correr a ayudarle pero prefería ser práctico y eficiente y sentía el tiempo hacer bailar sus engranajes en su nuca como hacía mucho tiempo que no sentía.

A pesar de que Shamira había dicho que limpiaría los platos de su desayuno, Robin optó por pasar por la sala común a buscar todo lo que hubiese podido quedar, con la salvedad de la olla con el puré. Esta la dejaría, cubierta y acomodada entre dos platos limpios y sus respectivas cucharas y vasos para cuando volvieran Nick y Trish, porqué por supuesto iban a volver, y sin duda, iban a desayunar.

Después, iría a la cocina a limpiar.

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17/09/2017, 23:55
Cassandra (Cass)

Cassandra caminó pareja al joven pelirrojo de vuelta a Major Morris, las manos metidas dentro de los amplios bolsillos y la cabeza recogida hacia el interior de la capucha, ningún sonido salió de su boca, sólo el vaho de su aliento elevándose en volutas por detrás de su oscura figura.

Cuando llegaron adelantó su mano libre para abrir la puerta y aguantarla así mientras Robin y su carga entraban.

No hizo falta que la puerta acabase de cerrarse para notar el calor que residía dentro del achaparrado edificio. La joven sacó la otra mano de su escondite y se desabrochó mientras retiraba la gruesa capucha, una tenue sonrisa bailaba en sus labios, aunque a qué era debida quedaba a la imaginación del espectador. Podía ser por el hecho de volver a estar entre paredes y no al aire libre, parecía que la buscadora le tenía alergia a los espacios demasiado abiertos, o podía deberse al agradable silencio que se respiraba y del que sabía que su acompañante también disfrutaba, o quizás fuese por haberse librado del paseo y poder esperar con el alma en vilo la llegada de su hermana.

Fuese lo que fuese le guiñó un ojo al chico, el único visible debido al flequillo tapando el otro, y se dirigió al taller de Trish para dejar lo que llevaba de lo que le había cogido. Luego se asomó donde se oía al joven trasteando.

-Voy a subir un poco de agua para el huerto. -informó por si se la necesitaba.

Y marchó a hacer un poco de ejercicio, ya que parecía que hoy se saltaban la clase pensó que estaba bien hacer algo físico por su cuenta para compensar. Cuando acabase se asearía. Y luego... esperaba que para entonces su pequeña azul estuviese de vuelta y llenase el silencio con su verborrea.

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19/09/2017, 01:24
Narradora

Las intenciones de Shamira parecían haber quedado abandonadas junto a la montaña de platos y cubiertos que Robin encontró en la mesa de la sala común, preparados para ser llevados a la cocina y dejados a medio camino como al vuelo. 

El aire del lugar tenía cierto olor residual, ajeno a la normalidad de esa sala, que parecía corroborar la aventura que Shamira había contado fuera. Además, no había rastro de los trozos de tela que Skyler había estado cortando y tampoco estaban allí sus tijeras.

El chico tuvo que hacer dos viajes para dejar la mesa a su gusto antes de poder examinar la cocina. La encontró tal y como la habían dejado antes, cuando llevaron el desayuno a la otra habitación. Y los siguientes minutos estuvieron impregnados de esa paz que parecía extenderse por el mismo aire con languidez, el silencio sólo roto por la aparición de Cass y por el sonido del agua al limpiar la vajilla. 

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19/09/2017, 02:02
Narradora

Con un cubo en cada mano, Cass descendió las escaleras que llevaban al sótano y que se sumergían en el agua verdosa antes de llegar al suelo. El lugar parecía un pequeño lago en calma, inmóvil y tranquilo. Sin embargo, cierta inquietud recorría los hombros de la buscadora cada vez que bajaba allí, como si una sensación irracional la hiciese temer que algo pudiera estar descansando ahí abajo, en el fondo, esperando el momento oportuno para salir. 

Olía cada vez peor, eso también era cierto, pero en los años que llevaban con el huerto en marcha, subiendo cubos cada día, Cassandra estaba convencida de que habían logrado que el nivel descendiese un poco. No mucho, pero algo era algo. 

Trish a veces hablaba de distintos sistemas para sacar el agua, pero la chiquilla tenía tantos proyectos en marcha en su cabeza al mismo tiempo que ese sólo era uno más entre muchos, desdibujado hasta el momento por necesidades más acuciantes que iban tomando la delantera. 

Tras llenar los cubos de agua, Cass volvió a subir para llevarlos al huerto, pero allí no encontró a nadie más que ese silencio tranquilo para recibirlos. Kane, que solía pasar las mañanas cuidando de los dos pedazos de tierra que poseían, no estaba allí en ese momento. 

Notas de juego

Si prefieres quedarte un poco más abajo, dímelo y borro el final ;).

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19/09/2017, 12:09
Robin

Gracias, Cass —fue todo lo que alcanzó a decir Robin a la encapuchada cuando apareció en su silencio. Tampoco necesitaba más—.

El pelirrojo se había hecho a la cocina casi tanto como a su botica, sin embargo, nunca hablaría de ella con ese deje de posesión como tampoco la sentía un lugar seguro. La soledad en la botica y el almacén era cómoda, incluso deseable, pero en todos los demás lugares Robin odiaba ese tul de aire frío enredado en su cogote.

No le gustaba estar solo, nunca le había gustado. Y su espalda era la primera en erizarse en protesta. Por ello a pesar de que fueran sus manos las trabajadoras, toda su atención estaba enfocada al vacío que llenaba el resto de la cocina.

Sus dedos fregaban la superficie de los platos dentro del barreño de agua comprobando que no quedaban restos de la comida en ellos, se enfilaban a los vasos, los enjuagaban y apilaban sin que el pelirrojo les hiciera ni pizca de caso.

Hacía ya tres años que había aprendido a apagar la cabeza, a ignorar a su cuerpo y escuchar el vacío. Hacia tres años que agradecía incluso la compañía más detestable, cerca, no pegada.

Añoraba a su padre. En desmedida. No estaba seguro de que jamás se hubiesen separado antes tanto tiempo, de hecho no estaba seguro de que jamás lo hubiesen hecho por voluntad. No al menos más de lo que podía durar una ruta con Alec, o una visita a un conocido, o ... ¿realmente había algo más?

Retiró las manos del agua pues ya sentía las yemas arrugadas y el calor del interior empezaba a recomendarle quitarse la chaqueta si quería sentirse abrigado después en el exterior. Se secó las manos agitándolas antes de dejar que sus pantalones sirvieran de toalla; deslizó la parca por sus brazos y la acomodó sobre la isla de camillas. Se dejó el jersey puesto.

Aprovechó entonces para alargar el ojo fuera de la cocina, recogió los sobrantes de los cebollinos y se los llevó al lado de la cuba, como excusa.

De espaldas a la entrada, volvió a meter las manos en el agua, comprobó por encima de ambos hombros una vez más que no se acercara nadie y entonces apretó los labios, se le arrugaron los ojos y drenó en lágrimas todo lo que le anudaba por dentro. Tenía que ser rápido.

Robin siempre pensaba que si había algo bueno en la tristeza era lo rápido que calentaba su cuerpo, pero ello se debía a que confundía la mitad de ella con la rábida y es que no le cabía en el cuerpo todo lo que callaba, ni lo que había aguantado. Aunque él asegurara que no tenía más derecho que otro a lamentarse por su vida, a excepción de Añil, Elijah, y Estrella.

Terminada la vajilla, Robin se limpió los ojos y la nariz, respiró profundamente dos, tres veces y más dispuesto a atender el día volvió a recoger la parca y fue a guardarla a la habitación.

Luego, bajaría al almacén para terminar los acopios para la caja de comercio.

El setenta y cinco por ciento —pensó con humor—. Ni de coña .

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21/09/2017, 12:41
Narradora

El contraste de temperatura entre el exterior y el interior del refugio cortó la respiración de Nick y Trish por un instante en cuanto atravesaron la puerta. El frío intenso quedaba atrás y, aunque la calefacción era un lujo ya prácticamente olvidado, el interior estaba bastante protegido de las inclemencias del tiempo. 

El lugar estaba silencioso en aquel momento, más de lo habitual y la luz que se colaba por las ventanas daba una sensación de paz imposible de conseguir cuando todos andaban por allí. 

Notas de juego

Venimos de: [Capítulo 1.1] El Trueque de Jackie.

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21/09/2017, 13:40
Narradora

Nueva York, 12 de noviembre de 2037, 10.30 am.

En la calma que reinaba en el Major Morris, el sonido de la puerta abriéndose parecía amplificarse hasta llegar a cada rincón del refugio. Por ella entraban Nick y Trish, con las narices coloradas por el frío del exterior. La chica llevaba en su mano un bote no muy grande, con la etiqueta descolorida. 

Llegaban justo a tiempo para cruzarse en los pasillos con otros dos de los habitantes del antiguo centro de salud. Cass, que salía en ese momento del huerto, y Robin, con su parca colgada del brazo, cuyos pasos abandonaban la cocina en dirección a las escaleras que llevaban al piso superior. 

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22/09/2017, 15:48
Cassandra (Cass)

La chica vació los cubos y se quedó un instante disfrutando del silencio y la tranquilidad al aire libre, algo raro en ella, pero estar rodeada por las paredes del refugio le confería seguridad. Su mente viajó del azul del cielo al negro de las aguas estancadas que acababa de dejar, por un lado deseaba haber acabado ya con todo ese líquido bajo sus pies, pero por otro tenía que reconocer que para el huerto les venía bien esa reserva. Su ánimo hizo el mismo recorrido, de la alegría del sol a las tinieblas de las dudas. 

Frunció el ceño y salió del huerto, o mejor dicho entró en el recinto, Trish llevaba demasiado tiempo fuera y si bien no iba a salir a buscarla pues no sabía dónde estaría, sería la primera en enterarse de su regreso. Lo hizo con la cabeza por delante, como empujando una barrera invisible que solo ella veía.

Notas de juego

Al final me han pillado los virus   u__u

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22/09/2017, 16:06
Cassandra (Cass)

Cassandra entraba del huerto con la cabeza inclinada hacia abajo, mirando el suelo y apretando entre sus manos las asas de sendos cubos de agua. El ruido de la puerta al ser abierta hizo que levantase la vista, llevaba la chaqueta abierta y la capucha echada hacia atrás, su ceño fruncido se suavizó lentamente con la visión de las personas que regresaban.

Echó un vistazo a ambos y después un recorrido mucho más sereno por la pequeña figura de pelo azul. Todo estaba en su sitio, al menos en apariencia. 

-¿Cómo ha ido? -preguntó intentando no transmitir sus emociones.

Por lo general ella hubiese permanecido callada, esperando que fuese otro quien hablase, pero no habían muchos 'otros' en ese momento. Además se trataba de Trish y frente a eso, lo normal en Cass, se salía de lo normal.

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24/09/2017, 00:47
Robin

Robin salía de la cocina abrigado con un jersey que en otro tiempo había llevado Nathaniel y, a su vez, desabrigado por la parca que colgaba de su brazo. Su paso era automatizado delatando que aunque su cuerpo estuviera presente sus pensamientos le tenían muy lejos.

Sin embargo, sus pupilas se abrieron al captar de refilón la silueta de Nick y de pronto pesaron tanto como un ancla que tiró de su consciencia para con violencia al aquí y ahora.

¡Tío nick! —reaccionó con una sonrisa que a medias era sincera y a medias una máscara— Trish —recalcó que también había vuelto su amiga—. Habéis encontrado el camino de vuelta —pensó sin entender aquella obsesión con esa idea—.

Tenía una espina clavada, muy adentro, tapada con capas y capas de ideas y aun así aquello había decidido molestarle hoy, pinchar y llenarle de moratones como un guisante al príncipe de aquel cuento de los colchones.

De Nick y Trish sus ojos volvieron al final de su camino, escaleras arriba, aunque su sonrisa no lo hizo. Ella aguardo en una triste línea hasta que volvió a encararse a los recién llegados.

A decir verdad, era oportuno cruzarse con ellos, no solo agradable, así que cambió su plan de ruta por más que aquello le robara dos segundos por el tachón mental y el reesquema.

La voz de Cass le sorprendió entonces, justo cuando se disponía a acercarse, incluso su talón derecho se separó un poco del suelo por el leve sobresalto.

Iba a indicarles dónde había quedado su desayuno, incluso había respirado para tragarse el tonito que decía Maron pero en su lugar cerró los labios para no interrumpir, le parecía descortés deslizar otro tema tras la pregunta de Cass y, a esas alturas del día, aquella respuesta se había convertido en lo prioritario.

Hey —se limitó a saludar al llegar a su altura—.

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24/09/2017, 01:37
Trish

La mano que Trish había usado para abrir la puerta del Morris volvió al bolsillo de su sudadera en cuanto dejó de hacerle falta. El frío de fuera parecía empeñado en pegársele a la piel, pero no llegaría a los huesos. La otra mano parecía más despreocupada, sosteniendo un bote cilíndrico y metálico de esos que en otros tiempos podían encontrarse en farmacias. Parecía satisfecha, y la pregunta de su hermana apuntaló aún más esa sensación.

—Genial —aseguró con optimismo, esperando a que Nick pasara para apoyarse en la puerta y cerrarla con su espalda. Después, sin ánimo de hacerse la interesante, caminó hacia Cass e hizo un gesto a Robin, alzando aquello que traía para mostrárselo.

—Leche para bebés —anunció—. En polvo. Y como si seguimos las indicaciones creo que no durará mucho, van a intentar conseguirnos más.

Con esas palabras la muchacha terminó de adentrarse en el lugar con unos pasos que casi parecían mantenerla unos centímetros por encima del suelo.

—Hemos conocido a una mujer, Karina —explicó, y no tardó en aclarar algo mirando a su hermana antes de proseguir—. Parece de fiar. Ella nos pidió cien gramos de cardamomo por la leche, pero al final serán veinticinco. Se pasa luego a por ello. Y también se ha ofrecido a examinar al bebé.

—También hemos estado con un chico que no conozco, Jimmy. Dice que puede saber de dónde ha salido el crío, y conseguirnos una bomba de agua para drenar el sótano. Ransom estaba con él, dice que lo conoce y que se fía de él.

En ese punto la chica hizo una pausa. Al hablar sobre la bomba había quedado claro que la idea le había gustado, y mucho, pero en ese momento sus ojos azules estaban inquietos, como si buscasen algo de lo que hasta el momento no se hubieran percatado.

—¿Y el crío? ¿Cuántas veces ha cagado ya?

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24/09/2017, 23:36
Nick Bennett

- Sin bajas - saludó Nick a Cass. Ponerse a la sombra de Major Morris y de todos los problemas que se avecinaban con el bebé le había vuelto a agriar el poco ánimo recuperado. Trish llevaba toda la mañana ocupándose de las conversaciones. ¿Por qué no dejarla un rato más?

Fue una buena idea. La chica cubrió rápidamente todo lo sucedido.

- Supongo que la tal Karina se quedará a cenar así que procurad no ser vosotros mismos durante un rato - sonrió con debilidad -. ¿Están los demás? ¿Morgana y Kane ya se han disparado el uno al otro?

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25/09/2017, 10:12
Robin

Al escuchar el anuncio de Trish respecto a lo que era ese tarro que abrazaba con sus dedos, Robin sintió su corazón detenerse y una ola de sudor frío cabalgó su espalda.

De pronto aquel numero del que hacia apenas unos segundos se reía sopló en su nuca con el aliento del único monstruo que conocía como tal.

Siguió escuchando a Trish con la respiración contenida entre legua y garganta y el corazón bombeando en sus sienes.

¿Cómo ha podido pasar? —se preguntó escéptico por la confianza que le tenía a la chica pero de algún modo predispuesto a creer que todo trato que no presenciara iba a salir mal—.

Su tensión se iba acumulando al tiempo que su cabeza empezaba a calcular la distribución de la despensa tan rápido que pisaba unos cálculos con otros conseguía poco más que marearse y sacar en claro que ese niño era inviable. Lo era mientras quisieran alimentarle como lo hacían en el pasado antes de que se usara la leche materna, la fruta y las papas.

Hasta que escuchó el precio de esa mujer distar tanto del que ellos conocían. En ese momento el alivio se desbocó tanto que sintió flaquear sus rodillas y liberó todo el aire contenido en una bocanada de vida.

¡25 gramos! —exclamó casi en una risa— ¡Qué pase cuando quiera!

Mientras Trish seguía contando, él miró el suelo por un lado lamentando haber interrumpido, por otro asombrado por el calor de haber entendido por fin porqué aquel era el peso de un alma, o eso decía Katia.

Levantó la mirada solo para escuchar mejor a su padrino y asintió despreocupado a lo de la cena aunque la broma que acompañaba aquel aviso le inquietó. Ya se veía a su tío encariñado como su padre con Katia.

¿Y el chico de la bomba cuando viene? —preguntó dejando a un lado sus ideas sobre la tal Karina.

Mattata se ha cagado una vez, pero Sahmira y Kane lo han limpiado. Ahora está con Kane y Skyler en su habitación. Morgana, Clementine, Daniel y los peques se han ido a visitar a los McAvoy, dicen que ellos también pueden saber algo del pequeño.

Robin sospesó la parca y la molestia que le suponía cargarla en una pausa antes de seguir hablando — Tenéis desayuno en la sala común —anunció sin dejar margen a cuestionar si era opcional comer—. Id a comer y yo guardo esto —dijo señalando el tarro con tres dedos desapretados— y preparo el cardamomo.

Esperó alguna clase de confirmación antes de moverse pero cuando lo hizo no fue para volver a la soledad, sino que cambió el peso de puntas a talones y perdió la batalla con sus labios para no meterse donde no le llamaban.

Y... ¿Karina es maja?

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25/09/2017, 16:36
Cassandra (Cass)

La morena asintió a las respuestas positivas de los dos recién llegados, una mucho más optimista que la otra, pero ambas buenas. Conforme su hermana hablaba, Cassandra no pudo evitar que una pequeña sonrisa aflorase a su rostro anteriormente taciturno, sus ojos se achicaron un poco, debido al movimiento ascendente de las mejillas, y un brillo los iluminó mientras asentía débilmente a los logros que 'su pequeña' había conseguido.

Ante la mención del origen del bebé, junto con la bomba para achicar el agua, algo en el interior de la joven se removió. Bajó su mirada hacia las manos, que aún sostenían los cubos con los que había subido del sótano, y su pensamiento volvió al momento de contemplar la masa de oscuro líquido. Quizás aquello era algo más de lo que parecía, a lo mejor cuando llegasen al fondo se daban cuenta que deberían haber actuado de otra forma, tal vez ella debería hacer algo al respecto... La conversación seguía ajena a los pensamientos de la buscadora y para cuando tomó una determinación parecía que ya estaba todo dicho.

-Antes te he cogido unas cosas para "arreglar" una tabla de la valla, creemos que han debido entrar por ahí, -le dijo a Trish, aunque la información era para ambos -no ha quedado tan bien como si lo hubieras hecho tú, pero seguro que aguantará hasta que comas.

No le dejaba opción, primero a hacer caso de lo que había dicho Robin y luego a seguir divirtiéndose, porque Cass sabía lo a gusto que estaba su hermana entre sus cachivaches y arreglando cosas.

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28/09/2017, 00:56
Trish

—A comer —corrigió Trish de inmediato a Nick, sin darle mayor importancia ni hacerlo de forma suficientemente contundente para que se considerase una interrupción—. En principio le he dicho que le dábamos de comer.

Acto seguido, cuando Robin reaccionó de esa forma al conocer el precio por el bote de leche, Trish rió como si nada malo pudiera pasar, como si nada malo hubiera pasado nunca.

—Bueno, veinticinco y un porro a medias a cambio de que nos busque más botes —dijo, e hizo un gesto indolente con la mano—. Así que he tenido que sacrificarme y fumar con ella la otra mitad. —Con esas palabras volvió a reír, más por su buen humor que por el efecto de la marihuana. Hacía ya un tiempo que unas caladas no le significaban gran cosa. Entonces se encogió de hombros, caminando ya unos pasos en dirección contraria a la puerta, y le entregó el bote al chico.

—Pues se supone que en menos de veinticuatro horas nos dice de dónde ha salido el bebé, luego Nick le consigue una reunión con un tío que le interesa y después nos trae la bomba. Así que de eso no hay momento fijo, pero supongo que no tardará más que un par de días —expuso antes de hacer una pausa—. Y Karina es la hostia, ya la conocerás —prometió con una sonrisa—. Y... —Trish se quedó un instante callada, como si uno de los engranajes de su cabeza se hubiera atascado en algún punto en lugar de acabar el pensamiento que ya enunciaba. Entonces frunció el ceño—. ¿Mattata? —preguntó antes de encogerse de hombros—. Bueno, suena mejor que el nombre de un puñetero santo. —Y es que Dan podía ser un gran amigo, pero ahí no había estado muy sembrado, al menos para ella. Después se dirigió a Cass.

Acto seguido se dirigió a su hermana.

—Luego le echo un ojo —prometió antes de hacer un gesto con la barbilla hacia los cubos—. ¿Te echo una mano con algo? Luego ya como, si eso.

Tras esas palabras volvió a mirar al pelirrojo.

—Gracias por hacer para nosotros, Rob. Me da tanta pereza cocinar ahora que si no habría pasado.

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28/09/2017, 09:07
Nick Bennett

- A comer entonces - se corrigió Nick con un encogimiento de hombros -. Nada de velitas.

Habría querido hablar con Morgana cuanto antes, pero a mayor parte de las novedades habían sido cosa de Ransom y Jimmy, así que probablemente se enteraría visitando a McAvoy. El escritor también estaba frustrado porque tenía que hablar con alguno de sus conocidos de los tiempos de buscador. Pero no había tiempo de volver a salir.

- Karina es... lista - dijo a Robin -. Pero por lo visto sabe encontrar leche y no parece mala persona. Trish la conoce mejor, lo que une el humo...

"Mattata". ¿Por qué no Hakuna? ¿A quién se le habría ocurrido un nombre tan ridículo? Sería cosa de los críos. Nick no pensaba discutir. Poner nombre a algo significaba que le estaban cogiendo cariño. 

- Yo voy arriba a echarme un rato, que no he dormido desde mi guardia.

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28/09/2017, 09:48
Robin

"A comer" habían dicho ambos y aun así ninguno iba a llenar sus tripas más que con aquella palabra. Por ahora.

Fuese a la hora que fuera a venir aquella mujer maja, fumadora y lista ya estaba tardando. Aunque Robin agradecía la parte en la que velas sobraban.

Abrazó el bote con total desconfianza hacia él y sudor frío en la nuca. ¿De verdad había sido tan fácil?

Parpadeó al escuchar la contracción de los nombres que su cabeza había hecho y un poco de rojez pintó la zona contigua a su nariz al caer en la cuenta que era la segunda vez que lo ponía en voz alta, se estaba acostumbrando demasiado a ello; a su vez, sus ojos se lanzaron raudos al piso superior temiendo que Skyler estuviera en las escaleras y pudiera escuchar a Trish hablando de ese modo de los santos.

¿Es mejor? —preguntó en cierto modo cumplimentado por esas palabras. Rió con descarte— En realidad nadie le llama así, era por no quitarle la ilusión a nadie.

Mientras Trish miraba a Cass, Robin también se encontró con los ojos con su familia pero en lugar de ofrecer ayuda mostró un poco de su desagrado por la decisión de su padrino.

Descansa tranquilo, Nick —dijo lleno de su cariño y la tranquilidad de que estuviera en casa—. Cuando despiertes volveré a calentar el puré.

Luego sonrió a las palabras de Trish y negó con la cabeza y un gesto de mano.

Es lo mismo hacer para uno que para dos unos. Si no te gusta, la culpa es de Daniel y Shamira —bromeó para dejar dicho que ellos habían colaborado—. Si está rico, por supuesto he sido yo.

Bueno, voy a guardar esto .

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28/09/2017, 14:41
Narradora

La pequeña reunión formada en el pasillo del antiguo centro de salud parecía llegar al momento de su disolución cuando Nick y Robin anunciaron su marcha. Los dos subieron juntos las escaleras que llevaban al piso superior, dejando abajo a las dos hermanas.

Notas de juego

Salen de escena: Nick y Robin. 

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28/09/2017, 15:30
Skyler

Nick no tardó en desaparecer tras la puerta de su habitación mientras Robin continuaba el camino hacia la suya para dejar la parca. Sin embargo, al pasar por delante de la puerta abierta del cuarto que Skyler se había apropiado, el muchacho escuchó la voz de su prima, canturreando una de esas canciones que Clementine solía cantar en la capilla. No lo hacía terriblemente mal, pero desde luego su entonación y su voz no se parecían ni de lejos a las de la otra joven. 

De asomarse o simplemente atisbar por la rendija, Robin podría ver a Skyler sentada a lo indio encima del colchón que usaba de cama, con su saco de dormir enrollado con pulcritud. La chica tenía entre manos lo que parecían ser los restos de la misma toalla que había estado recortando antes y estaba apurando el contenido para fabricar el último de los pañales que podrían salir de esa tela. 

Satisfecha, dejó las tijeras a su lado en el colchón, encima de otro retazo de tela que parecía ya tener la forma deseada, y lo levantó para estudiarlo durante un par de segundos. Entonces su mirada viajó del pañal al capazo donde el bebé dormía cerca de ella y lo contempló enarcando las cejas. 

—Tres pañales informó a los ojos cerrados del crío en un susurro que demostraba que a pesar de hablarle, no esperaba ni desaba ser escuchada—. Algo es algo, ¿eh, chaval? Ahora a ver si intentas cagar lo mínimo posible. 

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30/09/2017, 10:35
Cassandra (Cass)

Cass se mordió la cara interna de la mejilla izquierda mientras escuchaba, se despidió de los dos integrantes masculinos con su cabeceo típico y negó con la testa cuando contestó a su hermana.

-No, dejo esto y te acompaño a la sala. -dijo acercándose a una pared y dejando los dos objetos para cogerlos luego, si para seguir subiendo agua o para guardarlos ya se vería -Vas a tener que enseñarme esos trucos que tienes para conseguir lo que quieres, hace un rato he intentado pillar botes por la Red -su tono era una mezcla de broma, admiración y fastidio -y he conseguido un precio de mierda...

Guardó silencio un instante, como recordando la conversación que había tenido lugar a través del teclado, y luego sacudió la cabeza en negación. 

-Ya sabes, se muchas palabras pero eso no sirve para negociar.

Se acabó encogiendo de hombros, dando a entender que tenía asumida esa parte de su persona y que no le importaba, aunque Trish sabía que bajo la capa protectora de indiferencia en la que su hermana mayor se envolvía, se preocupaba por aquellos que consideraba que eran de los suyos.