Partida Rol por web

Aunque es primavera, Ilmora es un lugar bastante frío en casi cualquier época del año y esto a Yuri no le ha sentado muy bien, cogiendo un leve resfriado a los pocos días de llegar. De todas formas han tenido la precaución de traerse abrigos.

Luego de pasar todo el fin de semana a las corridas, la mudanza finalmente se ha copletado. Ahora ya es la noche del domingo 23 de abril y mañana les espera el primer día de clase en la academia Fuuten. Recibieron sus uniformes el sábado por la tarde, dos mudas para cada uno y también bolsos con el escudo de la institución bordado en un costado.

Dresden es un pueblito que queda al este de Hausser, en las afueras del bosque de Zulan, y es en las afueras de ese pueblo, antes de entrar al bosque, donde queda la mansión Fuuten.

Viven en la habitación 301 de un pequeño edificio. El superintendente es un anciano amable llamado Bishop, que les ha ayudado a armar y colocar sus muebles, su aspecto es siempre jovial, con la coronilla calva y algo barrigón. Justo en frente a la entrada del edificio hay una parada de autobús que pueden tomar para ir a la mansión.
Más lejos pueden encontrar un minimercado que abre las veinticuatro horas y está unido a una estación de servicio, pero casi no hay automóviles ni motos, por lo que se usa poco.

Recién llegan y no han tenido tiempo de recorrer todo, pero pueden asumir que es un pueblo como cualquier otro... tal vez. Son las nueve de la noche.

Al fin todo el rollo de la mudanza se había solucionado. Nos había llegado una carta a casa invitándonos a estudiar en una extraña mansión que no acepta alumnos a no ser que sea por invitación propia. Es algo raro, pero la escuela tiene su fama, así que nuestros padres aceptaron sin tan siquiera tener en cuenta lo que nosotros queríamos, aunque sea dicho... a mí me da igual. Siempre se me dio bien hacer amigos, así que no creo que tarde mucho en adaptarme. Lo que más miedo me dan son los profesores. "Por qué diablos me invitaron a estudiar si soy de los peores en los estudios? Lo mío son los deportes". Es una pregunta que siempre rondaba por mi cabeza durante estos días, pero bueno, mucho no faltará para averiguarlo. En poco tiempo nos iremos a dormir y mañana tenemos la primera clase, así que espero que ahí me entere un poco más de las cosas.

Nuestra nueva casa era bastante cómoda, aunque más pequeña a lo que estoy acostumbrado, da suficiente para vivir cómodamente con dos personas más, mi prima y mi mellizo, los cuales ya se encuentran en el piso y decidimos ir a dar una vuelta por el pueblo durante el día del domingo, pero no hemos llegado a recorrerlo todo, aunque parece un pueblo completamente normal, excluyendo el hecho de que casi no he visto ningún vehículo por la calle... Será porque es domingo? A saber.

Al entrar, lo primero que vemos es un salón, con diferentes sofás y muebles (algunos que trajimos desde casa), una cocina casi pegada a esta, visible para poder hablar con el que esté cocinando mientras otro estudia o ve la tele. Después un pequeño pasillo sigue a partir del salón, dividiéndose en cuatro puertas en los laterales. Tres de ellas son habitaciones normales, con su escritorio, cama, armario... y la cuarta, situada al fondo y en frente a la última de las habitaciones, es un baño bien amueblado, al menos lo suficiente para poder pegarnos una ducha o un baño cuando llegamos

- Bueno chicos, parece que mañana tenemos nuestro primer día. Nerviosos?- comento con mi mejor sonrisa mientras estoy tirando en el sofá con mi espada a mi lado, como siempre.- Sigo preguntándome por qué me han llamado... si solo he aprobado por los pelos en nuestra escuela de siempre!!- espeto entre risas mientras, al mismo tiempo, bostezo ampliamente

La mudanza habia acabado ¡por fin! ir cargando cajas no era lo mio para nada, bueno casi cualquier ejercicio físico no era lo mio pero no habia nada que hacer, contemplé nuestra nueva casa, no estaba nada mal, habian muebles de nuestra casa y otros que pertenecian al lugar dí unos pasos y me acerqué hasta la puera de los dormitorios y los miré mejor.

---Nervioso ¡Bah! no sé por que deberia estarlo, son ellos los que deberian estarlo, van a conocernos a nosotros...-digo sonriendo con una sonrisa de tiburón-Seguro que es por que ya no te aguantaban y han querido desacerte de tí ¡JA!

Finalmente habíamos llegado al pisito que habíamos alquilado, no estaba lejos de donde serian las clases. Yuri y Ethien, primos que hasta ahora no había conocido, habían sido admitidos también en la academia. Entre arreglar todo el piso dejándolo en orden ya se había hecho tarde. Acababa de terminar de colocar mis cosas y estaba entrando en el salón cuando Yuri ya estaba hablando. Un poco nerviosa si estaba pero no tenia claro si era por las clases o por la sensación que me daba encontrarme compartiendo piso con mis dos primos y encontrarme en un sitio lejano al que nunca había ido.

Ethien respondió a Yuri de manera socarrona, en mi rostro se dibujo una pequeña sonrisa que tape como auto reflejo con mi mano, debía de ser agradable disfrutar de aquel ambiente a diario. Uno de ellos ya estaba tumbado en el sillón mientras el otro le respondía desde el pasillo de las habitaciones, lo cual era algo un poco cómico.

Sin mucho disimulo me fui a la comida, seria interesante tomar algo antes de acostarse. Abrí la nevera pensando en que poder hacer para encontrármela vacía. Claro, acabamos de llegar, no podría esperármela llena. Cerré la nevera y me apoye contra la puerta de esta. Era tarde, pero juraría haber visto una pequeña tienda 24 horas en el pueblo, quizá pudiéramos comprar algo de comida rápida allí.

Salí de la cocina o mas bien pase de esta al salón de una manera rápida, era mas parecido a la cocina de un estudio que a una cocina y salón por separado. Mire a Yuri con algo de disimulo.- Esto… ¿vais a querer cenar algo?-. Mientras lo decía veo como mi primo tiene una cara un poco llorosa, ¿quizá enfermo?.- Voy a ir a la tienda ¿Queréis que traiga algo?.- Pregunte mientras abandonaba el salón hacia mi habitación para coger mi bolso y recoger a Remiel, a la que había dicho que esperara. Aun no tenia la confianza suficiente con ellos como para presentársela.

Ignorando completamente el comentario de mi hermano me centro en nuestra prima, que casi no habla con nosotros ya que parece no estar acostumbrada a esto. bueno... es algo que se solucionará con el tiempo, fijo. Es parte de la familia, así que por nuestro honor que haré que esté lo más cómoda posible.

"Se nos ha olvidado comprar comida?" pienso detenidamente. Entre el pequeño dolor de cabeza por el constipado y todo el movimiento de preparar la casa no es de extrañar que nos quedáramos sin suministros. Realmente no es que comamos poco. Todavía tirado en el sofá y echando la cabeza hacia atrás, viendo a mi prima con la cabeza boca abajo le contesto- Quieres que te acompañe? Todavía es muy temprano para... aaaah, aaaahh...AAAAACHUUUS!!!- La posición que había adquirido no era precisamente la mejor para la situación de salud en la que me encuentro, sintiendo rápidamente unas ganas de estornudar que no puedo aguantar, dándole un latigazo al cuello y estornudando cogiendo por acto reflejo la tela de la espada y llenándola de mocos -AAAAAAAHHHHH! Mi espada!!!- exclamo mientras busco algo para limpiar la tela con la que la rodeo y dejarla otra vez impoluta, levantándome de golpe. Una vez la espada está limpia, vuelvo a voltearme.- Lo dicho, quieres que te acompañe? Todavía no conocemos a nadie por aquí y es temprano. Si no, si prefieres ir sola... podrías traerme unos fideos para calentar y una garrafa de agua?- comento tranquilamente, mientras me paso un pañuelo que encontré por la cara para limpiarme

Antes de que me metiera en el pasillo dirección a mi habitación escuche como Yuri me respondía, habría agradecido compañía en un lugar extraño, pero no me parecía correcto pedírselo en las condiciones que estaba, además, aun tenia a Remiel. – De… Descansa, ire yo, no te preocupes.- Comente mientras intentaba pensar en como haría para traer una garrafa de agua entera.

Entre por el pasillo dirección a mi habitación, me encontré a Ethien de camino. Llame su atención con unos toquecitos en la espalda.- ¿Vo… voy a la tienda, quieres algo para la cenar?.- No me resultaba difícil comunicarme con ellos, siempre que me miraban actuaban como si mis cicatrices no estuviesen allí, agradecia que no hicieran ninguna referencia a ellas. Había mucha gente que simplemente se quedaba mirándome como si fuera de otro planeta sin siquiera disimular

---Mmmm...¡Vale! estoy hambriento y me comeria un buen plato de Gyoza -digo girandome hacia ella por un momento mis ojos se quedaron mirando algo detras de Hanako aunque rápidamente volvieron a centrarse en ella- Pues vamonos ya, Yuri, ahora volvemos, te prohibo que te levantes del sofa ¿entendido?

Agarro a Hanako del brazo y salgo  "arrastrandola" del piso hacia la tienda.

---Venga, aprisa que tengo hambre- escucha decir Yuri mientras cierro  la puerta del piso

Al poco tiempo que salen tu hermano y prima y se te están cerrando los ojos oyes que llaman a la puerta, es el superintendente Bishop.

-Hola botija, te dejaron solo? Jaja!- Suelta una carcajada corta y te entrega un paquetito amorfo, que pesa más o menos medio kilo. -Esto es un regalo de bienvenida al edificio.

También saca su celular y te pregunta si deseas intercambiar números y correo, por si las moscas.

Lo primero que notan al salir es la luna llena, enorme, colocada bien en el cenit.

La tienda queda a tan solo una cuadra, cruzando una pequeña plazuela con juegos para niños que en este momento está desierta. Es la típica "convenience store", con paredes y puertas de vidrio, una estación de servicio al lado, y un estacionamiento diminuto con espacio para apenas dos autos. El nombre de la tienda es "Cosa Nostra".

Cuando abren la puerta suena la campanita, y dentro ven que está bien iluminado y cuidado. Hay de todo lo que puedan necesitar. En seguida ven las garrafas de agua de cinco litros junto al freezer que almacena helados.

Además de ustedes hay otro cliente, una anciana con un pequeño carrito que está llevando kilos de comida para gatos.

No había pasado ni un par de minutos desde que mis compañeros de piso se habían ido, y menos tiempo todaviá antes de que me hubiese quedado completamente dormido y roncando hasta que petan a la puerta, sonido que me despierta abruptamente, levantándome inmediatamente cogiendo mi espada y sacándola de su funda de tela, en posición defensiva. Las enseñanzas del abuelo me habían dejado demasiado marcado. En cualquier momento podía aparecer con el mínimo ruido y golpearme para enseñarme que nunca se debe estar uno descuidado. Eso hizo también que mi cuerpo se acostumbrase a descansar en todo momento que se pudiese aprovechar. El peligro acechaba en todas las esquinas de mi casa pero... Esto no es mi casa, debería intentar controlarme (que va a ser que no)

Vuelvo a envolver mi katana y, mientras me la ato a la espalda con la cuerda que tengo preparado para ello, voy directamente a abrir la puerta. "serán esos dos que se han olvidado las llaves?" Pero para mi sorpresa, se trata del señor Bishop que parece traernos un regalo de bienvenida- Buenas noches señor.- contesto amablemente con una reverencia típica de nuestro pais.- Muchas gracias! No era necesario.- recogiendo el paquete. "Será comida? Estaría simpático que fuesen a comprar comida y me encuentren en el sofá comiendo" pienso a mis interiores, aunque nada es fijo

- Por supuesto, intercambiemos datos. Puede pedirme ayuda en lo que necesite cuando quiera, además que así será más fácil contactar con usted. Después de todo, es la primera vez que salimos de nuestro pueblo.- contesto mientras le entrego una tarjeta con mis datos. La había preparado para alguna chica que conociese en nuestro nuevo centro de estudios y de los amigos que encontrase además de personas interesadas en bisutería... podría ganarme un dinero extra si consigo un lugar donde trabajar y crear pequeñas joyas; eso me ayudaría también a mejorar mis habilidades como artesano y herrero, también trabajo de nuestra familia. Voy a la mesa del sofá a buscar mi teléfono móvil para apuntar yo también mis datos.- Por favor, entre. No se quede en el umbral de la puerta, aunque por desgracia no tengo nada que pueda ofrecerle.- termino mientras rebusco entre mis cosas.

Soy arrastrada a través hacia fuera del piso por Ethien, me sentí un poco cohibida en un principio, parecía que era un chico de decisiones rápidas, no había tardado mas de cinco segundos en aceptar, agarrarme y que llegáramos a la calle.

La luna brillaba en lo alto, luna llena, en todo su esplendor. Me quede un momento mirándola fijamente, siempre me había fascinado la belleza de esta, intente distraerme poco ya que Ethien ya había cruzado la acera y estaba entrando a la tienda. Corrí detrás de el y entre. La tienda era pequeñita pero parecía que tenia un poco de todo lo que se necesitara en el momento. Recorrí la tiendecita buscando lo que me había pedido Yuri pero no encontraba ningunos fideos instantáneos de los que normalmente conocía, todo eran marcas extrañas y ninguna me inspiraba confianza. Finalmente me encontré cogiendo un paquete de arroz, un brick de leche y unos pequeños botecitos de canela, azúcar y sal. No era lo que me había pedido pero era algo sencillo y seguramente le sentara bien con ese resfriado que tenia.  Tampoco tenia mucha hambre, tomaría yo también un poco. Hacia mucho que no las probaba.

Era agradable comprar en aquel sitio, había poca gente, por no decir que casi no había nadie, la anciana que compraba comida de gato y el dependiente era la única compañía a aquellas horas. No me sentía incomoda si había poca gente, lo cual era una ventaja.  

Finalmente fui hacia el mostrador y me quede esperando con las cosas en los brazos a que Ethien cogiera lo que quisiera. Me quede mirando los alrededores de la tienda cuando vi una garrafa de agua en uno de los estantes inferiores. Agua, necesitábamos agua deje las coas en el mostrador y fui a por la garrafa, parecía realmente pesada pero finalmente la levante y con esfuerzo la deje en el mostrador. Me quede esperando a que viniese Ethien para poder iniciar el regreso al piso.

-No no, si yo solo paso a saludar y ver si todo está en orden.- Con un gesto con la mano rechaza la invitación. -Pero a ver, ayúdame con el aparato este, que mucho no lo entiendo.- Te muestra su celular, un modelo algo viejujo. -Cómo es que funciona el infrarrojo ese? Para transferirte mi número creo que se usa, pero no se... Estos aparatos medernos, la verdad que no los entiendo.

El paquetito envolvía una estatua tallada en madera de lo que parece ser un kami de Varja, pero apenas se distingue bien. -Te gusta? Se la hice yo. Noté en seguida que ustedes venían desde allá lejos, la isla grande, juajua!

Después de intercambiarse los datos enfila para la escalera para bajar. -Avísenme cuando tengan algún problema o necesiten algo, botijas, que para eso estoy!

Una estatua que representaba una de las grandes deidades antiguas de nuestra tierra... Realmente es algo extraño, ya que la gente no suele conocer las tradiciones de otras culturas, pero parece que el señor Bishop si, o se ha informado de ellos, y ha tenido la amabilidad de hacer una pequeña estatuilla que nos recuerde nuestra casa mientras estemos aquí. Probablemente yo la pudiese hacer mejor, pero es preciosa

- Muchas gracias señor Bishop.- le contesto al abrir el paquete.- es realmente precioso y le agradezco muchísimo el detalle!!- Lo coloco en una de las estanterías que tenemos enfrente a la puerta, para poder verlo cada vez que entremos en la casa y también que mis compañeros de piso lo vean cuando lleguen.- Hablando de necesitar algo... Que sabe usted sobre la academia Fuuten? La verdad es que venimos casi a ciegas a estudiar allí por recomendación. No se nada acerca de ella- termino, con claro tono de duda y curiosidad.

---Hace una noche preciosa ¿no crees?- digo mirando el cielo y parandome unos segundos para contemplarlo, despues seguimos caminando hasta la zona donde vió la tienda Hanako, al entrar en ella miro a mi alrededor con ojos brillantes.

---Oh, esto viene perfecto...- digo cogiendo una cesta  y pasando por entre las estanterias, las cosas que veo las voy metiendo en la cesta- Mmmm... veamos... arroz,Chuletas de cerdo, harina, sal, pimienta, huevos....¿donde esta la miga de pan? ¡oh, ya la veo! Veamos, salsa roja...Dashi...cebollas....bueno, creo que ya está todo- aparezco detras de Hanako cargado con todos aquellos paquetes- Bueno, ya tengo todo lo necesario para la cena Uuuuff... veo mucha cosa para cargar ¿podremos con todo?

No hay nadie en la fila, pero cuando intentan llegar allí, a la anciana le brillan los ojos y notan como los observa. Ve que se llevan un montón de cosas, por lo que se apresura a demasiada velocidad para ser una vieja, y se les adelanta.

-Ze lleva hoy mucha comida, zeñora Melima, aprovecha que eztán de oferta?- El dependiente es un joven dientón, delgaducho y con acné en toda la cara. No es mucho mayor que ustedes dos.

-Ah, estaba de oferta? No lo sabía, juju.- Se lleva la mano a la mejilla, risueña. Tiene el aspecto de la típica ancianita dulce, llevando el pelo recogido en un rodete, anteojos, un abrigo y una chalina al cuello para protegerse del frío. -Siempre llevo la misma cantidad cada semana.

La señora termina de pagar y se va. -Buenaz nochez.- Les saluda el dependiente sin mirarlos directamente, y se pone a escanear lo que llevan.
-Zon zinco plataz.-  Sale el recibo de la caja y se lo da a Ethien, y empieza a meter todo en bolsas de plástico.

Mientras el dependiente introducía nuestra compra en las bolsas abrí mi bolso y busque la carterita donde solía llevar el dinero, saque las cinco monedas y, con la cabeza baja para evitar miradas innecesarias hacia mi rostro, las deje en el mostrador. 

Realmente habíamos comprado bastante  pero el piso estaba cerca, supongo que podríamos trasportarlo entre los dos. Mientras me colocaba el bolso al hombro de nuevo sin esperar vuelta, había pagado lo justo, cogí la mitad de las bolsas y las sopese, seguramente podría trasportarlas. Esperando que Ethien cogiera la otra mitad las levante para dirigirnos a la casa de nuevo. En ese momento me di cuenta que algo que se me había olvidado, al ser arrastrada por Ethien no había cogido las llaves, que ahora estarían esperando en el descansillo de nuestra nueva vivienda. Di un pequeño suspiro, esperando que mi primo si se hubiese acordado de cogerlas. Por otro lado, aunque no las hubiera cogido Yuri estaba dentro, nos podría abrir.

Tras pagar salen de nuevo a la calle y cruzan la placita iluminada por la luna y los postes de luz.

Postes de luz...

Sobre uno de ellos se ve claramente una figura humana, una chica de corta estatura, de pie, con esa luna justo detrás. No necesita hacer ningún esfuerzo en mantener el equilibrio.
Está de espaldas a ustedes, pero parece que se ha percatado de vuestra presencia, lentamente se gira para verlos a los ojos. Sus ojos son grandes, amarillos y muy bonitos.

El tiempo parece congelarse mientras vuestras miradas y la de esa chica tan pequeñita se cruzan.

Su cuerpo es esbelto y delicado, es posible que no pase el metro y medio de altura. Su cabello corto es acariciado suavemente por la brisa y aunque es de noche y no se distingue bien pueden asumir que es negro.

Lleva puesto un blazer marrón con un moñito amarillo, una falda verde a cuadros y medias negras que llegan un poco más abajo de sus rodillas; el uniforme de Fuuten, pero a esta hora y un domingo...

_-...- Abre su boquita para susurrar unas palabras, pero no llegan ni a leerle los labios.

...

Pasan varios segundos... y otro ligero vendaval atraviesa la escena, sacudiendo un poco la falda de la pequeña.
_-...!- Que se apresura en cubrir con las manos. Al hacer eso pierde el equilibrio y se tambalea. _-...n..- Está a punto de caer, pero le da tiempo de aferrarse a la parte horizontal del poste de luz. _-...- Y queda allí colgada a casi tres metros de altura.

...

Los mira. Pero no parece asustada, su expresión permanece siempre impasible. _{-...no... ...ya váyanse.-} Alza la vista al cielo, sus bracitos se comienzan a acalambrar. _-...- Pero no se queja ni se inmuta.
De pronto se oye un ruido de golpe seco sobre la acera y ven debajo de ella que se le ha caído algo.
_-...- Se suelta de un brazo para intentar alcanzar la parte vertical del poste, pero no llega, pese a estar dando su mejor esfuerzo. _{-nng... kghui... ...-} Qué está tratando de hacer?

Y se rinde. Queda colgada de un brazo al poste de luz. Mueve los pies un poquito.

El señor ya puso un pie en la escalera, pero se detiene cuando le preguntas sobre la academia. -Oh, ese manicomio...- Te mira por encima del hombro, sonriendo. -Es un buen lugar, los mocitos salen buenos.- Sin decir nada más continúa bajando la escalera.

Cuando estás por regresar a intentar dormir puedes jurar que has oído un ruido de platos rotos provenientes de la habitación de enfrente a la de ustedes, la 302. Se oyó muy ahogado desde detrás de la puerta.

"Manicomio?" pienso mientras el hombre baja, aunque dice que los chicos que salen de allí salen bien "A qué se refiere con eso? Aunque... ahora que lo pienso... Yo no destaco en ninguna clase de estudio más que la herencia de nuestros ancestros... Ethien no es malo en los estudios, pero tampoco es ningún genio, suele utilizar más sus habilidades para copiar y así aprobar más fácil... esto es sospechoso" mientras voy de camino de vuelta al piso cuando, por alguna razón, escucho un ruído de fondo en la habitación de enfrente. Parecen platos rotos. "No es algo demasiado extraño, la verdad, pero qué clase de vecino sería si no me intereso por el bienestar de mis vecinos?" Por ello, acudo directamente a la puerta, golpeándola a forma de llamada y comentando- Buenas noches. Se encuentra usted bien? He escuchado que se han roto unos cuantos platos!!-
 

Puede que los sentidos te hayan engañado, porque no solo no oyes respuesta alguna, sino que tampoco el más mínimo sonido.

Bishop te grita, deteniéndose en la escalera por segunda vez. -Eh! Qué haces? No necesitas saludar a tu vecino, no te preocupes. No es alguien que sale mucho. De hecho... hace días que no lo veo.
-La otra persona que vive en el edificio es la señora Melima, en el 102, pero ahora salió de compras. Debe volver en un rato.

Finalmente el hombre se va.