Partida Rol por web

- Creo que me sé algunos.-respondió, sin más, a Morgana. No hacía falta sino escucharla e imaginar lo que podría estar diciendo en el idioma que uno entendía para captar más de una mala palabra, en cualquier lenguaje. 

La predicadora observó cómo María acunaba al pequeño, y se sonrojó- A mí me hizo lo mismo hace dos días... Pobre.-dijo, arrobada, suspirando- Sin problema, claro. -respondió a María, mirando hacia un lado y hacia otro, dubitativa- Necesitas... ¿privacidad? No creo que nadie aquí tenga problema. Lo digo por ti. - preguntó, queriendo solventar el que la chica pudiese sentirse incómoda- Y si vais a enseñarle español a Cass, yo también quiero aprender. Sé un poquito... Pero no hablo muy bien*.

Bueno, a ver, si quieres solo toco el puto violín y tu te encargas de mis huevos. Soy un hombre razonable. - bromeó con una sonrisa de medio lado antes de soltar una carcajada. Obviamente no se permitiría ese tipo de bromas con nadie más en el grupo, pero Morgana era un caso aparte. 

Le agrado bastante ver la reacción de María a su pregunta, y se propuso preguntarle luego cual era su relación con Malena. Sin duda eso daría para iniciar conversación, y si la nodriza del bebé iba a vivir con ellos no le vendría nada mal conocerla un poco. Aunque claro, por esa misma regla, debería estar ocupándose de conocerlos a todos y así no daba el tiempo. 

Al final acabaremos haciendo un grupo de español conversacional, ya verán - comentó algo divertido por la idea, aunque también le hacía algo de ilusión poder hablar fluidamente en español otra vez. Hacía muchísimo que no lo hacía, y ese idioma siempre le sabía un poco más íntimo y familiar que el inglés. 

Si necesitas un momento, yo puedo salir... - se ofreció, señalando la puerta con el pulgar sobre su hombro. No conocía muchas latinas que se cohibieran amamantando en grupos pequeños, o siquiera en público, pero como su abuela decía "de todo hay en la viña del Señor" y quizás la chica era tímida. Además, siendo ahí el único hombre, ya podía darse por aludido en el tema de privacidad al respecto.

Los ojos de Trish se posaron en su hermana al oír cómo pedía aprender español. Le gustaba eso de ella, y mucho. Quizá normalmente no fuera la más sociable, pero se había apuntado a los entrenamientos de Morgana, y ahora eso. Además, algo como aprender un idioma sin duda implicaría más interacciones sociales de las que su hermana acostumbraba a tener, y eso era positivo. Después de todo, era la líder electa... O algo así.

La joven de pelo azul se sintió tentada de unirse. Pero aunque siempre era activa el compromiso no era su fuerte. Ya lo valoraría más adelante, si eso.

El principio de una sonrisa apareció en el rostro de Trish al escuchar la respuesta de Axel y se encogió de hombros, como desentendiéndose de aquel tema, como si no hubiera sido ella la que le hubiera acusado de algo así. Al oír lo que el violinista decía a Trish se le ocurrió algo y se quedó mirándolo unos segundos. Al ver llegar a Skyler la mirada de Trish se dirigió al pequeño, al que siguió con un cierto brillo en los ojos.

—Dale, no te preocupes —enunció concordando con Clementine, sin moverse del sitio. Luego miró a Axel.

—¿Un grupo conversacional? —preguntó algo extrañada. Jamás había oído aquello—. Oye, estaba pensando... Si quieres ir a saludar a Malena, nosotros vamos a ir en un par de días a la Comunidad. Vente si quieres. Mientras se quede gente suficiente en el Morris, pùedes acompañarnos.

La chica sólo tenía ojos para el bebé que tenía en brazos, pero la respuesta que Axel dio a Morgana sí que logró apartar su mirada de él para mirarlo con cierta sorpresa por un instante. Luego sus ojos se fueron hacia Lincoln, que estaba ocupando su lugar habitual apoyado contra una pared. Y luego negó con la cabeza mirando a Clem. 

—No, no, qué va —respondió—. No necesito privacidad ni nada —extendió esas palabras también hacia Axel—. Sólo era por si no le tocaba comer o... —Pero en lugar de terminar la frase se encogió de hombros y empezó a maniobrar para sacar un pecho sin soltar al bebé. 

Su expresión fue de éxtasis cuando el crío se le enganchó. De inmediato empezó a chupar con una avidez que delataba que estaba más acostumbrado a eso que a las cucharas o los biberones. La chica había dejado de escuchar a los que la rodeaban y contemplaba el pequeño rostro del bebé totalmente fascinada, como si tuviese un milagro justo delante. Sus labios se curvaron en una sonrisa que parecía algo extraña en su rostro y sus ojos empezaron a humedecerse por la emoción. 

Shamira se fue hacia las sillas y cogió una para acercarla a la mujer que amamantaba. Quería sentarse cerca de ella y no perderse nada. Contemplaba la escena con una sonrisa, pero llevaba su mirada de cuando en cuando hacia los otros, pues también estaba pendiente de lo que hablaban. 

—¿Nosotros también vamos? —le preguntó a Morgana después de que hablase Trish de esa excursión a La Comunidad. 

Y otro que no perdía ojo de la escena entre la recién llegada y el bebé era Lincoln. El chiquillo los miraba con los ojos fijos y en un silencio total, pero cuando el crío empezó a chupar, su nariz se arrugó con disgusto.

La rubia había mirado a la nueva con ojo crítico y luego se había quedado mirando cómo cogía al bebé y empezaba a darle de mamar. Finalmente tuvo que apostillar algo. 

—Ten cuidado de que no le entre aire al comer —dijo, alzando las cejas—. O luego tendrá gases. 

Satisfecha por haber encontrado algo que corregir —hiciese falta o no— miró a Trish y frunció el ceño al escucharla. 

—Eh, eh —cortó a la peliazul—. No empecemos. Que si os vais tú y tu hermana, Morgana y los niños... Robin me ha dicho que también irá y Daniel decía algo de acompañarte a por materiales el lunes por la mañana... ¿Y ahora Axel también? Pues al final nos vamos a quedar los tres de siempre, joder. —Desvió la mirada por un momento hacia María—. Y tú, supongo. 

Cassandra asintió tanto a Axel como a María, así a parte de aprender un idioma aprendería sobre sus nuevos compañeros. Llegaron con el bebé y el ambiente cambió y giró entorno al pequeño, no sin antes acabar la interesante conversación que estaban teniendo Morgana y Axel, la buscadora sonrió ante el cruce de puyas que hubo entre ellos. De antes apenas lo conocía pero cada vez le caía mejor el violinista.

El pequeñajo, ajeno a todo, se puso a buscar alimento y María se lo proporcionó rauda. Cass desde su extremo apartado se quedó mirando, no el hecho en sí, si no las maneras y la expresión de la mujer. La anterior sonrisa de la que aún quedaban restos en su cara, se esfumó para dar paso a un rostro serio y pensativo, y se perdió la siguiente parte donde Skyler volvía a reclamar que no se quedase el Morris con poca gente.

Tal vez la respuesta de Axel se saliese un poco de la ralla en aquel contexto, pero a Morgana no le extrañó ni reparó en ello. Al contrario, la encajó de buen humor y acompañó en su carcajada al violinista. Sin embargo compuso la exagerada falsa cara ofendida de mala hostia una vez cesó de reír.

- Se te va la puta pinza, kamikaze. Los colgaré del jodido árbol de Navidad, en plan bolitas de adorno. Y el puto violín por el culo como instrumento de viento -su mueca fue transformándose en otra de malsana diversión. Acto seguido Morga se partió de la risa con su propio chiste.

Luego hizo como el resto, observar a María amamantar al bebé, y pasear la vista de unas a otras, fijándose en las expresiones y miradas. Se montó sus propias conjeturas sin querer ir más allá de eso. Torció la boca en una supuesta sonrisa cuando encontró la mirada pensativa de Cass. Después le bastó una indicación de cabeza a Lincoln para que se apartase de la pared y tomase asiento si quería. Se anotó en su agenda mental que debía, pronto, tener una charla con él.

-Esta vez no, Shami -contestó tras escuchar las diferentes opiniones. Alzó la vista hacia Axel- Preferiría que te quedases, si no te importa -confiaba en la experiencia de Axel; y quedaban habitaciones que arreglar, por no mencionar que estaría bien que María pasase los primeros días con alguien que, en cierta medida, le haría más fácil amoldarse al grupo.

-Joder. Ver como traga el mamoncete me está dando hambre.

La respuesta de Morgana le hizo reír otra vez, divertido por la escena que pintaba, pero se abstuvo de responder. No quería monopolizar la conversación en torno a sus testículos, por obvias razones.

Ya que la morena decía que no le molestaba que se quedara mientras le daba de mamar al crío, Axel no le dio más vueltas y solo siguió conversando. Mejor para él, porque no quería perderse la charla, que bastante entretenida estaba por el momento. 

Claro, como reuniones para charlar de lo que quieras en el idioma nuevo y soltar la lengua - mucho más útil que una clase si le preguntaban a él, que al final él los idiomas que sabía los había aprendido sin libros de texto ni profesores. También era cierto que no sabía muchos idiomas, pero al menos dos los hablaba como nativo, así que se sentía cómodo diciendo que tenía cierta experiencia en el tema. 

Una sonrisa se formó en sus labios al escuchar la invitación de Trish, bastante entusiasmado con la idea de la visita, pero antes de poder responder Skyler contestó por él. Tras escucharla tardó un momento más en considerar las opciones, pero al oír la petición de Morgana y encontrarse con su mirada supo que el asunto estaba saldado. 

Quizás para la próxima vez, Trish - contestó con una sonrisa - Me gustaría visitar, pero Skyler tiene razón, no podemos ir todos - se encogió de hombros resignado. 

Los ojos de Trish observaron cómo María comenzaba a amamantar al bebé con total naturalidad, y a la muchacha le gustó aquello. Por un momento le dio la impresión de que la matrona necesitaba a Thiago casi tanto como el crío la necesitaba a ella. Mirándolos, se preguntó por un instante cómo sería... O si a ella le llegaría alguna vez el momento de estar en esa posición. Siendo totalmente sincera, no lo creía.

Un momento más tarde bajó la mirada, conteniéndose al escuchar a Skyler decir a aquella recién llegada cómo hacer las cosas... Incluso amamantar, cuando Skyler nunca lo había hecho. Sin embargo, al oír que se dirigía a ella la miró un momento, como sin entender por dónde iba, aunque pronto se dio cuenta. Estuvo a punto de defenderse... Si es que aquello era algo de lo que se tuviera que defender.

Antes de decir nada —o de decidir qué decir, más bien—, Axel se explicó y ella asintió.

—Bueno, ya iremos en otra ocasión —enunció—. Creo que yo voy a estar yendo de vez en cuando, así que cuando quieras unirte, ya sabes. —Le dieron ganas entonces de invitar a Skyler, aunque una parte de ella lo haría sólo por ver qué contestaba, y decidió guardárselo—. Skyler —la llamó—, a mí Dan no me ha dicho nada. Pero vamos, que los tres de siempre y Daniel en principio sois más que de sobra. Y si tú en algún momento quieres salir a otra cosa avisa, y me quedo yo —se ofreció. Luego miró a la matrona.

—Oye, María... —enunció despacio, consciente de que estaría pisando terreno resbaladizo—. No contestes si no quieres, pero ¿puedo preguntarte qué ha pasado para que estés, ya sabes... Lactando? No quiero incomodarte, pero no estaba segura de si vendrías acompañada o no y, bueno... —Se encogió de hombros—. Ya me entiendes. Y perdona si es algo muy incómodo.

Clementine observó, enternecida, cómo el bebé encontraba con facilidad alimento en el seno de María. Observó el rostro de la muchacha, y durante un instante, pensó que había realizado una buena acción. Thiago necesitaba a María tanto como María lo necesitaba a él.

- Se ve que era a lo que estaba acostumbrado...-dijo, con una sonrisa involuntaria curvando sus labios, dedicando una mirada breve a Skyler y a Axel, a medida que decidían quién iría a la próxima visita hacia la Comunidad, sin intervenir al ver que el problema se solucionaba sobre la marcha. 

Suspiró, y dio gracias a Dios en silencio, por aquel momento hermoso que se imponía sobre el horrible recuerdo de un día aciago como el anterior, aunque al escuchar a Trish no pudo evitar mirarla con preocupación. Clementine sí sabía los motivos de que estuviera lactando sin un crío propio enganchado al pecho, pero dejaría que fuese María la que decidiese si quería contestar. 

La tensión de la rubia se relajó un tanto al ver que su protesta parecía haber sido aceptada. Empezó a echarse hacia atrás en el asiento cuando Trish hizo su oferta y Skyler se la quedó mirando con el ceño ligeramente fruncido, como si tratase de dilucidar si se trataba de una burla o la muchacha hablaba en serio. Finalmente sacudió la cabeza. 

—¿Y adónde quieres que vaya, Trish? Yo no tengo tanta vida social como vosotros.

Luego se cruzó de brazos y desvió su mirada hacia María, esperando que respondiese a la pregunta de la inventora. 

—Eso. ¿Tienes un bebé? ¿No te lo has traído? ¿O está muerto? —preguntó, curiosa, con su total ausencia de tacto habitual.

María se distrajo un instante del éxtasis que parecía embargarla al escuchar su nombre de labios de Trish. Apartó la mirada del bebé un instante para mirarla y al escuchar sus preguntas, su mirada se ensombreció y su sonrisa se diluyó despacio. Sin embargo, fue la crudeza de Skyler la que terminó de poner la puntilla. La chica acusó el golpe encogiéndose un tanto y tomó aire en dos tiempos para después soltarlo por la boca. 

—Mi bebé nació muerto. —Lo dijo hablando muy despacio y sin mirarlas, con los ojos de nuevo sobre Thiago, y una vez pronunció la última de esas palabras apretó los labios en una línea y tragó saliva. 

El niño se revolvió en sus brazos y emitió un sonido de protesta, como si pudiera notar la tensión de quien le sujetaba, pero al instante siguiente seguía tragando con ansia. 

No iba a servir de mucho decirle a María que esas cosas pasan, que la plaga seguía en las calles, que debía ser fuerte y vendrían más hijos. Todo eso lo habría escuchado ya de una decena de bocas. Lo bueno de la situación es que, por una vez, no fue ella la que gastó la sutileza de un calcetín. Aunque tampoco dio importancia al nulo tacto de Skyler.

-No tienes vida social porque no te da la puta gana -Morgana lo dejó ahí y no quiso seguir adelante. Paseó la mirada tranquila de Skyler a María. Y de ella al resto para detenerse en Clem. Le picó en la lengua la respuesta que pensaba darle acerca "de lo que estaba acostumbrado" y el porqué el crío se encontraba en el Morris. En vez de eso se mordió el interior del labio y no apretó el gatillo. La improvisada reunión fluía en un cauce sereno y no era necesario que se desbordase. Pero su vigilancia y maneras agresivas estaban ahí, latentes, a flor de piel. Y ya se había contenido dos veces.

Nerviosas hormigas comenzaron a recorrerle los nervios clavándole sus diminutas mandíbulas. Miró al bebé, ajeno al mundo, dedicado a lo suyo, mamar y engordar. Torció una media sonrisa divertida- Hoy hemos tenido un parto de gemelas, donde Nicolás. Una puta sangría, joder. Pero ha ido bien -comentó, indeferente, como de pasada, mientras observaba a Thiago.

Clementine suspiró- Skyler... -- dijo, tratando de usar un tono de voz conciliador- Quizá esa no era la mejor forma de preguntarlo. --indicó, dedicando una mirada cargada de disculpa a María- Lamento lo de tu bebé.- dijo, sin más, con honestidad.

- ¿Un parto de gemelas?- preguntó, uniéndose a la idea de cambiar de tema- ¿Hay muchos gemelos allí, en la comunidad? Hoy en día no es muy frecuente ver algo así, supongo. Son embarazos más complicados. Y sin esos hospitales que había antes... ¿Nacieron sanas las niñas?

Gracias, ya te cobraré la palabra - contestó a la peliazul con una sonrisa amable. En realidad tenía ganas de salir, pero tampoco tenía la urgencia de escapar de la rutina como otros ya habituados al grupo podrían tener. Axel aún tenía la posibilidad de buscar vida social dentro del Morris sin que se sintiera como lo típico del día a día.

Si cuando Trish formuló su pregunta ya le vio mal futuro, la falta de delicadeza de Skyler le hicieron fruncir el ceño con preocupación e incomodidad instantáneas. Pocas razones podía haber para que una madre con obvio amor a los niños dejara a su hijo recién nacido, y ninguna era buena. Al oír a María confirmarlo y ver su reacción a las palabras de la rubia, Axel suavizó su expresión y negó ligeramente con la cabeza ante una noticia que jamás sería justa.

Lamento tu pérdida - dijo con sinceridad, sin querer pasar el tema de largo directamente por respeto a la criatura que había perdido su vida demasiado temprano en un mundo lleno de otra gente mucho más dispensable. Sin embargo, al oír la propuesta de cambio de tema de Morgana se unió a esta sin pensarlo. Estaba claro que María no quería profundizar mucho en ello - Buff, que desastre debe ser tener que cuidar dos niños recién nacidos al mismo tiempo. Además que fijo salen inquietos, porque siempre hay alguien haciendo fiesta o causando peleas en las familias grandes, que además con lo ruidosos que somos los latinos, y que no sé ahora, pero cuando yo crecí tenía mil primos, y "primos" y tíos, y ufff... al final que no van a dejar dormir nunca esos niños hasta que crezcan lo suficiente para no dejarlos dormir a ellos. - comentó sonriendo divertido. Es que al final un gringo no llegaba a saber lo que era una familia escandalosa hasta que no iba a una fiesta de latinos.

Al oír la respuesta de Skyler Trish la miró por un instante sin contestar. Solía ser más espontánea, pero era consciente de que lo que dijese podía afectar de maneras muy distintas a la rubia, así que se lo pensó dos veces. Además, sabía de sobra que desde lo de Nick no siempre tomaba las mejores decisiones.

Todos esos pensamientos se interrumpieron al oír la contestación de María. Los ojos de Trish buscaron el suelo con una mezcla de vergüenza y tristeza. Dejó que la conversación de los otros fluyese y se acercó a María.

—Si en algún momento quieres hablar de ello, o de lo que sea, avisa —enunció, sintiéndose un poco ridícula por decir aquello tras su cagada a pesar de ser sincera—. O si quieres salir a dar una vuelta, o algo. Pasaremos de la maría y el alcohol, que no sé si es bueno mientras das el pecho, pero podemos hacer otras cosas.

Detuvo sus palabras un instante antes de mirar a Skyler.

—Podrías venirte también.

Mientras observaba la estampa de María dando de mamar a Thiago a Morgana se le presentó tras los ojos una escena semejante, cambiando a la chica por su madre y al bebé por su hermana Marian. Igual que un fotograma rescatado de una vida anterior y muy lejos en su memoria. Hubo un tiempo en el que un recuerdo así significaba para ella el mismo dolor y trauma de un tiro en la cabeza. Ahora podía abrir y cerrar el grifo al pasado cuando y como quería. Las más de las veces lo mantenía bien cerrado, tanto tiempo, que comenzaba a oxidarse.

-Los padres no pertenecen a La Comunidad. Son nómadas -Dirigió la vista a Clem y Axel. Hubo un ligero encogimiento de hombros- De puta madre las dos. Pequeñas y poco peso, todo en su sitio. Aguantarán -Lo que dijo el portorriqueño le hizo sonreír. Su familia no era latina ni llegaba a los extremos que mencionaba el cuarentón, desde luego que sí ruidosa. Siempre a gritos con sus hermanos.

-¿Piensas montar muchas fiestas aquí, violinista?

El comentario de Trish tuvo el efecto de devolverla al mundo presente. Su expresión mudó al instante, a una mueca de mosqueo instantáneo con la que miró a la peliazul- ¿De qué coño hablas? Esa putísima mierda no es buena. Ni embarazada, ni con el pecho, ni nunca, joder, no me cansaré de repetirlo. Es puta basura. -La discusión era algo recurrente, la opinión de Morgana de sobras conocida- Ya te lo he dicho otras veces, te va a dejar tan gilipollas que te mearás encima.

¿Nómadas? Pero se asentaran un tiempo, ¿no? - preguntó algo preocupado, aunque ni conociera a esa gente. Es que ser nómadas con dos bebés sonaba como una idea terrible, y ya no solo por lo que significaría criar y transportar a dos críos, sino por la cantidad de peligros en el camino o incluso cuando estuvieran detenidos a solas, sin la protección de una comunidad a su alrededor. - Bueno, me alegro de que todo saliera bien en el parto y las niñas estén sanas. - dijo finalmente con una sonrisa.

El comentario de Morgana le hizo reír un poco y fingió considerarlo por un segundo - No sé eh. No estaría mal montarse una de vez en cuando, para alegrar el espíritu. Deja que me consiga música apropiada y ya se les acabó la paz aquí. - bromeó de buen ánimo. 

La efusividad con que la marine se quejó de los hábitos de Trish le dio hasta un poco de ternura, pues parecía un regaño más que familiar, pero como tal también era un poco sobreprotector - Son porros, Morgana, no se está clavando veinte jeringuillas de heroína diarias. Está bien evitarla en ciertas circunstancias, pero sí no... - sonrió divertido - La marihuana tiene bastantes usos medicinales incluso. Para el glaucoma, la epilepsia, para medio millón de cosas. Hasta tú tienes que reconocer que no es la lechuga del diablo¹. 

Como siempre la voz de su hermana consiguió sacar a Cassandra de su mundo interior, hacerla volver al presente, parpadeó dos veces seguidas y la siguiente pregunta que oyó reclamó toda su atención. Claro que cuando Skyler añadió su puntilla tuvo que morderse la lengua para no darle una colleja verbal, esa muchacha tenía menos tacto que un erizo.

La contestación que recibieron fue escueta pero suficiente, la buscadora sólo podía llegar a imaginar una parte del dolor que eso le causaba a María, tragó el nudo que se le formó en la garganta mientras los otros decían palabras de consuelo y desviaban la conversación. Ella no dijo nada, ya estaba todo dicho y añadir algo sería como hurgar en la herida, bueno... quizás todo no estaba dicho. Parecía que todos obviaban el dolor que sentirían cuando el pequeño volviese con su madre, el dolor que María volvería a sentir al perder de nuevo a un hijo, porque una madre no es sólo quien te pare, es quien te quiere y te cuida como tal. Y en eso Cass no tenía dudas, la joven ya amaba al bebé con todo su corazón.

Se preguntó si podía hacer algo al respecto, lo sencillo sería oponerse a ella como nodriza alegando su pérdida y el posterior posible conflicto cuando tuviese que irse sin él, decir de buscar a alguien que tuviese a un bebé. Pero en su interior sabía que el daño ya estaba hecho, no importaba el tiempo que pasase pues el vínculo ya se había establecido. -Quizás podamos llegar a un acuerdo con Lis, un niño con dos madres no tendría que ser ningún problema, más gente para quererlo y cuidarlo siempre es bueno- pensó mientras la conversación volvía a cambiar de tema, uno en el que sí iba a intervenir.

-Aquí no hay nadie con esos síntomas Axel, cultivarla y venderla es una forma de conseguir cosas útiles de verdad, pero consumirla habitualmente... es otra forma de decadencia que no es necesaria.

Trish ya sabía lo que opinaba de eso, el resto posiblemente también, pero siempre era bueno recordarlo de vez en cuando, si querían celebrar algo de vez en cuando Cassandra no decía nada, pero como viese que la cosa se empezaba a hacer habitual soltaba perlas para quien quisiese hacerle caso.