[Capítulo 3] Tomando decisiones

^{Luis y Rómulo Royo}

^{Laura Marling - What He Wrote}

Tú dices que vagas por tu propia tierra
pero cuando pienso en eso,
no veo cómo puedes hacerlo.
Estás sufriendo de dolor, te estás quebrando,
y puedo ver el dolor en tus ojos.
Dice que todos están cambiando.
Y no sé por qué.

                                                                                 —Keane – Everybody´s changing.

Nueva York, 14 de noviembre de 2037, 08.50.

Cuando poco a poco los habitantes del Morris fueron bajando a desayunar Robin no tardó en darse cuenta de que faltaba alguien. Hope no había aparecido aún cuando él ya había visto las caras de todos. Finalmente el muchacho terminó por subir a su habitación en busca de la muchacha, pero cuando abrió la puerta no la vio allí. Ni a ella ni a nadie, su cuarto estaba vacío. 

Lo que sí había era un trozo pequeño de papel sobre la mesa del chico, con toda la pinta de ser una nota. Y cuando le echó un vistazo se encontró con una caligrafía redondeada y apretada, algo infantil:

Rob:
Me voy a buscar a Alec, no puedo esperar más. Aquí hay mucha gente que te quiere y se preocupa por ti, así que es mejor que tú no vengas y te quedes a salvo. Hazlo por mí. 
Te he cogido un par de cosas, pero te las devolveré en cuanto le encuentre. No te preocupes y no te enfades conmigo, por favor. Volveré con él, te lo prometo. 
Cuídate. Te quiero mucho.

Hope.

Robin no tardó en darse cuenta de que ese «par de cosas» incluía la pistola de Nick, así como las balas que habían recogido de su abrigo. También le faltaba su jersey más gordo y, si revisase en el almacén podría ver que la chiquilla se había llevado algunas bolsitas de marihuana y tres mazorcas de maíz. 

Nueva York, 14 de noviembre de 2037, 09.00.

Aquella mañana la niebla se había levantado temprano, dejando que los rayos de un sol pálido se colasen por las ventanas del refugio dotando su interior de una calidez que sus habitantes habían extrañado los últimos días. El día seguía siendo frío, pero el invierno que amenazaba con llegar con fuerza aquel año parecía estar dando un respiro a la ciudad que tal vez no dormía, pero sí entornaba los ojos. 

Desde una hora temprana había movimiento por los pasillos del antiguo centro de salud, pero no fue hasta después de desayunar que todos se reunieron en la sala común para tratar los temas que más urgían al grupo. Allí estaban todos los habitantes habituales del Major Morris, incluidos Shamira y Lincoln, aunque ellos sólo iban a mirar, pues no tenían derecho a votar todavía. La chiquilla tenía en brazos al bebé, que se había quedado dormido después de tomar un biberón y que le cambiasen el pañal. A la que nadie había visto esa mañana era a Hope y algunos podrían pensar que no había bajado aún del cuarto en el que hubiese pasado la noche, pero Robin no tardó en aparecer e informar de que Hope se había escapado durante las horas nocturnas. 

Skyler había preparado un orden del día, al que otros añadieron algunos puntos antes de comenzar. Y luego se abrió el debate. Poco a poco todos fueron interviniendo, argumentando a favor o en contra de las propuestas que se iban haciendo. Hasta que, finalmente, se fueron llegando a algunos acuerdos. Lo que no parecía tan sencillo de acordar simplemente mediante el diálogo tuvo que pasar por una votación. Para ello en algunos puntos se usó la mano alzada y en otros una fuente de cristal a modo de urna. 

Cuando terminó la reunión los habitantes del refugio habían escogido a Cassandra para ocupar el lugar que Nick había dejado vacante como nueva líder. También habían acordado aceptar a Axel como nuevo miembro, quedarse a Thiago en el Major Morris hasta que su madre apareciese y que María de La Comunidad se sumaría al refugio como su nodriza, que Trish empezase nuevas reparaciones en el refugio, buscar esa cruz de la que algunos hablaban, investigar cuidadosamente sobre el ataque que había sufrido el antiguo campamento de Robin y Skyler y tratar de reunirse con McAvoy y Madre Laura para negociar sobre la vigilancia del barrio y el futuro de la vaca que Robin y Hope habían sacado del incendio. 

Otras cosas habían quedado en el aire o sólo unos pocos tenían interés por ellas y esos serían los que tirarían de esos cabos, de querer hacerlo. La reunión parecía haber llegado a su fin y estar a punto de ser disuelta cuando Cass se puso en pie y alzó la voz.

—Por favor, no os vayáis todavía —pidió—. Hay otra cosa de la que me gustaría hablar.

Morgana se había presentado como siempre con su aspecto pulcro, limpio, dentro de lo que podía permitirse en estos días. Desde sus sempiternas botas militares hasta su mirada incisiva y arrogante pasando por los gastados guantes, todo en ella respiraba desafío y provocación.

Sin embargo se mostró moderadamente ofensiva en su lenguaje y formas habituales, irónica y parca en palabras, defendiendo con vehemencia y determinación sus ideas y posturas, aunque cierto aire distraído la acompañó buena parte de la reunión, en particular al principio donde se mostró un tanto ausente. En su cabeza orbitaban otros asuntos que reclamaban igualmente o más su atención que los expuestos sobre la mesa de la abarrotada sala. Una concurrencia nutrida, el Morris en pleno, sobre el que pesaba la reciente y nefasta pérdida de Nick.

Para el final del debate y votaciones, la cara de Morga no ocultaba su mosqueo y desacuerdo con diversas decisiones tomadas, considerándolas erróneas y absurdas. Estaba satisfecha con varios puntos acordados pero no así con el conjunto de acciones a emprender y en particular con el liderazgo del Centro o la búsqueda de la Cruz. Se sentía defraudada por la actitud de una persona en concreto, considerando a su juicio que definitivamente no debía darle una amplia confianza y el resultado del "cónclave" hizo que se le soltara la risa fácil y sarcástica, aduciendo a la poca seriedad y mucha gilipollez de la mayoría de allí presentes.

Al término de la reunión declaró que no aceptaba el ridículo liderazgo de Cass nacido de una votación que era un chiste en sí misma, y dejaba patente una vez más la basura de la democrácia, donde pesaba más el amiguismo que la sensatez. No le daba ninguna validez con ese margen de votos tan escueto, uno propio y otro de su hermana, de manera que en lo que a ella concernía consideraba que cualquier miembro del Morris podía decidir bajo su criterio y responsabilidad en el momento que la situación lo requiriese.

Antes de marcharse felicitó con cierta sorna a Áxel por su incorporación al Centro y le agradeció con una mirada y sonrisa sinceras su apoyo. Cuando Cass pidió que esperasen un poco más, Morga supuso de qué se trataba, y a pesar de que era un tema más que interesante, respondió con un gracioso "vete a la mierda, Cass". Argumentó que nunca llegaba tarde a su cita con Nicolás y que además "no le salía del coño quedarse".

Avisó a los chicos para que se abrigaran y se marcharía con ellos a la Comunidad. También le recordó a la Buscadora que había quedado en que la acompañaría para que Nicolás le hiciese una revisión si definitivamente estaba dispuesta. O podía venirse el próximo lunes cuando Trish y Morga fuesen a la Comunidad a hablar con Anabela acerca del asunto de la prótesis. Se despidió con un ácido "A mí me la pela".

Esa noche Robin había dormido poco y aunque había conseguido sacar unas tortitas con sirope de azucar y limón para desayunar, no había logrado estar todo lo despierto y activo que hubiese querido en la reunión.

En varias ocasiones había empezado intervenciones que posteriormente se daba cuenta que no habían llegado a salir de su cabeza y se limitaba a sumarse como un eco que asentía cuando otro decía lo que su voz remoloneaba al hacer noche de la mañana.

Y cuando todo parecía decidido empezó a irse con el sutil gesto de recogier las manos en los bolsillos.

— ¿Te da tiempo a esperarme? —preguntó a Morgana lanzando la voz a perseguirla aunque olvidando poner su nombre.

Con Alec en la lista de tareas y toda una noche perdida, sentía menos intensa la prisa por volver al incendio, al pequeño Tokyo, o, en general, al mundo real.

Cassandra se escurrió dentro de la sala como una sombra, pegada a la pared se posicionó al fondo y se apoyó en la fría superficie, pues todavía el calor humano no se había impregnado en la primera planta del Morris y aun reinaba la temperatura de la otoñal noche neoyorquina. La joven iba oculta bajo la habitual capucha y la abrigaban varias capas de ropa, las manos metidas en los bolsillos de la sudadera y la cabeza inclinada hacia el suelo, esperando que diese comienzo la reunión que se preveía movida. Llevaban varios días que ni hablar podían sin que volase demasiada bilis para su gusto.

La buscadora se dejó llevar y habló demasiado, pensó que había dicho más palabras entre los últimos dos días que en los años que llevaban allí, y al final acabó sucediendo aquello que nunca pensó. Salió elegida como líder. Cuando se llevó a cabo el recuento apretó la madibula y vació la mirada, sentía que acababa de perder parte de su libre albedrío, que sus opiniones ya no serían tomadas como una simple voz disonante o como algo anecdótico. Se autoimpuso no dejar de ser ella.

La respuesta de Morgana a la votación, diciendo que no aceptaba el resultado, hizo que la mirase pero no dijo nada. Qué decirle, que eso mismo que proponía ya lo había dicho ella antes, que antes de vetarla podía al menos esperar a que hiciese algo... no, mejor callaba pues nada de lo que dijera serviría para hacerla cambiar de opinión. Ya lo intentaría con sus actos, y cuando las cosas estuviesen más tranquilas propondría una nueva votación, en ese momento había otro tema del que tenían que hablar.

Pidió que se quedasen un poco más pero, como era esperable tras su "ascenso", la ex militar soltó mierda por la boca, arremetió directamente contra ella y metió el dedo esperando dar donde más dolía. Cass se preguntó si su reacción hubiese sido la misma de no haber salido su nombre en los malditos papelitos. 

-Me gustaría ir, pero si hoy no me puedes esperar adelante, -dijo hierática, como si no hubiese oído nada de las anteriores pullas o quizás sencillamente las tomaba como parte de Morgana -después de tantos años no creo que cambie mucho una semana más. -suspiró cuando Robin dijo de irse tambien -Por favor, no más deserciones. Creo que es importante.

Sus ojos se pasearon a la espera por las caras del resto, no pensaba imponer nada, pero luego que nadie se le quejase si se hacían cosas que no sabían.

Kane se mantuvo parco en intervenciones salvo en las pocas que aportó su punto de vista u opinión respecto algunos temas, el pistolero había optado por su habitual contención para que no subiera el pan de nuevo, especialmente en los puntos en los que pudiera oponerse a Morgana. No le apetecía discutir, por lo que no iba a enfangarse a ese nivel. El pistolero se fue mostrando cada vez más defraudado por unos y otros, no lo escondía, pero no se mostró combativo. Estaba especialmente sorprendido por las suposiciones de que Clementine instaurara una "teocracia" en el Morris, en más de una ocasión casi se le escapa un "¿en serio estás diciendo eso?".

Se mostró inflexible en su intención de investigar el asunto de los niños desaparecidos, ningún intento de hacerle cambiar de opinión o similar pudo convencer a Kane de lo contrario. Tampoco es que diera muchas explicaciones al respecto, pero dejando clara esta postura el siguiente tema polémico, la elección del "líder" de Morris casi llegó a hacer reír a Kane. Por una vez estaba de acuerdo con Morgana, quizá no desde el mismo punto de vista, pero indudablemente la evolución de las votaciones en si le parecían una pantomima. Más viendo que Axel, recién llegado, también daba su opinión sin conocer a todos los presentes como si llevara tiempo con ellos.

Kane no discutió el resultado, estaba cansado, pero al ser elegida Cassandra su actitud corporal denotaba que ni estaba de acuerdo ni iba a cambiar su actitud respecto a nada. Se guardó de comentarios hirientes o cínicos, pero simplemente dijo educadamente a las dos hermanas, a las dos, que si querían jugar a la política en Morris él se apeaba de ninguna pelea. Porque, honestamente, así lo expresó, lo que acababan de hacer parecía más a un juego de poder que a una genuina preocupación por el funcionamiento del Refugio y, aunque él no iba a causar ningún problema, no se habían ganado ningún derecho a decirle lo que debía o no debía hacer. No albergaba razón que ni Cassandra ni Trish se pusieran a maquinar, pero Kane quería dejar claramente su postura al respecto.

Cuando Cassandra pidió que se quedaran, Kane se quedó esperando con tranquilidad encogiéndose de hombros.

Clementine asistió a aquella reunión con el afán de conciliar opiniones y aceptar lo que se decidiese por mayoría. Agradeció que algunos de sus compañeros mostrasen confianza en ella, al proponerla como nueva líder, pero no pudo evitar su descontento, o más bien, una clara muestra de cierto grado de tristeza, al escuchar cómo la mayoría de argumentos en su contra la tachaban de extremista. Incluso se hablaba de teocracia. 

No le hizo falta decir nada al respecto. Kane parecía igual de sorprendido que ella ante aquellas declaraciones, y él mismo mostraba su descontento, que era también el de ella. Encontró lógicas también sus palabras, sobre la posibilidad de un liderazgo desierto. Y ante el poco convencimiento que sentía ante la idea de que Morgana ocupase toda la responsabilidad del Morris, y sin encontrar en Cass a alguien imparcial y adecuado para el liderazgo, por muy buenas que fuesen sus intenciones, decidió aunarse a aquella propuesta, que finalmente no tenía los suficientes apoyos como para progresar.

Las decisiones se sucedían, mientras algunos, como Morgana, mostraban su descontento. No se extrañó de que Kane fuese vehemente en el tema de investigar sobre los niños desaparecidos, y de hecho apoyó aquella idea. Comprendió asimismo la necesidad de mejorar la defensa del Morris en aquellos tiempos extraños, y consideró también necesario investigar sobre Nick y todo el asunto de la Cruz.

Habría preferido alejar a Thiago del Morris, por su propia seguridad, pero María parecía una buena chica, y no le disgustaba que viniese. Y hablar de Madre Laura y los suyos consiguió aplacar un poco la frustración que sentía al saberse tan poco comprendida en ocasiones, sobre todo en momentos como aquel, en los que su fe se convertía en un arma arrojadiza. 

Para cuando las decisiones hubieron acabado, Clementine quiso acudir a la capilla. Sin embargo, Cass pedía que se le escuchase. Y la predicadora decidió que quería saber lo que tenía que decir. 

Daniel se sorprendió realmente del comportamiento del grupo y, quizá por primera vez, fue consciente del gran papel que Nick Bennett había desempeñado en la buena marcha de aquella pequeña comunidad. Unos y otros habían hablado, y en su parlamento habían quedado claras sus naturalezas. Y lo que más había preponderado era el egoísmo y la escasa capacidad para ver más allá de su propio ombligo. Morgana, en su línea habitual, había intentado en vano concentrar en ella la autoridad del centro, como si la posesión del poder y la capacidad de decidir lo que los demás debían hacer bajo su unilateral prisma de lo que a todos convenía fuera el motor de su vida y su única ambición personal. 

Igualmente, la actitud de Clem, con una piel demasiado sensible cuando se tocaba el tema religioso, le había dejado un tanto perplejo. Le fascinaba que se sintiera dolida cuando alguien afirmaba preferir mantener la fe religiosa en el ámbito privado sin reflejo en las decisiones grupales, que hubiera luchado por su propio liderazgo y que, ante la eventualidad de ser derrotada, hubiera preferido un liderazgo desierto siguiendo la línea de Kane. 

Realmente estaba convencido que el liderazgo de Cass sería bueno para el grupo, y no era necesario ser demasiado inteligente para ser consciente de ello. 

Así que cuando Morgana inició su huida, negando la validez de aquella votación y sus resultados y barbotando estupideces acerca del amiguismo y el escaso margen de votos, no pudo sino reír a carcajadas. 

-Teniendo en cuenta que tus votos eran el tuyo y el de alguien que en la propia reunión fue aceptado en el grupo, no sé cómo te atreves a decir lo que dices y a negar la legitimidad de lo decidido -dijo. Realmente y visto lo visto ni siquiera entendía por qué Morgana seguía en aquel grupo que tanto parecía disgustarle. O vivía una gran mentira o su deporte favorito era vivir en constante y permanente actividad sexual. Jodiendo, jodiendo y jodiendo. 

Pero allí marchaba ella con su política de tierra quemada habitual, arrojando mierda para luego escapar. 

-Por supuesto, Cass -irse no era una opción.

Fue un palo para Trish enfrentarse a aquella reunión, la primera desde la muerte de Nick. Y no sólo eso, sino que ante ella se presentaban decisiones como quién lo sustituiría... El avance de la vida y su afán por hacerla enfrentarse a la muerte empezaban a ser inevitables.

La muchacha se levantó con el pelo revuelto y aspecto cansado. No sólo no había faltado a su guardia, sino que había tenido una noche bastante activa. Cualquier cosa para no detenerse. Cualquier cosa para no pensar. Pero llegaba el momento de hacer ambas cosas y de actuar de manera racional, le gustase o no.

A la chica de pelo azul le sorprendió la marcha de Hope, pero no se enzarzó en aquel tema: ya lo hablaría después con Robin. La reunión era para lo que era, y no para debatir sobre alguien que no quería estar allí.

En cualquier caso, una vez que comenzaron a hablar, ella expuso con calma los motivos de cada una de sus opiniones. Su primera intención, la de apoyar a Clementine como nueva líder, no salió muy bien, pero no le dio importancia. Desde luego no iba a obligar a la sacerdotisa si ella creía que era mejor un liderazgo desierto. Hubo cosas en las que el grupo no estuvo de acuerdo con ella, como el asunto de la vaca, pero no se molestó por ello: así era la democracia, después de todo.

Para cuando todo acabó y se vio que Cassandra había salido como líder, Trish le dedicó una sonrisa tranquila a su hermana. Le sorprendió —y mucho— la intervención de Kane, y aunque este no hiciera comentarios hirientes de manera directa ella sí se sintió mal por lo que decía. Su mirada bajó a la mesa y luego fue al hombre, reflejando absoluta incomprensión. Menos que lo de Kane le sorprendió lo de Morgana, y la respuesta que Daniel le dio le sacó una pequeña sonrisa capaz de contrastar con la tristeza de sus ojos.

Aún así, cuando ella tomó la palabra, no lo hizo para dirigirse a ninguno de ellos dos, sino a todos.

—Bueno, yo quiero agradeceros a todos lo de las cosas de Nick —dijo en voz alta, claramente conmovida—. Podríais preferir venderlo todo, pero... —Se encogió de hombros—, bueno, eso. Que gracias.

Después miró a Kane.

—Y, la verdad... No entiendo por qué piensas eso, pero me fastidia —enunció—. Yo propuse a Clementine como líder, fue Daniel quien propuso a Cass. Y no la habría votado si no creyese que es la mejor opción para el grupo de las que había sobre la mesa. —Frunció el ceño—. No creo que esto sea un juego, ni de poder ni de otro tipo. —Se encogió de hombros—. No sé, Kane. Yo te aprecio, pero Cass sí que se ha ganado el derecho a determinadas cosas al ganar la votación. Lo siento si no te gusta, pero... —Torció entonces la boca—. No ha habido ninguna maquinación, ni nada. Ni siquiera habíamos hablado de esto antes de la reunión. De hecho no entiendo por qué te parece tan mal. Todos tenemos derecho a votar a quien queramos, ¿no? No hemos obligado a nadie, ni nada. De hecho Cass tuvo tres votos, que supongo que serán el mío, el suyo y el de Daniel. —Lo miró sin comprender del todo—. No sé qué quieres que te diga.

Después de quedar más o menos claro quienes se quedaban y quién se iba, y con la sensibilidad a flor de piel dada la causa por la que tenían que cambiar de líder, Cassandra añadió unas palabras en respuesta a los comentarios y miradas que habían surgido debido a su elección. Ya habían hablado los otros dos votos que había tenido, pero la buscadora no se iba a ocultar detrás de ellos, que no hablase mucho habitualmente no significaba que no podía hacerlo de ser necesario.

-Cualquier resultado que hubiese salido hubiese sido por la mínima, -empezó serena y con voz clara -porque buenos argumentos para hacer cambiar de opinión he oído pocos. Yo he dicho mis razones para hacer la votación que hacía y nadie me ha señalado que fuese un error por lo que he seguido pensando que estaba en lo cierto: que Morgana y Clem chocarían demasiado, y una persona sola al frente no me convence, nunca lo ha hecho y no se me han dado motivos para pensar lo contrario. No sé qué cojones os imagináis que pienso hacer con esto del liderazgo, ni yo ni mi hermana. -no iba a tolerar que nadie pusiera en duda su compromiso, y mucho menos el de su hermana -Yo he sido la primera que, cuando he dicho que apoyaba que Daniel fuese el nuevo líder junto a Morgana, he remarcado que no quería ni voto con doble valor, ni que se tuviese que esperar por el líder para cualquier decisión que fuese urgente, ni ninguna gilipollez por el estilo, que confiaba en que todos queríamos lo mejor para todos. Os recuerdo que esto lo empezamos tres: Nick, Trish y yo, que los tres teníamos las mismas ideas de cómo queríamos que fuese y funcionase, que Nick fue la voz visible porque todos lo adorábamos -sus ojos se aguaron ligeramente pero ninguna lágrima cayó, esas debían guardarse para cuando estuviese a solas -, y que aquí no hay chanchullos políticos. Aquí hay supervivencia, comunidad, camaradería, compañerismo... una familia, con sus más y sus menos, como todas. Y entiendo que estamos todos afectados por lo que nos está pasando, pero perder la confianza en nosotros como individuos es perderla en nosotros como grupo.

Se calló por un instante, por si alguien quería decir algo o cambiar de opinión y esperarse en vez de marcharse, ya después hablaría de lo que había descubierto, que aunque consideraba que era importante pensaba que la unidad del refugio lo era mucho más. 

Más que participar activamente en la conversación, lo que hizo Axel fue escuchar con atención, especialmente cuando el punto a tratar fue su propia incorporación. No quería dar pie a ninguna impresión negativa que alguien pudiese evocar más adelante, y tras haber tenido la oportunidad de tener algún contacto con todos los presentes, no lo veía realmente necesario. Así mismo, se alegró sinceramente al escuchar que había unanimidad en la votación respecto a él, y agradeció sinceramente el voto de confianza que le daban.

Sobre el niño y María, no tenía mucho que decir. No le molestaba en absoluto la presencia de ninguno de los dos, y mientras hubieran recursos para cuidar de los más débiles no veía razón para no hacerlo. Quizás ese era un pensamiento algo egoísta más que solidario, pues sabía que su propia utilidad práctica no le llegaba ni a los talones a la que podía tener gente como Morgana o Kane, pero quería creer que tenía cosas valiosas que ofrecer aún en el mundo en que vivían. 

Como tampoco tenía mucho que opinar sobre las posesiones de Nick, intentó ayudar compartiendo la idea que había conversado con Robin sobre la vaca. Sabía que al menos tenía su aprobación para plantearlo y sinceramente creía que era lo mejor, así que esperó que exponiendo las ventajas de ese trueque pudiera conseguir ayudar un poco a su nuevo hogar. 

En cuanto a las votaciones el tema se complicaba. No conocía demasiado bien a la mayoría, y de las que para él eran opciones posibles, Morgana se destacaba con creces. Quizás era un poco complicada, y su actitud durante la reunión claramente no ayudaba a promocionarla como la mejor líder que pudiesen conseguir, pero aún así creía que con ayuda diplomática ella podría ser la respuesta. Lástima que no todo el mundo pensó lo mismo, y al final la votación la definió un solo voto de diferencia. Con solo un voto no le extrañaba que la marine se tomara tan mal la derrota y se negara a aceptar a Cass como líder, aunque él sí lo haría. Después de todo, había sido una votación justa, por ínfima diferencia que hubiera y a pesar de las razones que tuviera cada uno para votar como lo había hecho. Por lo mismo, tampoco creyó que los comentarios de Kane fueran los más acertados, pero no quiso darle más cuerda ni creyó que fuera asunto suyo para meterse. 

La intervención de Daniel sí le hizo sonreír con la comisura de los labios y alzar una ceja. Se esperaba el ser una especia de ciudadano de segunda clase por ser recién llegado y que sus opiniones no valieran tanto como las del resto, pero ciertamente no se lo esperaba justamente de él. Le causó cierta gracia ver como la gente no dejaba de sorprenderlo y decidió tomárselo con humor, sin responder más que con aquella expresión antes de negar con la cabeza suavemente. 

Cruzado de brazos y recostado sobre el respaldo de la silla, esperó a que Cass hablara, pero parecía que el discurso que tenía planificado había cambiado por la urgencia a responder a las acusaciones que soltaban sobre ella y su hermana. Su mirada fue hacia Trish primero mientras esta respondía a Kane y le sonrió suavemente, orgulloso de ella al ver que a pesar del difícil momento por el que pasaba mantenía la calma ante las acusaciones y no por ello dejaba de defenderse. Ojalá él hubiese sido la mitad de sensato y fuerte a su edad.

Cuando fue Cass la que intervino, su mirada se mantuvo en la chica de pelo azul un segundo más antes de ir hacia la nueva líder y conformarse con saber que, aunque no tuviera idea de las habilidades y destrezas de Cass en mucho detalle la chica tenía el corazón bien puesto y los pies en la tierra, y eso ya era la mitad del camino. 

Una vez la reunión hubo acabado Shamira y Lincoln salieron en cuanto Morgana se lo indicó y desde la sala común se pudieron escuchar sus pasos subiendo las escaleras con prisa. Los dos chiquillos habían presenciado todo sin abrir la boca, parecían impresionados por poder asistir a una reunión tan larga junto a los adultos. 

Skyler estaba algo ojerosa aquella mañana y más seria de lo habitual. En aquel momento tenía una expresión algo confusa, como si no terminase de entender algunas de las cosas que habían sucedido durante el último rato, o quizás sus implicaciones emocionales en el resto de habitantes del centro. La rubia había empezado a ponerse en pie cuando parecía que habían acabado, pero tras la petición de Cass había vuelto a sentarse. Desde su posición alternó la mirada entre los que seguían debatiendo.

—Bueno, ¿qué? —dijo al fin, cuando Cassandra terminó—. Que ya hemos votado, ya no hay que discutir más, joder. Lo que ha salido, pues ha salido y ya está.

Frunció el ceño, como si le resultase incomprensible que algo tan simple en su concepción no fuese tan obvio para todos como lo era para ella. Y es que Skyler era beligerante en el momento de debatir, pero a lo largo del tiempo había demostrado que nunca discutía una decisión tomada tras una votación. Luego hizo un gesto hacia Cass.

—Venga, Cassandra, di lo que sea, que llevamos aquí toda la vida —exageró, poniendo los ojos en blanco—. Tenemos más cosas que hacer y no viene a cuento que nos pegues un discurso inaugural ni nada.

Sus ojos se fueron hacia Robin y mientras que la buscadora soltaba o no lo que fuese, se inclinó un poco hacia su primo.

—¿Y tú a qué ton te quieres ir a la Comunidad ahora? ¿No te quedas conmigo hoy? No os podéis marchar todos otra vez, ¿eh? Mira lo que pasó ayer —señaló con una ausencia total de tacto.

A Morgana le extrañó que Robin quisiera acompañarla. Se le debió notar en la cara cuando miró al chico. Tal vez a Robin le axfisiase que todos se comparecieran de él y necesitaba de alguien que no le tratase como a un peluche. O quería continuar la conversación de la guardia. O a saber qué. El pecoso era un poco un enigma.

-Mueve el culo.

Cogió su chaqueta sin ninguna intención de esperar a Cass. Y clavó una acerada mirada en Daniel durante unos pocos segundos. Sus ojos expresaban algo así como, "no se si mandarte a la mierda, reventarte la cabeza, o decirte lo gilipollas que eres". La lengua de Morga destilaba un veneno que podría hacer mucho daño al chapero, a Trish y de rebote a Cass. Fuese porque la ex marine seguía un poco en su nube o por su contenida actitud hasta ahora, decidió pasar de él. Le ofreció una sonrisa intimidatoria y de autosuficiencia, y posó la vista en Bentley preguntándole con la mirada si se venía con ella a dar una vuelta.

Claro, hablamos de Morga. Regresó a Daniel y le soltó algo en tono neutro que le permitía hacer una carambola.

-Daniel. Eres un saco de mierda. La pierdes por tu culo de chapero, te la fumas en forma de María y la acumulas en tu puta cabeza para luego decir y votar gilipolleces.

Se mostró hasta casi simpática en su sonrisa, sin pizca de la mala leche contenida en sus palabras. Se puso la chaqueta y no hizo comentario alguno sobre las observaciones de Trish y Cass. Para la forma de pensar de la militar, alguien que necesitaba dar tantas explicaciones no era de fiar, faltaba a la verdad y trataba de compensarla con su perorata. En el caso de la Buscadora más relevante si cabe, pues poco les tenía acostumbrados a escucharla. Al menos en público. Su desconfianza aumentó, tenía muy presente las mentiras descaradas de las dos hermanas y la intolerancia e intransigencia de Morgana se encargaron del resto. Ni siquiera las conversaciones privadas con ambas compensaban esa visión que la cegaba.

Se mantuvo callada. Ya anunció cuanto era necesario y no repetiría lo mismo. Además, si bien estaba cabreada, constató que tenía aliados inesperados, y no solo eso, sino que se autoconvenció de que su figura salía reforzada de la reunión. No había allí nadie capaz de detenerla ni poner en práctica las mismas formas de Nick, tan solo ella se acercaba, y era la única con la suficiente fortaleza y poca sutileza para zarandearlos. Pero sí usó el látigo con la tontaína de Skyler. Esa chica necesitaba una buena hostia.

-Skyler, cierra la puta boca y deja de manipular y culpabilizar de una puta vez a Robin. Coño, no es tu juguete, ni tu mascota, no lleva correa. Tiene un par de pelotas para usar por sí mismo.

Notó que la bilis se le removía con intención de ascender por su garganta y vomitarla sobre el grupo. Se concentró en comprobar el interior de su mochila mientras esperaba a Shami y Lincoln y recordaba con una tímida sonrisa cierto acontecimiento reciente.

Morgana volvió a soltar su diarrea verbal, esta vez contra Daniel pues era quien se había dirigido a ella, la buscadora se preguntó cuándo dejarían de entrar al trapo tan a fondo con la ex militar cuando parecía que era lo que le molaba. Pensó que quizás a todos les gustaba la marcha de vez en cuando, pues ella también había acabado cayendo en ese juego.

Cuando en el silencio que siguió a sus palabras tomó la voz Skyler y con total sencillez expuso su punto de vista, Cassandra no pudo menos que sonreír ligeramente. Sí que podía parecer que les acaba de soltar su discurso de investidura. Pero antes de poder hablar, de nuevo la voz de Morgana irrumpió dando su verdad a los comentarios personales entre los primos y la buscadora rodó los ojos, le decía a la joven que no era suyo y que él podía decidir por sí mismo, pero ella se inmiscuía para darle su voz delante de todos. Para su parecer en vez de ayudarlo lo coaccionaba públicamente, pero esperaba que fuese el chico quien tomase su decisión. 

-Tienes razón, -le contestó a la rubia -solo quería que lo que hemos construido entre todos no se derrumbe por la pérdida sufrida. -agitó la cabeza alejando ese tema ya que nadie quería seguir por ahí, y puso voz a sus pesquisas -Ayer se habló de muchas cosas, de las cuales ya se han discutido varias antes, pero hay una que pasó casi desapercibida, o al menos eso me pareció. Robin habló de que Jeff le había hablado cuando fue con su padre a pequeño Tokio y Kane pareció sorprendido por ese nombre, aportando una pequeña descripción del mismo. En el momento nos debió parecer una nimiedad y seguimos hablando de otros temas, pero luego con más tranquilidad me dije que yo había visto al hombre que respondía a ese nombre y a esa descripción. Mi lema de "dos puede ser casualidad, tres mejor lo compruebas" me hizo empezar a preguntar a varios de los presentes con los que fui coincidiendo después, y resulta que excepto Daniel, Skyler y Axel, con los que no pude hablar antes de ahora y no lo sé, todos los demás nos hemos cruzado con él y nos ha dicho... cosas interesantes. -su mirada se había paseado por las caras de aquellos que sabía que lo habían visto -Tres me parece muy sospechoso, pero siete creo que es para poner en común lo que sabemos de él y lo que nos dijo, y decidir qué hacer con lo que sea que saquemos en claro. Me gustaría saber si Dan, Sky y Axel han sabido de Jeff el tuerto y Kane, creo que tú eres quien más nos puede aportar sobre él.

Y dicho aquello esperó que los cuatro interpelados hablaran. 

Daniel, apoyado en la pared, escuchó la réplica de Morgana. Nada nuevo bajo el sol. Su arrogancia y carácter marrullero no permitían que fuera más allá. Así que Daniel, ante aquella chapucera réplica, no pudo menos que sonreír.

-Sí, querida, lo que tú digas -fue cuanto le dijo.

Tras ello, dejó de prestarle atención, algo que resultaba muy fácil de hacer. Escuchó cuanto Cass decía y negó con la cabeza cuando esta concluyó.

-No, en absoluto. Nunca me he encontrado con ese personaje, pero debo darte la razón en que es demasiada casualidad que tantos del Morris se hayan encontrado con él.

Entonces desvió la mirada hacia Trish. Su pelo azul pareció centrar toda su atención. Por un momento palideció y pareció que fuea a desvanecerse.

- El azul te guiará hacia un lugar donde podrás crecer, donde encontrarás compañía para tu viaje -se le oyó murmurar. Miró entonces a Cass -. Lo había olvidado. Fue hace años, en otra vida. Ni siquiera entendí qué es lo que quería decirme pero ahora... Llegó una noche. Yo esperaba a un amigo. Fumó y me habló, no recuerdo de qué ahora mismo y de pronto se fue. Me dijo que siguiera el azul. A Trish.

Kane aguardó en silencio el ir y venir de quien se marchaba o dejaba de marchar. Cuando Trish se encaró a él a responder a su comentario, el pistolero se encogió de hombros.

—Y yo no propuse a Clementine porque no la veía en ese papel —respondió con sequedad dado al escuchar que lo primero que decía era sacar a colación el nombre la predicadora —. A nadie de hecho. Más cuando todas las decisiones de este Refugio se toman en votación y en común, pero si existe esa necesidad imperiosa de un "líder", adelante —mantuvo la mirada seria en la muchacha —. No me vengas con historias, Trish. No tengas las narices de decirme que Cassandra era la mejor opción cuando tú misma has dicho que optabas primero por Clementine, no tengas las narices de decir una cosa y a continuación cambias de opinión como una veleta. Estás en tu derecho de votar a quien te dé la gana, no he dicho lo contrario, pero no maquilles las cosas.

El pistolero fue inflexible en esta posición, aunque echó aire calmando el ánimo. Como dijo, no iba a dar guerra sobre el asunto.

—Pero respeto el resultado de la votación, como ya he dicho. Que lo respete no quiere decir que esté de acuerdo. Cassandra es muy buena reuniendo información y seguramente con cosas que ni sé, lo he dicho por activa y por pasiva, ¿pero ganarse algo porque ella misma, tú, su hermana, y Daniel, quien parece ser que no conoce de nada a Clementine por lo que afirma de ella, le votasteis? ¿Qué ha ganado? —la miró con firmeza y suspiró, se encogió de hombros de nuevo —. No me has de decir nada. ¿Ha ganado en votos? Tan merecidamente como cualquier otro. Pero no tengas el coraje de decirme que tu hermana era la mejor opción cuando tu primera propuesta no ha sido ella.

Kane procuro no mostrarse agresivo en el tono, pero sí firme. No iba a darle más vueltas al asunto, era su opinión y estaba claro que ni él ni Trish iban a ceder en sus posición. A continuación dirigió su atención a Cassandra, obvió los sapos y culebras de Morgana, y tampoco se sintió nada emocionado o motivado por el discurso de la buscadora. Prestó más atención a lo que tenía que decir a continuación, y cuando salió a colación el tema de Jeff en la cara de Kane se reflejó una mezcla de perplejidad e ironía. Esta se acrecentó cuando Daniel también afirmó haber coincidido con él.

—Puto viejo de los huevos.. —espetó sin poder reprimir el comentario, se acarició el entrecejo sin esconder la consternación que le causaba aquella revelación —.. ¿a qué coño juegas, viejo..?

Se quedó en silencio unos instantes, pensativo, no encontraba razones para revelar algunas cosas. Al fin y al cabo, hasta el momento no tenía sentido contar según qué, pero a razón de lo que se iba contando empezaba a odiar que el tuerto tuviera razón.

—El Tuerto Jeff —empezó tomando aire —. Me cuidó de mi cuando me quedé huérfano. No solo eso. Me entrenó. Me preparaba para algo que tenía que pasar. Una guerra —movió la cabeza como si lo que dijera sonara estúpido, antes creía eso, ahora no sabía que creer —. Una guerra secreta y antigua. Sí, sé como suena. Una estupidez. Pero ves cosas a lo largo de la vida, acontecimientos, coincidencias, el Destino —apretó los labios, no se creía que estuviera hablando de eso, no se creía que la jerga del viejo se le hubiera quedado tan profundamente marcada en la psique —. Nos separamos hace ocho años, aunque nos hemos visto en alguna ocasión.. y la última vez me dijo que las cosas se estaban colocando en su lugar. Que el tiempo se acaba.

Sí, sabía que sonaba excesivamente místico, pero la forma y respeto con la que Kane hablaba de eso dejaba muy claro que no un asunto muy delicado para él. Creía en lo que Jeff le había dicho, saltaba a la vista, además de un respeto reverencial por el viejo tuerto. No parecía estar hablando de un cualquiera para él, sino de algo más íntimo. Un padre, un maestro.

—Me dijo que no nos volveríamos a ver. Que cuando lo hiciéramos de nuevo.. todo habría cambiado. Ayer lo estuve buscando —miró alternativamente a Clementine y a Morgana fugazmente —. Creía que sabría algo, sobre un niño abandonado a las puertas de un refugio, pero.. supe que ya no estaba ahí. Que tiene razón. Que si nos volvemos a ver.. todo será distinto. Pero no sé qué. Nunca llegó a contarme acerca de lo que se está preparando. Nunca quise escucharle.

Tras su intervención Trish había vuelto a permanecer callada. Escuchó el discurso de Cassandra y le dieron ganas de aplaudir. Sin embargo, era consciente de que quizá algunos de los presentes no lo viesen bien, así que se limitó a mirarla con los ojos brillantes y el principio de una sonrisa. Esa era su hermana, la única de los presentes que hablaba en ese momento de comunidad, de unión y de compañerismo. Sólo por eso ya se reafirmaba en que no se había equivocado y sentía un cierto orgullo.

Aquel discurso no pareció calar en todos de igual forma, sin embargo, y Trish suspiró al oír los siguientes comentarios. Sin embargo, todo eso quedó de lado al escuchar hablar a Daniel.

—Joder... —murmuró pensativa, sin tener muy claro cómo sentirse o si creer que de verdad aquel viejo había hablado de ella.

La intervención de Kane, sin embargo, la sacó de sus pensamientos e hizo que frunciera el ceño.

—He dicho que era la mejor opción de las que estaban sobre la mesa —le recordó, marcando un poco más esas palabras—. No he maquillado nada, pero si Clementine prefiere un liderazgo desierto está claro que no está sobre la mesa. —Miró un instante a la sacerdotisa, y a punto estuvo de pedir disculpas cuando algo en el interior de la muchacha se revolvió y volvió a mirar a Kane—. Flipo con que parezca que tenga que pedir perdón por mis opiniones. He sido educada y he explicado lo que pensaba durante todo el debate. De hecho he sido la que más lo ha hecho. Y aún así... —Trish hizo un gesto con la mano, claramente disconforme con estar discutiendo aquello—. No, no habías dicho que respetases el resultado, o al menos yo eso no lo he oído, pero en fin, no importa.

Trish hizo una pausa, masticando aquello sólo unos segundos antes de pasar al asunto de Jeff.

—¿Creéis que deberíamos intentar encontrarle? ¿Algún conocido en común, o algo? —Hizo una pausa antes de mirar a todos—. A Nick y a mí nos habló del Morris antes de que lo conociéramos. Creo que sin esa información a lo mejor no habríamos acabado aquí. ¿Qué os dijo a vosotros? —El ceño de Trish se frunció antes de mirar al último recién llegado, como queriendo comprobar algo—. ¿Axel?

Deja que el chico se vaya a dar una vuelta, Skyler. Va bien cuidado y sola sola no vas a estar, a menos que yo y mi violín no contemos - le sonrió a la rubia con tono amistoso y relajado, interfiriendo justo después de Morgana para evitar que se caldearan los ánimos. Claramente él no estaba ansioso de irse de paseo y disfrutaba sinceramente de la compañía de Skyler. Por alguna razón que desconocía, tenía un lugar especial en su corazón para la gente sin un ápice de tacto o filtro al hablar. 

La mención e insistencia sobre aquel hombre, el Tuerto Jeff, le hicieron fruncir el ceño un momento. Su nombre le resonaba en la cabeza como una canción de la que has olvidado la letra, ahí, molestando constantemente a tu memoria hasta que logras sacar las palabras de la punta de la lengua. Mientras Kane y Trish discutían y esta última dejaba atrás el tema con una rapidez que provocaba aplaudirle, Axel hacía trabajar sus neuronas a todo dar. Entonces, más o menos por cuando escuchó su nombre en labios de la chica de pelo azul, un recuerdo de años de antigüedad apareció de golpe en su cabeza. Inmediatamente, su expresión se relajó y tras un segundo empezó a reír, sinceramente divertido. 

El hijo de puta me hizo un chiste de cojos - comentó con una sonrisa de medio lado - Me dijo que mi chica me dejaría y luego me hizo un chiste de cojos - volvió a reír con incredulidad. Dentro de todo el encuentro había sido más místico que eso, pero ahora que recién había entendido el chiste que le habían hecho años atrás le costaba muchísimo no estallar en carcajadas. Respirando profundo con una sonrisa, intentando recobrar la compostura, continuó hablando - Lo conocí por el tiempo en que me quedaba en Saint Patrick, hace unos cinco años o así, cuando aún no tenía jodida la rodilla. Me invitó a una cerveza y charlamos un poco, tenía todo ese rollo de Señor Miyagi, pero en blanco. - recordó con cierta gracia - Cuando me iba, me dijo que la vida se me complicaría, que "la perdería y que una parte de mí se perdería y con ella", pero que me quedaba mucho por viajar y gente por conocer. - entonces su sonrisa se amplió, aguantando las ganas de volver a reírse - Entonces me dijo que cuando sintiera que había caminado todo lo que tenía que caminar, encontraría el lugar dónde debía estar. - su sonrisa se disimuló un poco, más por respeto que por otra cosa, antes de continuar - Que buscara a Nick Bennett. - su mirada fue hacia Trish, intentando descifrar si ella sabía porque podría haberlo enviado a él. Claramente el viejo se estaba armando su puta liga de fantasía en el Morris, la pregunta era para qué. 

- No pasa nada, chicos. Calmáos. Da igual qué hayamos votado. Las cosas seguirán siendo como hasta ahora. Votaremos lo importante, y cuando pase algo, los que están decidirán sobre la marcha. Por eso he considerado al final que es una tontería escoger un líder, en esa circunstancia. -indicó- Eso sí, Cass, te recomendaría que cuando debamos tratar asuntos más... Sociales... Te lleves contigo a alguien adecuado. Cada uno debe asumir aquello en lo que flaquea. Yo no soy buena a la hora de tener que enfrentarme a situaciones violentas, a Kane le falta sutileza y Morga suelta más tacos de los que debiera. Cada uno carga con lo suyo.-expuso, conciliadora- Así que, sé consecuente, ¿de acuerdo?- concluyó, antes de mirar a Daniel, y suspirar

- Me ha ofendido que llegases a pensar que yo sería capaz de imponer una "teocracia". Llevo ya un tiempo conviviendo contigo, y creo que nunca te he intentado imponer ninguna de mis creencias. Ni a ti, ni a nadie. No entiendo por qué me llamáis extremista, la verdad. Sólo tengo mi propia fe, la cual nunca he usado como imposición o arma arrojadiza. -dijo, entristecida, pasando a mirar hacia Morgana- Y no sé por qué pensáis que Morgana y yo chocaríamos tanto. Pensamos diferente, nuestra actitud ante la vida es diferente. Pero ocurre lo mismo con ella y con Daniel, o con ella y Cass. Cada uno aquí es una rara avis. A su manera. Que yo posea unas creencias determinadas no me vuelve más propensa al conflicto con Morga que al resto de vosotros. -indicó

- No me molesta que no me hayáis escogido. Como he dicho, al final, todo se dará de la misma forma. Pero, me entristece que penséis esas cosas sobre mí. Me entristece que parezca que no me conozcáis.-concluyó, acariciando finalmente la cabeza de Bentley, bajando la mirada, y callando, enarcando las cejas al escuchar el nombre de Jeff, saliendo a la luz en medio de la conversación, llamando poderosamente su atención.

- Jeff se presentó en la Iglesia, antes de que se disgregase mi comunidad. Me dijo que crecer duele. Me dijo que no podía crecer rodeada de mis iguales, que dolería, pero que encontraría a gente diferente a mí con la que poder crecer, y que sabría que eso era lo correcto.-confesó, repitiendo lo que le había contado a Cassandra la noche anterior, suspirando, ligeramente estremecida- Poco después, murió el reverendo Steven, y otros cuantos de mis hermanos, durante una epidemia de neumonía en pleno invierno.-indicó- Perdimos número y cohesión, y los rapiñadores se encargaron de que tuviéramos que abandonar la Iglesia y disgregarnos. Y entonces, me encontré de nuevo con Kane. Y Nick nos contó lo del refugio cuando llevábamos varios meses de nómadas.