Partida Rol por web

—Eh? Cómo? Debe tratarse entonces de una matriz enemiga! —Reddo tira la toalla al suelo y sale hacia afuera esperando a que lo sigas. —Rápido, veamos si Earth, Wind o Fire saben algo.

Corriendo por el pasillo se están por cruzar con Earth, que viene caminando en sentido contrario.

—Yeehah! Buen... hm? Y eso?
Los va a saludar, pero en cuanto te ve, se para y te señala, matándose de risa. —Yeehajaja! Qué anteojos más ridículos! No sabía que ese era tu estilo de moda.

—Anteojos? Pero si señorita Keira no tiene... ...! Oh! Es verdad, ellos pueden ver las matrices!

Por desgracia, cuando lo dice, su pose no es tan espectacular como la de Rondinelli.

A... aléjate de eso.-Murmure al ver todavía a Remiel revoloteando mirando al interior del baúl. Di un par de pasos hacia delante para colocarme enfrente de aquel arcón y lo mire durante un momento. No tenía muy claro cuál era la función de aquella cosa, pero averiguarlo diciendo mi nombre no me parecía lo más aconsejable.- Pose la mano en la parte del arcón y mientras la maquina parecía seguir esperando un nombre como respuesta cerré el baúl.

No sabía que era aquello y con todo lo que había pasado los últimos días no iba a arriesgarme a activar un aparato de lo que había identificado como una cultura tan antigua. Eche una rápida mirada a Remiel mientras aun flotaba en el aire y saque mi móvil de la cartera. Mi primera intención era llamar a Cross pero tras darme cuenta que no tenía su numero y ver en pantalla el último mensaje de Nerine cambio de opción.

Mi mano marco el botón de llamar junto al contacto de Nerine. Creo que era la primera vez que la llamaba, hasta ese momento solo nos habíamos mandado mensajes. Quizá ella supiera que era lo que tenía delante... Esperaba que Remiel no hubiera estropeado algo abriéndolo.

Finalmente mis palabras parecen llegar a Ifi-sensei y se detiene, momento en el que aprovecho para dejar de correr, pero a cierta distancia de ella, no vaya a ser que sea una trampa para atraparme, pero parece que no es así.- En serio lo siento, pero la policía no me dejaba salir de calabozo hasta que la señora Mélima vino a pagar mi fianza.- Respondo otra disculpa para intentar explicarme, aunque no parece afectarle, ya que me da un shinai para practicar. No le había dicho nada acerca de mi inutilidad con cualquier otro arma que no sea mi propia katana... Se habrá dado cuenta ella sola por estar siempre con mi espada o simplemnte querrá ponerme a prueba y comprobarlo? De todas formas, un entrenamiento es un entrenamiento. Mi habilidad con la espada aún es la suficiente para pasar por un entrenamiento de un club de kendo de instituto, por muy elevado que sea su nivel

Pasa media hora de entrenamiento y mi incomodidad con el shinai cada vez se hace más acentuada. No me gusta nada este arma... su peso, su forma, el no poder insuflarle mi ki en su interior, que no responda a mis movimientos como le pido... Por dios, como odio tener estos problemas, pero tendré que arreglármelas. Como herrero que soy tengo que acostumbrarme también a utilizar otras armas, o como podré probarlas en condiciones si no aprendo a utilizarlas _{(intenciones de quitarme el defecto al siguiente niveeeel)}. Pero alguien aparece y nos interrumpe diciendo que quiere entrevistarme... quién demonios se supone que es esta persona? Puede haber una gran cantidad de gente que quiera hacerlo... periodistas que se hayan enterado que he sido yo el del altercado del día siguiente, policía, inquisición, algún abogaducho... tendré que ir con cuidado y no soltar más de lo que debo... tengo que ser cuidadoso.- Buenos días, pero no te ofendas.- Saludo sin parar mi entrenamiento y observando que Ifi-sensei no haga ninguna de las suyas porque piense que estoy dando de lado mi entrenamiento.- Pero quién se supone que eres para interrumpir el entrenamiento por una... entrevista? En serio?

Como ya iba siendo habitual, Earth hizo gala de su extraordinaria capacidad cognitiva. Extraordinariamente baja.

- Este no es el momento, idiota. Se nos ha colado un enemigo. ¡Y está jugando con mi cabeza! Hay que darse prisa y encontrarlo.

Lo malo de aquel lugar para encontrar a alguien es que era enorme, pero eso no me iba a amedrentar.

—Hola Hanako! Cómo estás? —oyes la voz de Nerine en el teléfono, que luego bosteza —estoy algo ocupadita ahora mismo, tengo que ayudar al consejo de estudiantes en una pequeña tarea. Te parece si nos vemos en la sala de literatura dentro de una hora? antes de que comiencen las clases.

Queda esperando tu respuesta.

—Oh, servidor no tenía la intención de interrumpir tan importante acontecimiento, pero es que la urgencia me urge, por conocer a tan audaz héroe, que con un solo sablazo derrotó a dos enemigos.

A pesar de que Octavio le iba a invitar a irse, este individuo se abre paso y se acerca hasta ti.
—Puedo sentirlo —te olfatea desde muy cerca —eres especial, sí, lo eres. —Y te palmea el hombro —Aah, creo que tú y servidor seremos buenos y grandes amigos.

—Para empezar, necesitaría que respondieras algunas preguntas. Qué lo ha llevado a usted, oh gran aniquilador de masas, a emprender el recorrido por el camino de la espada?

La casa es indudablemente grande, y buscar a esta persona será una ardua tarea.

—Cree usted que deberíamos separarnos para buscar? abarcaríamos más terreno, pero...

—Jyaajaja! —de pronto, sin embargo, mientras deciden si separarse o no para buscar, oyes la voz de nuevo en tu mente —admito que me siento halagado por haberme confundido con el gran Zappa, pero lamento no estar tan a su altura.

—Así es, estás bajo el control de mi matriz, Cheap Sunglasses! Mientras estén en tu cara, quedarás a la merced de mis designios!

Y entonces deciden recorrer la casa, buscando habitación por habitación, cuarto por cuarto, y solo se cruzan con Fire y Wind que recién se están levantando. Pueden estar seguros de que este señor no se encuentra aquí mismo.

—Intentaré quitártelos, pero no estoy seguro de si pueda, yeehah.

—No, si se trata de una matriz, es posible que le hagas daño a ella, o a ti.

—"Elige!" "Escoge!" —y entonces de nuevo... —"Salto por la ventana" o "Revelo mi verdadero nombre a Reddo" —la voz del viejo es la misma que te ha hablado recién en tu mente. Teniendo en cuenta que estás en un segundo piso, podrías hacerte algo de daño, es una caída fea.

Perdí la noción de la realidad cuando aquella voz empezó a hablar dentro de mi cabeza. Dada la inteligencia media que habían demostrado hasta ahora los que habían intentado capturarme, estaba más dispuesta a creerme que había sido lo bastante tonto como para decirme como escapar de su control. Sin embargo, para cuando ya había vuelto en mi, Reddo y Earth ya se habían marchado a buscar a los demás. Salí detrás de ellos, y cuando por fin los vi, me dispuse a gritarles lo que tenían que hacer.

- ¡Rá...!

Mis cuerdas vocales se paralizaron y mi cuerpo quedó en un estado completamente pasivo. Aquel cabronazo ya volvía a hacer de las suyas con mi cabeza, pero no le iba a dejar ganar. Ya parecían haber descubierto el método por su cuenta aunque fueran reticentes. Solo necesitaba esperar.

"Me da que elijo no hacer nada. Nos vemos luego para que pueda partirte la cara."

-Hola Nerine.- Salude en cuanto cogió el teléfono. Ella parecía algo ocupada y empezó a hablar, no fue hasta que hizo su pregunta pudo darme turno a hablar.- Si, si nos vemos después pero... estoy en el club de insectos y Remiel ha abierto una especie de baúl. Hay una especie de máquina que no para de pedir un numero de usuario… Espero que Remiel no os haya roto algo.- No llegue a mencionar que la maquina había pronunciado el nombre de mi madre antes de reiniciarse, después de todo con Nerine aun no había hablado de todo aquello y, si bien era probable que ya la hubieran informado tampoco quería molestarla si estaba tan ocupada. Con saber que si me marchaba de allí aquel objeto del baúl no explotaría me conformaba.

Un golpe con el mango y un sablazo... no exageres.- Espeto sin pensar. En ese momento paro el entrenamiento y me quedo atontado mirando para el chico. Primero por mi metida de patada al corregirlo y confirmar que he sido yo el causante. Al estar inmerso en el entrenamiento había contestado sin pensar y eso me había pasado una mala jugado. La segunda razón por la que me quedo atontado mirando para él es cómo demonios tiene esa información... nadie fuera de la policía debería saber que había sido un altercado con la espada ni saber que había sido yo _{(aunque admitámoslo, decir las iniciales cuando conoces a alguien es un poco delatador)}. Pero ya había metido la pata, no podía hacer mucho más- Y que quede claro...- Comento pensativo antes de ninguna otra reacción.- No me arrepiento de lo que he hecho, pero tampoco me siento orgulloso de ello... De poder evitarse no debería haber muertos y pagar sus acciones de otras formas...- No era la tradición de mi familia y es bastante recomendable que mi padre no escuche estas palabras, y no digamos mi abuelo. Ambos estaban convencidos de que la mejor forma de solucionar los actos malvados era terminar con la vida del malvado lo más rápido posible. Lo único en lo que estábamos de acuerdo es que, de hacerlo, la muerte debería intentarse que sea lo más rápida e indolora posible, no jugar ni torturar en combate

Después de esta respuesta rápida el individuo este me salta encima y empieza a olisquearme y a decir que seremos amigos. Que se supone que es.. un animal? _{(este es Daimah fijo... eso o es muy raro el chaval jejejejeje)}.- Apártate un poco hombre. Que es eso de oler a la gente por las buenas?. Le comento mientras lo aparto un poco de mi, y el chaval sigue.- Primero de todo... no se ni como te llamas ni quien eres... como se supone que vamos a ser amigos así? Y segundo... Si quieres hacer preguntas, por favor, hazlas todas seguidas y si quiero te contesto, si no, pues no. No me hagas perder mucho el tiempo con estas cosas.- Vuelvo a ponerme en posición de combate y vuelvo a ponerme con el entrenamiento, pero esta vez estando ya más centrado en las preguntas que pueda hacerme y no meter la pata por las buenas.- Mi familia lleva cinco generaciones como mínimo con un miembro de esta dedicándose a las artes de combate y del metal... Yo soy la sexta generación. No solo seguimos el arte de la espada, también la forja, el cultivo del cuerpo y el espíritu por igual... Son artes que se desvanecen cada vez más, nuestra misión es que estas permanezcan en este mundo, fortaleciéndose cada vez más.

—Elección incorrecta, muchachita!

De pronto sientes como si te dieran un choque eléctrico y se te entumece cada uno de tus músculos. —Con mi matriz no se juega! Las opciones son absolutas y debes elegir! Jyajaja! —Y ese cosquilleo explota de golpe, haciéndote tumbar en el suelo ardiendo de dolor, como si te hubieran roto todos tus huesos.

Earth forcejea con los anteojos, y tras un leve pof, salen y desaparecen. —Listo! No pensé que lo lograría, es una matriz demasiado fuerte, sentí todo un cosquilleo en el cuerpo al intentar quitarlos.

—Lo bueno es que salió, pero debemos encontrar al usuario pronto, o solo será cuestión de tiempo antes de que nos ataque otra vez.

De repente mi cuerpo se estremeció de dolor. Los músculos de mi espalda se tensaron a tan punto que pareciera que quisieran desgarrarse junto a cualquier otro músculo cercano, arrojándome rápidamente al suelo. Reuniendo mi fuerza de voluntad, en vez de resistirme, forcé aún más la tensión de los músculos durante un segundo para recuperar control sobre ellos y así poder destensarlos mientras Earth arrancaba la matriz, devolviéndome finalmente el control completo sobre mi cuerpo.

Respiré aliviada durante unos segundos, hasta que Reddo señaló lo obvio; no faltaba mucho hasta que volviera a intentarlo. Enfurecida por el pequeño calvario que acababa de pasar, mis pupilas se rasgaron y mis dientes se afilaron, dejando así entrever mi ascendencia Tuan Dalyr.

- Ese tío se va a enterar de como las gasto cuando me cabrean de verdad. Tú - dije refiriéndome a Earth -, ¿te suena de algo Cheap Sunglasses?

Antes de que contestara empecé a fijarme en los alrededores. Quizá supiera con quién estaba a través de su telepatía, pero dado lo poco probable que fuera así lo más seguro es que estuviera cerca.

—Un... baúl? ...aaah ay no... —se hace una pausa. —Eso que encontraste es un artefacto extraño, no sabemos lo que es, pero aún no le ha hecho daño a nadie, así que no te preocupes.

—Usuario? Nombre de usuario dices? Eso es nuevo. —En su voz notas la sorpresa que se ha llevado, y que además no tiene ni idea de lo que pueda estar pasando ahí. —Le avisaré a Cross, por favor, no toques nada más.

—Y si le decimos tu nombre? Después de todo, te lo está pidiendo con amabilidad.

—Oh, pero disculpe mi atrevimiento, lo que usted dice es verdad, servidor ha olvidado presentarse. —Hace una reverencia exagerada. —Llamadme Heno Moheji, a vuestro servicio.

Lo ves sacar apuntes en su libreta y reír maliciosamente por lo bajo mientras lo hace, como si estuviera tramando algo, o no, no es posible que lo haga tan evidente, quién sabe...
En cuanto acabas de contarle cosas, hace otra reverencia más —servidor se despide —y se aleja hasta la puerta del dojo —no quería interrumpir tan importante rutina.

Los presentes se te quedan mirando un rato.

—Sabes que por lo que hiciste te deberíamos llevar al calabozo, verdad? —espeta Wil como quien no quiere la cosa. —Agradece que el comandante Timotheus ha sido demasiado bueno y decidió pasarlo por alto solo porque te conoce. _{Y nos ayudaste el otro día.} —murmura al final, ya mirando en otra dirección.

Hay algo extraordinario que notaste también en este chico que entró y salió así de sopetón, y es que ha sido inmune a la mirada asesina de tu maestra de kendo, que ahora la está usando en ustedes y Wil y Octavio ya se han puesto a practicar entre ellos.

Ves a Reddo alzar una ceja con precaución cuando manifiestas tus rasgos felinos. Te mira muy seriamente, preparado a que puedas perder la razón o algo parecido.

—Yeehah! Esa es la matriz de Doble Z! Es de muy largo alcance, la usa para jugar con sus víctimas y controlarlas desde las sombras.

—Pues vaya que nos ha tocado un enemigo poderoso esta vez... hm? —Reddo deja de hablar de golpe, y se hala confundido, se queda mirando a la nada.

—Reddo! Te las ha puesto a ti!

—Maldición! Debo... debo... oh demonios... —Entonces lo que hace es sacar su lengua y tratar de tocarse con ella la punta de la nariz, perdiendo toda su dignidad en el proceso. —Búhquen! Hamod! En'uentrenlo antez he que ha'a al'o!

—Eeh, sí.

Con tu olfato percibes la esencia de otra persona oculta en el jardín, y que ha dejado un rastro al huir. Al salir al patio te encuentras en un lugar muy tupido de plantas y árboles de diferentes regiones, un lugar en el que esconderse es fácil, pero no para tu nariz, aunque el aroma de tantas flores te hace confundir un poco.

Entonces ves un destello detrás de una palmera, un par de gafas de sol te observan desde allí, y rápidamente se esconden.

No había señales de actividad cercana, pero al usar el olfato pude detectar rápidamente al intruso. Sin embargo, aun no confiaba en Earth ni en ninguno de los otros, así que no le dije nada. Una situación de confusión como aquella sería perfecta para que se juntaran con ese tal Doble Z para capturarme, y aunque individualmente pudiera con cada uno de ellos, contra todos a la vez estaba en desventaja.

Hallándose en el patio, tomé el camino más corto atravesando la habitación más cercana y saliendo por la ventana. Por un momento perdí el rastro por culpa de las flores, pero entonces sus gafas de sol delataron su posición. Creía que podía esconderse de mi, pero eso no era posible, no de un Tuan Dalyr. Hice crujir mis nudillos de forma amenazadora y me acerqué hacia él, preparada para ablandar su carne a hostias.

Espero aquí entonces.- Conteste concisa a Nerine antes de acabar la llamada. Mientras guardaba el teléfono mi mirada se dirigió otra vez a el artefacto. La voz de Remiel pronuncio casi lo mismo que estaba pasando por mi cabeza.

Negué lentamente con la cabeza.- No, no debemos, ¿Te acuerdas de los libros de mama? Los nombres tienen poder, si es algo malo quizá nos lance una maldición o algo parecido. Esperemos a Cross a ver si sabe que es.- Dije mientras mi mano cruzaba por delante de mi pecho para sujétame el antebrazo contrario. Probablemente cuando llevara Cross no supiera que ocurre y acabaríamos dándole un nombre de todas formas pero... Nerine había pedido que no tacara nada, como mínimo debía esperar.

En ese momento me di cuenta por donde irian los pensamientos de Remiel.- Se que Nerine ha dicho que no "toquemos" nada y decir mi nombre a ese objeto no es "tocar" pero no, no es buena idea.

En efecto, detrás de la palmera se escondía un bizarro hombre de mediana edad, vistiendo un taparrabos y un esmoquin, con un gran moño rojo en el cuello. Trae cabellos largos y barba, y un gran sombrero de copa de diseño a cuadritos. Sus gafas brillan al sol cuando te ve e inmediatamente intenta huir, pero tú alcanzas a ser más rápida que él y lo pillas primero.

La puerta de la sala se abre de golpe rápidamente y entra Cross. —Hanako! Qué estás haciendo?

Se abalanza sobre el baúl y lo cierra enseguida, pero la voz que pide un nombre sigue oyéndose desde dentro y no parece querer callarse. —Cómo has logrado eso? Durante todo este tiempo creíamos que estaba roto, y vienes tú y lo haces hablar.
—Contesta, qué hiciste?

Di un pequeño saltito al entrar Cross en la habitación, estaba esperándole, pero su entrada me había sorprendido un poco.  Cuando pregunto qué estaba haciendo abrí los brazos para enseñar que no me había movido ni un ápice del sitio y que no hacia nada.- Vine a buscar el diario, mientras lo hacía  del cofre sonó una voz diciendo el nombre de mama, Remiel abrió el cofre antes de que pudiera hacer nada. Después de unos segundos dijo algo sobre un reinicio, usuario nuevo y empezó a pedir un nombre.- Aclare mientras miraba aun el cofre cerrado.

Me encogí de hombros.- Como no sabía lo que era llame a Nerine para preguntar si era algo importante.- Explique mientras miraba como Remiel seguía revoloteando por la sala.- ¿Es algo peligroso?.- Pregunte antes de darme cuenta, si Nerine no sabía lo que era probablemente Cross tampoco lo sabría. Hice un gesto con la mano como diciendo que no hacía falta respuesta.- ¿Porque decía el nombre de mi madre?